Seguían en las mismas circunstancias, pero las cosas ahora estaban más complicadas. Y no es que fuese porque la cocina estaba dada vuelta, las paredes manchadas de harina, el piso lleno de cascaras de huevo y azúcar desparramada. Sino que la mezcla que debería ser la torta de cumpleaños para Jinki seguía igual. Y eso era malo, muy malo. TaeMin volvió a mirar el reloj mientras reía a carcajadas gracias a la imagen de su líder corroborando que solo les quedaba menos de una hora para que fuesen las doce de la noche y que los demás volviesen. El mayor estaba cubierto de harina hasta las orejas a causa de que el tarro en donde guardaban el ingrediente se cayese sobre él hacía unos segundos.
-A ver, repítemelo para que por fin mi cerebro lo pueda razonar- Dijo Onew mientras se sacudía cual perro el polvo de su cuerpo. TaeMin aún se mantenía desternillándose de risa en el suelo mientras pequeñas lágrimas brotaban de sus ojos. Eso era demasiado para él- ¿Por qué estamos haciendo esto nosotros y no KiBum?
-Po- … porque Um-… Umma tenía que- que… -el menor no lograba controlar su ataque de risa. Onew parecía un anciano con el pelo blanco y esa expresión de desconcierto en su rostro- Lo la-… lamento, no puedo- dijo a su vez que se giraba sobre el suelo y sus carcajadas se hacían más fuertes. Eso le pasaría factura después, oh sí, un gran dolor de estómago y de mandíbula.
Onew suspiró y sin evitarlo rió con el menor. Su risa era contagiosa y por ende inevitable el que se le pegarse. Se acerco y ayudo a TaeMin a levantarse del suelo, para luego buscar un vaso de agua y dárselo al menor. Ambos rieron un poco más y una vez más tranquilos Taem suspiró.
-En verdad lo siento… pero es que tu aspecto realmente me tentó- y largo una pequeña carcajada al observarlo nuevamente- Ya. Key Umma se fue a comprar las cosas para el festejo junto con los demás. Ya sabes como es con el tema de los preparativos y como no hemos tenido tiempo a causa de las presentaciones, ha tenido que ser todo a último momento. Es por eso que a mi me ha tocado el hacer el pastel de tu cumpleaños para mañana–le sonrió tiernamente mientras tomaba la preparación entre sus manos.
-¿Acaso sabías hacer pasteles desde antes?- preguntó el líder interesado. Nunca había visto a TaeMin cocinar y mucho menos hacer algo para él el día de su cumpleaños. A decir verdad, no conocía mucho acerca de aquel chico parado frente a él más que lo justo y necesario.
–No, Key Hyung me explico hace poco como hacerlo. Así que espero que salga bien. –Coloco la mezcla en un molde y se dirigió hacia el horno- Será mejor que la llevemos al fuego porque estamos con el tiempo justo- Onew simplemente lo observaba mientras hablaba ¿Realmente había sido él mismo el que le pidió ayudarlo en la cocina? Sí. Toda la culpa recaía en su propia persona, la culpa de estar sucio, de haber desacomodado la cocina, el haber sido tan torpe en todo que cualquier cosa que llevase en sus manos tuviese su fin en el suelo, el haber dicho aquella excusa con tal de tenerlo cerca, sí, definitivamente la culpa era única y enteramente suya al haberse enamorado de TaeMin. Y esa era la única razón válida por la cual se encontraba allí, con ese delantal rosa observando la espalda del menor y su esmero para que ese pastel saliese perfecto. Sin reaccionar ante sus acciones recayó en la cuenta de que se encontraba parado detrás de su compañero. Tan cerca que podía sentir el calor que desprendía su cuerpo y con ello los nervios hicieron su acto de presencia. Dejándolo completamente estático en su lugar ¿Estaba siendo obvio?
-Oh, Hyung. ¿Quieres ayudarme con la crema?- pregunto inocentemente mientras se daba vuelta para observarle. Sonriéndole tranquilamente mientras señalaba el nuevo bol que contenía la crema que estaba a punto de hacerse –Esto servirá para el relleno y la decoración- TaeMin parecía todo un programa de cocina de los que pasaban en la televisión. Explicaba cada cosa que hacía, agregaba o sacaba. Y eso a Onew no se le podía tornar más que tierno. Si los programas de cocina tuviesen a TaeMin estaba más que seguro que se los vería a todos y cada uno de ellos. Suspiró resignado y se aparto del cuerpo del menor, volviendo a recargar el suyo sobre la mesada.
-No, ya he arruinado demasiadas cosas. No quiero seguir ocasionándote problemas- le sonrió mientas comenzaba a jugar con una cuchara que estaba cerca suyo. Moviéndola entre sus dedos.
-Nadie nace sabiendo Onew- le dijo el otro mientras se acercaba. Verle desanimado tan solo hacía que algo en su interior se estrujara. –Vamos- le dijo tomando una de sus manos mientras lo jalaba hacia donde segundos antes se encontraba. Colocó a Onew frente a la crema y le dio la batidora eléctrica. – Bien, lo primero que debes saber es que al batir la crema lo tienes que hacer hacía un mismo lado, si cambias el sentido la crema se cortará.- Onew asintió nervioso mientras comenzaba con el trabajo, sus manos temblaban, pero no por el miedo a arruinar la preparación, sino por los nervios que el cuerpo de TaeMin aferrado a su cintura le transmitían.
-¡Oh! ¡Lo logré!- dijo felizmente Jinki mientras dejaba a un lado la batidora y probaba la crema-¡Está deliciosa!- exclamó –Prueba – le dijo al menor mientras le acercaba su dedo lleno de aquel relleno a sus labios. El otro lo escrutó y luego dirigió su mirada a la de él. Y en ese momento Onew se sonrojó al darse cuenta. ¡Le estaba ofreciendo su dedo, no una cuchara! “Pedazo de idiota” - Lo lamento. No era mi intención darte… - al momento en que comenzó a alejar su mano del rostro del menor esta fue detenida por una idéntica. Antes de que pudiese coordinar sus sentidos, los labios de TaeMin ya tenían capturado su dedo y la lengua de este se paseaba por toda su extensión limpiándolo y saboreando aquel preparado acaramelado. Y en ese momento Jinki creyó no haber visto jamás una escena tan inocente pero erótica a la vez.
-Sí, esta deliciosa, te ha quedado excelente- dijo el otro luego de terminar su tarea –Pero…- y en un instante los labios de Onew estaban manchados por crema y la carcajada de TaeMin armonizaba el ambiente. El mayor lo miró sorprendido mientras amagaba a abrir los labios pero al instante el otro se apegó a su cuerpo para evitarlo- creo que me he olvidado de esta parte de aquí- y sin vacilaciones el menor unió sus labios. Limpiando con su lengua cualquier rastro que quedase, transformando ese sutil roce en un beso profundo y tierno. Onew abrazó al menor por la cintura luego de salir del shock y lo apegó a su cuerpo. No quería pensar en la situación, qué era lo que ocurría, si era una broma o simplemente una jugarreta de su mente. El estar besando a TaeMin era lo único que ocupaba su mente y no quería que nada más interrumpiese esa acción. Luego de unos minutos el menor se separó sonriendo ampliamente, mirando detrás de la espalda del líder y luego de dejar un pequeño beso en su cuello se acercó a su oído.
-Feliz cumpleaños, Lee Jinki- le susurró sensual mientras mordía su lóbulo suavemente- Te amo.
Y Onew lo abrazó como jamás pensó en abrazar a alguien. Como si en algún momento TaeMin saltase con una nueva carcajada diciéndole ‘¿Realmente te lo has creído?’, porque sabía que no era un sueño, que la adrenalina que recorría su cuerpo era por la misma realidad. Quizás por fin uno de los deseos que había estado pidiendo en cumpleaños anteriores realmente se había cumplido. El poder ser correspondido por Lee TaeMin. Aquel maknae que había robado sus suspiros, pensamientos y razón desde la primera vez que lo vio. Aquel que era dueño de su corazón y su cuerpo sin saberlo. Aquel al que le había entregado su amor y alma en silencio. Aquel que en esos instantes se entregaba a él como él mismo se entregaba al menor.
Porque el amor de TaeMin sería un regalo difícil de superar.
FIN