Oscura y aburrida monotonía.
El calor del verano golpeaba rudamente su piel con los rayos del sol, se había despertado hace dos horas más o menos y ahora estaba sentado en el suelo con Tetochi en sus brazos que no paraba de ronronear. Era uno de los tantos días libre que tendría en esta semana ya que Tatsurou tenía compromisos con Karasu y los ensayos estaban temporalmente cancelados.
Recordó como otra vez por la mañana había palmado el lado contrarío de la cama, esperando encontrarse con el cuerpo calido y desnudo de Tatsurou, pero sólo encontró las frías sabanas blancas y a Tetochi durmiendo a sus pies, Quería despertar con un ¡Buenos días! A TATOO aunque sea una vez a la semana, pero para que esos tiempos volvieran ambos debían dejar de pelear tanto y por sobretodo tendría que evitar el mal hábito de gritarle ¡Muere! y encerrarse sin haber solucionado el problema.
Suspiró repetidas veces abrazando al peludo gato de su vocalista, quería distraerse para no pensar en cosas que lo hacían sentirse triste. Miró por el ventanal como el escaso viento movía las hojas de los árboles, sentía el cantar de las aves en sus nidos y bostezo, como ya era costumbre en días aburridos como ese… dormiría.
Dejo libre al minino y se dirigió perezoso hacia la habitación, se paró en la puerta mirando alrededor, aún estaba la cama desecha y la ropa que Tatsurou había tirado al suelo la noche anterior, no tenía muchas ganas de ordenar el desastre que tenían por dormitorio.
Tetochi maulló subiéndose al velador, botando de paso su reloj de muñeca, se acercó a recogerlo y miro la hora, marcaban las tres de la tarde con 20 minutos, quería que el tiempo pasará rápido. Era de esas personas que no les gustaba esperar y que no se quedaba callado cuando algo le molestaba y debía reconocer que a veces tenía poco tacto como cuando le reclamaba a Tatsurou su “abandono”… Sí, desde que Tatsurou Iwakami había formado Karasu que su tiempo se había reducido, al principio no lo sintió tanto al tener que preparar las cosas de la banda como el buen líder que era, pero ahora que Karasu estaba en grabaciones se dio cuenta de lo importante que era compartir de esos tiempos libres con TATOO. Y se maldijo por haber dormido en el pasado cada minuto libre que tenían, sin importarle si Tatsurou tenía ganas de salir, regalonearlo o simplemente de almorzar con él.
Ahora se consideraba egoísta por exigirle tiempo para su relación... no tenía ni siquiera derecho de reclamar, pero de todos modos lo hacia, le reprochaba lo solo que se sentía e incluso le decía que estaba dejando de lado la banda sólo para hacerlo sentir mal y si Tatsurou le respondía, se enojaba y le gritaba que se muriera por hacerle sentir que lo estaba perdiendo aunque nunca le había dicho lo último completo, sólo el ¡muere!
Cerró las cortinas de la alcoba para poder dormir sin que el sol lo molestara. Se echo boca abajo y se durmió después de escuchar a Tetochi maullar y salir de la habitación.
¡¡MUERE!!
Retumbó en su cabeza, y despertó asustado con los maullidos de Tet-chan, estaba un poco sudado y con mal sabor en la boca, miró el reloj y se sorprendió al darse cuenta de que había dormido casi ocho horas. Su estómago rujió de hambre.
Se levantó y fue directo al baño a lavarse la cara, suponía que Tatsurou estaba en el living, pero no fue así, el living estaba vacío y solo… tal como se sentía él.
Fue a buscar una frazada y se sentó en el sofá a ver televisión, no había nada bueno, pero por lo menos esperaba distraerse. Se abrigó con la manta y comenzó a cambiar con el control la televisión, hasta que se decidió por un canal de videos musicales, ya había empezado a cabecear cuando sintió a Tetochi subirse al sofá. Miro el reloj y se le apretó el estómago de nervios, Tatsurou no acostumbraba a llegar tarde sin avisar.
Iba a ir a buscar su teléfono móvil cuando sintió el sonido que producían las llaves abriendo la puerta, se quedó mirando expectante y se le relajó el estómago cuando escuchó a Tatsurou tararear Lastica. De repente vio su cuerpo aparecer entre la poca luz que producía el televisor, Tatsurou tenía los audífonos puestos, se escuchaba el chirrido que producía el fuerte volumen en el reproductor de TATOO.
Se destapó y corrió a abrazarlo, escuchó la risita sorprendida de Tatsurou y los audífonos caer.
— ¿qué pasa Miya?— preguntó con una sonrisa, acariciándole la espalda.
Lo único que recibió como respuesta fue un pequeño beso y los fuertes brazos del guitarrista apretándolo.
La noche estaba helada y eso se lo demostraron los fríos labios de su pareja, no pudo evitar sentir un escalofrío y abrazarse más a ese cuerpo gélido. Tenía tanto que decirle pero las palabras se le agolpaban en la cabeza y no las podía ordenar coherentemente.
Se le formó un nudo en la garganta cuando las manos de Tatsurou le acariciaron la espalda, se sentía miserable por no valorar al novio que tenía.
— I miss you — susurró cerca del oído del moreno, si lo hubiera pronunciado en su idioma le hubiera resultado profundamente vergonzoso.
Tatsurou aspiró feliz el olor a tabaco que desprendía Miya. Sabía que estaba ocupando mucho tiempo dividiéndose entre Mucc y Karasu y dejaba sin nada a su relación con el guitarrista, incluso él a veces se sentía perdido, con ganas de abrazarlo. Sólo esperaba que Miya fuera fuerte y lo esperara.
— Dime que me amas— pidió en un susurro, escondiéndose en el pecho del moreno.
— Sólo si prometes no volver a soñar que besas a Yukke— bromeó.
Miya no pudo evitar soltar una carcajada.
— Lo prometo— dijo antes de besarlo.
— Te amo Yaguchi Masaaki —
Por fin lo comprendía, él esperaría a que Tatsurou regulara el tiempo con sus dos bandas, aunque se demorará años, porque jamás iba a necesitar tanto de la compañía y el cariño de alguien como lo necesitaba de Tatsurou.