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Susurros del más allá por Higary

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Notas del capitulo:

Holi hola, gente bonita!! Feliz Navidad y Año nuevo atrasados!! Espero que se la hayan pasado de maravilla en compañía de sus seres queridos. Pues comienza un nuevo ciclo y yo continúo trayéndoles mis locas historias que tengo el placer sean de su agrado, jeje. Así que sin más demora mejor pasemos a lo que vinieron y que disfruten el capi: ¡¡a leer!!

 

Muro de los susurrantes: AMATERATSU, cerezonegro9 (gracias!!), sayu-san, Zchizophrenia, Saya_Misaki (espero que al final tus vacaciones te dejaran algo bueno, que hayas recuperado tu ánimo y que pronto podamos seguir leyendo tus actualizaciones XD), yelina uchiha, lobo512, hana-no-tenkai, eminahinata, sue, Yume-chan, livi chan, Kaoru (hola y espero que también la hayas pasado genial!! no sé si estará en you tuve la canción, pero la buscaré y si la encuentro pondré el link para que puedas escucharla) (Kyuu: Aunque Higa-chan odia esa canción ¬¬)

 

Disclaimer: Los personajes aquí utilizados son propiedad de Kishimoto-sensei. A lo mejor tiene algunos detallitos de las películas Ghost, Sexto sentido y la serie Ghost wishpers, pero en sí la idea es producto de mi mente maquiavélica.

CAPÍTULO 4: UNA AMENAZA LATENTE

 

Aquella mañana Naruto salió con tiempo rumbo a la escuela. Estaba cerrando con llave la puerta de su casa cuando oyó el sonido de un carro.

-Buenos días, Naruto.

-Buenos días, Gaara-san.

-Sube, te llevo a la escuela.

-Eh…

-Anda, no te preocupes.

-Uhm… Está bien, gracias.

Subió al auto del lado del copiloto y se sentó.

-¿Y Sai-san?

-El día de hoy no dará clases, así que decidió dormir hasta tarde. Es un perezoso cuando quiere.

Naruto sonrió con gracia. El pelirrojo que tenía por vecino podría quejarse mucho de su pareja, pero el ojiazul no tenía dudas de cuánto lo amaba. Sentado en la parte trasera iba Itachi un poco aburrido. Le gustaría platicar con ellos o al menos comentar algo, aunque no serviría de nada porque sólo Naruto era capaz de escucharlo y obviamente no le contestaría. Además no quería causarle problemas como el anterior incidente con sus compañeros.

 

Llegaron a Konoha y Naruto descendió del auto. Se acercó a la ventana del ojiverde para agradecerle y despedirse.

-Muchas gracias, Gaara-san.

-No fue nada. Hoy iré a la casa para comer, ¿qué tal si nos acompañas? Ah, lo olvidé, no debo preguntarte –lo miró de forma seria-. Hoy nos acompañarás a comer, Naruto –ordenó

-Eres malo –se quejó haciendo un puchero

-Simplemente ya sé que si por ti fuera rechazarías todas nuestras invitaciones –le desordenó el cabello-. Que tengas un buen día.

-Igualmente. Nos vemos –se despidió, sonriendo

Todo aquello había sido observado por varios alumnos quienes comenzaron a murmurar.

-Era un hombre muy atractivo.

-¿Y vieron el auto que traía? Debe tener dinero.

-Seguro que no sabe lo anormal que es ése chico.

-Alguien así no se merece a aquél joven.

Pero ellos no fueron los únicos que presenciaron la escena. Sasuke tampoco perdió detalle alguno de la confianza que parecía haber entre aquél par ni de los comentarios de sus compañeros.

-Tan idiotas como siempre –murmuró entre dientes

Apresuró el paso para entrar a la escuela y dirigirse hacia su salón.

-Buenos días, Uchiha –agitó Naruto la mano al verlo

El mencionado le miró de reojo y siguió caminando de largo sin devolver el saludo, cosa que extrañó al rubio. Sí, el azabache podía ser muy frío, pero siempre era educado con él.

-Qué raro, tal vez despertó de mal humor –comentó pensativo

-O tal vez alguien lo puso así –sugirió Itachi sonriendo de manera enigmática

-¿Ah, sí? –ladeó la cabeza, confundido-, ¿quién?

-Jejeje, ni idea, Naruto-kun.

 

La junta directiva de Uchiha Company se encontraba reunida. Madara proponía nuevas opciones para invertir el capital. Él tenía una gran habilidad para convencer a la gente, muchos de los miembros parecían ya cautivados con sus ideas. Sin embargo Obito y Kisame eran la excepción.

-Es verdad que debemos buscar nuevas formas de ampliar los ingresos –habló Obito-, pero no se puede tomar una decisión sin tener un Presidente fijo.

-Te recuerdo, Obito-san, que Madara es el actual Presidente.

Quien había intervenido era Orochimaru, uno de los miembros más importantes del grupo y la mano derecha de Madara.

-Ese puesto es provisional –interrumpió Kisame-. Ahora yo les recuerdo a todos que, según el testamento de Itachi, el siguiente Presidente será Sasuke. Él está por cumplir la mayoría de edad y podrá hacerse cargo de sus responsabilidades.

-Aún así Sasuke es muy joven e inexperto –dijo Madara con preocupación-. No quisiera que mi sobrino se viera expuesto a tanta presión.

-Él lo hará bien –declaró Obito seriamente-, es un Uchiha. Además nos tiene a nosotros para guiarlo, ¿o no, hermano?

El mayor endureció un poco la mirada, pero continuó con su semblante sereno.

-Por supuesto, Obito.

Kisame apretó los puños. Madara nunca le había agradado, incluso Itachi desconfiaba de su tío mayor, por eso a pesar de ser joven su amigo decidió ser él quien criara a Sasuke cuando sus padres murieron. Tanto ése hombre como Orochimaru eran sujetos de cuidado.

 

La junta terminó y todos los miembros salieron de la sala, excepto Madara y su socio.

-Esos dos nos van a causar problemas –opinó Orochimaru-. Obito originalmente está al mismo nivel jerárquico que tú, e Itachi-kun le confió a Kisame-kun sus finanzas y sus aspectos legales.

-Sí, ése chico tiburón protegerá con uñas y dientes lo que considera pertenece a Sasuke.

-Podríamos deshacernos de él.

-Todavía no, sería demasiado sospechoso. Quiero que ordenes a alguno de tus hombres que vigile a Sasuke, no podemos perderlo de vista.

-Eres un tío muy considerado –sonrió de forma macabra-. Pronto lo reunirás con su familia.

-A decir verdad me habría gustado evitarlo, pero él jamás accedería a cederme sus derechos de la compañía. Lástima.

-Sólo faltaría la parte de tu pequeño hermano.

Madara se puso de pie y caminó hasta quedar frente al otro, mirándolo a los ojos con severidad.

-Creí dejarlo claro cuando te ofrecí ser mi socio: con Obito no te metas.

 

-Uchiha… Hey, Uchiha… ¡Teme, te estoy hablando!

Naruto comenzaba a perder la paciencia. Durante el almuerzo buscó a Sasuke para hablar con él, sin embargo este lo ignoraba.

-Oye, ¿qué se supone te hice? –le preguntó

El otro siguió comiendo sin hacerle caso.

-Vamos, no seas así, ¿por qué estás enojado?

-¡No lo estoy! ¡Ahora déjame en paz!

Sus palabras le dolieron al rubio. Aquella era la misma actitud que los demás tenían hacia él. Por eso no se acercaba a la gente. Con Sasuke había hecho una excepción porque le agradaba más de lo que debería, pero… tal vez era un error.

-Lo lamento –se puso de pie-, siento ser una molestia.

Sasuke conocía esa mirada, era la misma que empañaba sus ojos azules cuando otros alumnos lo molestaban.

-¡E-Espera! –lo sujetó del brazo para impedir que se fuera- Yo… No estoy enojado contigo. Bueno… a lo mejor sí, pero no es tu culpa.

-¿Eh? De acuerdo. Hum… ¿me regresas mi brazo?

El azabache lo soltó rápidamente y desvió la cara para que no viera su expresión avergonzada.

-Uzumaki, sólo… no pongas esa cara –volvió a sentarse y tomó su caja de almuerzo-. No si estás conmigo.

Las mejillas del rubio se sonrojaron levemente. Sacudió la cabeza y se sentó también para comer su almuerzo.

 

A lo lejos eran observados por Itachi, quien suspiró.

-No sé si mi hermano es muy listo o demasiado torpe para actuar –sonrió-. Aunque es divertido verlos.

De pronto miró caminar hacia dentro del edificio a Kakashi (a quien conocía pues era viejo amigo de su tío Obito) en compañía de una mujer de cabello azul y a un hombre pelirrojo. Si no se equivocaba los conoció tiempo atrás gracias a Zetsu, un amigo de Kisame.

-Ellos son de Akatsuki, ¿por qué están aquí?

 

Decidió seguirlos hasta que entraron a la oficina de Kakashi, ahí también estaba Iruka.

-Siéntense, por favor –indicó el peligris-. Ustedes dirán en qué podemos ayudarlos.

-Gracias. Verán, queremos saber quiénes son las personas más cercanas a Uchiha Sasuke aquí en la escuela –dijo Konan-. Es de vital importancia.

-¿Acaso él está en peligro? –preguntó Kakashi

-No estamos seguros, pero tampoco podemos descartarlo –contestó Sasori

-Bueno… En realidad él no es muy amistoso, casi siempre prefiere estar solo. Claro que muchas chicas y chicos lo rodean y quieren acercársele, pero alguien que se considere su amigo… no creo.

-Me pareció verlo con un chico rubio –expuso Konan-. Parecían bastantes cercanos.

-Mmm… Tal vez sea Naruto.

-¿Naruto? –repitió ella

-Uzumaki Naruto.

-Pero Naruto es un buen chico –se apresuró a intervenir Iruka-. También es algo solitario, sin embargo es muy amable y trabajador. Jamás le haría daño a nadie.

-Lo que Iruka dice es cierto –apoyó Kakashi, pues sabía que su pareja apreciaba mucho al chico. Además no dijo ninguna mentira

-Comprendo –contestó Konan escribiendo el nombre en una libreta

-¿Puedo saber quién los mandó a investigar? –preguntó Kakashi- Obito no me comentó nada de esto.

-Temo que eso es información confidencial –respondió Sasori-. Continuando con Sasuke, ¿tiene algún enemigo?

-No que sepamos –dijo Iruka-. En realidad todos lo admiran mucho.

-¿Y qué hay del chico rubio? –quiso saber Konan- Naruto-kun, ¿verdad?

-Bueno, él…

El moreno pareció afligido, por lo que Kakashi decidió intervenir de nuevo.

-Desgraciadamente sus compañeros tienen muchas diferencias con él, pero Naruto siempre evita los conflictos. Es más amable que muchos jóvenes de su edad.

 

La plática duró un rato más hasta que el par de investigadores salieron de la oficina y se dirigieron a la puerta. El almuerzo casi terminaba, de modo que Itachi se apresuró a ir por Naruto quien todavía estaba con su hermano.

-Naruto-kun, rápido –le llamó-, hay unas personas con las que tienes que hablar.

-Rayos –murmuró

-¿Qué pasa? –preguntó Sasuke

-No, yo… recordé que debo hacer algo. Te veo en el salón, Uchiha –y se fue corriendo sin que el otro pudiera decir algo

 

-Rápido, allá van –indicó Itachi

-Bien, ¿y qué se supone que les diga?

-Tú sólo repite mis palabras.

 

Sasori ya estaban en la puerta esperando a Konan que fue al baño cuando oyó un grito.

-¡Espere, por favor!

Volteó encontrándose con el mismo chico rubio que había visto con anterioridad.

-¿Sí? –preguntó él

-Ya sé que no me conoce y que le va a sonar raro –habló el ojiazul-, pero me han pedido decirle que revise los últimos gastos de un tal Orochimaru.

-¿Quién te dijo eso? –interrogó

-No puedo decirlo <<Y aún si lo hiciera no me creería>> -pensó- Sólo hágalo, por favor –dijo media vuelta y se alejó antes de que le hicieran más preguntas

-Disculpa la demora –llegó la mujer-. ¿Qué pasa?

-Acabo de hablar con ése rubio, Uzumaki Naruto. Oye, Konan…

-Dime.

-¿Recuerdas lo que Kisame dijo? Que la llamada que recibió al parecer era de un chico.

-¿Crees que sea él?

-Tal vez. Será mejor regresar a la oficina.

 

Itachi escuchó su conversación y los observó irse. No le gustó exponer a Naruto de esa manera, pero era necesario. A pesar de ello se sintió conmovido. Claro, tendría que haberlos contactado Kisame; por eso era su mejor amigo y el hombre en quien Itachi confiaba ciegamente, estaba seguro que él cuidaría bien de Sasuke. Y de verdad lo estaba haciendo.

-Gracias, Kisame –murmuró al aire

 

El fantasma acompañó a Naruto a la comida con Sai y Gaara. No podría conversar con ellos, pero era mejor que quedarse solo en casa. El pintor había cocinado comida italiana.

-Esto lo aprendí en un viaje por Europa –contó al rubio-. Seguro que te gustará.

-¡Delicioso! –exclamó probándolo

-Hasta eso Sai es buen cocinero –dijo Gaara

-Porque siempre lo hago con todo mi amor para ti, Gaara.

Su pareja se sonrojó y lo golpeó en la cabeza.

-Te he pedido que no hagas esos comentarios delante de otras personas.

-Qué pareja tan peculiar –opinó Itachi-. Oye, Naruto-kun, ¿quién es el seme?

-¿El qué? –el rubio arqueó una ceja sin comprender

-¿Qué pasa? –preguntó Gaara

-Ahh, no, nada –sonrió nervioso y le lanzó una mirada de advertencia a Itachi

-Jejeje, lo siento –se disculpó éste

Mientras continuaban comiendo Sai miraba fijamente a Naruto, examinándolo.

-Naruto-kun, eres muy guapo –dijo-, ¿no hay alguien que te guste?

-¡Sai! –regañó Gaara mientras el rubio se sonrojaba

-¿P-Por qué me preguntas eso?

-Como papá sustituto tenía curiosidad –se encogió de hombros-. Porque hay temas que deben tratarse al llegar a cierta edad y ése es nuestro deber, Gaara.

-Idiota.

Sin embargo Naruto tenía sentimientos encontrados. Le conmocionó que aquella pareja lo considerara como un hijo, pero también lo hizo sentir preocupado. Él jamás querría causarles problemas por ser tan amables. Y por otro lado, aquella pregunta lo hizo reflexionar muy profundamente.

 

Cayó la noche y el rubio se estaba dando un baño, todavía recordando la comida con sus vecinos. Por su mente seguía rondando la pregunta que Sai le hizo sobre si existía alguien que le gustara.

-Naruto-kun, olvidaste tu pijama en la habitación.

-¡¿Qué te he dicho de entrar mientras me baño?! –jaló una toalla para cubrirse

-Ya no hay nada que no haya visto –sonrió con picardía

-¡Pervertido!

 

Un rato después Naruto se secaba el cabello con molestia mientras estaba sentado en la cama. Itachi sólo sonreía; era divertido hacerlo enojar porque se comportaba como un niño que le parecía tierno.

-Oye, Naruto-kun, ¿quieres saber lo que es un seme?

Se acercó a su oído y comenzó a susurrarle algunas cosas que hicieron sonrojar de sobremanera al chico.

-¡Cállate, hubiera preferido seguir en la ignorancia!

-Como Sai-kun te dijo, son temas que deben tratarse –reía

Porque a decir verdad, ya comenzaba a sentirse como un hermano mayor para él.

 

¿Qué tendrán planeado Madara y Orochimaru contra Sasuke?, ¿Akatsuki descubrirá el secreto de Naruto?, ¿habrá avances en la relación de éste con Sasuke?, ¿Itachi le dará lecciones sobre lo que son seme y uke? Esto y más en el siguiente capítulo: El don considerado maldición.

 

 

~~~~~~~~~~ HISTORIA DE UNA FRASE ~~~~~~~~~~

 

IV

 

La lluvia caía con fuerza sobre la ciudad. Pero eso no parecía afectar a Kiba quien se encontraba de pie mirando un árbol de cerezos ya seco. La razón: ése día era el aniversario luctuoso de su madre; hacía cuatro años que ella se marchó de este mundo. Y aquél árbol era su lugar favorito, según le contó una vez, ahí conoció a su padre.

-Todavía te extraño tanto –sus lágrimas se mezclaron con la lluvia-. Me haces mucha falta, mamá.

No sabía cuánto tiempo llevaba en esa posición hasta que de pronto la lluvia dejó de golpearlo en la cara y sintió a alguien parado tras él.

-Disculpa, ¿te encuentras bien? Si sigues aquí parado pescarás una pulmonía.

Se trataba de un chico de cabello oscuro, alto y un par de años más grande que él. Por alguna razón a pesar de la lluvia usaba unas gafas oscuras y era su paraguas el que lo estaba resguardando.

-¿Acaso… estabas llorando?

Kiba agachó la cabeza, rápidamente se limpió las lágrimas y volvió a levantarla, sonriéndole.

-Lo siento, has de pensar que estoy loco.

-No, sólo me preguntaba por qué estarías aquí de pie.

Kiba lo miró fijamente y amplió su sonrisa.

-Muchas gracias por preocuparte. Tienes razón, creo que lo mejor será que vuelva a casa.

-Te acompaño –ofreció con tanta rapidez que se sonrojó-. Digo… mi paraguas nos protegerá a ambos… Si quieres, claro.

-Por supuesto, gracias…

-Shino, me llamo Shino.

-Gracias, Shino –le extendió la mano-. Yo soy Kiba, mucho gusto.

El de gafas se la estrechó, correspondiendo a su sonrisa.

 

“Nunca dejes de sonreír, ni siquiera cuando estés triste, porque nunca sabes quién se puede enamorar de tu sonrisa”

Notas finales:

HIGARY-NOTAS:

Espero que este nuevo año sigan acompañándome en estas fumadas creaciones de mi mente malévola, jajaja. La frase de hoy es del gran Gabriel García Márquez. Como siempre saben que son recibidos sus comentarios con saludos, felicitaciones, pedradas, quejas, jitomatazos, amenazas, flores, cebollazos, bombas y demás XD Se me cuidan mucho y nos leemos la próxima semana con Nuestro futuro. Bye byeee!!

 


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