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Susurros del más allá por Higary

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Notas del capitulo:

Holi hola, gente bonita!! El día de hoy comenzaré agradeciendo a mis preciosas lectoras que me alegran y animan con sus bellos comentarios. ¡Todas mis fumadas ideas son para ustedes, chicas! Pasando a otro tema, jajaja, parece que el teme causó revuelo por creer tan rápido en las palabras de Naruto, y varias ya sospechan por qué XD (Sasu: No molestes, escritora loca ¬//¬) Y de momento es todo, nos veremos en las notas finales, mientras tanto pasen a lo que vinieron: ¡¡a leer!!

 

Muro de los susurrantes: sue (no, es por otra razón, jeje), Pikacha (concuerdo contigo. Y sí están cortos, por eso incluí la sección extra), Hananasu, hana-no-tenkai, Zchizophrenia, Kana_chan, Inphy, Saya_Misaki (jaja, sí, el mismo Ita lo sabe. Yo también estaré al pendiente de tus fics!!), yelina uchiha, eminahinata, Saori Kamui, Yume-chan, amaya_1313, hotaru_neko_flowright, sayuri-chan (muchas gracias y claro que me acuerdo de ti, sayukimi!!!) (Kyuu: Higa-chan tendrá pésima memoria para los rostros, si no tiene calendario no sabe en qué día vive, pero curiosamente se acuerda si alguna lectora ya la ha seguido en otro de sus locos fics ¬¬) (y me gustó mucho tu frase, creo que tengo un drabble al que le quedaría muy bien XD), tsimi13 (en total son 12 capítulos y en mi cuaderno mágico ya todos están escritos, jeje), NEKO (jajaja, gracias!!), merissa_chan_shunidaime (hola!! No tengo contemplado hacerle secuela porque creo que le exprimí todo lo que pude, además tengo otros proyectos en proceso n.n), sayu-san, SofiaCuevas, angelescool (tranquila, porque las actualizaciones estarán sin falta cada dos semanas, y si yo no puedo, pondré a mi hermana a transcribir el fic, jeje) y hina_chan (gracias!! Y concuerdo, si ni de sus mugrosos compañeros se venga >.<)

 

Disclaimer: Los personajes aquí utilizados son propiedad de Kishimoto-sensei. A lo mejor tiene algunos detallitos de las películas Ghost, Sexto sentido y la serie Ghost wishpers, pero en sí la idea es producto de mi mente maquiavélica.

 

 

CAPÍTULO 6: SÓLO CONFÍA EN MÍ

 

Itachi deambuló por la mansión hasta llegar a la que solía ser su habitación. Traspasó la pared y se quedó tanto sorprendido como enternecido puesto que Sasuke la había mantenido exactamente igual a como él la tenía antes de fallecer. Sobre su escritorio todavía estaba la fotografía donde aparecía él, con quince años, en compañía de Kisame y otro chico de largo cabello rubio con un mechón que le cubría el ojo. El chico parecía molesto porque Itachi le estaba jalando una mejilla. El pelinegro posó la mano sobre la imagen del rubio sin tocarla.

-Deidara… -murmuró con melancolía

Sin que se diera cuenta, Naruto había ingresado en la habitación y lo escuchó. Decidió acercársele, pero se detuvo a unos pasos de él.

-Itachi-san, ¿estás bien?

-Sí –volteó a verlo y sonrió-, sólo estaba recordando.

-¿Quién es él?

-Su nombre era Deidara, junto con Kisame un día fuimos los mejores amigos.

-Hablas en tiempo pasado.

-Cuando teníamos diecinueve años él tuvo un resfriado que se complicó. Murió de neumonía.

-Lo lamento mucho.

 

El ojiazul salió para dejarlo otro rato a solas. Bajó a la sala donde se encontraba Sasuke.

-¿Qué sucede? –le preguntó éste al ver su cara

-Iba a decirle que ya nos marcháramos, pero no pude. Él lucía… tan triste.

Procedió a contarle la plática que tuvo con el pelinegro. Al terminar, Sasuke simplemente suspiró.

-Ni con los años y después de morir lo ha olvidado –notó la cara de confusión del otro-. Sí, era uno de sus mejore amigos, pero siempre he sostenido que mi hermano estaba enamorado de él. Cuando Deidara falleció, Itachi sufrió mucho.

-Me lo imagino –se sentó a su lado y desvió la mirada-, porque no poder ver de nuevo a un ser querido es algo realmente cruel.

El azabache iba a ponerle una mano sobre el hombro, pero se detuvo a unos centímetros. Sabía bien que Naruto mantenía su distancia con la gente y no quería asustarlo.

 

Un rato después el Uzumaki e Itachi regresaron a casa del rubio en total silencio. El menor estaba preparando algo de comer cuando oyó al pelinegro hablarle.

-Muchas gracias, Naruto-kun. Sé que para ti hablar de ello fue muy difícil y sin embargo le confesaste a Sasuke la verdad.

-Sí, porque como tú dijiste, era lo mejor que podíamos hacer –sonrió levemente-. Lo que todavía me tiene sorprendido es que Uchiha me haya creído a la primera.

-Quiere decir que confía en ti. ¿Y tú, Naruto-kun? –sonrió con suspicacia-, ¿también te agrada mi hermano?

-¿Eh? Y-Yo… Bueno… -se sonrojó y asintió

La sonrisa de Itachi se amplió al ver su reacción. Por la cara que el de ojos azules puso, estaba seguro que Sasuke no le era nada indiferente. Y obviamente su hermano tenía bastante fija su atención sobre Naruto.

 

Nuevo día de clases en Konoha. El rubio caminaba tranquilamente por el patio rumbo a su salón cuando un chorro de agua fría le cayó encima, empapándolo por completo.

-Ay, lo siento –dijo una chica desde el segundo piso-, no me di cuenta –sonrió-. Oh, pero si eres tú. Entonces no importa.

Los demás que estaban alrededor comenzaron a reírse con burla. Naruto apretó la mandíbula y caminó presuroso para alejarse de ellos. Itachi estaba furioso; cerró los ojos conteniéndose y apretó los puños, sólo que cuando volvió a abrirlos, se dio cuenta de que se encontraba en el salón desde el que la chica vertió el agua. Caminó hacia ella y la agarró del hombro.

-¡Aaahhhh! –gritó ella- ¡Algo frío acaba de sujetarme!

-¿Qué?

-No seas tonta

El pelinegro se miró la mano y sonrió de forma macabra. Fue hasta el pizarrón y con las uñas lo arañó, provocando un horrible chillido.

-¡Aaahhhh!

-¿Qué rayos fue eso?

-¡Pero si no hay nada!

 

Por la rapidez con la que caminaba, Naruto no se fijó en nadie hasta que chocó con otro cuerpo.

-Lo siento –se disculpó e intensó irse, pero lo sujetaron del brazo

-Naruto –era Iruka, quien lo miró con preocupación-, ¿qué te ocurrió? Estás todo mojado.

-Me… caí camino a la escuela

El moreno supo que estaba mintiendo, aquella expresión triste se lo confirmaba. Le acarició el cabello al tiempo que le sonrió.

-Vamos a la enfermería a ver si hay algo para que puedas secarte, no quiero que pesques un resfriado

Dócilmente el chico se dejó guiar por el sensei. En ese momento quería ver que existía alguien que se preocupara sinceramente por él.

 

-Dicen que fue horrible, hasta las luces se prendían y apagaban.

Sasuke leía un libro en su asiento. Trataba de ignorar los comentarios de sus compañeros sobre algo que al parecer ocurrió en otro salón esa mañana.

-A sus lugares, chicos –entró su sensei Kurenai

El azabache se percató de la ausencia de Naruto. A lo mejor se levantó tarde, no sería la primera vez, por lo que decidió tratar de prestar atención a la clase.

 

Sin embargo ésta transcurrió y el rubio jamás llegó. La mirada de Sasuke se desvió varias veces al lugar vacío, aunque nadie más se percató de su falta, o eso creyó.

-¿Estás preocupado por él?

Quien le habló fue su compañero Nara Shikamaru, un chico muy listo aunque algo perezoso.

-No es de tu incumbencia –respondió el moreno

-Tsk, y yo que pensaba decirte que lo vi entrar con Iruka-sensei a la enfermería.

-¿Qué?, ¿por qué?

-Ni idea.

-Debió ser por esa estúpida broma.

Inuzuka Kiba se les había unido y detrás de él iba Akimichi Chouji.

-¿Qué broma? –preguntó Sasuke

-Una tonta chica le arrojó agua desde el segundo piso –contó Chouji-. Nosotros sólo alcanzamos a ver cuando él se fue casi corriendo.

-Lo seguimos para ver si podíamos ayudarlo –siguió su amigo el relato-, pero entonces se encontró con Iruka-sensei y como se fue con él no quisimos interrumpir.

-Hum… Gracias –el azabache se levantó y salió del salón

-Eh… Creo que es la primera vez que Uchiha nos agradece algo –comentó Kiba, a lo que los otros dos asintieron

 

Shino, el médico escolar, le prestó ropa seca para que se cambiara su uniforme mojado. Como lo miraba algo decaído, le tendió una paleta de caramelo

-Come – le dijo seriamente

-Ah… Claro –la tomó-, se lo agradezco

-Buen chico –le acarició la cabeza

-Oiga, no soy un perro –se quejó

Shino sonrió levemente y consultó su reloj.

-Ahora regreso, no te sobre esfuerces.

El rubio se quedó totalmente solo hasta que miró a su celular (que estaba en el mueble junto a la cama donde lo sentaron) vibrar. Leyó el número en la pantalla y se sorprendió al ver de quién se trataba.

-Hola, abuela –saludó

-Naruto, ¡ni una llamada en semanas! –regañó Tsunade- ¿Sabes lo preocupados que hemos estado?

-Discúlpame. Por cierto, es raro que me hables a estas horas si sabes que tengo clases.

-Llámalo un sexto sentido o algo así, hijo.

-Fue Iruka-sensei, ¿verdad?

-Él sólo busca lo mejor para ti.

-Lo sé…

-Ah, tu abuelo quiere hablar contigo. Cuídate mucho, ¿sí?

-¡E-Espera!

-Hola, Naruto –saludó Jiraiya-. Es bueno oírte, chico.

-Igualmente, abuelo.

-Ahh… Hace mucho que no me llamas Ero-sennin –rió-. Tanto que me molestaba y ahora extraño que no lo hagas. Naruto, eres nuestro nieto y sabes que eres muy importante para nosotros, por eso no nos evites. Tomaste tus propias decisiones y las respetamos, recuérdalo, por favor.

-Claro. Cuídense mucho, yo también los quiero.

 

Cortó la llamada y agachó la cabeza con aflicción. Hacía años que la voz de su abuelo tenía ese efecto en él. De pronto la puerta se abrió de golpe, sobresaltándolo. Ahí de pie se encontraba Sasuke algo agitado, como si hubiera ido corriendo hasta ese lugar.

-¡Uchiha, me asustaste!

-¿Ves fantasmas y te asustan los vivos? –quiso hacerlo reír, pero notó que el rubio lucía triste- ¿Estás bien?

-Sí –sonrió de manera falsa

A Sasuke no le gustó para nada esa expresión, odiaba verla en el rostro de Naruto.

-Jajajaja –apareció Itachi riendo malvadamente-, esos mocosos no dormirán en días, jajajaja.

-Eh… Uchiha –lo miró-, ¿tu hermano siempre es tan raro?

-Lamentablemente –aceptó-. Aunque trata de lucir serio y maduro, en realidad es un infantil. Uhm… Oye, Uzumaki, ¿comemos juntos hoy después de la escuela?

Eso fue lo único que se le ocurrió para tratar de animarlo. Naruto se sorprendió y luego sonrió levemente. Sabía bien por qué de su invitación, el moreno estaba preocupado por él y se lo agradecía enormemente.

-Está bien, pero que sea en mi casa. No te ofendas, pero en tu mansión me siento raro.

 

Las clases de aquél día finalizaron y los chicos llegaron caminando a la casa del rubio. Sai estaba regando su jardín cuando los miró platicar amenamente, lo cual le extrañó pues conocía la actitud tan cerrada de su querido vecino.

-Vaya, Naruto-kun –sonrió-, nos hubieras dicho que ya tenías un novio.

-¡É-Él no es mi novio, Sai-san! –se sonrojó

-Jajaja, tranquilo, era broma.

El azabache lo miró de forma asesina antes de entrar a la casa, mientras Itachi simplemente se reía de sus expresiones.

 

Naruto se encontraba en la cocina cortando algunas verduras en lo que Sasuke fue al baño. A su lado Itachi lo examinaba pues desde la llamada de sus abuelos lo notó raro.

-Naruto-kun, no me gusta verte así.

-Lo siento.

-Tampoco quiero que te disculpes. Mejor dime qué te pasa.

-Simplemente recordé muchas cosas.

-Oye, ¿por qué odias tu don? Me habías dicho que tu padre y abuelo también lo tenían.

-Sí. Verás, mi verdadero apellido es Namikaze. Desde hace muchas generaciones nuestra familia ha tenido ése poder y se ha dedicado a ayudar a los fantasmas que siguen en este mundo por algún asunto pendiente. Yo deseaba seguir el legado de mi padre. Él y mi mamá eran médicos también y ella siempre lo ayudaba con los “trabajos especiales”. Un día, cuando yo era niño, llegó el fantasma de un hombre que quería le entregaran un mensaje a su esposa. Recuerdo que era una tarde muy lluviosa, por eso papá le pidió que esperara. Pero él insistió mucho, de modo que papá decidió ir a pesar del clima. Como mamá quiso acompañarlo me dejaron con mis abuelos. Por la noche la abuela me despertó, acababan de llamar del hospital ya que el auto donde ellos iban se volcó debido a lo mojado de la carretera. Mi papá murió al instante, mamá poco después de llegar al hospital. El día del funeral aquél espíritu apareció ante mí, quería ofrecerme disculpas. Pero yo estaba muy dolido, le grité que fue su culpa que ellos murieran y que no quería volver a verlo nunca. Lo cumplió. Desde ese momento cerré los ojos y me hice de oídos sordos cuando había fantasmas cerca, no quería tener que ver nada con ninguno. Mis abuelos estaban tristes por mi actitud, sin embargo no me dijeron nada porque entendían mis motivos. Con el paso del tiempo las cosas se complicaron.

-¿Por qué?

-Hay ciertos círculos de la sociedad que conocen el poder de los Namikaze. Ellos iban a nuestra casa porque querían que se les ayudara con distintos casos. Mi abuelo tomaba algunos de los trabajos, pero ellos sabían de mi existencia y deseaban que yo siguiera el camino de mis antepasados. No quería causarle problemas a mi familia, de modo que les pedí irme a vivir solo. Al principio estaban renuentes, sobre todo la abuela, pero llegaron a la conclusión de que era lo mejor para mí. Cambié mi apellido por Uzumaki, el de mi madre, de esa forma no darían fácilmente con mi paradero. Y así me mantuve –lo miró y sonrió-, hasta que cierto pelinegro descubrió mi secreto y se mantuvo tan terco que logró convencerme para que lo ayudara.

Itachi lo contempló con tristeza. Sabía que el rubio había pasado por muchas cosas, su mirada se lo decía, pero no imaginaba qué tanto sufrió. Ahora entendía por qué se alejaba de la gente.

-Siento mucho obligarte a hacer algo que te causa dolor, no era mi intención.

-No digas eso. En realidad… estoy feliz de conocerte, Itachi-san.

-Gracias –sonrió también-. Me alegra saber eso. Y lo mismo va para mí, Naruto-kun.

 

Tras la puerta de la cocina, Sasuke escuchó la conversación. Había decidido no entrar porque parecían estar hablando de algo muy serio (aunque no podía oír la voz de Itachi), y no se equivocó. Sin poder evitarlo apretó los puños. Lamentaba mucho que alguien como Naruto hubiera pasado por tanto sufrimiento, pero también le molestaba un poco la evidente confianza que el rubio le tenía a Itachi.

-Me siento patético por tener celos de mi hermano muerto –suspiró

 

Esperó unos minutos más antes de ir y ayudar al chico a cocinar. Luego se sentaron en la mesa y comieron con tranquilidad, platicando de muchas cosas bajo la encantada mirada de Itachi. Una vez terminaron, el azabache lo miró.

-Hay algo que necesito saber: ¿Itachi sospecha de alguien?

Naruto miró al fantasma, quien asintió.

-Sí, pero no está seguro todavía, por eso tampoco a mí me ha querido decir algún nombre.

Sasuke iba a hablar cuando oyó sonar su celular.

-Disculpa –le dijo y contestó-. ¿Qué pasa, tío? No, estoy bien –rodó los ojos-. Siento no avisar que llegaría tarde. Estoy con un amigo –sonrió levemente al ver a Naruto sonrojarse por llamarlo así-. No necesitas venir por mí, yo… De acuerdo –bufó-, te enviaré la dirección cuando vaya a irme.

 

Una hora después, un lujoso auto llegó a la casa. El rubio acompañó a Sasuke hasta la puerta.

-Mi tío exagera –se quejó el moreno

-Se preocupa porque te quiere, Uchiha –sonrió

-Ah, sobre eso –se puso nervioso-… Bueno… estamos en una situación peculiar y creí que… Yo… ¿Puedo llamarte Naruto?

-¿Eh? C-Claro.

-Genial –sonrió con alegría-. Nos vemos en clases mañana. Ah –le dio un ligero golpe en la cabeza-, y tú a cambio puedes llamarme Sasuke, ¿de acuerdo?

Sin borrar su expresión salió y subió al auto. Naruto llevó una mano a la zona que el moreno tocó. Desde la ventana Itachi contemplaba la escena. Sonrió, más tarde le platicaría a Naruto sobre que ya dominaba un poco sus poderes espirituales. Por ahora no quería bajarlo de esa nube de alegría y estupefacción.

 

Sasuke y Naruto se han acercado un poco más, pero ¿los responsables harán algún movimiento?, ¿Itachi seguirá torturando a los que molesten al rubio?, ¿Akatsuki seguirá sospechando de él? Todo esto y más en el siguiente capítulo: El accidente que no fue accidente.

 

 

~~~~~~~~~~ HISTORIA DE UNA FRASE ~~~~~~~~~~

 

VI

 

Itachi corría presuroso hacia el departamento de su amigo Deidara; acababa de enterarse que la pareja de éste, Sasori, lo había dejado. Llegó al lugar y entró usando su llave sin esperar invitación.

-¿Quién…? Itachi.

Su corazón se oprimió al verlo: aquél alegre y fuerte rubio estaba en el sillón abrazando un cojín, con los ojos rojos y restos de lágrimas aún en ellos.

-Sabía que estarías llorando –se acercó para sentarse a su lado

-Ya te enteraste –afirmó recargándose en su hombro-… No sé qué fue lo que pasó, simplemente… me dijo que las cosas ya no eran como antes –las lágrimas volvieron a caer-… y que lo mejor era separarnos.

Itachi apretó la mandíbula y abrazó a Deidara con fuerza, queriendo consolarlo y protegerlo.

-¿Por qué, Itachi…? –sollozaba

-Porque es un completo idiota, mira que dejarte así. Él no sabe lo que está perdiendo, por eso no sigas llorando, no vale la pena –le alzó el mentón y con la otra mano limpió sus ojos

-Gracias –sonrió levemente-. Eres tan dulce, Itachi.

-Lo sé, lástima que tú apenas te des cuenta –le dio un beso en la frente-. Cuando estás triste la comida ayuda a aligerar la carga, de modo que voy a preparar algo para ti, ¿está bien?

Deidara se tocó la frente y sonrió con cariño, recordando que hacía tiempo su amiga Konan le dijo que Itachi parecía estar secretamente enamorado de él.

-Muchas gracias, Itachi –murmuró-. Eres como mi ángel de la guarda.

 

“Ninguna persona merece tus lágrimas, y quien se las merezca no te hará llorar”

 

Notas finales:

HIGARY-NOTAS:

Amo esa frase que es del genial Gabriel García Márquez. En cuanto al fic, jejeje, ¡¡el teme siente celos de su fantasmagórico hermano!! Y ya ven, tanto él como Naruto tienen un pasado triste por perder a seres que querían mucho TT_TT Bueno, como siempre esperaré sus reviews con flores, quejas, pedradas, saludos, cebollazos, felicitaciones, bombas, amenazas, jitomatazos y demás. Ya terminé por fin el capítulo 5 de S.E.M.E.S., pero se los traeré en unas semanas más, ya que en la siguiente se viene el gran final de Nuestro futuro y en quince días la continuación de este fic, jeje. Ah, sí, y próximamente mi historia más larga y triste, pero luego les cuento más de ella. Bueno, se me cuidan mucho y nos leemos después. Bye byeeee!!


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