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Susurros del más allá por Higary

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Notas del capitulo:

Holi hola, gente bonita!! Dos semanas y aquí estamos de nuevo con este fumado fic, jejeje (Kyuu: Como la mayoría de tus ideas ¬¬). ¡Muchas gracias por los reviews recibidos! Ah, por cierto, les recomiendo las películas de Crows Zero y Crows Zero II, más o menos como Tenjo Tenge, pero con puros chicos n.n (Kyuu: Y se supone son shonen, pero una mente yaoista vaya que encuentra material para fantasear) Seehh, sobre todo con la interacción entre Tamao y Tokio *o* Cofcof, pero mejor les dejo para que pasen a lo que vinieron: ¡¡a leer!!

 

Muro de los susurrantes: neko-chan X3, hana-no-tenkai, Kaoru (jajaja, yo también lo hubiera visitado), OokiraoO, Megumi Minami (sasunaru!!) (Kyuu: Para ella el narusasu es tabú ¬¬), Shinku_hell, Yume-chan (felicidades por aprobar!!), Itzel, Nekomata Uchiha, eminahinata, yelina uchiha y shinigami3101 (eso no será necesario n.n0) (Kyuu: Ya tiene escrito hasta el capi 10 de un total de 12).

 

Disclaimer: Los personajes aquí utilizados son propiedad de Kishimoto-sensei. A lo mejor tiene algunos detallitos de la película Ghost, pero en sí la idea es producto de mi mente maquiavélica.

CAPÍTULO 2: A OÍDOS SORDOS... ¿SERENATA DE ANIME?

 

-Sasuke... ¿cómo estás?

Frente a él se encontraba un alto hombre de cabello y ojos negros de poco más de treinta años, parecía amable pero algo preocupado. Uchiha Obito era el hermano menor de su difunto padre, su tío quien siempre veló por él e Itachi. Se encontraban en la sala de su mansión. Todo el camino hasta allá ambos habían permanecido en silencio.

-Ya mejor -contestó seriamente el chico

-¿Seguro que quieres seguir en la mansión? Puedes venir a vivir conmigo y con Rin.

-Esta es la casa que compartí con mis padres y hermano, no voy a dejarla.

Obito sonrió levemente. Estaba seguro que su sobrino seguía muy dolido, sin embargo era un chico fuerte; confiaba en que lograría salir adelante.

-Muy bien.

-Sasuke-sama -llamó Tenten-, Kisame-san ha llegado.

-Gracias, hazlo pasar.

Un hombre de cabello azul, ojos negros y con aspecto de tiburón ingresó en la sala. Vestía de traje negro y traía un maletín.

-Hola, Sasuke, Obito-san.

-Te estábamos esperando -dijo el mayor

-Sé que todavía estamos en momentos difíciles -dijo Kisame-, pero es mejor ir aclarando las cosas.

-¿A qué te refieres? -preguntó el menor

-A Uchiha Company -explicó-. Madara-san es el Presidente provisional, pero Itachi dejó claro en su testamento que si algo le pasaba, el mando lo asumirías tú, Sasuke.

-Para eso primero debes cumplir la mayoría de edad -añadió su tío-. Nosotros nos encargaremos de tu parte mientras llega tu cumpleaños y nos aseguraremos que mi hermano no haga cambios serios.

-Entendido.

Para ninguno de los tres era secreto que Uchiha Madara tenía planes muy distintos a los de Itachi, sin embargo Sasuke no estaba dispuesto a permitir que él arruinara todo lo que su querido hermano logró.

 

Ambos adultos salieron de la mansión y se miraron fijamente antes de abordar sus respectivos vehículos.

-Sasuke estará bien -afirmó Obito-. De todos modos mi prometida y yo seguiremos al pendiente de él. Y le pediré a Kakashi que también le eche un ojo en la escuela.

-Me parece perfecto.

-Hasta luego, Kisame-kun -subió a su auto y se marchó

Kisame también caminó a su vehículo y se sentó frente al volante. Vio de nuevo la mansión y apretó el puño. Él, Itachi y otra persona habían sido los mejores amigos desde la secundaria. Años atrás falleció aquél chico, y hacía una semana que perdió a su otro amigo. Por eso tomó la decisión de proteger a Sasuke y velar por sus bienes, ya que Kisame tenía un mal presentimiento y no estaba del todo convencido de que ese accidente realmente lo fuera.

 

Naruto se encontraba preparando la comida. Trataba de tener sus sentidos alertas, de modo que se sobresaltó al escuchar el timbre de su casa.

-¿Quién es? -preguntó dudoso

-Soy yo, Naruto.

-Ahh, Gaara-san.

Abrió la puerta visiblemente aliviado. Del otro lado se encontraba su pelirrojo vecino.

-Lamento mucho lo de esta mañana -se disculpó el de ojos azules

-No hay problema.

-¿En qué puedo ayudarte?

-Ven a cenar hoy con nosotros, Sai traerá comida coreana.

-Yo...

-No aceptaré una respuesta negativa -le acarició la cabeza-. Te esperamos a las siete, ¿de acuerdo?

-... Sí -sonrió-, gracias, ahí estaré.

 

Cerró la puerta todavía sonriendo levemente. Muchas veces Naruto trataba de alejarse de las personas, pero Gaara y Sai no parecían estar de acuerdo con ello y siempre buscaban la manera de animarlo.

-Él parece una buena persona -escuchó una voz

-¡¡Aaaaahhhh!! -gritó asustado

Al darse la vuelta se encontró con el mismo fantasma pelinegro que se topó en la calle.

-¡¿Cómo me encontraste?!

-Es obvio que te seguí -contestó con simpleza

-Sal de mi casa hora mismo -le ordenó

-No lo haré -se puso serio-. Te busqué porque necesito tu ayuda.

-Claro que no -se alejó de él-. No hay nada en lo que pueda ayudarte.

-Eso no es cierto. ¡Puedes verme y oírme!

-Sí, pero no por gusto propio.

-Por favor, Naruto-kun, te necesito.

-Olvídalo, yo no me dedico a guiar espíritus ni nada de eso. Además -lo miró con sospecha-, ¿cómo es que sabes mi nombre?

-Lo escuché del chico pelirrojo -puso cara de súplica-. Es en serio, Naruto-kun, necesito tu ayuda. Debo contactar con...

-Temo que te equivocaste de persona.

-¡Imposible! Hasta ahora eres el único que ha podido hablar conmigo.

 

El ojiazul regresó a terminar su comida mientras el fantasma seguía rondándolo.

-Naruto-kun -llamó-, Naruto-kun. Naruto-kun, no me ignores -no tuvo respuesta-. Naruto-kun, ambos sabemos perfectamente que puedes escucharme.

El chico terminó de cocinar, sirvió un poco en un plato y fue a sentarse en la mesa.

-¿Vives solo? -preguntó el moreno

Naruto no le contestó, pero señaló el altar de sus padres. El pelinegro lo miró con pena al comprender. Aquél joven también perdió a sus seres queridos.

-¿Tienes más parientes?

-Sí.

-¿Por qué no vives con ellos?

-Porque no.

-Qué parco -se quejó sentándose frente a él-. Me recuerdas a mi hermanito.

El pelinegro lo miró comer, pero no quería quedarse callado; iba a presionarle hasta que accediera a ayudarlo.

-Oye, Naruto-kun, ¿desde cuándo ves fantasmas?

-Desde que nací.

-¿Sólo tú tienes ese don?

-No, es genético. Y para mí no es un don -se levantó y recogió su plato-, sino una maldición.

El moreno no podía evitar sentir pena por aquél chico. Era tan joven, aún así parecía cargar con un gran peso encima, mucha tristeza a cuestas.

 

Naruto hizo su tarea escuchando el interrogatorio del pelinegro. Se había dado cuenta que si respondía a sus preguntas no se ponía tan pesado como cuando trataba de ignorarlo. Cayó la tarde y fue a darse un baño antes de ir a cenar con sus vecinos.

-Vaya, se nota que eres muy limpio -oyó una voz-. Este lugar está reluciente.

-¡¿Quién rayos te crees, pervertido?! -le lanzó una botella de shampoo- ¡Sal de aquí!

El espíritu miró con gracia como el objeto lo atravesaba, además de que el rubio tenía un lindo sonrojo en sus mejillas.

-Eres un chico muy atractivo. Tu pareja debe ser sumamente afortunada.

-¡Para empezar soy soltero! ¡Ahora sal de aquí!

 

El fantasma curioseó por la habitación del ojiazul, tenía muchos libros de todos tipos, algunas fotos de sus padres y había otra donde aparecía acompañado de una mujer rubia y un hombre de cabello blanco. Naruto regresó con sólo una toalla amarrada en la cintura. Se sonrojó al ver el escaneo que le hizo el moreno.

-¡Te dije que salieras de aquí, fantasma pervertido!

-Qué desperdicio si no dejas ver -comentó, pero decidió obedecerlo al ver su cara de ira. No quería que el rubio siguiera renuente a ayudarlo

 

Naruto terminó de arreglarse y salió, cruzó la calle y tocó el timbre de la casa del frente.

-Menos mal que no me siguió -murmuró volteando alrededor

-Naruto-kun, pasa -pidió Sai abriendo la puerta y haciéndose a un lado

-Gracias, Sai-san.

Fue a sentarse a la sala desde donde observaba a Gaara acomodar la mesa.

-¿Te puedo ayudar en algo? -le preguntó

-No te preocupes, Naruto. Eres nuestro invitado -le recordó sonriendo levemente

 

Unos minutos después pasaron al comedor. No era la primera vez que la pareja lo invitaba cenar con ellos.

-Cuéntanos, Naruto-kun, ¿cómo te ha ido en la escuela?

-Bien -se encogió de hombros-, nada del otro mundo.

-¿Alcanzaste a llegar a tiempo? -preguntó Gaara

-Eh... No. Pero por fortuna no me castigaron.

-Menos mal -le sonrió Sai-. Y dime, Naruto-kun, ¿no hay por ahí alguien que te sea especial?

El ojiazul pareció meditarlo. Nunca les había dicho a ellos que en la escuela le temían y rechazaban, al menos casi todos. Sonrió: sólo aquél chico era diferente.

-No, creo que no.

Gaara lo miró con detenimiento. Él y su novio sospechaban de la soledad del rubio, pero preferían no presionarlo. Además parecía que a pesar de todo sí tenía a una persona importante.

 

Continuaron charlando mientras cenaban. Naruto estaba bebiendo agua cuando detrás de Sai miró a otro pelinegro que lo saludaba moviendo la mano.

-Hola, Naruto-kun.

-¡¡Aaahhh!! -gritó levantándose

-¿Qué sucede? -preguntó Gaara

-N-Nada, yo -rió nervioso-... lo siento, jejeje, es que de pronto recordé algo que había olvidado y... Cofcof, creo que ya debo irme.

-Pero todavía es temprano -dijo Sai

-Sí, sólo que mañana tengo clases y debo terminar mi tarea. Gracias por la cena y nos vemos mañana.

-Buenas noches, Naruto-kun.

-Que descanses, Naruto.

 

El rubio se tumbó en su cama, suspirando.

-Idiota -le soltó-, ¿por qué fuiste allá?

-Nunca me prohibiste ir -sonrió el fantasma-. Pareces llevarte muy bien con ellos dos.

-Claro que sí -fue al baño y se puso su pijama-. Desde que llegué aquí me han cuidado mucho.

-Mmm... Naruto-kun, ¿vas a ayudarme?

-Ya dije que no. Y déjame dormir -regresó para meterse en su cama-, estoy cansado.

-No hasta que aceptes ayudarme.

-Bien, pues has lo que quieras.

El espíritu sonrió de manera malévola. Iba a tomarle la palabra, así que hizo memoria y comenzó a cantar.

-Los guardianes del uuniverso, al triunfar el  maaal. Sin dudarlo salen a combatir por un mundo ideaaal -se colocó junto al rubio para seguir cantando-. Caaaballeros del zodiaaco...

-¿Qué rayos crees que haces? -lo interrumpió

-Dijiste que hiciera lo que quisiera -se defendió ampliando su sonrisa-, de modo que decidí cantarte todas las canciones viejas de anime que recuerdo.

-Debes estar bromeando.

-Abuelito dime túu, que sonidos son los que oigo yo. Abuelito dime túu...

Naruto se tapó la cabeza con su almohada, rezando porque aquél sujeto lo dejara en paz.

 

Le siguieron canciones de Sailor Moon, Fly, Super Campeones, Las Guerreras Mágicas, Dragon Ball desde que Goku era un niño hasta GT, Ranma ½, incluso otras que el ojiazul no conocía.

-Yo quisieeera... que supieeeras... cuánto extraaaño... tu presencia aquí. Y no pueeedo, no me atreeevo... Es que si te veo no sé qué decir...

-¿Miraste Card Captor Sakura?

-Claro, me gustan las obras de CLAMP. ¿Acaso no te gusta el shoujo?

-Sólo los que no estén tan dramáticos. Y ya cállate.

El pelinegro tuvo una excelente idea. Había una canción que casi podría jurar que el otro detestaría.

-Si me buscas, tú a mí, me podrás encontrar.

-¡No! ¡Todas menos esa!

-Yo te espero aquí, sí, sí. Este es mi lugar.

-¡Basta! ¡Odié Candy Candy! ¡En especial su canción del inicio!

-Si quieres reír, descubre la alegría de soñar, un mundo de alegría sin igual. Junto a mí, a tu amiga...

-¡Yaaaa! -gritó levantándose e interrumpiendo- ¡Muy bien, te ayudaré! ¡Pero júrame que terminarás con tu serenata y que jamás volverás a cantarme esa odiosa canción!

-Muy bien, Naruto-kun, ya entendí. Ahora cálmate. Jajajaja, sabía que terminarías cediendo.

Naruto lo miró con reproche, sin embargo ya había dado su palabra y no se retractaría.

-Entonces, ¿qué quieres de mí?

El pelinegro se puso serio.

-Tienes que ayudarme a descubrir quiénes provocaron mi muerte -se sentó frente al otro-. Todos creen que fue un accidente, pero antes de fallecer descubrí que todo fue provocado, aunque sólo sospecho de quiénes podrían ser los responsables; necesito estar seguro. Además -lo miró- temo que ahora mi hermano menor pueda estar en peligro. Sé que también te estoy arriesgando al involucrarte, Naruto-kun, pero eres mi única esperanza.

El ojiazul notó la desesperación en su cara, de modo que suspiró.

-Entiendo. Está bien, haré lo que pueda para ayudarte.

-¡Muchas gracias! -intentó abrazarlo, pero lo traspasó- Ah, sí, por un momento olvidé que soy fantasma, jeje.

-Torpe -se sobó la cabeza-. A todo esto, no me has dicho tu nombre.

-Oh, es verdad. Soy Uchiha Itachi, mucho gusto.

-¡¿Q-Qué?! -lo miró con sorpresa

Aquella debía ser una bizarra jugada del destino. Tenía frente a sí al difunto hermano del único compañero que apreciaba en la escuela.

 

¿De qué forma ayudará Naruto a Itachi?, ¿alguien descubrirá que el rubio puede ver fantasmas?, ¿cuántas canciones de anime se sabrá Itachi? Esto y más en el siguiente capítulo: "Investigación. Aparece Akatsuki".

 

 

~~~~~~~~~~ HISTORIA DE UNA FRASE ~~~~~~~~~~

 

II

 

Gaara suspiró por enésima vez. La gente iba y venía con prisa, acomodando hasta los últimos detalles. No sabía cómo había terminado ahí.

-Eso pónganlo por allá. Esa pintura aquí.

Error, sí lo sabía. Todo porque se dejó convencer por aquél pelinegro: Sai, el chico con el que llevaba saliendo una semana. El club de arte de su escuela iba a tener una exposición, y Sai, como Presidente del mismo, debía supervisar que todo saliera perfecto.

-Tal vez no debí acceder a acompañarlo.

Siendo tan serio como él solo, y con gustos tan diferentes, no tenía idea de por qué habían terminado gustándose. Suspiró una vez más y fue a ocupar una silla.

-¿Estás aburrido?

Alzó la vista encontrándose con el causante de su suplicio.

-No, Sai, sólo que prefiero mantenerme al margen. Todos están tan estresados que podrían atacarme.

El pelinegro rió y le ofreció un jugo.

-¡Sai-senpai, lo necesitamos aquí!

-Lo siento, el deber me llama.

-Anda, ve, falta poco para que la exposición inicie.

Antes de irse Sai se agachó y le dio un beso en la mejilla. Sonrojado, Gaara observó la expresión de radiante felicidad de su novio, quien dio media vuelta y se alejó. Gaara sonrió levemente, comprendiendo: tal vez no se lo había dicho, pero el hecho de estar ahí, apoyándole y haciéndole compañía, era suficiente para Sai.

 

"No es necesario hablar de amor, porque el amor tiene su propia voz, y habla por sí mismo"

Notas finales:

HIGARY-NOTAS:

Espero que les haya gustado. La frase de hoy la verdad no recuerdo dónde la leí o.o pero bueno XD Si hay horrores ortográficos es que me dio flojera releer y revisar el fic -_- Como siempre saben que esperaré sus comentarios con quejas, saludos, amenazas, pedradas, felicitaciones, jitomatazos, flores, cebollazos, bombas y demás. Se me cuidan mucho y nos leemos la próxima semana con Nuestro Futuro. Bye byee!!


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