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Si causa sufrimiento... ¿continúa siendo amor? por Melibea

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Notas del capitulo:

- Dilo...

- N-Na- Narut-to, n-no... m-me p-perten-nece... buuaaaaa.

- Muy bien, nee-san, tranquila, tranquila.

 

Los personajes son única y exclusivamente de Kishimoto-sensei.

  ¿Por qué es cruel el amor?... No, el amor no es cruel; la pregunta adecuada sería: ¿Por qué los seres humanos son crueles y juegan con el amor? Tal  vez, sea parte de nuestra naturaleza egoísta. ¿Por qué aferrarse a aquello que nos hace daño? ¿Por qué despreciar lo que nos conviene, emocional y mentalmente, y escoger lo que nos satisface físicamente? ¿Por qué, por qué, por qué…? ¿Por qué nos hiere quien amamos? ¿Por qué lastimamos a quien nos ama?


  Le conocí cuando recién ingresé a secundaria, le encontraba en los pasillos, en la cafetería, al terminar las clases; él nunca se fijaba de mi presencia, nadie lo hace. Su nombre: Sasuke Uchiha; alumno de tercer año. Ojos negros, como una noche sin luna y estrellas; mirada penetrante, cual cazador que acecha a su presa; cuerpo esbelto, gracioso, sin perder su porte masculino; labios delgados, sensuales cuando sonreía con prepotencia; piel marmórea que tienta a caer en el más dulce y vicioso de los pecados. La perfección de dioses encarnada en un mortal.


  Despertaba admiración y pasiones en aquellos que le contemplaban, y él era consciente de las emociones que desataba, se envanecía con ellas. Pero, nunca le había visto con pareja, lo cual me parecía inusual y reconfortante a la vez, tal vez no había encontrado a alguien que se encontrara a su altura. Sin embargo, llegaron a mis oídos rumores desalentadores: Sasuke comenzó a salir con Haruno Sakura, una chica de primer año y la capitana del equipo de porristas de la escuela. No lo culpaba, la chica era realmente bonita: ojos esmeraldas, largos cabellos rosados, sonrisa calurosa y radiante, facciones delicadas, cuerpo menudo pero con proporciones justas; una belleza. Comparado con ella, soy nada. No puedo decir que soy feliz si él es feliz, pues sería mentira, se acerca más a la realidad: Si él es feliz con otra persona, yo intentaré sentirme menos infeliz y continuaré con mi existencia. Miserable, ¿cierto?


  Aún así, no puedo sacarlo de mi mente; tampoco puedo intentar volver triviales los recuerdos al pensar en ellos una y otra vez, pues resulta aún más doloroso. Pero no debe decaer mi ánimo o levantaría sospechas, es duro, porque también me ha sido prohibido demostrar y liberar mi tristeza. Transito por un camino de espinas, un camino que debo andar yo solo. Solo. Solo.


 


 


*~~~~~~~ * ~~~~~~~ * ~~~~~~~ * ~~~~~~~ * ~~~~~~~ * ~~~~~~~*


 


 


 


  Mi mente no lo concibe… ¡¿En qué demonios pensaba?! ¡¡Sakura ha terminado con Sasuke!! Está loca, definitiva y totalmente loca.


  Sasuke se había graduado de la escuela media y consiguió entrar a una preparatoria con excelentes recomendaciones y, al parecer, él la engaño con una compañera. Sinceramente, no puedo creer eso. Quisiera saber lo que pasó en realidad, preguntar la versión de Sasuke, y formarme una opinión; preferentemente, una donde él no sea el “villano”. Pero, no puedo llegar y preguntar como si nada: - Sasuke, tengo una incógnita, ¿traicionaste a tu novia o ella te traicionó? Seguramente, terminaría en el área de terapia intensiva.


  Mi mente divagaba mientras caminaba de regreso a casa, tan ensimismado estaba, que choqué con otra persona; me levanté para conocer al agraviado por mi torpeza y descubro a un lloroso Sasuke que me mira con reproche.


-   D-disculpa, no… no fue mi intensión…- me muero de vergüenza, y las mariposas revoloteando en mi estómago no son de mucha ayuda.


 


-   Serás usuratonkacchi, fíjate por donde caminas-, contesta con altivez mientras me da la espalda intentando esconder la evidencia de su tristeza.


 


 


-   Gomen, demo… oye, ¡¿a quién llamas usuratonkacchi, teme?!-, grito ante la ofensa.


 


-   ¿A quién más? Pues al único dobe que veo por aquí.


 


 


-   ¡¡Deja de insultarme!!


 


-   Pues deja de ser un dobe y, tal vez, lo considere.


 


 


 


-   Teeeemeeeee…


 


-   Dime tu nombre.- ordeno con petulancia.


 


 


-   Naruto, Uzumaki Naruto.- Sonríe de forma casi imperceptible, pero tras observarlo tanto tiempo, he aprendido a reconocer sus gestos. Se dio la vuelta después de escuchar mi respuesta y continuó su camino. No puedo creerlo, hable con Sasuke, hablé con Sasuke; y me sonrió, me sonrió, por favor, alguien pellízqueme para saber si continuo dormido, o deme una bofetada para descubrir si estoy alucinando.


 


  Legué a mi humilde departamento, tan lúgubre y vacío, me quité los zapatos en la entrada, dejé la mochila sobre la cama, cambié el uniforme escolar por algo más cómodo, preparé un almuerzo ligero, lavé los platos y me dispuse a comenzar con la tarea. Tic, tac, tic, tac… El sonido del reloj corría incesante, los minutos transcurren y no logro concentrarme, no puedo apartar de mi mente de la imagen de sus labios mientras hablaba, la discreta sonrisa, los ojos profundos y enrojecidos por las lágrimas; el aura de tristeza que emanaba de su ser… Sufre, sufre aunque intente ocultarlo, y disfraza su dolor en los comentarios sarcásticos que pronuncia, en las sonrisas petulantes y altaneras que suele mostrar; me pregunto si alguna vez seré capaz de entender cuanto sufrimiento alberga en estos momentos su corazón y su espíritu. Es inútil, no puedo concentrarme.


  Recogí mis útiles y acomodé todo. Tomé las llaves, una pluma y la libreta, y salí a caminar; mis pies saben a dónde dirigirse en estas circunstancias: al parque.


  Siempre que necesitaba pensar iba a aquel lugar, era tan tranquilo, relajante y bonancible, donde reflexionaba y me dejaba consentir por la suave brisa que alborota mis cabellos rubios; dejaba que mis recuerdos fluyeran con el viento y calentaran mi corazón junto con el sol que empezaba a desvanecerse en el horizonte.


  No puedo, no puedo hacer que el olvido se lleve mis sentimientos por ti, no logro callar las voces de tristeza  y sufrimiento, que recuerdan mi realidad y la nula probabilidad de poder alcanzar mi sueño; tampoco puedo evitar que esperanza anide en mí y continúe animándome a seguir adelante y no rendirme. Embriagado por emociones y sentimientos abrumadores, los dejo correr en la tinta que se desliza sobre el papel:


 


 


ES amor fuerza tan fuerte


Que fuerza toda razón;


Una fuerza de tal suerte,


Que todo seso convierte


En su fuerza y afición;


Una disputa forzosa


Que no se puede vencer,


Cuya fuerza porfiosa


Hacemos más poderosa


Queriéndonos defender.


 


Es placer en que hay dolores,


Dolor en que hay alegría,


Un pesar en que hay dulzores


Un esfuerzo en que hay temores,


Temor en que hay osadía;


Un placer en que hay enojos,


Una gloria en que hay pasión,


Una fe en la que hay antojos,


Fuerza que hacen los ojos


Al seso y al corazón.


 


Es una cautividad


Sin parecer a las prisiones;


Un robo de libertad,


Un forzar de voluntad


Donde no valen razones;


Una sospecha celosa


Causada por el querer,


Una rabia deseosa


Que no sabe que es la cosa


Que tanto desea tener.


 


Es un modo de locura


Con las mudanzas que hace:


Una vez pone tristura,


Una vez causa holgura


Como lo quiere y le place;


Un deseo que al ausente


Trabaja, pena y fatiga;


Un recelo que al presente


Hace callar lo que siente,


Teniendo pena que se diga.


 


 


  Así es este amor: enfermizo, pueril, secreto, profundo, desolador; pero, al fin y al cabo, amor.


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