Miro por la ventana para cualquier otro seria un día normal, soleado y aburrido, pero no para él ese día era diferente era el día que siempre había esperado, termino de hacer su maleta y volvió a ver a través de la ventana dio un suspiro largo, estaba muy ansioso, escucho como la puerta se abría dirigió su mirada al recién llegado
-Buenos Días, veo que esta vez ya estás listo- miro sus maletas
-Buenos Días bueno este no es un día normal- sonrió
-En eso tienes razón- suspiro -¿Y bien como te sientes?- jalo una silla que estaba en la esquina
-Me siento mejor- rió
-¿De verdad o solo lo dices para salir?
-Las dos cosas- ambos rieron
-Me da gusto que ya estés mejor- le sonrió –Cuídate espero que nos volvamos a ver
-¿Cómo paciente?
-No como amigo- le tendió la mano –Estoy muy feliz de que te hayas recuperado
-Yo también- tomo su mano y la estrecho
-Doctora- una enfermera se asomo por la puerta –Los familiares del paciente 522 están afuera
-Diles que ya vamos- la enfermera asintió y salió
-Siempre odie eso de ella- la fulmino con la mirada mientras recogía su maleta
-Es comprensible- suspiro –Ella no quiere relacionarse con los pacientes, pero debes de irte ya te están esperando
-Gracias Doctora- hizo una reverencia
-Vamos 2 años aquí y aun sigues siendo tan formal- rió y palmeo su hombro –Ya vete y recuerda espero que para la próxima, nos veamos no como doctora y paciente si no como amigos- le sonrió
-Yo también espero eso doctora
-Dime por mi nombre
-¿Y cómo te llamas?
-Doctora su próximo paciente lo espera- le tendió unos papeles
-Creo que te lo diré la próxima vez que nos veamos- se despidió con la mano y se volteo, el retomo su camino acompañado de otra enfermera
Giro sobre su eje y vio como aquel joven de pelo negro se dirigía a la salida, de verdad estaba contenta de verlo salir, algo muy dentro de ella se agito esperaba no volver a verlo en ese lugar, un gran joven pero con una mente muy distorsionada, alejo esos pensamientos de su mente tenía trabajo
-Me da gusto que estés de vuelta- le extendió un ramo de flores
-¿Y no me vas a dar un abrazo Shuu?- le extendió los brazos
-Idiota, me da gusto que no te hayan quitado el sentido del humor- fue a abrazarlo
-Gracias por venir- le susurro
-No hay de que Satoshi, anda sube al coche tengo mucho que contarte- tomo su maleta y la metió en el portaequipajes, su amigo ya estaba sentado
-¿Quieres algo de comer?- arranco el coche
-Sí, me muero por algo de curry- sonrió
-Ok vamos por el sirve que en la comida te cuento de todo lo que te perdiste
-Si necesito ponerme al corriente
Shuu prendió el radio una canción de ellos sonó, Satoshi suspiro añoraba la adrenalina de subirse a un escenario, cantar, entregarse al público y que ellos por medio de los coros se entregaran a él, eso era lo que más extrañaba en su encierro la sensación de excitación al verse rodeado de gente que cantaba con él y que gritaba y se emocionaba al verlo arriba del escenario.
Por fin llegaron a un restaurante algo sencillo, pero calmado después de todo lo único que querían era conversar tranquila y pausadamente, se sentaron y ordenaron curry esperaron a que se los trajeran para empezar a hablar, no querían que nadie los interrumpiera
-¿Y bien?- dijo llevándose la primera cucharada a la boca
-Bueno ocultar tu desaparición fue algo difícil sabes, tuvimos problemas con los de arriba- suspiro –Pero después de unas largas sesiones (quejas y reclamos) entendieron que era lo mejor para ti y para la banda
-¿Cómo lo tomaron los medios?
-Bueno como aun somos indies- rió – No causo tanto revuelo- dijo esto con un dejo de amargura –Pero a pesar de eso los fans inundaron el edificio con correspondencia, aun no logro leerla toda- rió- Además no era para tanto después de todo, todos los grupos se toman descansos, ve a nuestros superiores ellos toman un descanso de cuatro años y nadie les dice nada- los dos rieron
-¿Y qué has hecho en estos dos años? – lo miro con curiosidad
-Bueno- se llevo una cuchara de comida a la boca y lo miro pensativamente, termino de pasar el alimento –He estado ayudando a los nuevos grupos de la empresa
-¿No has descansado?
-Claro que si- rió –Pero no me iba a poner a descansar dos años ¿O sí?
-No pues no- bebió un poco de su jugo – ¿Y Nii?
-El está muy bien está en una nueva disquera y es miembro de apoyo de una banda, no me preguntes el nombre- vio que su amigo iba a abrir la boca –Porque no me acuerdo- sonrió –Si me lo ha dicho pero no recuerdo
Ambos volvieron a reír
-Y…bueno- le costaba preguntar por esa persona
-El también está bien, ahora compone melodías
-Me da gusto- suspiro aliviado -¿Y se han visto?
-Claro a pesar de todo aun somos amigos- esas palabras reconfortaron a Satoshi
-Yo pago la cuenta
-Gracias Shuu
-No hay de que, después me pagaras
-Maldito codo
-Solo un poco- los dos sonrieron y salieron del restaurant, Shuu lo llevo a su casa
-¿Quieres pasar?- metió las llaves en la cerradura
-No, tú tienes mucho que arreglar y yo solo estorbaría- se encogió de hombros
-Está bien, gracias por traerme y por la comida
Hubo un largo silencio hasta que por fin reunió el coraje
-Perdóname, por todo realmente lo siento yo…-
-Para eso están los amigos- ambos se abrazaron, Shuu se despidió de su amigo y se fue
Satoshi suspiro y abrió la puerta, toda la casa estaba obscura se sintió un idiota, era ilógico que él lo estuviera esperando, entro en el departamento todo seguía igual a como lo dejo después de ese incidente, supuso que no fue una buena idea caminar con las luces apagadas después de pisar varios fragmentos de cosas extrañas, a tientas dio con el contacto la luz lastimo sus ojos, vio toda la habitación efectivamente todo estaba igual, la mesa de centro volteada, el jarrón roto, el sillón de lado, suspiro y se dirigió a la habitación
Esta seguía igual o peor que la sala, las sabanas aun seguían cubiertas con sangre, su sangre se sentó y paso la mano por encima de la mancha, se sentía asqueado, como pudo ser tan cobarde y actuar de esa manera y todo por su egoísmo, por su manera de ver las cosas, cerró los ojos sus memorias le invadieron la mente
-¡¡Deja de ser tan estúpido!!- lloro
-¡¡No soy estúpido te digo lo que veo, si estas harto de mi lárgate no te necesito!!
-¡¡No digas estupideces, oye lo que estás diciendo ¿Cómo puedes ser capaz de pensar esas cosas y de mi?!!
-¡¡Lo vi, te vi besándola!!
-¡¡No la besaba, tu retorcida mente cambia las cosas y dice lo que te conviene, si quieres terminar hazlo pero no voy a dejar que me arrastres a tu maldito mundo!!- se enjuago las lagrimas
-Bien terminamos- bajo la mirada
-Satoshi, yo te amo por favor no nos hagamos esto- rio nervioso
-No Ryo tú lo hiciste
-¡¡Es que no soy yo, entiéndelo tu mente distorsiona las cosas!!
-¡¡Ahora me dices loco!!- grito lleno de cólera
-¡¡No, no vez todo lo malinterpretas!!
-¡¡Pues no entiendo lo que me dices, no estoy loco!!- volteo la mesa de centro, pateo el sillón y empezó a tirar todo lo que se encontraba ahí, quería desquitarse con algo o con alguien
-¡Satoshi cálmate, por favor!- se llevo las manos a la boca, estaba muy asustado
-¿Me tienes miedo?- volteo a ver al menor que temblaba
-No yo solo- se le corto la voz
-¡¡Mírate a ti mismo, te aterro porque no lo dijiste antes de que iniciáramos algo si te doy miedo lo hubieras dicho y no me hubiera ilusionado contigo, no hubiera actuado como colegiala enamorada, sabiendo que tu no sentías lo mismo por mi!!
-¡¡Cuando dije eso Satoshi deja de decir estupideces!!- trato de sujetarlo, pero no pudo
-No lo son- corrió hacia el baño y rompió el espejo de ahí tomo un fragmento del espejo vio como su novio lo seguía
-Detente, ¿Satoshi qué piensas hacer?- susurro
-Algo que debí de haber hecho hace mucho tiempo- se encerró en la habitación principal, por más que su novio le implorara y golpeara la puerta frenéticamente no respondió, se acostó en la cama y cerró los ojos, ahí estaba el terminando con su vida y con un acto tan cobarde, suicidándose, la sangre brotaba de sus muñecas, no le importo que la puerta se abriera, que su novio estuviera al borde de la histeria hablándole implorándole que se mantuviera con vida, lo único que quería es dejar de sentirse miserable, con él y con los demás.
No le importo que después en el hospital lo tuvieran amarrado con correas, no importaba él se las ideaba para terminar con su vida, su novio ya no era el mismo, la luz que antes tenia se había extinguido ahora lucia sombrío y triste, siempre era lo mismo su visita terminaba en pleitos, en llanto por parte de Ryo y en reclamos por parte de Satoshi
Sus amigos estaban al borde del colapso, por más que trataran de animarlo, solo les resultaba peor, realmente no quería saber nada de ellos ni de nadie, por fin no hubo más remedio que internarlo en una clinica, los doctores ya no podían controlar sus estados de ánimo y sus muñecas ya no aguantaban.
Por fin lo internaron, les costó mucho trabajo porque él se negaba a ir, no quería que lo encerraran en un lugar para locos, el no estaba loco, solo era demasiado observador algo que el mundo no aguantaba y por lo visto sus amigos ni su novio lo aguantaba. Así fueron pasando los días, meses hasta acabar en años, en aquel confinamiento, todos los días era lo mismo se retorcía de dolor, de rabia e impotencia por estar en ese lugar de cuatro paredes, que se burlaban de él.
Las visitas eran frecuentes sobre todo de sus amigos y de su novio, pero él no quería verlos, él quería que lo sacaran que se lo llevaran lejos de ahí, odiaba ese lugar y los odiaba a ellos, poco a poco ellos fueron captando la indirecta y dejaron de ir a verlo. Solo la última visita termino por despertarlo
-¿A qué viniste?- lo miro fríamente
-Me duele que me trates así- susurro
-¿Solo viniste a decirme eso o viniste a reírte de mi encierro?- sus palabras eran mordaces
El menor negó con la cabeza y lo miro, soltó un suspiro y alzo la mano lentamente se quito el anillo que decoraba su mano, lo observo lo puso en la mesa, se levanto y se dirigió a la salida sin si quiera voltear atrás
Satoshi lo observo y una descarga recorrió su cuerpo rápidamente se levanto y corrió detrás de él, unos hombres lo sujetaron
-¡¡Ryo vuelve, lo siento fui un estúpido por favor no me dejes!!- trataba de soltarse pero no podía, esos hombres eran más fuertes que el
El remordimiento le comía la conciencia, nunca supo si su amado Ryo había escuchado sus suplicas había sido un completo idiota que merecía lo que le estaba pasando
-Doctora ayúdeme por favor- se llevo las manos al rostro y sollozo
-Me da gusto que quieras mejorar- le sonrío
-Ya no quiero ser así ya no quiero dañar a las personas que amo- susurro
-Lo sé, por eso iniciaremos con la terapia, por favor recuéstate en el sillón
-Quiero cambiar, quiero salir de aquí, recuperar todo y recuperar a mi novio- se recostó
-Lo lograras si tienes fuerza de voluntad y sobre todo si lo deseas, después de todo tu ya diste el primer paso que es aceptar tu problema
Y así inicio su proceso no fue nada fácil pero después de dos largos años, por fin podía encarar al mundo y sobre todo encarar a Ryo
Volvió a abrir los ojos, no tenia sueño vio el reloj que aun marcaba la hora, todavía no era media noche, no era tan tarde, se armo de valor y salió del departamento, ya habría tiempo para arreglar todo el lugar, pero ahora solo una persona ocupaba sus pensamientos
Tomo un taxi y le dio la dirección, el mismo se preguntaba si aún vivía en ese lugar, pago y bajo del taxi se dirigió al departamento del menor, el frio golpeaba su cara termino por cubrirse, toco la puerta, no oía nada
-Tal vez se mudo- susurro, volvió a tocar, de nuevo el silencio se apoderaba del lugar, no le importo siguió tocando, total si alguien vivía ahí bien podía darle algún paradero del antiguo dueño de ahí
Quedamente oyó unos ladridos y un –¡¡Cállate Chappie!!
Esto le acelero el corazón siguió tocando
-Yo voy, no te levantes- susurro, maldijo entre dientes ¿Quién demonios podía despertarlo? bien aun no era media noche, pero que importaba el estaba dormido, se dirigió a la puerta y la abrió, su corazón casi se sale del susto y de la impresión de verlo a él, sobre todo a él
-Buenas noches- susurro
-¿Qué quieres?- en su mente había repasado la escena un sin fin de veces, pero a pesar de eso aun no estaba preparado
-¿Puedo pasar?
-No- su voz tembló un poco –No creo que a él le guste
-¿A él?- lo miro confuso
-Si a él- rio secamente -¿O creías que te iba a esperar? ¡A ti el señor pesimista, me vale madres todo y me quiero hundir en mi mundo de mierda!
Miro al menor dolido, si se lo merecía pero no sabía que el menor pudiera ser tan hiriente
-Tienes razón me lo merezco- le sonrío
-¿Cómo dices?- esto lo regreso a la zona de incomodidad
-Que tienes razón- suspiro –Se que es tarde
-Si muy tarde dos años para ser exactos- se le quebró la voz
Satoshi fingió no darse cuenta de eso y siguió -Lo sé, lo siento realmente no entendía el daño que les estaba haciendo, no más bien el daño que te estaba haciendo con mis celos, con mis dudas, con mis pensamientos de mierda como tú dices- rio quedamente
-¿¡Te das cuenta de que me estas pidiendo perdón, después de dos malditos años!?- no pudo contener las lagrimas
-Yo lo siento- trato de abrazar al menor, pero este se separo de su contacto
-¿¡¡No sé qué mierda piensas!!? ¡¡Yo te amaba y todo lo destruiste porque no pensaste nunca en mi nunca creíste en mi y ahora vienes esperando ¿Qué, exactamente qué esperas?!!
-No lo sé Ryo- dejo de ver al menor, le dolía verlo asi
-¡¡Veme cuando te hablo maldita sea!! – lo sujeto de la barbilla -¿Qué esperas?- sus lagrimas inundaban sus ojos
-Te soy sincero no lo sé, solo quería verte hablarte decirte que fui un estúpido que la cague que yo aun te amo que- le enseño las muñecas, una de estas aun conservaba la cinta de identificación del hospital psiquiátrico – Que todas las heridas que me provoque ya cerraron al igual que mi heridas mentales que espero tenerte en mis brazos otra vez y estar juntos
-Eres algo extraño- lo soltó y cerró la puerta
Suspiro sabía que no iba a ser tan fácil, pero el primer paso ya lo había dado al igual que su departamento aun tenía tiempo para arreglar todo, dio la media vuelta, pero el sonido de la puerta al abrirse y una mano sujetándolo se lo impidieron
-Eres un idiota y yo soy un idiota- le enseño unas tijeras
-¿Para qué es eso?
-No te voy apuñalar- rio y sujeto la muñeca con la cinta y la corto –Listo- la sostuvo entre sus manos como algo tan pequeño lo había separado de él y la guardo en su pantalón de dormir
-¿Eso qué quiere decir?- se le ilumino el rostro
-Ya te dije soy un idiota, se que algún día puedes volver a lastimarme pero aun te amo aun quiero estar contigo-
Ambos cuerpos se fundieron en un abrazo, ambos extrañaban aquel cuerpo su aroma y su calidez
-¿Y tu pareja?
-¿Mi pareja?- rió –No, solo te estaba mintiendo era Nii que se quedo a dormir conmigo y Shuu está en la sala- lo tomo de la mano
-Me da gusto- lo tomo por la barbilla y lo beso, se tomo su tiempo para disfrutar los labios del menor, recorrer su cavidad y jugar con su lengua.
-Te amo
-Yo también te amo, pero recuerda que aun debemos de volver a arreglar el departamento- sonrío
-Aun tenemos todo el tiempo del mundo Ryo
Ambos entraron al departamento tomados de la mano, Satoshi tenía razón aun había tiempo para arreglar todo y para recuperar el tiempo perdido. Después de todo el primer paso había salido bien y lo que viniera sería algo fácil, después de todo Ryo estaba con él.