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Withered Poetry por Blodet

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Notas del capitulo:

:D!!! Y no he muerto!!!!

Perdon por haberme tardado tanto DX!!!! Es que la inspiracion no me llegaba, tenia que aclarar muchas cosas en mi mente ;__;

Agradesco mucho esos tres hermosos reviews del primer capitulo, realmente se aprecian C:

Sin mas les dejo el segundo capitulo....tal ves esta un poco largo....

[No le puse nombre al capitulo porque no se me ocurrio uno...asi de mal estoy D:]

 

Tan solo se escuchaban los ruidos secos de una garganta mientras algo líquido caía de golpe al agua. Esta no era la primera vez de aquel chico rubio que vomitaba debido a su actual trabajo.

A él le repugnaba todo lo que lo rodeaba, sus compañeros de trabajo, el ambiente, las personas doble cara que asistían a ese lugar, como la gente actuaba para su conveniencia sin importarle su dignidad u orgullo. Era simplemente asqueroso para él.

Después de expulsar todo lo que podía de su estomago y al ya no sentir esa sensación de nauseas, bajo la palanca del escusado dejando atrás su comida, otra vez. Fue directo al lavabo para lavarse las manos y enjuagarse aquel horrible sabor a jugos gástricos, pero no importaba cuantas bocanadas de agua llevara a su boca, siempre quedaba un ligero sabor que le hacia recordar su actual situación.

Se miro en el espejo, aquel espejo grande y plateado con detalles orgánicos en el marco. Como le repugnaba verse en el. Ver su ya extravagante ser con un cabello alborotado, un rostro muy bien maquillado y sus ropas vistosas que hacían que su cuerpo se viera aun mas atractivo de lo que ya era. Sin embargo, ahora su cuello tenía una serie de pequeños hematomas. Los miro con desagrado.

 

─ Pensar que a uno lo pueden marcar como si fuera un maldito animal de su propiedad, simplemente repugnante ─. Pensó mientras acercaba su mano a esas pequeñas manchas moradas. Dolían.

 

Abrió lentamente la puerta del baño que había cerrado con seguro. Antes de sacar todo su cuerpo se asomo cautelosamente, asegurándose que nadie lo hubiera seguido para ver su patética reacción. Pero para su mala suerte había alguien esperándolo.

 

Es increíble que tu estomago todavía no pueda acostumbrarse al nuevo ritmo de tu vida actual -. Decía con cierto sarcasmo aquella persona que lo esperaba.─O más bien, será tu mente Takanori─.Esto último lo pronunciaba adrede con un toque de burla, haciendo que Ruki, frunciera el entrecejo.

─ Cállate Uruha, nadie aquí te pidió opinión ─. Le respondió el menor con cierto fastidio. ─ Y quien demonios te dio permiso para llamarme por mi nombre ─. Ruki ya tenía suficiente problemas, y que alguien se los recordara era aun más frustrante.

─ Tan prepotente como siempre ─ .Uruha sólo esbozaba una suave sonrisa. ─ Deberías de saber cuando responder así, aquí eso no te conviene y tú más que nadie lo sabe. Desgraciadamente nosotros estamos aquí para servir, para hacer que el cliente se sienta cómodo y a gusto, una vida demasiado vacía, a fin de cuenta eso es todo lo que tenemos…

 

Ruki mas que nadie sabia eso, no tenia un lugar al cual regresar, no tenia a nadie que lo recibiera con los brazos abiertos. Por eso mismo no había escapado ¿A dónde podría ir si lo hacia? Su existencia estaba más que borrada del mundo. Ya nadie se interesaba por él, por saber que seguía vivo; los únicos que sabían de su actual existencia eran los clientes que lo habían tomado como su nuevo “favorito”, y las personas que trabajaban con él.

 

─ Anda regresemos ─. Uruha lo había tomado de la mano sin que Ruki se diera cuenta.─ O empezaran a sospechar ─. Ruki sólo asintió y se dejo guiar por los pasos de Uruha entre aquellos pasillos llenos de pinturas y puertas. Uruha lo había cuidado desde que había ingresado forzosamente a aquel lugar, él había sido su único apoyo. Siempre que Ruki tenia que salir corriendo para vaciar su estomago por culpa de sus acompañantes, Uruha lo cubría e iba a ver como seguía. Cuando Ruki cometía el error de insultar a algún cliente, Uruha era el que se disculpaba. Constantemente lo ayudaba. Ruki ignoraba el porque, y no se atrevía a saber la razón ya que creía que podía perder las esperanzas en aquella persona.

 

─Gracias Uruha ─. Ruki le decía soltándose de la mano de Uruha, habían llegado a su destino.

─ De nada ─.Uruha entraba primero a una sala llena de personas en traje. – Perdonen por la espera, ocurrió un pequeño improvisto ─. Hacia una pequeña reverencia e iba a sentarse a la cabecera de una mesa baja, donde cojines cuadrados y coloridos sustituyan a las sillas. Ruki hacia lo mismo pero se sentaba en el otro extremo, quedando frente a Uruha.

 

A Ruki siempre le había parecido impresionante Uruha, todo de él le asombraba. Él era tan hermoso a pesar de ser un hombre, siempre lograba captar la atención de todos, tanto mujeres como hombres. Su cabello castaño hacia que su rostro se viera más estilizado, y con ayuda de un poco de maquillaje se volvía más atractivo de lo que ya era. No importa que ropa utilizara siempre se veía bien con ella; tanto ligueros como pantalones sus piernas lucían bien. A los clientes no les importaba que fuera un poco alto, es mas les encantaba, corrían al ver su bella figura, siempre le daban cumplidos y regalos de más. Pero a Uruha esto no le importaba, él siempre actuaba tan elegantemente; caminaba tan delicadamente como si tratara de no pisar las diminutas flores que no se encontraban ahí, sin perder esa presencia tan singular de seguridad. A diferencia de Ruki, Uruha era toda una eminencia, podía manejar cualquier situación, cualquier persona, incluso a la horrible señora para la que trabajaban.

 

─ Pareciese que todo esto no lo molestara ¿Podría ser que Uruha se halla acostumbrado a su vida actual? ¿O ya nada le importa? ─. Pensó Ruki. Toda la noche se la pasó observando con curiosidad a su compañero, sintiendo intriga por él. Queriendo preguntarle tantas cosas que no se atrevía.

 

─ Ruki, Ruki….─. Uruha lo agitaba del hombro, haciendo que esté saliera de su trance. ─ Los clientes están por irse, necesitamos ir a despedirlos.

─ Ah si….─ Ruki se incorporaba y volvía a seguir a Uruha por aquellos pasillos tan familiares. Pero por lo visto nadie notaba su actual estado de conciencia, todos estaban muy pendientes de que decía u opinaba Uruha. Todos lo rodeaban como si fueran polillas atraídas por una luz, y que mas importaba una pequeña luz que apenas si podía brillar.

Toda la clientela se había marchado de aquel lugar, solamente se veían como algunos eran ayudados para ponerse de pie y marcharse en un auto particular con conductor incluido. La gente que frecuentaba ese lugar era gente de dinero, de mucho dinero. El sistema que se manejaba ahí era pedir a tu “acompañante” y pasar una velada con todos los lujos que quisieras, o mas bien los que pudieras pagar; podías ordenar toda clase de comida y bebida, y si tu billetera gozaba de una buena cantidad podías pedir a quien tu quisieras y no solo limitarte a un acompañante.

 

Sin embargo, Uruha era diferente. Él podía darse el lujo de aceptar a quien quisiera, y si quería recibir a varios al mismo tiempo. Debido a su popularidad gozaba de privilegios y ahora se veía más que antes al tener a un nuevo muchacho a su cuidado.

Uruha se limitaba a atender a los clientes más adinerados que pudieran pagar su compañía llena de lujos con el mejor licor y la mejor comida del lugar.

Después de que el lugar cerrara por completo, Uruha y Ruki se retiraban a descansar para que a la siguiente noche se repitiera la misma rutina.

 

─ Dime Ruki, has pensado en seguir tus estudios ─. Uruha se desplomaba boca arriba en un futon, mientras miraba con interés el techo.

Pero al escuchar esto, el menor se extrañaba. ─ ¿Por qué habría de continuar con mis estudios? No es como si los fuera a necesitar, y menos ahorita ─. Sacaba de un armario una cobija ─¿Por qué la pregunta?─ La extendía y cubría a Uruha con ella, para después sentarse a su lado y acomodarse para dormir.

 ─ Todavía eres muy joven Ruki, te faltan muchas cosas por vivir y yo creo que la escuela es fundamental en esta etapa de tú vida ─. Volteaba a ver al pequeño chico rubio de su lado. ─ Me gustaría que por lo menos acabaras una carrera corta, yo pienso que te haría bastante bien, podrías socializar fuera de este mundo lleno de vicios y perversiones, juntarte con personas de tu edad y aprender muchas cosas.

─ Ya tengo 18 años Uruha, ¿qué más podría aprender a esta edad? Y más viendo el lugar en donde vivo actualmente. ─ Lo decía con cierta prepotencia.

─ ¿Entonces no te gustaría regresar aunque sea un momento a una vida normal? Ruki…..aquí vas a ver de todo conforme pasa el tiempo, creeme. Yo en tu lugar tomaría esta oportunidad, porque además de que podrás salir de este lugar todos los días, nunca volverás a tener esta oportunidad ─. Uruha lo miraba de cierta forma cariñosa, y Ruki lo notaba.

─ No me vas a dejar en paz ¿verdad? ─. Ruki suspiraba, y se resignaba. ─ Esta bien, iré.

─ Vas a ver que no te vas a arrepentir. ─ Uruha lo abrazaba debajo de las cobijas.

─ Si, si, si, ya suéltame. ─ Cómo podía Ruki se aleja de este. – ¿Y a que escuela iré? ─ Preguntaba con curiosidad el chico, pero ante esto veía una sonrisa traviesa en el rostro de Uruha.─ No me digas que…..

─ Si, ya te inscribí, empiezas mañana mismo. ─ Uruha mostraba una cara llena de triunfo. ─ Así que ya duérmete que mañana va ser un día cansado para ti. ─ Después de esto, Uruha se acomodaba quedando dormido frente a la expresión de incredulidad y fastidio de Ruki. ¿Cómo podía ser que el mayor había decidió eso sin consultarlo antes? Bueno, Ruki había aceptado al final, pero aun así pensaba que todo esto era una completa injustita. Aun así la sola idea de regresar a la escuela le daba a Ruki cierta inquietud. Regresaría a la escuela, volvería a ver a gente de su edad y tal ves podría escapar un poco de su actual realidad. Ruki suspiro, miro por última vez en la noche el rostro de Uruha y se quedo dormido frente a él.

Los dos formaban un clásico cuadro, dos personas dormidas frente a frente. Dos humanos que eran lo único que tenían en el mundo, y a pesar de ser ajenos, de no tener la misma sangre, pareciese como si fueran hermanos.

 

A la mañana siguiente Uruha fue el primero en despertar, y parecía más excitado de la idea de ir a la escuela, que el mismo Ruki. Una playera blanca de manga larga y unos pantalones negros eran más que suficientes para empezar un día de escuela, muy normal y nada extravagante. En cambio, no importaba lo que Uruha se pusiera siempre destacaba y aunque usara un simple saco y pantalón negro con una playera blanca, se daba a notar. Y esto fue más que obvio en el trayecto hacia la escuela y en esta misma. Todos se quedaban viendo a Uruha, su singular porte llamaba a la gente, pero a este no le importaba, solamente sonreía ante la idea de que Ruki asistiría a la escuela y que este lo había dejado acompañarlo.

─ Vengo por ti a las tres. ─ Decía esto mientras encendía un cigarrillo.

─ Si mama…. ─ Ruki se veía un poco desganado. Pero entro sin voltear atrás, sabia que Uruha estaría ahí hasta que entrara por completo al edificio. Después de todo así siempre había sido con él, siempre lo cuidaba en todo lo que podía.

Todo parecía normal, nada fuera de lo común, sin embargo Ruki se encontraba nervioso, no había asistido a una escuela desde que su madre había muerto. Aun así mostraba una mascara de seriedad, no quería llamar la atención en aquel lugar y menos sabiendo del lugar del que venia.

Ruki encontró sin mayor problema su salón de clase, con anterioridad Uruha le había dado su horario y todos los papeles de la escuela que incluían un pequeño mapa que indicaba los edificios y los salones. Entro en este y se sentó hasta atrás junto a la ventana sin mirar a nadie, la gente ajena no le importaba, no compartía nada con ella y por lo que había visto en su pequeño recorrido hasta su salón, solamente había comprobado que ahí asistía gente superficial, gente vacía.

Para bien o para mal, Ruki siempre había resaltado por su apariencia, la gente solo se fijaba en el por su cara o su cuerpo, y por lo mismo a Ruki no le importaba ese tipo de gente, le causaba asco. Ese primer día la gente le dirigía la palabra por curiosa, por conveniencia, pero Ruki los ignoraba, no le interesaban para nada. De cierta forma se decepciono un poco ¿Por qué razón Uruha lo había inscrito a esa escuela? Todo era casi igual que en aquel burdel en el que vivían, la gente se guiaba por el dinero que tuviera, todos estaban vacíos.

 

─ Vaya decepción ─ .El chico guardaba sus cosas en la mochila para poder salir de ahí. Todo había sido una completa desilusión para Ruki, no había visto nada diferente de lo habitual, nadie era realmente sincero consigo mismo. ─ Que vida tan triste- . Salio del salón dispuesto a encontrarse con Uruha, de seguro ya se encontraba ahí, era lo único que lo consolaba, poder pasar un rato con Uruha fuera de ese horrible lugar. De repente sintió que chocaba con alguien, haciendo que cayera al suelo.

─ ¡Ah! ─ Exclamo. ─ Lo que me faltaba ─.No se detuvo a ver con quien había chocado, se limito a levantar sus cosas y a sacudirse un poco el polvo.

- Perdón, es que llevo brisa -. El chico con el que había chocado hizo una pequeña reverencia y salio corriendo. Ruki solo veía como se alejaba.

 

Ruki conocía a esa persona, la conocía de su vida pasada.

 

Un sentimiento de tristeza embargo su alma. Ahora resulta que tenia que toparse con aquella persona, aquella persona que había añorado tantas veces.

 

Aquella persona que llego a amar……

 

 

Notas finales:

UFF!!!! quien sera...quien sera... :D

Cualquier comentario, opinion, critica constructiva y destructiva se aprecia!!! Quiero saber como quedo este capitulo, si esta bien manejada la situacion y no confunde D:

Aunque sigo diciendo que quedo largo.....


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