Beyond the Blood por Break

Estaba aquí, ante mí.

¿Pero por qué no estaba disparando como un loco? Como el loco en que me había convertido, debía hacerlo, debía dispararle.

¿Pero por qué no lo hacía?

Dormía. L dormía, sentado en aquella extraña postura. Sonreí sin darme cuenta, al ver sus ojeras formando unos gruesos arcos bajo sus ojos ahora cerrados.

Me acerqué más a él y coloqué la pistola en su cabeza. Era tan fácil. Después de tanto tiempo, después de tanto buscar, lo tenía aquí, ante mí. Era tan fácil. ¿Por qué no era capaz?

Respiré hondo, podía notar la sangre palpitando en mi sien. Sujeté con fuerza la pistola, y mi mano, mi mano se deslizó hacia su cabello sin quererlo, jugando entre los negros mechones, acariciándolos suavemente.

Me horroricé de mí mismo. ¡Maldita sea! ¿Pero qué coño estaba haciendo? Cuando quise darme cuenta, mi otra mano también lo acariciaba frenética y suavemente. La pistola yacía en el suelo, inofensiva, mientras mis manos acariciaban a aquél a quien debían golpear.

Lentamente, sus ojos se abrieron, y, sin un atisbo de sorpresa, me miraron.

• Beyond.- su voz sonaba tan calmada como siempre.

• L.- no pude más que contestarle, esbozando una sonrisa despectiva.

En ese momento, en esa noche, comprobé lo imprevisible que era L. El mejor detective del mundo era un ser al que era imposible adivinar sus movimientos. Porque cuando L, la persona a la que más odiaba en este mundo me besó, puedo jurar por todos los dioses que no me lo esperaba.

Sus labios parecían seguros cuando me besaban, sus dientes, firmes cuando me mordían suavemente. Cuando terminase aquella noche y antes de matarlo, pensé, iba a preguntarle si era virgen. Apostaba a que no.

Sujetándolo por los brazos, le hice bajarse de la silla y lo coloqué contra la pared. Todo mi ser, enloquecido, besaba, mordía y jugaba con aquella piel que sabía mejor que toda la mermelada del mundo.

Sus largos dedos me despojaron de la camiseta negra que llevaba, mis manos ansiosas hicieron lo propio con la suya. Me separé unos instantes de él para observar su torso desnudo, y mi boca, sin esperar un segundo más, continuó su tarea, besando el cuello, el pecho y el estómago.

Podía notar, con una gran satisfacción, cómo el vello de L se erizaba ante el contacto de mi lengua, cómo su piel temblaba de excitación, como de su boca se escapaban leves gemidos y susurros.

Pero por supuesto, y en toda su imprevisibilidad, parecía aburrirse de dejarse hacer. Con una fuerza insospechada para alguien que apenas se movía, y en un par de décimas de segundo, me puso contra el suelo y se colocó sobre mí, sentado a horcajadas sobre mi pecho.

• Beyond.- ahora su tono de voz era bien distinto, más jadeo que palabra.

• L.- ni siquiera terminé la sílaba, cuando ya estaba buscando sus labios de nuevo. No me gustaba perder tiempo.

  Nunca habría imaginado que L fuera una persona tan ansiosa. Mordía mi cuello con furia, en venganza de todos mis asesinatos, pasaba su lengua por mi pecho, tal vez imaginando que era un cuchillo con que matarme.

Raudo, sus manos desabrocharon mi pantalón y me despojaron de la tela que aún me cubría. Con una extraña sonrisa que no había visto nunca en él, su boca se dirigió ahí como si se tratase de un dulce lleno de azúcar.

Para mí era una tortura deliciosa, una tortura que me hacía convulsionar levemente. Como era de esperar, yo tampoco quería quedarme sin hacer nada.

Pero yo seguía siendo BB, Beyond Birthday, y seguía queriendo superar a L. Así que, ni corto ni por supuesto perezoso, le puse de rodillas en el suelo y comencé a penetrarle lenta, muy lentamente.

Yo sabía que a L le estaba doliendo, por supuesto, pero él se mantenía callado. Ese orgullo estúpido suyo le iba a costar caro, eso podía jurarlo. Con una sonrisa de satisfacción, empecé a embestirle con fuerza.

L, por supuesto, terminó gritando. Todos gritan. No importa que sea cuando los estoy matando o cuando les embisto. El caso es, que todos gritan. Todos. El gran L no iba a ser la excepción.

Su voz se quebró hasta convertirse en un susurro, hasta convertirse en un jadeo exhausto. Para mis adentros, yo también había gritado, y por sus piernas resbalaba aquel líquido blanquecino. Salí de él y me tumbé sobre el camastro de la habitación.

Él dormía de nuevo. Miré la pistola, abandonada en el suelo, y pensé en hacerlo. En dispararle por fin. En acabar con todo.

No lo hice por una razón.

Una simple razón me detuvo.

Mi misión era superar a L, y yo ya lo había logrado.

Le había superado al hacer que gritase, de placer y de dolor, por mí.

Le había superado al conseguir que sus ojos me mirasen con ansia y algo de lujuria.

Le había superado, y por tanto, ya podía dejar que el mundo ardiese en paz.

Al día siguiente, Beyond Birthday fue arrestado por Naomi Misora en sospecha de los asesinatos de Quarter Queen, Believe Bridesmaid y Backyard Bottomslash, después de haber intentado suicidarse rociándose con gasolina y prendiéndose fuego.

Varios años más tarde, Beyond Birthday sería asesinado por Kira durante su estancia en la cárcel.

Nadie supo nunca que Beyond Birthday, B,B, abandonó feliz este mundo.

Nadie supo jamás que Beyond Birthday sí llegó a superar a L, le superó cuando besó sus labios y le hizo gritar.

Nadie supo lo jamás.

L is after Beyond Birthday.