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El escondite por chibiichigo

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Notas del fanfic:

Declaración de propiedad intelectual extendida: Lo único que poseo es esta historia, con la que no lucro. A Naruto lo tomo prestado un rato...

Notas del capitulo:

Hola :D 

Definitivamente no debería estar perdiendo el tiempo escribiendo historias ya que estoy en temporada de exámenes, pero buehh... no pude evitarlo. Espero que les guste.

El escondite

Por: chibiichigo

 

Sasuke volvió la mirada a la vereda que conducía a la aldea. Le costaba, aunque no quisiera aceptarlo, desprenderse de todos aquellos recuerdos lacerantes que tenía, de sus fantasmas individuales y de la memoria colectiva. Pero entendía que ya no había marcha atrás.

Tuvo que aceptar que si el dicho “el hogar es donde el corazón está” era cierto, él había sido un vagabundo por más de cuatro años. Su corazón había muerto junto con la traición de su hermano y había derramado las últimas gotas de negra sangre al ver una masacre innecesaria. Entonces ¿por qué dudaba en ese instante crucial? ¿No era, acaso, lo que él había esperado desde que recuperó la consciencia después del ataque de su hermano?

Se encogió de hombros e intentó devolver la mirada al frente, a lo venidero, a sus planes elucubrados minuciosamente desde hacía mucho tiempo. Pero no lo consiguió. Veía la villa, tan serena en la oscuridad de la noche, con los faros diciéndole un silencioso adiós desde la distancia. Y entonces, sólo por un momento, se permitió recordar.

Pensó en sus compañeros de juegos, con los que había corrido por el parque cuando era todavía muy pequeño como para comprender que en el mundo había infelicidad. En esos Kiba, Chouji y Naruto con los que pretendía entablar peleas ninja o jugaba al escondite hasta el atardecer. Se estremeció un poco al pensar en que, ellos, que antes habían sido sus camaradas, a partir de ese momento serían sus enemigos. Pero luego sonrió. Aquello no sería más que otro juego del escondite, los buenos contra el malo, quien había renegado de su villa y de todas las ataduras.

Hizo el parco esbozo de una sonrisa que no terminó de nacer. ¿Quién sería, al final de todo, el ganador del encuentro? Porque eso no terminaría entre risas como cuando eran niños, sino con sangre y destrucción. Y él no recularía en ningún momento, pese a que tampoco ansiaba esa lucha.

Su tren de pensamientos lo llevó, inevitablemente, a pensar en todo lo que había ocurrido después de la noche más oscura y dolorosa de su vida. Tuvo que hacerse cargo de sí mismo, volverse su madre y padre al tiempo que juraba venganza, en parte, por la infancia que le había sido arrebatada. Y entonces empezó a preferir la soledad. No soportaba a los niños, ni el ruido ni todos esos juegos que le recordaban el momento de mayor ingenuidad de su existir. Le dolía enormemente ser forzado a esa dura prueba de adultez precoz y concentraba toda su voluntad en no depender de otros.

Hasta que dejó de entender a los demás.

No quiso volver a entablar una amistad con los que habían sido sus camaradas antaño. ¿Qué ganaría con eso? Sólo se distraería de su meta última, de su venganza. Ellos no lograrían entenderlo nunca, salvo Naruto, todos tenían padres con quienes llegar y ser protegidos, en quienes confiar…

Quizás más por la necesidad de sentirse menos solo que de estar más acompañado, encontró en el escandaloso rubio una figura de respeto y de superación personal. No muy explícita, pero a final de cuentas, era incapaz de no mostrar la rivalidad que sentía por una de las únicas personas que compartían la soledad más profunda y que habían aprendido a vivir con ella. Sasuke quería, añoraba, aprender a hacer a un lado la soledad y el rencor de la manera que hacía el Uzumaki. Sin embargo, algo dentro de él no le permitía hacerlo: ¿Por qué el rubio no buscaba vengarse de aquellos que le infringían tanto daño?

Entendió que aquella pregunta era el parte aguas de sus diferencias. Él no podía olvidar, alimentaba su odio todos los días y de todas las formas posibles…Recordar, para él, era vivir.

Y eso no había cambiado con los años. Sin importar los intentos del rubio por desentrañarlo, y de él por dejarse desentrañar, no había punto medio en aquel aspecto. Por eso, pese a que se habían querido e intentado caminar juntos, nada había llegado a buen fin.

Se recogió el cabello detrás de la oreja y, conteniendo el aire, se giró hacia el bosque.

Aquellos tiempos habían acabado.

El momento de risas, de abrazos y de juegos se había extinguido, dejando paso a la desolación y al desengaño.

Después de todo, estaba solo. Siempre había estado solo, incluso cuando por breves instantes esperó poder estar con alguien que conocía el verdadero sonido de la soledad. 

Notas finales:

Espero les haya gustado lo suficiente como para merecer un review por su parte. 

Sé que el esbozo de SasuNaru fue... no sé, raro, pero quería enfocarme a la soledad y al paralelismo del juego del escondite con la vida de los ninjas.


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