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:Viajes de sorpresas inesperadas: por DionSan_95

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Capitulo 2: sorpresas y más sorpresas

 

 

Estaba esperando pacientemente a que alguien viniera a explicarle por que aun no había regresado a su adorado tiempo, en el cual estaba a punto de que su sueño más preciado fuera a cumplirse… la vida es injusta, y nunca cambiaria.

 

Esperaba fuera de la oficina de, según dijo Irie, su yo del futuro, ya había pasado casi una hora y no había pasado nada; se había quedado solo esperando a que le dijeran la razón porque lo dejaban más tiempo en el futuro… una vez que llegaron a la tan afamada oficina, Hibari se había ido sin decir media palabra e Irie entro para avisarle al décimo de su llegada.

 

De pronto la puerta corrediza, de color marrón, comenzó a abrirse, de ella sale Irie, con la cara pálida… tras él aparece Byakuran.

 

“-BYAKURAN… ¡¿NO SE SUPONIA QUE EL ESTABA MUERTO!?...”- la cara de estupefacción era toda digna de verse cuando reconoció al guapo jefe de millefiore…

 

El mayor voltio a verlo, y le dedico una linda sonrisa… Tsuna por seguridad se sujeto de la pared y fue retrocediendo lentamente hasta quedar a una distancia prudente del peliblanco. Eso hizo que sonriera aun más, y se acerco al atemorizado castaño, a lo cual Tsuna se alejaba aun más…

 

-¿Qué ocurre Tsunayoshi Sawada… acaso me tienes miedo?- siguieron así hasta que el castaño tropezó con una pared. Byakuran expandió su sonrisa cuando Tsuna quedo atrapado entre sus brazos.

 

Tsuna estaba pegado a la pared con los ojos cerrados y la cabeza gacha, no quería mirar al mayor, no sabía porque, pero se sentía intimidado.

 

Byakuran lo sujeto de la barbilla y le subió el rostro más Tsuna seguía con los ojos cerrados, al sentir los fríos dedos en su rostro por inercia los forzó más, eso no le agrado al peliblanco y con una voz sensual le dijo…

 

-ábrelos, Tsunayoshi Sawada…- sin embargo el menor no le hacía caso…- si no lo haces te obligare- ante el pensamiento de que le podía hacer algún daño comenzó a temblar.

 

-Byakuran-san… no debería perder el tiempo, el décimo le ordeno algo de importante urgencia… además no me parece que sea decente que acose al Vongola menor…- Byakuran suspiro con molestia. Esos cuatro ojos sí que le gustaba arruinar los buenos momentos. Se acerco más al rostro del menor, quien instintivamente, si era posible, se arrimo más a la pared. 

 

- para la próxima no te salvas, Tsunayoshi Sawada- Separo ambos brazos de la pared, que aprisionaban de los costados al décimo. Irie suspiro cansado.

 

- Tsuna deberías entrar de una vez, ya el décimo te puede atender- mas Tsuna no se movió de la impresión. Se suponía que Byakuran había muerto después de la batalla, no se suponía que debería estar aquí, y mucho menos coqueteándole.

 

-deberías entrar ahora, Tsunayoshi, a menos que quieras que valla por…- antes de que terminara la frase ya Tsuna había entrado despavorido a la oficina. Byakuran sonrió complacido- ese chico sí que es entretenido ¿no? Sho-chan-

 

Irie volvió a suspirar, desde que Byakuran se había unido a los Vongola a tenido que lidiar con todas sus ocurrencias, y también la extraña obsesión que tenía el jefe de Gesso con el décimo Vongola había llegado a ser perjudicial para la reciente unión de ambas familias, sin embargo no estaba ni cerca de romperse… no si Byakuran seguía interesado… por que el sabia más que nadie quien le movía el piso al peliblanco era nada más y nada menos que Tsuna el décimo Vongola.

 

 

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Había entrado como alma que lleva el diablo a su futura oficina, que no había notado la presencia de la otra persona en el cuarto. Hasta que oyó un ligero tararear que provenía de un gran escritorio.

 

En él estaba sentado, sobre un sillón grande, un hombre joven, estaba vestido de flu, no se veía el rostro, lo estaba tapando con un documento que al parecer leía con esmero.

 

- eh… ¿Tsuna-san?...- no sabía cómo llamarse así mismo, así que pensó que como era mayor lo llamaría con algo de respeto. Se fue acercando lentamente, el mayor parecía no prestarle atención. Se puso frente al escritorio y el otro parecía seguir extraído de su entorno, cuando se alzo para llamar su atención grande fue su sorpresa al ver a su futuro yo… dormido.- ¡¿PERO QUE?!- grito de la impresión.

 

Abrió los ojos de golpe y se paro, lo cual hizo que el sillón se cayera hacía atrás.

 

- ¿Qué ocurre?- pregunto preocupado.

 

-¿Por qué dormías?- lo señalo con el dedo.

 

- sabes, no deberías asustar de esa manera a las personas si no hay emergencias Tsuna, además Oka-san no te ha dicho que señalar es de mala educación- dijo tranquilo, mientras que recogía su sillón.

 

- … – no dijo nada, tenía en su mente muchas cosas concentradas, que no salió nada.

 

Se vio más detalladamente, era obviamente más alto, su cabello castaño no había cambiado con el pasar de los años, igual de alborotado como lo recordaba esa mañana al mirarse al espejo. Con facciones más maduras, su rostro más maduro, ojos más pequeños y el flu, sí que le quedaba bien… su expresión era pacífica y despreocupada, cansada, supuso por que acababa de despertar. Respiro profundo, no soportaba el futuro, era tan diferente…

 

- ¿en qué piensas? – la voz de su yo del futuro los saco de sus pensamientos.

 

- ¿Qué se supone que hago aquí? –

 

Los dos Tsuna se miraron seriamente, el mayor fue el primero en flaquear y virar hacia otro lado, dio un suspiro resignado.

 

-no lo sé, se supone que debiste irte diez minutos después de que llegaste y aun sigues aquí… mande a Hibari y a Irie a buscarte… esto es raro ya que la máquina del tiempo de Irie se activo por si sola y no dejo que yo tomara tu lugar en el pasado, algo muy extraño está sucediendo… por eso te necesito cerca, tengo que vigilar la situación-

 

Debió saberlo en el momento que se levanto esta mañana, ni siquiera debió despertar. Pronto se encontraba en un rincón con un aura gris a su alrededor…

 

- lo sabía, ahora estoy nuevamente atrapado en el futuro -

 

Los lamentos le hicieron gracia a su yo del futuro. Entre tanta auto compasión se acordó de una cosa que Irie le dijo.

 

- Tsuna-san, como es eso de que los guardianes no te dejan salir- ante el comentario se puso muy nervioso según los ojos de Tsuna. El mayor comenzó a agarrase el estomago son una mano y con la otra se tapo la boca, comenzó a balancearse hacia delante, iba a vomitar.

 

Salió corriendo hacia una puerta anexa del cuarto. Tsuna comenzó a oír ruidos raros del otro lado de la puerta, se asomo por el espacio entre abierto, vio al Tsuna del futuro vomitando recostado del inodoro…

 

- estas bien…- le dice preocupado

 

- buaa… - después de devolver todo su almuerzo y también el desayuno, comenzó a respirar agitado por el esfuerzo- si… tráeme por favor agua- dejo su cabeza caer sobre su brazo cansado, mientras que el Tsuna del pasado salía rápidamente en busca de agua. “- Esto es una mierda-“

 

 

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Después de que el Tsuna mayor se sintiera mejor, los dos se sentaron tranquilamente a conversar esta vez sin percance alguno.

 

- entonces, no te dejan salir de la base porque estás enfermo y no han encontrado la cura para lo que sea que te este afectando… solo no quieren que empeores si sales ¿no?...- Tsuna mayor asiente enérgico con una sonrisa tan falsa como decir que Gokudera le gustan los niños.- ya veo, menos mal y no es algo mas grave- y lo peor es que Tsuna se traga el ganso.

 

El teléfono de la oficina suena, mientras que el Tsuna mayor pone el altavoz con total fastidio.

 

-¿Qué ocurre?- .

 

-décimo, los Varia llegaron, dicen que tienen un mensaje para usted y quieren entregarlo en persona-

 

-diles que iré para allá- con eso ultimo tranco el teléfono. Las cosas como estas lo fastidiaban, él tenía cosas más importantes que hacer, que tener que calarse al gritón de Squalo o tal vez era Belphegor. Era molesto al fin y al cavo.- me tengo que ir, si quieres quedarte hazlo si no puedes pasear por la base, después de todo ya la conoces-

 

Y tan rápido como se paro se fue de la oficina, dejando solo al pequeño Tsuna. Quien se dedico a mirar la oficina… era grande, con un escritorio, el sillón enorme donde al parecer su yo del futuro solía dormitar, había un baño anexo y varios muebles para múltiples visitas. Bibliotecas y archivadores, parecía una oficina normal. Había barios papeles desordenados sobre el escritorio. Tal vez no debería husmear pero la curiosidad le carcomía, quería saber que se supone que eran esos papeles, así que con cuidado, comenzó a levantarlos uno por uno.

 

Los primeros papeles se trataban de una impresión de un libro llamado “DCL, nueva genética humana”. Como no entendió lo dejo pasar, el siguiente fue varias cartas de su madre y su padre provenientes de Italia. Al parecer a ellos les iba bien, sonrió, por lo menos los problemas de ese futuro no les afecto a ellos en ningún momento. Después papeles sobre un compromiso, lo dejo a la mitad, no quería ni siquiera saber sobre casamientos, aun le afectaba lo que había pasado en el pasado, ese lo dejo de lado… hasta que vio un sobre amarillo que decía “para Tsuna, los dos se ven bien juntos”… el titulo lo dejo intrigado así que abrió el sobre, había una carta y una foto, la foto estaba volteada así que primero leyó la carta…

 

“hola… sabes, cuando me pediste que si podía tomarle una foto a los dos juntos nunca espere que fuera todo un reto, y déjame decirte que no fue nada fácil, el muy amargado de tu novio no se dejo en ningún momento… hice una copia para el también… pero estoy casi seguro que no la va querer así que puedes dársela a tus padres, ¿sabes? Ya deberías decirles que no te casaras con Kyoko y que ya tienes a una pareja… ellos lo van a entender, después de todo son tus padres… espero que te vaya bien con el asocial y más le vale que no se ponga pesado contigo…

 

Con cariño tu hermano mayor Dino Cavallone”

 

Cuando termino de leer la carta, casi se le iba el corazón, ¿se iba en verdad a casar con Kyoko? De paso, la cambio por un… un… ¿hombre?... un tipo que ni siquiera conocía. En eso recordó la foto, eso es la foto.

 

Tomo desesperado la foto, cuando lo vio el calor de su cuerpo escapo al igual que su alma.

 

La foto era de dos personas, él, estaba vestido con una bufanda y un abrigo enorme, al parecer era invierno, no debió ser hace mucho… y la otra persona, era la razón de su convaleciente estado, era nada más ni nada menos que Hibari del futuro, estaba vestido con un abrigo negro, un gorro. Y lo peor del caso para Tsuna, era que se estaban besando… parecía que se estuvieran comiendo entre si, por que se abrasaban tan fuerte, como si ninguno de los dos quería que el otro escapase…

 

De la nada la puerta de la oficina se abre, y para terminar su martirio entra, Hibari Kyoya, un poco sorprendido por verlo a él y no a su yo del futuro, aun que sabia disimular.

 

Eso fue todo lo que vio, porque en ese día fue la segunda vez que se desmayo…

 

 

 

Continuara…


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