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Love Hitter por Hizaki Hime- San

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-          Dicen que es buen instituto, por favor no seas tan obstinado, Hokkaido es buena escuela, te va a gustar.

 

-          No lo sé – respondió al chofer, quien manejaba al colegio, llevando a su señor el joven Satou, sus padres acababan de mudarse nuevamente por decima vez.

 

El tenia ligeros problemas con las escuelas públicas siempre terminaba huyendo, la gente en grupos enormes le aterraba, era la primera vez que por problemas económicos, le mandaban a una preparatoria publica, estaba acostumbrado a los tutores privados, a la comodidad y oscuridad de su fúnebre cuarto.

Tenía una muy aficionada inclinación hacia el mundo gótico, los profesores llegaban a temerle, un chico callado, que en vez de tener un perro, peces u otro animal, sus mascotas y amigos eran dos murciélagos.

Los únicos animales que no le producían ningún tipo de alergias, soñaba con algún día tener un par de cuervos. Tímido, pálido de piel, delgado, de ojos grandes y sin expresión, con un volumen de voz que asustaba, tan ligero, despacio y aterrante.

Y una sonrisa macabra cuando algo terrible sucedía a él le causaba mucha gracia.

 

-          ¿Tienes miedo? – le miro por el espejo. Un chico de apariencia muy oscura, seguro que habría uno que otro desalmado que se burlaría de él.

 

-          Tal vez…. Es grande, mejor llévame lejos de aquí. – estaban frente al edificio, frente al miedo mas grande, el relacionarse con la gente.

 

-          No puedo, Mana, debes de aprender a relacionarte con la gente, no siempre estarás así y yo tampoco estaré siempre para ti.

 

-          Es verdad, tú has sido mi padre y madre durante toda mi vida – bajo la mirada y después la dirigió al gran edificio, observando a muchos muchachos de su edad entrar y salir y recordando como su “chofer” le había cuidado.

 

Desde que nació el le llevaba al doctor si se enfermaba, que era muy constantemente, su  primer juguete lo eligieron juntos, cuando iban al parque, cuando salía corriendo por el regaño de sus verdaderos padres, al dar su primer paso él y algunas mucamas estuvieron presentes, muchos buenos recuerdos.

-          Bueno es hora de que salgas, por favor llama si ocurre algo terrible, anda vamos – le abrió las puertas del automóvil, algunos cuantos murmuraron, al verle, otros se quedaban observando.

Un chico con botas de plataforma negra, pantalones dobles, con una dobladillo ancho en la cintura, una camisa blanca con volantes en los puños y en el cuello, como ligera elegancia un listón delgado en forma de moño se acomodaba como corbata, el cabello lacio, largo y negro.


La piel pálida y un rostro sin expresión.

 

-          Esto es aterrante – camino lentamente en compañía del chofer, mientras ponía su bolso entre su brazo. Apenas y cuidaba sus palabras y el movimiento de sus labios.

 

-          ¿Por qué lo dices en ese tono?

 

-          Solo fíjate, todos abren paso para que pase, algo me dice que me ven raro.

 

-          Eres raro – empezó a bromear su chofer, el solo le esbozó una ligera sonrisa que apenas se dibujo en sus finos y delgados labios.

 

-          ¿Aquí es? – señalo el edificio de administración.

El chofer asintió, ambos entraron y el joven Satou espero fuera, mientras su tutor, charlaba con el director, escolar, fue más de media hora la espera, una sala de sillones negros muy esponjados, una secretaria vieja pero efectiva y el ambiente olía a aromatizante barato.

-          Entonces le dejo con usted

 

-          Claro ahora mismo lo llevare a su aula de clases, usted no se preocupe y de mis saludos a los señores Satou. – iban saliendo y aun seguían platicando, Mana solo hizo un gesto desesperante.

 

-          Mana-San ven por favor – le llamo el chofer. – Director este es el joven Mana Satou

 

-          ¡Oh! – se sorprendió al ver su aspecto, era una belleza, pero daba un ligero escalofrió – es un placer tenerte en nuestras instituciones, hiciste buena elección. – hizo una reverencia.

 

-          También es un placer, pero yo no elegí la escuela fueron mis padres – dijo secamente y muy fríamente, algo que dejaba sin palabras, el director por el nerviosismo se echo a reír, pero Mana no hizo gesto alguno.

 

-          Sí entiendo, bueno despídete, porque nos vamos a presentarte a la clase.

 

-          Gracias – Mana se volteo a su chofer y se inclino reverenciándole – nos vemos en la salida.

 

-          Con mucho cuidado, solo no seas demasiado tímido. – le abrazo como si fuera su verdadero padre.

Después de ello, el director le llevo a uno de los edificios del fondo, subieron muchos escalones, hasta llegar al último piso, había bastantes aulas y casi ningún alumno fuera,  al situarse frente al aula, donde pasaría este año de su vida, las piernas le empezó a temblar, sintió ganas de salir huyendo pero no podía.

 

-          Espera fuera, cuando escuches tu nombre entras – le indico el director abriendo la puerta corrediza, que fue como una potente luz blanca al rostro del chico. - ¡Profesor Taka, necesito hacer un anuncio!

 

-          Claro, clase atención – se escuchaban los murmullos y después un silencio enorme, que parecía un agujero negro que estaba a punto de arrastrar a Mana.

 

-          El día de hoy, se une un nuevo miembro a su clase, espero que lo reciban con mucho cariño, es la primera vez que está en una escuela, publica, Señor Satou puede pasar. – todos estaban inquietos por saber del chico nuevo, pero no hacia su aparición, el director pensó que el huiría. – señor…

 

-          Buenos días – entro temblando y mas pálido de lo normal, la respiración se le aceleraba, sintió que pronto su delicado cuerpo se desvanecería. – mi… mi nombre es Mana Satou – hizo una reverencia.

 

-          Bien, ¿Quién es el delegado de la clase? – pregunto el afamado director, Mana tenia la mirada baja, no quería encontrarse con rostros y miradas extrañas.

 

-          ¡Soy yo! – se puso de pie un entusiasta chico, con una sonrisa hermosa, un rostro angelical y una personalidad algo loca, vestía con un uniforme de beisbol , acaparando de inmediato la mirada de Mana

 

-          Y yo soy el sub delegado – Otro chico delgado, de cabellos negros y sonrisa encantadora se presento.

 

-          Gackt por favor solo necesito al delegado – el director silencio al chico escandaloso, mientras la clase le hacía burla – Kozi por favor hágase cargo de Satou mientras se adapta al ambiente.

 

-          Con mucho gusto – tomo asiento.

 

-          Ahora Mana, veamos siéntate tras de Yuki – un chico de cabellos naranjas, parecía una verdura, se veía muy encendido, pero tenía un lado oscuro en la mirada.

 

-          Sí – con timidez avanzo, las miradas le seguían hasta donde su destino.

 

-          Bien ahora, profesor continúe. – el director le hizo una seña a Mana y después se marcho, estaba sentado en la esquina del lado derecho del profesor, esa primera fila hacia al fondo, era perfecta para que él se pudiera esconder.

 

-          No te preocupes, aquí casi nadie nos hace caso – le hablo el chico de cabellos naranjas, sin prestar atención al profesor.

 

-          Mejor pon atención – Mana no deseaba ser retado por la culpa de alguien y menos en su primer día.

 

-          No te preocupes, ese profesor es más idiota que Gackt – señalo al chico de cabellos negros.

 

-          Aun así creo que no debo de dar una mala impresión – Satou ignoro por completo a su compañero, quien luego “dulcemente” le ofreció una revista - ¿Qué es esto?

 

-          ¡HENTAI! – respondió aun con esa sonrisa descarada.

 

-          No gracias. – desvió la mirada al profesor.

Yuki se la pasaba leyendo, mientras el profesor seguía hablando sin parar acerca de la era Meiji y la restauración de la misma, un profesor de lentes, demasiado delgado, con el nerviosismo de punta, el traje le quedaba grande y tenía una voz temblorosa.

 Después de que termino su aburrido discurso, Mana se quedo en la butaca, mirando por la ventana, pensando en sus murciélagos,  en casa, en un poco de té y la hora, quería que esta pesadilla común terminara antes que nada.

 

-          ¡Satou, Satou! – Kozi se acerco junto a Gackt, Yuki y otro chico de cabellos pelirrojos sumamente largos.

 

-          ¿Ehh?... ustedes disculpen – se levanto e hizo una reverencia.

 

-          ¡Ah no te preocupes, es hora de que nos acompañes! – Kozi y los demás estaban desconcertados por la gran amabilidad y cortesía del pálido chico.

 

-          ¡Vamos, no seas tímido, tenemos un recorrido especial para ti! – Gackt le tomo por los hombros y lo guio hasta la puerta, los demás iban detrás.

 

-          Pero… yo…

 

-          Satou no seas tímido, ven vamos a recorrer todo el campus – lo tomo de la mano, como si se tratara de una chica, lo que puso nervioso y sonrojado a Mana.

 

-          ¡¡Gackt espera!! – le gritaba Yuki y Kami, mientras tanto Kozi se había quedado en el pasillo con el director.

 

-          Kozi, aquí está la información de Satou, veo que ya se han hecho muy buenos amigos – decía mientras veía a los demás correr.

 

-          Sí, algo así, bueno si me disculpa – también salió detrás de ellos.

 

-          ¡¡Mira ahí está el club de futbol!! – Gackt corría de la mano con Satou a todas partes. Sin saber y tomar en cuenta que sus compañeros le seguían detrás, hasta que se detuvo en seco.

 

-          Buenos días Gackt-Sempai. – un chico de largos y rubios cabellos rizados le hablo, era guapo, pálido de piel, perfil de rasgos fino y voz hermosa.

 

-          ¡Por fin te detienes Gackt idiota! – Yuki le dio un golpe en la cabeza con una de sus revistas, mientras se quedaba paralizado.

 

-          ¡Creo que por fin encontramos su freno! – Kami igual le pasó la mano agitándola de arriba abajo ante la mirada de Gackt, quien todavía agarraba a Satou de la muleca, mientras este estaba ligeramente doblado respirando cortadamente y recuperando el aliento.

 

-          ¿no me va a responder Gackt –sempai? – el chico rubio miraba a Satou.

 

-          Creo que no tiene modales – añadió uno de sus tres “guarda espaldas”,  un chico de cabellos rojizos.

 

-          ¡Veo que no Machi!... pero dejémosle.

 

-          Es mejor que no se metan con sus mayores – Kozi se puso frente de ellos defendiendo a su grupo  - Kamijo es mejor que te vayas de aquí.

 

-          Lo sé Kozi-sempai. – haciendo caso de las ordenes, se fue con el grupo de amigos que le seguían.

 

-          ¡Como quisiera destrozarle la cara a Machi! – Arrugando la revista que traía y haciendo una mueca de disgusto Yuki le dio un golpe a Gackt en son de broma.

 

-          ¡Gackt ya reacciona! – Kozi le quito a Satou – bien ¿aaa? Mana… ¿te puedo llamar así?

 

-          ¿Qué? – observo la mano de Kozi sobre su muñeca, mientras este le revisaba el expediente – sí, supongo…

 

-          ¿Mana-chan?.... Perdóname, por culpa de Gackt-chan no me pude presentar soy Kamimura pero solo llámame Kami.

 

-          Y Yo Yuki – Sonrió el de cabellos naranjas, mientras se recargaba en Kami, quien tenía los brazos cruzados.

 

-          El es… - Kozi se dispuso a presentar a Gackt como era debido, ya que no salía del Shock.

 

-          Soy Gackt y ese Kamijo…. Es tan fastidioso… da miedo. Súper Uke… - le dio escalofríos cuando lo nombro.

 

-          ¿Uke? – pregunto Satou con demasiada inocencia e indiferencia, aunque la curiosidad se le hizo presente.

 

-          No es nada, mira te explico, Yuki está en el club de arte, Kami en el de cultura clásica, Gackt en el…. De música, de ahí conoce a Kamijo, yo estoy en el de….

 

-          Beisbol – Mana volvió a interrumpió a Kozi. – perdón lo digo por el uniforme – Mana lo señalo.

 

-          ¿aaa?... sí el uniforme…. No me había dado cuenta….  – Kozi se apeno de inmediato.

 

-          ¡Por cierto Mana-chan, nos vemos, debo de ir a mis clases de arte! – Kami se despidió y jalo a Yuki.

 

-          ¡Yo también! – grito el aludido.

 

-          ¿Gackt creo que tu también verdad?....

 

-          ¡Sí papá, pero es que Kamijo va estar ahí! – imploraba de rodillas por no querer ir.

 

-          Vamos, Gackt no me quites tiempo, debo acompañar a Mana al recorrido para que se quede en algún club. – Kozi sacudía su pierna para quitárselo.

 

-          ¡Bueno, nos vemos!... a soportar al Uke – se fue con un aura de tristeza y abandono.

 

-          ¿Kamijo?... es el chico de hace rato ¿verdad Kozi-San?

 

-          ¿San?... ¿Qué edad crees que tengo?

 

-          ¿AAA?... yo… - Mana bajo la mirada y se sonrojo un poco, no podía evitar ser un chico con modales.

 

-          La misma que tu, así que no agregues el San… Sí es que Kamijo quiere con Gackt pero nuestro Gackt no…

 

-          Pensé que eran sus enemigos o algo… así… y ¿andar?... te refieres a ¿acompañar?.... ir a un lugar o ¿algo similar?

 

-          Hay Mana-Chan eres muy inocente, no me refiero a que Kamijo quiere ser el amante de Gackt – al ver la cara de Mana, y el gesto de confusión se puso a explicar mas del tema – es decir ser novios, como las novelas BL.

 

-          ¿Novios? – Mana lo tomo con tranquilidad - ¡Estás diciendo que son!.... – susurro.

 

-          Sí, pero no tienes porque susurrar, si te das cuenta, esta escuela es en su mayoría de “hombres”,  hay pocas mujeres, así que no abastecen para todo y otros optan por otro “caminito”…. Y algunos ya desde nacimiento son así… otros solo experimentan… y…

 

-          ¡¿Dónde vine a caer?! – Mana estaba sorprendido por lo que Kozi le acababa de decir.

 

-          No te preocupes  yo te protegeré de cualquier pervertido – Kozi tomo las manos de Mana entre las suyas y le sonrió muy amenamente.

 

-          ¡No me toques! – Mana se alejo muy tímidamente y con miedo.

 

-          ¡Oye no soy un raro como Gackt, solo te estoy tratando de ayudar!

 

-          ¡Capitán, linda novia! Solo no se quede tanto tiempo coqueteando, porque el entrenamiento iniciara ya – Los del equipo de beisbol iban pasando y uno de ellos lo tomo por el cuello como “estrangulándole” y después de la burla, se marcharon. Todas las miradas estaban sobre Mana y el solo puedo bajar la cabeza y desviar la mirada, sin contar el leve sonrojo de sus mejillas.

 

-          Lo siento, no quería que…

 

-          Olvídalo – Mana se dio la vuelta.

 

-          ¡Espera a ¿Dónde vas?!... tenemos que recorrer la escuela y ver en qué club vas a quedar.

 

-          Eso ya está arreglado mi tutor me ha elegido uno. – se marcho sin decir nada, hasta el edificio de clases por sus cosas.

 

-          ¡Buenas tarde Mana, ¿Cómo te ha ido?! – el chofer le esperaba en la puerta del colegio, todas las miradas sobre él y la limosina lujosa.

 

-          Bien, creo… he conocido una panda de raros…

 

-          ¿Ehh?

 

-          Nada, solo llévame a casa.

 

-          Estas contento ¿verdad?...

 

-          Un poco, creo que me divertiré mucho, además el club que me has elegido me ha gustado, costura y teatro. Aunque no le he dicho nada a mis compañeros, hoy me ha presentado con un gran grupo.

 

-          ¡espero que te lleves bien con ellos!

 

-          Eso tenlo por seguro, quería hacer algo mas atlético, ¿Qué opinas?

 

-          No, esta débil de salud, así que no.

 

-          Está bien, ¿papá y mamá están en casa?

 

-          Me temo que no Mana, ellos no han llegado a un.

 

-          Como siempre… - los ánimos de Mana se desplomaron sobre el suelo, el tenia tantas ganas de contarle a sus padres de su primer día y ellos ni siquiera estarían presentes, como en muchas de sus cosas… es como si él no existiera.

Notas finales:

Dejen Rev.!


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