Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Veronal por Eruka Frog

[Reviews - 15]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Disclaimer: Naruto no es mío: al principio fue duro (por Itachi), pero con el tiempo llegó la resignación.

Notas del capitulo:

Gao para ti.

 

Y aquí una entrega más de la serie de fanfics promiscuos (LOL) que estoy escribiendo. Esta vez es otro SasuNaru y está basado en la canción de Neck (o Nek, vete a saber) "Laura no está". Es curioso, pero esa canción me inspira dos cosas diferentes: un fanfic en el que un dolido desenamorado intenté enamorarse de otro, y otro que es éste. Esperen el otro, porque sera mucho más feliz OwO

 

Y nada, que espero que les guste. Gracias por sus comentarios (los de Verriondo los estoy contestando).

Y si te como a besos, tal vez

la noche sea mas corta, no lo sé

yo solo no me basto, quédate

y lléname su espacio, quédate.

Laura no está, de Neck (o Nek, no tengo idea).

Veronal

Por: Eruka

 

Naruto se había marchado.

 

Se había ido hacía muchísimo, dejándolo solo, luego de hacer mierda su vida y de despojarlo de lo único que le hubiera gustado conservar: su amor.  Lo había dejado en la postrimería de su pasión, retorciéndose en la mierda de su cuerpo muriéndose de dolor y soledad. Se había marchado y ahora seguramente estaría retorciéndose en lo brazos de otro; de otro al que sí amara todo lo que lo que había dejado de amarlo a él.

 

—Dame más duro, Sasuke—pidió la criatura obscena que tenía bajo su cuerpo, contoneándose lujuriosamente bajo su cuerpo  y mirándolo con tanto deseo en los ojos de azul intenso que creyó por un momento verlo a él en sus ojos.

 

—Vale—aceptó de forma poco concordante a la situación. Sin embargo, cuando logró que su pareja se corriera y se largara (lo más importante), pudo entender que la tregua que se había prometido por aquella noche no era ahora mismo más que un barato recuerdo.

Cuando Naruto se había ido, desgarrándole en el proceso el corazón, sabía muy bien que nunca más podría querer a nadie. Sabía, incluso cuando tuvo la primera cita después de tres años de creer que un milagro traería a Naruto  de regreso, que no podría besar a nadie sin desear que la cara sedosa y de cálida textura que sostendría en sus manos fuera de la persona que más amaba, de aquella que lo había sumido en una desesperación tan agónica que tenía la certeza de nunca  poder superarla. También lo sabía cuando se acostó con la primera chica que le presentó su madre, que jamás nadie lo haría disfrutar tanto como disfrutaba follando con Naruto.

 

Naruto, Naruto, Naruto.

 

 

Se había ido y a él le llegaría la muerte antes de que volviera. Él podía jugar todo el tiempo que quisiera al príncipe triste que va a un bar a buscar princesa, podía coger con esa princesa toda la noche si quería, incluso podía imaginarse durante el clímax que Naruto no  había existido alguna vez, pero la única verdad era que apenas el alba despuntara, el rubio ocuparía sus pensamientos y no existiría en el mundo nada más que sus ojos de cielo limpio y perfecto, su cabello de dorado sol y sus labios capaces de llevarlo hasta el infierno y luego regresarlo a la tierra, deseoso de regresar y arder por siempre.

 

Y Naruto, Naruto, Naruto, porque no había nada más que él.

 

Naruto, que luego de pasar con él casi seis años, de prometerle amarlo para siempre, de tomarle las manos y jurarle por su vida que no lo dejaría jamás, se había ido para no regresar nunca, sin dejarle siquiera una sola nota que explicara su repentina huída, aquel al que amaba tanto que cuando se había marchado simplemente había quedado algo viscoso, sanguinolento y famélico en el sitio donde alguna vez había estado un vigoroso corazón que latía cada día por su rubio.

 

—Yo tenía un novio muy guapo—comentó en el bar de aquella ocasión. El pelirrojo lo observó con curiosidad respetuosa, aunque era obvio que no le interesaba en lo más mínimo un antiguo novio.

 

—¿Terminaron hace poco?—interrogó con irritada cortesía.

 

—Muy poco—mintió. Siempre era muy poco, porque la pérdida dolía tanto como en el momento en que fue hecha. Quizás eran ya doce años, pero daría igual si fueran sesenta.

 

—Así que sólo buscas tema conmigo para olvidarle, ¿no?—repentinamente, la voz del pelirrojo cuyo nombre había olvidado sonaba interesada y divertida.

 

 

—Lo lamento—respondió. Se había encontrado antes con tipos y tipas  como él, que consideraban un reto hacerle olvidar a su ex. Él solía aceptar siempre, no tanto por creer que lo lograrían, sino porque durante los minutos que duraba el acto sexual, era casi siempre capaz de bloquearse.

 

 

Bloquearse, pero no olvidar.

 

 

—Me acabas de llamar Naruto, cabrón—El taheño lo miraba furioso desde sus ojos de agua calmada, que no eran ni la mitad de bonitos que los de Naruto. Lo hizo a un lado, impaciente, y comenzó a vestirse ante su mirada perdida. No quería que el bermejo se marchara, quería que se quedara a hacerle compañía en esa noche en que se cumplían doce años exactos desde que Naruto lo había dejado—¿No quieres pedirme que me quede?

Sí quería, incluso se lo podría rogar y lamerle las suelas con tal de que lo hiciera, pero sabía con tanta obviedad que en aquella piel de porcelana no encontraría el aroma cítrico de Naruto, que estuvo a punto de gritarle que se largara. Sabía que podía tirarse al pelirrojo, que podría hacerlo disfrutar como nadie, pero también sabía que no podría hacer que el blondo dejara de torturas su cansada mente.

 

—Quiero pedírtelo—admitió—pero no lo haré porque no lograrás que lo olvide—

 

Sasuke podía buscar a Naruto en cualquier ser humano del planeta, pero la única verdad es que no lo iba a encontrar jamás más que en el propio cuerpo del áureo.  Y Naruto no iba a volver,  porque se quedaría para siempre amando a su hermano mayor, y él tendría que seguir conformándose con las cartas de éste, que le pedía de mil maneras perdón y, a cambio, le aseguraba que Naruto estaba bien.

 

Naruto no está, Naruto se fue,  y él tendría que seguir buscando sus ojos en los de cualquiera que lo sedujera con la promesa de hacerlo olvidar por una noche.

 

Y cuando amaneciera podría  seguir aferrándose a su recuerdo.

 

 

 

 

 

Notas finales:

¿Les ha gustado? A mi, de verdad, me gustó. Sé que me falta pulirme de aquí a la Luna y todo eso, pero bueno, al menos ha quedado aceptable. SAsuke me ha quedado la madre de OoC (yei, digo, cofcof  buu), pero espero que puedan ubicarse en el contexto: lo dejó el amor de su vida y está destrozado, lleva doce años soportando esa agonía y se está perdiendo a sí mismos. CReo que por muy machote que sea, cualquiera se pondría mal. Por cierto, a ver si saben qué es Veronal y a ver si supieron qué significaba Verriondo.

 

Como último comentario, les cuento que este fic se me ocurrió cuando estaba trabajando. Nunca había escuchado con tanta atención la canción, y cuando la escuchaba, pensé en que sería triste que una persona buscara en "la piel de otro" al amor que perdió. De verdad, sé lo que es intentar sacar a un clavo con otro clavo porque llevo intentándolo desde que conocí a la persona a la que le he dado mi corazón a pesar de que no lo quiera, así que creo que esta vez vaya que me identifico. No tanto en el nivel promiscuo, que creo que todavía no he llegado a eso, pero a lo que voy es que este fic lo he hecho con tanto sentimiento que doy pena: todavía estoy llorando, y el cielo de testigo de que yo NO lloro.  Madre santa, estoy jodida xD (y ahí tienen mi descarga emocional, si al final sií me haré mi blog -.-).

 

Espero poder mañana actualizar alguno de mis fics (Futari, por lo que parece).

Dejen muchos comentarios haciéndome saber cómo se sintieron con respecto al fic, y pasen un bonito domingo.

 

Eruka, orgulloso miembro de Friction Awards


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).