Era su último día en la aldea de la Arena, el pelilargo estaba guardando sus cosas en su bolso y mientras tanto esperaba que su compañero se dignara a salir de la ducha. Según lo que tenían planeado llegaban en la tarde a Konoha, lo que le daba un poco de espina a Neji ya que no podría descansar un poco antes de ver a su novio. Aunque no estaba del todo seguro de que éste le diera mucha importancia al asunto.
Con algo de fastidio cerró su mochila, justo en el momento en el que su compañero salía bastante relajado de la ducha. El pelinegro se sentó en la cama, buscó en su mochila sus vendas y comenzó con paciencia a enrollarlas en su brazo para cubrir las marcas de sus entrenamientos… el pelilargo se concentro un poco en ellas y descubrió que no parecían ser moretones normales los que tenia en los hombros y la base del cuello.
Estaba a punto de preguntarle a su compañero si esas marcas eran lo que él pensaba que eran. Y si así era, pedirle una explicación de cuando realmente habían tenido tiempo para hacer eso. Sabia que Lee era rápido pero no para tanto. Pero el sensei ingresó a la habitación y no tuvo tiempo de hablar.
-bien, muchachos. Espero que tengan su energía al máximo porque partimos en pocos minu…- sujetó al chico de los hombros- Lee, como te hiciste esto?!!!- preguntó alarmado.
-e…entrenando, Gai sensei- respondió sonriendo algo nervioso.
-entrenando solo te hiciste estos moretones…- se acercó para examinarlos mejor.
-si, pero Kankuro me estaba ayudando- respondió rápidamente apartándose y fingiendo buscar algo.
-bien… como sea, apúrense y vamonos- agregó levantando el pulgar mientras un destello resplandecía en su sonrisa.
-Lee, tú y Kankuro ya…- dijo en tono confidencial el pelilargo en cuanto el sensei se retiró.
-sip, cuando fui a su casa tenia planeado sólo pasar un rato con él, pero bueno- sonrió.
-pero, como?-
-bueno, al principio nos besamos un rato, después me empezó a llevar a su habitación y caímos sobre la cama. Después empezó a tocarme y…-
-no quiero saber como lo hicieron!!! Quiero saber cómo fue que pasó… fue tan fácil?-
-claro. Después de todo ambos queríamos lo mismo. Para qué hacernos esperar mas tiempo?- dijo tranquilamente.
Era un buen punto, ambos deseaban lo mismo. Pero el problema surgía en que pensar si era que él y su novio querían lo mismo. Pensar en su posición en la cama era algo problemático y también bastante abrumador. Pero ya habría tiempo, después de todo al día siguiente se encontrarían después de tanta lejanía.
Ambos chicos tomaron sus cosas y se dirigieron a la salida de la casa para poder emprender su viaje de vuelta a su amado hogar. Caminaron el trayecto hasta la entrada de la villa, Neji ya se sentía enfermo al escuchar los comentarios hechos por su compañero y el sensei. Apenas puesto un pie fuera, Kankuro los alcanzó y entregó algo al chico de cabello negro. Sin hacer ningún comentario, después de eso partieron por fin.
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Shikamaru estaba sentado tranquilamente en su habitación, meditaba sobre lo que ocurriría en un futuro demasiado cercano. Sabia que su madre no estaría y que estaba libre para hacer lo que tenía planeado. Con respecto a la preparación del dulce, ya estaba hecho. Su madre estaba mas que feliz de haber hecho algo como eso con él y él también lo había disfrutado.
Tenia que recoger el ramo temprano por la mañana, además de poner la habitación en condiciones para recibir a la persona que mas amaba en el mundo y crecer así juntos hacia una nueva etapa. Era bastante tarde, los nervios lo tenían muy inquieto y no le permitían estar tranquilo.
Se recostó en la cama, acomodó sus brazos detrás de su cabeza y cerró los ojos dispuesto a calmarse. Suspiro un par de veces antes de caer vencido ante el recurrente sueño que siempre tenía.
Neji Hyuga estaba sentado en la cama con el cuerpo tirado sugerentemente hacia atrás, su cabello largo caía libre y sus hermosos ojos color plata estaban cargados del mas profundo deseo incapaz de ocultar. Se mordía los labios y lo incitaba a acercarse hacia él para servirse a gusto.
El ninja de las sombras no se iba a hacer del rogar, así que se colocó sobre el chico de tez clara y comenzó a mordisquearle el cuello mientras oía las suplicas del mayor pidiendo ser tomado de una buena vez. La molestia que sentía entre las piernas era calmada por una de las manos del pelilargo que lo atendía gustoso. Sin duda alguna estaba en el cielo.
Después de despojarlo de casi toda la ropa y de recorrer cada palmo de esa hermosa piel. Shikamaru estaba dispuesto a llevar a su novio al paraíso de ida, pero algo salio mal en determinado momento…
El oji perla se giró y quedo sobre el cuerpo del chuunin que sólo lo miraba sorprendido. Luego su expresión inocente cambiaba a una sádica y lo retenía con una fuerza inexplicable contra el colchón en la cama. Luego pasaba una de sus manos por el rostro del oji marrón y lo sujetaba del mentón.
-no te preocupes- dijo en tono firme- trataré de ser suave contigo- apretaba su agarre- a menos que no quieras-
En ese momento Shikamaru despertó sobresaltado, no podía creer cómo se había arruinado su sueño. La verdad era que por primera vez consideraba la idea de que era justo que su novio fuese el “de arriba”. Se sentía tonto, no había considerado esa opción en sus planes, pero amaba a Neji y no quería perderlo. Aun considerando que tuviese que ser sumiso y dejarse dominar por el Hyuga.
La mañana llegó a Konoha, el sol brillaba, los pájaros cantaban y un grupo de ninjas llegaba a la villa. El informe de la misión estaba en manos del sensei, así que los alumnos podían marcharse a sus respectivos hogares y descansar hasta que el deber los llamara nuevamente. Cada quien partió por su lado.
Neji estaba tentado de ir a ver a su novio o al menos espiarlo un poquito con su byakugan. Pero no lo hizo, simplemente se retiro en dirección a su casa para descansar un poco, luego tendría tiempo para ver al chico de la sombra. Mientras tanto y a no muy lejos de allí un chico cargaba un enorme ramo de flores blancas con mucho cuidado.