Neji había terminado de dormir, se estaba desperezando sentado en la cama mientras se preguntaba que era lo que debía hacer con respecto a esa fecha tan especial para él y que no sabia qué significaba para su novio. Suspiró con algo de pesadez y salió rumbo a la ducha, si no había nada planeado no importaba porque al menos él si recordaba la fecha.
Por su parte Shikamaru se paseaba de un lado a otro de la habitación buscando la manera de que se le ocurriese como llevar al pelilargo a su casa. Tal vez podía enviarle un mensaje… no, era demasiado frio e impersonal. Como era de esperarse de él, dejo de luchar contra su imaginación limitada por los nervios y se dirigió a la casa del Hyuga.
Justo al momento en el que el oji perla salía de la ducha, Shikamaru llegaba a la casa del chico. Neji se secaba el cabello cuando sintió la llamada a su persona, uno de los miembros del clan le avisó de la llegada del chico de la sombra. Ante la mención de su pareja el chico se terminó de arreglar en menos tiempo de lo él mismo se había imaginado y por poco no se abalanzó sobre el menor.
-buenos días- saludo con un tono que parecía frio a la vista de cualquiera.
-buenas tardes- miro su reloj- Ehhh… te invito a pasar el día conmigo- se acercó y dijo suavemente- porque sabes que fecha es hoy, cierto?-
-lo recordaste…- susurró sorprendido.
-por supuesto. Aunque fue problemático organizarme- dijo rascándose la nuca- damos un paseo?-
-claro-
Ambos chicos salieron de la casa, caminaron un poco por la calle principal de Konoha, ahí había bastantes negocios y podían conversar un poco acerca de las vidrieras. De hecho, esa salida fue como todas, puesto que ninguno de los dos era demasiado conversador y eso no era problema. Sencillamente disfrutaban de la compañía del otro.
-oye, Neji… me gustaría que fuéramos a un lugar en particular-
El pelilargo siguió al chico de la sombra hasta el lugar en el que se dedicaba a observar las nubes, siempre había sido su lugar favorito. Ambos chicos tomaron asiento, Shikamaru observó hacia un lado y hacia el otro, en cuanto estuvo seguro de que nadie los observaba unió sus labios a los de Neji. Lo besaba con una devoción única, había estado separado de él y lo odiaba… odiaba las misiones porque le daba miedo verlo herido o perderlo.
-te amo- dijo mirándolo fijamente.
-lo se…- bajo la vista- también te amo- esa vez fue el turno del ojiblanco de besar al Nara.
Shikamaru no podía sentirse mas dichoso, bostezó y se echó de espaldas en el asiento de madera. Cerró los ojos sonriendo suavemente, se sentía en las nubes estando con su pareja… y hablando de nubes. El chico abrió levemente los ojos para ver el perfil de su chico y las nubes pasando en el fondo. Era como esa vez que lo vio frente al lago (1).
Amaba al Hyuga y nadie podía hacer nada para cambiarlo. Llevó una de sus manos al hombro del mayor y lo jaló suavemente para que se recostara junto a él. Neji apoyó la cabeza en el hombro del chuunin, sonrió también, observar las nubes no tenia sentido… si el menor no estaba con el.
-Neji… sabes yo…- dudaba, no sabia como plantear el asunto- me gustaría… que vinieras a mi casa-
-de acuerdo…- sus mejillas se sonrosaron levemente- estaremos… solos?-
-si-
Ambos ninjas se dirigieron a la casa del chuunin, en cuanto ingresaron Neji sintió en el ambiente un aroma dulce y que se mezclaba con una esencia floral. El origen era el inmenso ramo de flores que estaba sobre una mesa cerca de la entrada, todas ellas blancas y las predilectas del oji perla.
-que bonito detalle- dijo tomando una flor en sus manos.
-si… de verdad le debo mucho a Ino…- dijo en voz baja.
-cómo?-
-no, nada. No me hagas caso- abrazó al chico por la cintura y lo besó. Pero finalmente lo besó tal como quería, sin temor a que alguien los pudiese ver y sabiendo que una vez más tenia al pelilargo en sus brazos sólo para él.
No podían soportar más ese calor que los consumía por dentro, el chico de la sombra apretó la cintura del otro y provocó un roce indiscreto en la parte baja de ambos. El rostro de Neji se tiño de un color rojo intenso, pero al estar besándose con los ojos cerrados Shikamaru no pudo apreciarlo. Inmediatamente tomó la lengua de su novio y la succionó con lascivia. Luego de eso no se dijeron nada más, Nara tomo a Hyuga de la mano y lo llevo hasta su habitación.
Neji fue el primero en ingresar al lugar, sin darle tiempo a nada, Shikamaru lo besó nuevamente y lo llevó directo a su cama. Ambos jadeaban y se miraban intensamente… sonrieron y se dieron un beso muy corto. El chico con aretes cayó en cuenta de algo, estaba prácticamente sobre su novio… pero era eso lo que quería el chico?
Inevitablemente las cosas no marcharon tan bien.
El chuunin miraba a su novio con confusión, la misma clase de mirada que tenia el pelilargo. Shikamaru pensó en lo que le habían dicho… su novio debía querer hacerle el amor y… el también lo amaba. Entonces lo único que restaba era hacer sus planes a un lado y dejar que el chico lo tomara.
Neji por su parte también tenía sus dudas, el chico se había detenido… por lo que estaba esperando que él entrara en “acción”. Pero no era así como quería que fuesen las cosas… quería sentir a Shikamaru en su interior… quería ser marcado por su esencia… quería ser monopolizado por él. Pero si para estar juntos debía ocupar el rol dominante, iba a hacerlo, porque no quería perderlo.
-Shikamaru- dijo el pelilargo algo nervioso. Suspiró y comenzó entre besos a despojar al chico de sus ropas, lo primero que desapareció fue el chaleco. Una vez quedó con la playera de red, acarició su abdomen y depositó besos en varios lugares. El chico temblaba con cada contacto, no era eso lo que esperaba… pero era lo que tenia.
-…- el otro chico apretaba los puños con fuerza, no le gustaba el carácter sumiso que estaba obligado a llevar… necesitaba tomar a Neji y de verdad lo deseaba- espera!!!- se incorporó rápidamente cuando el pelilargo desabrochó el pantalón.
-lo siento…- el cuerpo del ojinegro no reaccionaba y el suyo tampoco, a pesar de los besos y caricias-… es que… no esperaba que fuese así- se puso de pie.
Se sentía horrible, solo quería irse, a pesar de que había comenzado como un bonito día se había arruinado por su indisposición o su mala gana al no complacer al Nara como seguramente esperaba. Se disculpó una vez más y agradeció por los detalles. Sin más se dispuso a retirarse.
Tomó la perilla de la puerta, estaba enfadado consigo mismo, estaba punto de marcharse cuando se dio cuenta de que había algo que no se lo permitía.