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Juguemos a hacer yuri con la Otaku por Kouya Natzuki

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Mis días pasaban y en el colegio solo pensaba en que poder hacer, hablaba casi todos los días con ella por el mail pero necesitaba tenerla frente a frente. La invite a salir y como supuse muy entusiasmada acepto, pero sentía que faltaba entusiasmo, en fin ¿yo qué sé de entusiasmo? Es lo último que llego a sentir alado de alguien que no es familiar mío, especialmente si no es mi hermana.

 

-¿Te he hecho esperar demasiado?- Aileen preocupada de verme sentada tan solitariamente, para mí eso es común, pareciera que para ella no.

-Has llegado temprano- dándole a entender que no me hizo esperar. –No pensé que fueras tan puntual-

-Ah, yo…me gusta llegar temprano a mis citas, ¡digo!, compromisos- comenzó a mover las manos tratando de explicarse, era un buen comienzo que captara que esto era una cita.

-Descuida, se lo que quisiste decir pero para mí sí es una cita- un simple beso en la mejilla bastó para sonrojarle demasiado. Era una reina sin autoridad, aun no podía mover ninguna pieza del juego que la incluyera, lo más que podía hacer era eso.

 

-Yo te he traído algo- guarde silencio, en espera de sus torpes movimientos. –Espero te guste, no es tanto como lo que me diste pero…- una caja de chocolates junto a una carta hecha por ella fue lo que me dio.

-Recordaste que me gusta el chocolate…no tenias por que hacerlo, gracias-

-Emm…lee esa carta…en tu casa- jugaba nerviosa con sus manos, odiaba seguir instrucciones pero para que el juego continuara, guarde la carta y la caja de chocolates nos la fuimos comiendo en el camino.

-Vamos- intentaba parecer lo más entusiasmada posible.

-Claro- sin previo aviso toma de mi mano y empezamos a caminar. ¿Qué será esto?, ¿por qué mi corazón palpita tan rápidamente? Sólo me ha tomado de la mano, nunca tuve una “mejor amiga” como todo el mundo, a nadie más que mi hermana le brinde toda mi confianza sinceramente.

-Por cierto ¿de qué tipo de familia vienes?- su pregunta me saco oportunamente de mis pensamientos.

-Empresarios…compramos emperezas, una vez nuestras decidimos si re-venderla o aprovecharla si lo vale- “el negocio familiar va tanto conmigo”.

-Me recuerda mucho al de mi mejor amiga-

-¿Ah sí? ¿De q…-  antes de terminar mi pregunta me jalo hacia una tienda. ¿Qué se ha creído para hacerlo?

-¡¡Mira!! ¿No son lindos?- sí, se estaba refiriendo a varios peluches de la tienda a la que me había arrastrado.

-¿Quieres alguno?- “es tan entusiasta, que molesto”, entramos a la tienda y eligió el que más le gustó, tenía que mantenerla feliz y aparentar ser una buena persona hasta el final de esto. Quería algo interesante para variar, hace mucho que no me divertía…no le he hecho nada pero por alguna razón me estoy divirtiendo.

-¡Muchas gracias!- me abrazaba y agradecía.

-No es nada, me gusta mucho ver tú sonrisa- la tome de la mano sin darme cuenta. Nuestra tarde paso, yendo a tiendas, el cine y un restaurante. Me sorprendía el como nunca borraba esa sonrisa de su rostro; “¿debería aprender algo de ella?”.

La noche llego y ya estábamos caminando con los brazos entrelazados, parecía el novio y ella mi novia, aparte de que era un poco más alta que ella. La lleve a un parque, el cual se que siempre está solitario después de las 8.

-Ven, quiero mostrarte algo-

-¿Ah?- lo único que alcanzo a decir, comencé a correr sujetándola de la mano, por lo tanto ella también corría tras de mí. Llegamos, me di media vuelta y con una sonrisa le dije: “¿Acaso no es este un bello lugar para que alguien exprese sus sentimientos hacia otra persona?”. Sus labios comenzaron a temblar, su rostro se ruborizo un poco, entiende a lo que llegare en ese momento.

-Me gusta tú sonrisa, me llena el verla, no sé cómo es que puedes sonreír estando a mi lado, soy totalmente la razón opuesta por la que una persona quisiera sonreír- la abrace por la cintura y me acerque a su rostro para darle mis últimas palabras; -Me gustaría verla más y sobre todo que fuera por mí, sonríe siempre en mi presencia- concluí mi actuación y la bese, trate de actuar lo más parecido a un anime, después de todo lo más seguro era que después de esto sería “mi niña otaku”, tenía que recordar esto como lo que más le gusta: un anime yuri.

Segundos pasaron y me separe lo suficiente para dejarla hablar.

-No sé qué decirte…esto es tan…repentino- sus nervios se notaban demasiado.

-Solo bésame si es que correspondes mis sentimientos, no necesitas palabras para decir que al igual que yo, me amas- “si salieras de tu mundo de fantasía comprenderías en qué sentido dije esa oración” (si, había dicho que se amaba, “al igual que yo, me amas”). Desvió la mirada, se abrazo más fuerte a mi cuerpo y comenzó a… ¿llorar?, “aun no le hago nada cruel y ya estas llorando, que débil pero eso te hace más curiosa todavía”.

-Sigo si palabras…- entre sollozos me viste a los ojos y me besaste, cuando pensaba que el juego terminaba acá, me equivoque, apenas estaba comenzando. Bien, puedo mover piezas desde ahora, me has dado la autoridad. La pegue más a mi cuerpo y nos besamos por unos minutos hasta que aleje mi ruborizado rostro del de ella.

-Eres hermosa a la luz de esta luna-

-Katrien…- solo dijo mi nombre y sonrió, su sonrisa me hizo corresponderla de laguna forma.

-Vamos, se hace tarde- me levante y le tendí mi mano, estaba haciendo el papel de “princesa encantador” y ella de mi bella dama. Tomo de mi mano y de nuevo entrelazamos nuestros brazos.

-Te quiero- debió haber sido un “te amo” como en todos los animes pero tal vez era que es muy tímida.

-También yo- nos dirigimos a las bancas a esperar que mi chofer llegara por nosotras. –Sabes… eres la primera mujer de la que me enamoro-

-Ya veo, pues…- sonó su celular en ese momento. –Espera un momento-

-Claro- era un mensaje de texto, no tenía idea de que de decía pero fuera lo que fuera le hizo un completo cambio de actitud, termino de contestar y se acerco a mí.

-Veras que te demostrare que el amor que una chica le puede dar a otra, no está mal- la sonrisa que me puso era diferente… no parecía totalmente feliz pero tal vez solo era mi imaginación, probablemente era alguna buena noticia y quería ocultar su felicidad para no decirme, tal vez era un tema familiar, no estaba tan tímida como hace unos minutos.

-Desde que te vi supe que sería feliz a tu lado, tu insistencia aquel día fue el destino, así lo siento- estaba abrazada a ella, después de todo hacia algo de frio.

-¿Quién era?- tuve curiosidad momentáneamente, respondiera o no, no insistiría.

-Mi madre, me tiene preparado algo en la casa, muero por saber que será- de nuevo esa sonrisa feliz.

-Que bien- lo sabía, era familiar.

-Quiero ser feliz a tu lado- me abrazo con más fuerza mientras hundía su rostro en mi hombro, -tu olor es tan único, me gusta-

-Prometo oler así siempre que estemos juntas- ¿Por qué se lo prometí? Odio prometer, me deje llevar por el momento pero elegí el mejor día para ponerme un perfume que no era mío, no sabía si era de mi madre o mi  hermana pero recuerdo cual era, solo era cuestión de comprarme uno. Mi chofer llego y le ordene ir a su casa, le dijimos la dirección mientras nosotras estábamos atrás, la ventanilla impedía que mi chofer viera y oyera lo que hacíamos, aproveche para besarla y tocarla.

-Tu piel, es suave- llevaba una falda y aproveche la oportunidad.

-No es cierto, tu piel es más suave- decía mientras acariciaba dulcemente mi rostro, nunca había jugado con una mujer, era divertido y no sigo sin saber si me está gustando esto o no, es más repentino para mí que para ella pero simplemente me encantaría ser yo quien desvanezca esa sonrisa de su rostro.

 

Llegamos a su casa, la lleve hasta la puerta, volví al auto para ir a casa.

-Erika, estoy en casa- se me hizo raro no recibir respuesta, siempre me responde, así que fui a su habitación. Encontré a mi hermana sentada en la orilla de su cama llorando.

-¿Qué ha pasado?- me acerque lo más rápido que pude para abrazarla.

-¿Recuerdas que te había dicho que las cosas no iban muy bien con mi novio?-

-Si…-

-Pues…parece que hemos terminado- su llanto aumento, solo le acariciaba el cabello sin decir nada, no quería empeorar la situación así que espere a que se calmara.

-Ya, ya, no todo se ha acabado, hay más hombres en el mundo-

-¡Lo sé! Pero…pero este era diferente, es difícil de hallar- sollozando hablo como pudo.

-Veras que encontraras otro, mejor a él-

-Espero…- su llanto ceso, que bien.

-Es hora de dormir, ¿quieres que duerma contigo?- acariciaba sus finos cabellos.

-Si…- fui por mis sabanas y me cambie de ropa, hace mucho que no dormía con ella pero no quería que se pusiera a llorar por un hombre en medio de la madrugada, era mejor si estaba con ella, la única verdadera sonrisa que me llena al verla es la de ella. Todos confunden mis sentimientos hacia ella, dicen que la amo demasiado pero es mi hermana, obvio, la amo pero solo como mi hermana, como había mencionado, no soy ese tipo de chica; aunque tenemos la misma edad para mí siempre será mi hermanita...

Espere a que conciliara el sueño para después yo poder dormir en paz.

-Duerme bien pequeña- me acurruque en la cama lista para dormir, si mi hermana supiera en verdad el tipo de persona que soy…agradezco haber estudiado teatro en mi infancia, con ella no actuó pero ante los demás si, un ejemplo, mi declaración a Aileen, no puedo creer que sea mi novia tan rápido, por alguna razón siento calidez en mi pecho cuando la recuerdo. Lo último que pasaría en este juego seria enamorarme de ella, tal vez me metí demasiado en el personaje, deje mis pensamientos sobre lo sucedido para relajar mi mente y poder dormir.

“Solo los débiles se enamoran en su propio juego de sentimientos, bah, esta calidez ha de ser por mi hermana, ella siempre me pone tan feliz…si, felicidad lo que a esa niña le sobra y le faltara muy pronto”.


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