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Amor robado por Pikacha-sama

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Notas del capitulo:

¡¡Hola!!

Lamento la demora, no hay justificaciones está vez chicas. Sólo espero que disfruten el capítulo que disfrute transcribiendo y temrine a las tres de la mañana xD

 

Amor Robado

 

3
|Declaración de Guerra|

La persona que no está en paz consigo misma,
será una persona en guerra con el mundo entero.

 

 

¿O prefieres que lo haga yo? — preguntó de una forma un tanto insinuante tratando de intimidar al rubio, que simplemente sonrió de medio lado ante la propuesta.

 

Naruto siempre había sido una caja de sorpresas, era el príncipe número uno en sorprender a la gente y Sasuke no era la excepción. Porque para su intelecto, Naruto contestó la pregunta dañando fuertemente su orgullo.

 

Ni que tuvieras tanta suerte — dijo sin sentirse intimidado por la cercanía del otro, hasta se burlaba de su presencia.

 

Seré tu esposo y padre de tus hijos en un futuro, él que tiene suerte eres tú, dobe — decía sin romper la cercanía entre ambos.

 

Los dos se miraban directamente a los ojos con odio mutuo. Ninguno estaba dispuesto a darse a torcer por el otro, definitivamente era imposible tratar de soportarse con el mismo temperamento y orgullo.

 

Eso lo veremos, teme. Lograré escapar de aquí, ya lo veras ´ttebayo.

 

La sonrisa arrogante que Naruto tenía en la cara cabreaba demasiado a su futuro esposo, pero sí de arrogantes hablaban:

 

Lo dudo mucho, eres demasiado usuratonkashi.

 

¡¡Atrévete a repetir eso, bastardo!! — gritó un rubio cabreado rompiendo la cercanía de ambos y alzando el puño.

 

Ninguno de los dos había notado la cercanía en la que estaban discutiendo y en que toda la plática se hablaron entre susurros (a excepción del último grito). Deidara fácilmente malinterpreto la “romántica” escena, al parecer el principito de Kohona se llevaba demasiado bien con el amargado de su cuñado.

 

Cof cof— tosió falsamente llamando la atención de los “enamorados”.

 

Sasuke simplemente se había limitado a matar con la mirada al dobe, pero al percatarse de la presencia del otro rubio inmediatamente ejerció palabra:

 

Lleva al dobe a la orilla del río a que tome un baño.

 

¡¡He dicho que no iré!! — replicó el mencionado cruzándose de brazos, mientras hacia un puchero.

 

No te pregunte si querías, es un orden — argumentó ante el capricho de Naruto.

 

No eres nadie para mandarme ´ttebayo.

 

Soy tu futuro esposo, dobe.

 

Y ahí iba de nuevo el teme con lo del matrimonio, nunca entendería que un Uzumaki nunca se rendía ante los retos. Preferiría casarse mil veces con Gaara que con un completo desconocido y amargo como él. Y se lo haría quedar muy en claro.

 

¡¡No me casaré contigo!! ¡¡BAKA!!

 

Tú debes ser Naruto-kun ¿no? — preguntó Deidara tratando de acabar con la infantil pelea de niños. Lo que le sorprendía de ese momento, es que Sasuke participara en ellas, jamás lo había mirado perder así la cordura, aun en situaciones mucho más difíciles de sobrellevar. Aunque debía de darle meritos a la personalidad rebelde del rubio. Supuso que por alguna extraña razón los dos se llevarían muy bien, al final de cuentas, muchas cosas de Naruto le recordaban a él mismo.

 

.

.

.

 

Sólo llevaré unos cuantos soldados, Minato. Mañana me toparé con Gaara en la frontera e interceptaremos a los Uchiha antes que crucen la línea entre de Konoha y el Sonido.

 

Minato y Kushina se miraban directamente a los ojos, extrañándose mutuamente antes de la despedida, anhelando su próximo encuentro aun si siquiera haberse separado, pidiendo con la mirada que hubiera un retorno para su único hijo y esperando que pronto pudieran reencontrarse los tres. Mientras él estaba sentado en su trono, ella estaba parada delante de él con la armadura de un soldado. No dudaba de las capacidades de su esposa, sabía que su mujer era de armas tomar pero el enemigo era demasiado poderoso, no soportaría perder a alguien más de su familia.

 

Me gustaría ir — susurró como un suplico el Rey.

 

Tú tienes que quedarte a cuidar del pueblo ´ttebane. No te preocupes por mí, estaré bien. Nadie derrota a un Uzumaki — decía con una hermosa sonrisa y con el dedo pulgar hacia arriba indicándole que todo saldría bien.

 

Entonces yo también iré — habló una voz determinada a sus espaldas sorprendiendo a ambos Reyes.

 

¡¡Madre!! — gritó el rubio — Tú no estás en condiciones para…

 

Estoy en mis mejores años Minato — interrumpió Tsunade — Entiendo perfectamente los sentimientos de Kushina, como madre. Además, tengo que recuperar a mi nieto.

 

Pero…

 

Dejar ir a Kushina y a su madre ¡¿Juntas?!

 

Esos Uchiha conocerán la furia de los Uzumaki — decía la pelirroja con el puño en alto.

 

Un extraño escalofríos recorrió el cuerpo de Minato al escuchar eso, para  recordar el apodo de su esposa cuando todavía no consumían nupcias “El habanero sangriento”.

 

Kushina, yo…

 

No te preocupes, hijo — se escuchó una voz desde la puerta. — Yo las acompañaré — decía para entre las sombras salir Jiraiya con una sonrisa en el rostro.

 

.

.

.

 

Su corazón rugía fuertemente entre palpitares acelerados, víctima de las fallas de su plan para tener consigo a Naruto. Aunque mañana por fin se encontrarían en la frontera con los de Konoha para rescatar a su adoración rubia, estaba seguro que en menos de una semana lo tendría entre sus posesivos brazos y se encargaría que la Nación del sonido cayera junto con los Uchiha. Nadie se volvería a burlar de un Sabaku No, de eso se aseguraría él mismo bajo sus propios criterios.

 

Sentía su sangre hervir y el odio infiltrarse en las venas de su cuerpo, pero pronto tomaría una jugosa venganza donde uno de los hermanos Uchiha demarraría lágrimas de sangre y desearía jamás haberse metido en su camino.

 

Gaara-sama — habló una voz interrumpiendo su monólogo. — Los caballos están listos para partir, sus hermanos lo esperan afuera del palacio, señor.

 

Puedes retirarte — contestó el príncipe sin voltear a verlo mientras recogía sus pertenencias.

 

Pronto… Muy pronto mataría al que había osado arrebatarle a su delirio rubio.

 

.

.

.

 

Deidara estaba cómodamente sentado sobre una roca a la orilla del río, mientras Naruto se desnudaba para meterse al agua.

 

No podrás escapara rubio, hum — decía Deidara con una sonrisa burlona en los labios.

 

No estés tan seguro ´ttebayo ¿Quién dice que no puedo golpearte y huir? — preguntó su prisionero a la defensiva, no se fiaba de ninguno de los hombres de Sasuke.

 

No podrías, aunque sea un doncel, al igual que tú, no alcanzarías ni a rozarme. Soy más fuerte y hábil que el pretencioso de Sasuke, mocoso.

 

Naruto había accedido, a acompañado por el fastidio de Deidara, a tomar un baño en el río con el fin de intentar escapar de las garras de aquel bastardo, no se casaría con ese amargado, estreñido, repulsivo y estúpido ¡No! Aunque le costara la vida, no lo haría ¡Se negaba a cometer tal estupidez!

 

Cualquiera es más fuerte que ese teme — decía Naruto como si fuera lo más obvio del mundo.

 

No alardees tanto, que sí estas aquí fue porque ese “bastardo” logró vencerte.

 

¡Eso es mentira! — decía mientras se quitaba la última prenda y se zambullía bajo el agua, estaba fresca y limpia. Se sumergió completamente y sacó solamente la cabeza al estar nadando —. Estoy aquí porque esa “comadreja” me atacó por la espalda. Sino el teme estuviera hecho pedacitos ´ttebayo.

 

Ese idiota no tiene remedio, hum — habló más para sí que para su prisionero. — Dudo que Sasuke se hubiera enfrentado a ti seriamente, pero podrás vengarte del baka de Itachi al llegar al palacio.

 

Escaparé mucho antes. — Argumentó con odio girando su rostro.

 

Deidara ignoró su comentario y continuó hablando:

 

Los Reyes te pondrán una prueba para comprobar que eres digno de desposarte con su hijo, y tendrás que pelear contra Itachi. Si ganas contraerás nupcias con Sasuke, o si pierdes… morirás — lo último lo dijo en tono de burla.

 

Yo no me casaré con un teme como él y tampoco voy a morir a manos de un cobarde ´ttebayo — espetó mientras se volvía hundir en el agua.

 

Alrededor de ellos sólo habían arboles altos con una gran melena y un extraño silencio sacudía los cipreses altos que danzaban con el viento. Estaban algo alejados del campamento de soldados y un solo caballo estaba amarrado al árbol más cercano. Mientras el río tenía una corriente tranquila donde buceaba Uzumaki.

 

No tiene más opciones, hum — argumentó aunque sabía que Naruto al estar bajo el agua no escuchaba, así que agregó: —, o por lo menos Sasuke no te dejará.

 

El rubio menor estaba hundido bajo el agua tratando de pensar en las posibilidades de huir del otro rubio, debía de haber una manera de escapar, tenía que volver a su Reino y cumplir con casarse con Gaara, no tenía ni idea de lo que estaría pasando por allá, sólo que la guerra la desataría su mamá con tal de dar con su paradero y más al saber que estaba en las manos de los Uchiha.

 

La guerra podía haberse detenido hace tanto tiempo, sin embargo, las ansias de poder lograban detener los deseos de paz que tenía el mundo completo. Los Uchiha habían actuado cegados por ejercer su dictadura y lo habían secuestrado para…

 

En medio de su buceo sintió que el aire le faltaba y salió a la superficie.

 

¡¡¿Por qué?!! — preguntó con un tono autoritario de voz, mientras tomaba bocazos de aire. — ¡¿Con qué propósito estoy aquí?!

 

Para unir la Nación del Fuego y del Sonido, sin necesidad de que estalle realmente la guerra. Aunque creo que no soy el más indicado para hablarte de esto. — Había indiferencia en sus palabras, porque el mismo quería ignorarlas.

 

¿Por qué? ¿Por qué apoyas a los Uchiha que derraban sangre inocente? — espetó Naruto con una mirada seria -todo contrario a los que había mirado su futuro “cuñado”-¿Evitar la guerra? Si la habían declarado con el simple hecho de secuestrarlo y atacar primeramente a su Nación.

 

Y Naruto mordió la manzana de la discordia.

 

No te equivoques — decía el otro rubio mientras negaba con la cabeza —, que este aquí no quiere decir que apoye los planes de Fugaku-san. Sólo que…— guardo silencio con una mirada fija en el cielo, era tan difícil pensar en pasado tan lejano. — Se podría decir que yo también soy un prisionero, pero de mi pasado, Naruto.

 

¿Quién era ese tan Fagaku o Fasaku? Su cabeza formulaba más preguntas de las que Deidara contestaría con su relato, sin embargo, lo miraba tan sumido en sus pensamientos que decidió no interrumpirlo.

 

El ejército del Reino del Sonido es el más poderoso porque sólo reúne a los guerreros más fuertes y capacitados, desde que nacimos fuimos entrenados para ser guerreros. Por ejemplo: yo soy o fui — dijo con ironía — de la Nación de la Roca, por mis habilidosas cualidades en batalla decidieron reclutarme. Sin embargo, yo me negaba a unírmeles, pero fui derrotado en el campo de batalla por el idiota de Itachi y tuve que ir con ellos. Desde ese día he tenido que seguir las órdenes del Rey Fugaku y hasta que logre derrotar a Itachi, seré libre de nuevo, hum.

 

Desde el río Naruto le sonrió sinceramente mientras salía de las tranquilas aguas completamente desnudo. No permitiría que alguien sufriera mientras estuviera él para impedirlo. Además que el rubio no se miraba una mala persona, ciertamente le transfería cierta confianza, tal vez podrían llegar a ser amigos. Sin poder evitarlo quería auxiliarlo con esa sentencia injusta.

 

Yo te ayudaré a ser libre de nuevo ´ttebayo — decía mientras ponía su mano delante de él con el puño cerrado, al estilo Uzumaki cuando hace una promesa: — ¡¡Te lo prometo!! — cerró los ojos ensanchando su sonrisa sin importarle su desnudez.

 

Hay muchas cosas que me atan a la Nación del Sonido — susurró melancólicamente, sin que Naruto pudiera escucharlo. Ya no importaba si derrotaba a Itachi, ese bastardo lo había desarmado y atado completamente a él durante su toda vida. Sin embargo, le sonrió a su prisionero.

 

El relinchar de un caballo se escuchó a los lejos y el galopear de los sementales los sacó completamente de sus pensamientos indicando que esos “bastardos” estaban cerca. Al momento aparecieron los hermanos Uchiha montados en dos hermosos corceles negros donde se transportaban.

 

¡¡Dobe!! — rugió Sasuke inmediatamente al verlo mientras se bajaba del animal, seguido por su hermano que sonreía ante la escena. El azabache menor estaba furioso ante lo que miraba — ¡¡Ponte algo de ropa!! — ordenó con el seño fruncido al acercarse.

 

¡¡No ´ttebayo!! — respondió el rubio ante el capricho del otro cruzándose de brazos y haciendo un puchero bastante infantil ¡No acataría las ordenes de ese bastardo, engreído!

 

¡¡No me provoques, usuratonkashi!! — le regaño mientras un gran vena se formaba en su frente ¡Nadie! ¡Definitivamente nadie lo desobedecía!

 

Yo te apoyo, cuñado — dijo Itachi desde atrás guiñándole un ojo al mencionado mientras apreciaba el bello “paisaje” que el rubio le ofrecía, Naruto no era feo por cualquier ángulo que lo miraras. Sin embargo, no pudo seguir “apreciando” más porque Deidara le había lanzado una roca noqueándolo al instante.

 

¡¡Deidara, vístelo!! — exigió Uchiha al borde de perder la paciencia ante la circunstancia ¡Ese dobe era un inmaduro!

 

Tienes manos, mocoso — dijo el rubio mayor ignorándole completamente para ir a auxiliar a su esposo, aunque el mismo lo había lastimado. Pero para que negar ¡Se lo merecía!

 

Sasuke temblando de furia cogió la ropa que estaba sobre la roca (en la que anteriormente estaba Deidara) con rudeza para dirigirse a la fierecilla de “pareja” que tenía. Sin ningún tipo de delicadeza jaló de la mano del rubio y le puso la ropa en ella. Era imposible tratar con ese cabeza hueca por las buenas, así que tendría que hacer las cosas por las malas.

 

No me hagas ponértela — soltó serio con un tono escalofriante tratando de asustarlo, pero no funcionó ya que Uzumaki dejó caer “accidentalmente” (o así quería pensar Sasuke) las ropa de sus manos.

 

Oh, sí. Lo estaba retando.

 

Internamente gruñeron los dos mientras se mataban con la mirada. Se odiaban y no era algo que tenían que decir para que lo supieran, simplemente la compañía del otro les desagradaba rotundamente. Naruto sólo quería escapar y regresar a casa, mientras que Sasuke trataban con todas sus fuerzas contenerse y no acabar matando a ese dobe. Sin embargo, el coraje de su rebeldía estaba ahí y no basto que dijera algo más para que un tic nervioso se formara en su cara, ese cabeza hueca no se cansaba de retarlo y hacerlo menos. Era el príncipe Uchiha Sasuke y se lo iba hacer saber a ese mocoso. Oh, sí porque Naruto apenas contaba con la edad de dieciseis años mientras que él veinte.

 

Lo tomó la mano del rubio a la fuerza para tratar de ponerle la ropa, mientras Naruto se reusaba y comenzaba a ejercer fuerza resistiéndose al contacto con el otro. Comenzó a patearlo y rasguñarlo con tal de que lo soltara, nadie lo iba a obligar a hacer algo que no quería hacer. Mientras que Sasuke trataba de meterle la camisa por el cuello, sin embargo, entre tanto forcejeo los dos terminaron cayendo al suelo al momento en que sus piernas se enredaron.

 

Por cuestiones del destino Sasuke terminó arriba del rubio. Y lejos de desagradarle se sintió satisfecho, sin embargo de Naruto no podía decirse lo mismo, estaba molesto ¡No! Molesto era poco a como se sentía en ese momento. La mano ¡Si, la mano! Del estúpido bastardo de Sasuke se encontraba ni más ni menos que en su trasero desnudo ¡¡En su trasero!! No se detuvo y mucho menos contuvo de sus impulsos y volvió a encestarle un buen golpe al rostro del azabache que se quitó de encima al instante.

 

¡¡Maldito, dobe!!

 

¡¡Sasuke-kun!! — gritó una voz femenina preocupada a sus espaldas.

 

Naruto por primera vez sintió vergüenza de estar desnudo al verla a ella.

 

Una doncella de hermosos cabellos rosados había corrido al lado del bastardo mientras lo ayudaba a reincorporarse, lo miraba preocupada con unos perfectamente verdes jade. Era una hermosa chica, ante los ojos azules del rubio. Jamás había mirado a una doncella tan peculiar como ella.

 

Ignorando la mirada molesta de Uchiha, el rubio comenzó a vestirse para no incomodar a la de cabellos rosados. Toda su vida se la había pasado entre hombres en muchos combates o entrenamientos que el pervertido de Jiraiya le hacía pasar. Donde por causas de la pelea y movimientos de espadas terminaba con la mayoría de su ropa desgarrada, es decir, casi desnudo. Así que no tenía vergüenza o miedo de estar desnudo delante de cualquier varón, pero delante de una doncella era totalmente diferente. Ya que ellas, eran muy, pero muy diferentes.

 

Sasuke se puso de pie e ignoró completamente a la chica que se había acercado a su auxilio. Ese maldito dobe, ya le tenía manía a su mejilla, pero se las iba a pagar. Se acercó a un rubio ya vestido mientras desvainaba su afilada espada y le apuntaba a la garganta del doncel. Ahora su mejilla por el golpe estaba sangrando, pues había creado una pequeña cortada.

 

Es la última vez que me golpeas, idiota — aclaró el azabache mientras acercaba su espada más a la garganta de su futuro marido. Era intimidante ver los ojos de Sasuke en ese momento, destilaban cierto toque de locura con un inconfundible color rojo sangre.

 

Sin embargo, Naruto no era ningún cobarde o alguien fácil de controlar.

 

No puedas matarme, teme. Me necesitas — argumentó el rubio ignorando su amenazada, básicamente lo había tomado como algo insignificante. Y sin más, Naruto evadió su espada y fue detrás de Deidara.

 

Sasuke-kun — susurró la doncella al ver como su amado príncipe apretaba fuertemente los puños en un claro signo de coraje retenido. Ese maldito rubio se había atrevido a provocar a Sasuke y lo peor de todo es que había salido intacto. No sólo le desagradaba ese pequeño ingrato, sino que lo odiaba sin haber cruzado palabras.

 

Sakura — le llamó, — será mejor que te alejes de mí. Llegando al palacio dejaras de servirle a la familia real, te harás cargo del hospital general. — Lo había dicho sin siquiera dedicarle una pequeña mirada, mientras avanzaba a donde se encontraba el inepto del príncipe de Konoha.

 

Siempre le había dolido la frialdad con la que le hablaba el azabache. Sin embargo, nunca dejaba que le afectara.

 

Desde que tenía memoria estaba enamorada del príncipe e hizo de todo para poder estar a su lado. Ella era una plebeya que no podía siquiera estar en presencia del príncipe, sin embargo, luchó día con día para estar a su altura. Logró graduarse de la escuela de medicina y poder servir a la familia real. Pero, sus meritos no hacían que Sasuke la miraran como algo más. Sólo era una relación paciente-doctora.

 

Nunca se consideró una niña caprichosa ni malosa, porque siempre hacía lo correcto en cualquier situación. Pensaba con la mente fría y eso le hizo quedar entre las tropas del príncipe en el ejército. Ella era la enfermera personal de ese escuadrón, por lo tanto siempre estaba con Sasuke, con su adorado azabache. Y una noche aprovechó para meterse entre su cama, sin embargo, Sasuke la rechazó como el noble príncipe que era a pesar que ella había declarado sus sentimientos abiertamente hacía él.

 

Y era lo más probable que por eso la estuviera alejando, para no dañarla. O tal vez, para no dañar al imbécil ese.

 

Sabía que Sasuke sólo lo hacía para tener el aprecio de su padre. Ni siquiera lo hacía por la Nación y era por eso que ella también actuaría. No importaba el Reino, sólo importaba su amor por el azabache y el enorme sacrificio que había hecho por él. Ahora les tocaba a los Reyes hacer un sacrificio por ella. Se iba a deshacer de ese rubio porque le había quitado lo que ella deseó desde niña más que a nada y con eso se había ganado su infinito odio. Desde ese día se juraba a si misma hacerle la vida imposible, porque le declaraba la guerra silenciosamente…

 

Deidara, amarra al dobe — escuchó la voz de Sasuke muy lejana en ese momento.

 

 

 

Continuará…

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Salió un poco más largo que los demás :D Y lamento si tienen alguna falta de ortografía o redacción sólo diganme y yo la corrijo :D

Muchas gracias a las personas que leen y más gracias a las personas que dejan un comentario: luna, Kame chan, shinigami 31, etsuko neechan, poetically pathetic, yaoi mix, Danish y yume. Mil gracias por comentar C:

Dejen comentarios :D

Pikacha


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