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Amor robado por Pikacha-sama

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Notas del capitulo:

¡Pikacha, la gente está muy loca!

Que sea lo que mi mente quiera y que arme el descontrol.

Va para ti, hija mía, porque insististe tanto en este fic, que no te dejaré con ganas de saber el final ;)

Un saludo a mi beta, que se ofreció a ayudarme con mis fics <3

Amor robado.

Capítulo cinco.
Juntos.

 

No importa cuando huyas de tus decisiones, al final siempre te encontraran.

 

 

¡Esos chicos estaban dementes! No había otra forma de describirlos. Deidara entendía la desesperación de Naruto, pero Sasuke había tomado una medida drástica de manera apresurada; aunque el pequeño rubio corriera, no podría esconderse. Los hermanos conocían el bosque, había sido una de las pruebas que les había puesto su padre para tomar la misión.

 

Deidara se acercó al límite del puente y miró hacia abajo, al instante, sintió el vértigo y quiso desistir de seguir al comparar la altura, pero le preocupaba lo que pudiera llegar a pasarle a uno de aquellos dos. Solo logró sentirse aliviado cuando una cabellera rubia y una azabache resurgieron entre las turbias aguas.

 

—     ¿Estas bien? — preguntó Itachi a su lado. Estaba preocupado por ambos, tanto por el rubio como por su pequeño hermano, pero sabía que el menor podía cuidarse perfectamente. Deidara tenía varios días estando a la defensiva y todavía no lograba comprender por qué.

 

— Sí — contestó escuetamente, restándole importancia a la cuestión.

 

Sakura suspiró aliviada cuando miró resurgir a Sasuke del río. No podía creer que ese niñato hubiera sido tan estúpido y engreído para saltar del puente, era más que obvio que el desenlace seguiría siendo el mismo. Lo iban a atrapar y terminarían en el reino del Sonido, y aunque trataba de sonar feliz con ello, solo logró frustrarla más.

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Naruto nadó lo más rápido que pudo a la orilla del rio. Afortunadamente no se había lastimado, cayó en picada para evitar algún daño por lo alto de la caída. Había tenido mucha suerte al no golpearse con ningún objeto o roca, sin embargo, sentía el cuerpo pesado y adolorido. Las aguas lo trataron de arrastrar, pero supo nadar en contra de la corriente. Con un poco de esfuerzo logró llegar hasta la orilla para comenzar a respirar con un poco de dificultad.

 

Sin embargo, el gusto no le duró mucho. Sólo le bastaron dos segundos para voltear a su espalda y mirar como el rostro de su “prometido” se desfigurada de rabia, sin querer saber más, corrió lo más pronto a lo profundo del bosque ¡Joder! ¡Ese maldito bastardo no se rendía! Tenían la misma terquedad y veracidad a la hora de lograr sus propósitos.

 

Sasuke había tenido que tirar su espada y mochila para poder correr detrás del cabeza hueca. No podía creer que estuviera pasando todo eso ¡¿Cómo era posible que aquel niño tonto lo hubiera timado de una forma tan infantil?! ¡A la mierda su raciocino! Le iba a hacer pagar todas las que le había hecho ¡Estaba harto de él!

 

El rubio seguía corriendo esquivando los cipreses, la adrenalina le había hecho olvidar el dolor y sus piernas trabajaban en automático. No se iba dejar atrapar, no cuando su libertad estaba en juego. Saltó un tronco con facilidad mientras esquivaba la rama de árbol, estaba preparado para eso o más. Sus piernas se movían ágilmente por la amplia espesura.

 

Uchiha podía seguirle el paso. Le venía pisando los talones y Naruto lo sabía, el más mínimo error y volvería caer bajo las garras del depredador. Sonrió con arrogancia cuando una pequeña idea surcó su mente ¡Ese imbécil iba a aprender que con los Uzumaki nadie se mete!  Comenzó a correr en zigzag mientras la brecha de distancia crecía entre ellos, obteniendo la ventaja que quería ganar.

 

Sasuke había empezado a minorar el esfuerzo cuando el otro comenzó a escabullirse en lo más profundo del bosque, así como los arboles cada vez se hacían más robustos y el espacio entre los troncos disminuía. Estaba doblando un ciprés cuando el golpe lo hizo caer al suelo; ni siquiera lo había visto venir. Lo habían golpeado justo en el abdomen sacándole el aire al instante.

 

—     ¡Jamás me casaré contigo, teme! — exclamó entre el medio de su rabieta. Sonrió arrogante y levantó la rama que tenía entre sus manos, dispuesto a golpear nuevamente a su adversario. Pero Sasuke se le lanzó encima olvidando el dolor del atentado pasado. No se iba a dejar derrotar por un chiquillo de 16 años, no cuando el ganaba en fuerza.

 

Naruto se removió entre los brazos de su contrincante, cuando creía que lo tenía sometido golpeó sus frentes haciendo que Sasuke retrocediera. Levantó el puño dispuesto a acabar con él, sin embargo, aunque el golpe le había dado directo en la quijada, no lo soltaba de la camisa. Lo tenía bien sujeto y aquella mirada tan feroz empezaba a fastidiarlo.

 

—     Ríndete, dobe — le susurró sobre el oído. Se había inclinado lo suficiente para que el aliento lo golpeara de lleno. Sin embargo, a pesar de la tempestad, debía de aprender que su adversario no se rendiría fácilmente.

 

—     ¡Púdrete, maldito bastardo! —- contraatacó mientras se lanzaba a su garganta. Había encajado perfectamente sus dientes sobre aquel pálido y expuesto cuello de tal forma que Sasuke lo había soltado al instante.

 

El rubio tal vez hubiera seguido atacando o mordiendo al hombre hasta que se bajara de encima de él, pero el sentir como algo comenzaba a cobrar vida sobre su estómago lo pasmó por unos segundos ¡Ese maldito bastardo se había empalmado con él! Lejos de causarle dolor, al Uchiha le había causado placer ¡joder, que el idiota había dado con su punto débil!

 

—     ¡Eres un pervertido! — rugió girando el cuerpo de un lado a otro, empeorando un poco la situación que se estaba creando entre ellos. Sólo eso le faltaba, que aparte de ser un bastardo fuera un chico de cascos ligeros. La furia se desbordaba ante los hechos tan irreales que estaba viviendo, era un adolescente, no un niñato, pero para la guerra no te preparan para situaciones así.

 

El azabache trató de que las cosas no se tornaran más turbias de lo que ya estaban, pero en sí, era gracioso observar aquel rostro sonrojado tratar de evitar su contacto. Sonrió con arrogancia, al parecer no le era tan indiferente como creía. Tomó su barbilla con fuerza encarando aquellos ojos azules, Naruto le observo con furia y lo único que atinó a hacer fue a darle un rodillazo.

 

Se zafó de su agarre para volver a ponerse de pie y correr por el bosque. Sin embargo, sólo había avanzado unos cuantos metros cuando Sasuke se le fue encima. Lo que no vieron venir es que al caer fueron a dar a un barranco. Se pusieron a forcejear sobre las solapas de su ropa mientras giraban por el pasto. Naruto se encargaba de que su peso cayera completamente sobre el azabache al descender, golpeando su espalda, si antes la tenía lastimada, esperaba que ahora estuviera peor.

 

Gruñó molesto por los daños que se estaba llevando, el idiota había resultado no serlo del todo al tomar ventaja de su cuerpo más pequeño y ágil. Habían seguido girando y Sasuke aprovechó para estampar al rubio contra la corteza de un árbol. Naruto gritó y volvió a morderlo más que fastidiado por todo.

 

Sintió su cuerpo arder y le devolvió el favor al rubio. Encajó sus dientes sobre la mejilla izquierda mientras este gritaba adolorido ¡Maldito bastardo! Se las estaba cobrando con intereses, sentía parte de su rostro entumecido por el dolor ¡Eso no se iba a quedar así! Sin embargo, el ir girando no le ayudaba de ninguna manera.

 

Los dos tenían varios cortes en el cuerpo y rasguños sobre las partes expuestas. Cuando la caída terminó los dos gimieron adoloridos. Habían ido a parar entre un charco de lodo bañándoles de suciedad al instante. Naruto que era quien se había llevado la peor parte por ser quien quedo abajo, sin pensarlo, le metió una patada para quitárselo de encima ¡que se fueran todos a la mierda!

 

Sasuke terminó de ensuciarse cuando cayó directo al lodo. Gruñó molesto por todos los contratiempos que estaba teniendo, ¡estaba harto! Estaba por maldecir y dominar a ese estúpido doncel cuando el rubio le lanzó un gran grumo del charco directo al rostro. Por un segundo la rabia se le volvió a subir cuando cayó en cuenta de que el rubio aprovecharía que no miraba bien para escapar, pero para su sorpresa este sólo rio por sus extrañas muecas.

 

—     ¡Deberías verte, teme! ¡Das asco ttebayo! — dijo el rubio sin dejar de reírse. Uchiha daba un aspecto desaliñado con el cabello llenó de suciedad, hojas y pequeñas ramitas enredadas. Sin contar la vestimenta toda mancillada.

 

—     ¡Quieres callarte, dobe! ¡Tú te ves peor que yo! — remarcó entre gritos, el aspecto del Uzumaki estaba igual o peor que su persona.

 

—     ¡Perdone su alteza! —soltó con sarcasmo sin dejar de reír — ¡Es usted un excelente príncipe del lodo! —  decía mientras le daba una pequeña reverencia con burla.

 

Oh, no. Si ese cabeza hueca quería jugar, lo iban a hacer.

 

—     No seas envidioso, dobe. Tú serás el rey de la suciedad — le dijo mientras lo empujaba directo al lodo, hundiendo su cabeza en ella.

 

—     ¡Quítate de encima, bastardo! — exclamó forcejeando con sus brazos, ese imbécil lo quería ahogar en el charco.

 

Siguieron así un buen rato hasta que Naruto pidió un poco de clemencia al sentirse agotado. Sasuke sonrió y lo tomó del brazo para llevarlo de vuelta a la orilla del rio. Y, por extraño que fuera, el rubio se dejó guiar sin rechistar; se sentía demasiado adolorido para dar pelea, al menos por algunas unas horas. Lo mejor sería reponerse un poco, estando lejos de los demás, la oportunidad estaba a la vuelta de la esquina siendo el azabache su única amenaza para escapar.

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Se dejó caer sobre las piedras que estaban más próximas del rio. Se desnudó y se lanzó en picada hacia la profundidad de las tranquilas aguas. Podía sentir como la suciedad se desprendía de su cuerpo, incluso, observó como la claridad del azul cambiaba a una tonalidad oscura. Rio nervioso mientras se hundía un poco más.

 

Sacó la cabeza aspirando la mayor cantidad de aire que pudo, sin embargo, cuando sus ojos empezaron a enfocar mejor sintió como Sasuke caía a su lado de un chapuzón. Frunció el ceño y pensó en huir cuando de un tirón fue llevado nuevamente hacia abajo.

 

—    Ni siquiera lo pienses, dobe — le aclaró cuando los dos lograron salir a aspirar oxígeno. Era consciente que en el primer descuido que tuviera el rubio aprovecharía la oportunidad. Suficientemente tenía con su dolor de espalda para tener que estar al pendiente de él a cada segundo. El problema radicaba en que ya no lo subestimaría, Naruto la tendría difícil desde ahora en adelante, no lo haría caer dos veces en el mismo cuento.

 

—    Eres un bastardo ‘ttebayo — le contestó con indiferencia—. Ahora sé porque tienes que secuestrar a un doncel para casarte ¡Nadie en su sano juicio soportaría ese carácter de mierda que te cargas!

 

—    Deberías de estar agradecido de que haya aceptado casarme con un usuratonkachi como tú.

 

—    ¡TEME! ¡No tienes tanta suerte! — agredió mientras le daba patadas bajo el agua, poco le importaba que los dos estuvieran desnudos, Sasuke no tenía otra cosa que no le hubiera visto a un varón ya.  

 

—    ¡DOBE! ¡¿Quieres controlarte?! — contestó tratando de evitar los golpes y tomar el control de la situación. Aquel niñato era tan testarudo y cabeza hueca que no entendía como se podrían soportar.

 

Y de nuevo comenzó la riña entre los dos.

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Naruto iba amarrado de las manos con una ligera cuerda que era jalada por su verdugo ¡no lo soportaba! ¡Lo estaba tratando como si fuera un simple animal! Al principio había pataleado un poco y se había negado a caminar, pero Sasuke le había aclarado que si era necesario lo llevaría a rastras. Se habían peleado y por unos momentos prefirió resignarse a que el azabache tuviera que noquearlo.

 

¡No podían seguir así! Necesitaba librarse de una vez por todas del maldito Uchiha. No quería ni pensar como estaría su madre en esos momentos, tal vez en un ataque de ira irracional. Pensó en el pobre de su padre que no podría contener su furia y probablemente era ella quien estuviera a cargo de su búsqueda. El dolor de perderlo siempre motivaría a su madre, sin mencionar que la vieja borracha la acompañaría a cada una de sus locuras.

 

A penas tenía dos días con los Uchiha y ya se sentía desfallecer ¿Qué podría esperarlo a llegar a su reino? Solo desilusión. No entendía como su secuestro podría detener la guerra, como un matrimonio podría darse de manera obligada entre el bastardo que tenía en frente. Pero si su madre supiera de un nieto ella se detendría, ¿no? De eso no había duda. Su hijo sería el tratado de paz entre las dos naciones, pero ¿Y Gaara? ¿Respetaría su alianza? Tendría que hacerlo, la Nación del Sonido tenía más posibilidades de ganar.

 

Negó con la cabeza, no quería pensar en eso ¡Tenia que encontrar la forma de huir! No iba a dejarse dominar por unos malditos dictadores. Debía ser inteligente si quería poder librarse de las garras del enemigo, no podía dejar que las cosas se salieran de sus manos, tenía que ser precavido y astuto con sus movimientos. Era consciente de que Sasuke no era tonto y a pesar de ser más ágil que él, tenía desventaja en fuerza.

 

Por otra parte, Uchiha no podía olvidar el dolor de espalda que tenía ¡Maldito niñato! La pequeña caída que habían tenido por el barranco le había afectado, al contrario del rubio que venía como si nada le hubiera pasado. Debía de admitir que era resistente, y tenía carácter para hacerle frente ¡ni siquiera titubeaba para atacarlo! Para muchos enemigos solo era necesaria una mirada feroz para que se detuvieran, pero Naruto era una caja de sorpresas.

 

Cuando giró sus ojos al cielo se dio cuenta que de nuevo estaba atardeciendo, los pies le dolían junto con la espalda, habían pasado la tarde sin comer y ya le estaba cobrando factura. Era momento de descansar, pronto tendrían que refugiarse para dormir, era consciente de que en esa zona había muchos mercenarios y no quería encontrarse con ninguno. No siendo el rubio una distracción tan importante.

 

Se adentraron un poco más en el bosque los más lejos que podían del sendero que habían estado siguiendo. Naruto chasqueó la lengua al darse cuenta que se retiraban de la calle principal, estaba seguro de que si una persona se les acercaba podría distraer lo suficiente a Sasuke para darse una apertura para correr. Aunque, debía admitir que también estaba cansado y hambriento.

 

—    Teme ¿Estás seguro de a dónde vamos? — preguntó para llamar la atención, sus ojos brillaban de la emoción al pensar en el nuevo plan que su mente había ingeniado en cuestión de segundos —. No estamos perdidos, ¿verdad?

 

—    Eso es lo que quisieras — contestó con desdén, lo único que quería era encontrar un lugar donde acampar, amarrar a ese idiota y cazar algún animal salvaje para poder descansar. Había sido un día muy agotador, soportar a Naruto le tomaba toneladas de tolerancia y autocontrol.

 

—    ¿Estás seguro? — preguntó con un tono ingenuo —. Apuesto que es Itachi el de las grandes ideas ‘ttebayo — soltó fingiendo no importarle demasiado el estado estoico al que había entrado Sasuke. Parecía que había dado en la diana al compararlo con su hermano, las cosas comenzaban a ponerse divertidas de nuevo.

 

—    No molestes, dobe — contestó con simpleza tratando de que la rabia no lo dominara. Odia ser equiparado con su hermano, no importaba quien lo hiciera, le molestaba de sobre manera que Itachi siempre fuera quien se llevara los mejores créditos. Lo jaló de la cuerda más fuerte, claramente le había dado una advertencia.

 

—     Neee, teme — susurró sin molestarse — Tengo hambre, la comadreja, mínimo ya me habría dado de comer ‘ttebayo.

 

Y para sorpresa del mismo Sasuke se giró sobre sus talones y metió a la boca del rubio unas moras que anteriormente había encontrado el camino. No sabía de donde había salido el impulso, o tal vez solo quería que se callara, pero la acción ya la había hecho. Sus mejillas se habían sonrojado un poco al ver a Naruto con las mejillas retacadas de bayas, mientras intentaba masticarlas.

 

Había estado tan centrado en sus movimientos que cuando Uzumaki sonrió un extraño escalofrío le recorrió la columna. Por segundos quiso investigar, pero ya era demasiado tarde. Un animal se había lanzado en su contra y le había encajado uno de sus colmillos sobre el brazo ¡Un maldito jabalí se le había tirado encima! ¡Joder, ahora entendía toda la distracción de ese maldito rubio! 

 

Ni siquiera se quedó a contemplar la pelea que tendría contra el animal salvaje. Corrió lo que sus piernas más podían, el cansancio lo hacía ser más torpe contra lo que se le atravesaba por el camino, aun así, tendría que sacar fuerza de su voluntad, no podía rendirse, no cuando se había abierto tan anhelada oportunidad.

 

Comenzó a morder la cuerda que restringía sus muñecas hasta que consiguió hacerla aflojar. Sólo le bastó hacer un poco de fuerza tratando de separar sus manos para que la cuerda cayera al suelo ¡Era libre! El viento golpeaba su rostro mientras el final del bosque se asomaba con los últimos rayos de sol.

 

Sasuke estaba cabreado a punto de querer desollar al estúpido niñato rubio. El animal no reparaba al momento de embestirlo, lo estaba arrinconando atacando sus puntos débiles. Desenvainó su espada dispuesto a acabar con él en su siguiente placaje, no tenía tiempo que perder con nimiedades cuando Naruto ya se le había adelantado varios metros.

 

Debía admitir que era más inteligente de que creyó, el animal lo había herido al punto de hacerle sangrar del brazo. No era una herida grave, solo sentía el hormigueo extenderse por su brazo y el líquido rojo salía en pequeñas cantidades. El corte era superficial, le provocaba molestia, pero estaría bien.

 

El jabalí gruñó dispuesto a acabar contra su presa y se dejó ir. Uchiha aproximó su espada y la clavó justo en el cráneo del animal. El golpe había sido certero y justo, la víctima se desplomó sobre la tierra mientras retiraba el arma de él. La guardó de nuevo en su vaina y emprendió su carrera por donde había desaparecido su prometido.

 

Avanzó a gran velocidad esquivando los cipreses cortos, duró varios minutos así hasta que visualizó el final de la arboleda. No había rastros del rubio por ninguna parte ¡Joder, ese cabeza hueca no podía desaparecer así nada más! Aminoró un poco el paso girando el rostro de izquierda a derecha. Una rama quebrada llamó su atención y corrió hacia esa dirección. No podía estar tan lejos.

 

Se deslizó unos metros más, Naruto estaba parado girando a los lados de extremo a extremo, completamente vulnerable. No lo pensó ni un segundo más y se lanzó por él, saltó con el fin de volverlo a derribarlo contra el suelo, pero las cosas nunca salían como las planeaba cuando se trataba del rubio.

 

—    ¡Teme, deten…! — trató de frenarlo Uzumaki, pero su gritó había muerto al momento en que sentía como el suelo desaparecía de sus pies. Minutos antes había dejado de correr porque no había espacio para ello, delante de él se abría paso sólo al vacío. Había enfocado la vista hacia abajo, sin el temor al vértigo, pero la altura era considerable.

 

Sasuke volvió a maldecir su suerte cuando se dio cuenta de su error. Los había arrojado a ambos hacia la muerte. Fue cuestión de segundos en lo que logró sostenerse de la orilla del barranco para con su otra mano tomar la del rubio.

 

—    Resiste un p-poco, dobe — dijo con dificultad, había cometido otro error más. No podría sostenerse mucho tiempo, su mano le ardía y la herida seguía sangrando —Trata de subir…

 

Naruto había cerrado los ojos esperando lo peor, sin embargo, al sentir el jalón que el azabache le había dado, los abrió sorprendido. Estaban pendidos de una de las manos de Uchiha, apenas soportaba la carga que eran dos personas. Sasuke tenía los ojos apretados y la mandíbula tensa, no podría con el peso. 

 

Pegó su otra mano con la del azabache y se impulsó a subir. No había sido difícil sostenerse del cuerpo del contrario, incluso, escalarlo, sin embargo, el miedo a caer era lo que lo motivaba a hacerlo lo más rápido posible. Sasuke gemía bajito, quejándose de la herida de su brazo, lo sabía, pero no por eso le tenía empatía.

 

Cuando sus rodillas tocaron el suelo de la orilla pudo suspirar con alivio. La muerte le había rosado, estuvo a punto de morir ¡¿y por qué?! ¡Por un estúpido Uchiha! Ese apellido debía estar maldito, el muy bastardo casi los mataba a los dos por no saber medir las consecuencias de sus acciones.

 

El rubio no se había acercado ni un poco al precipicio para intentar ayudar a su adversario. Sasuke se merecía eso y mucho más por todo lo que estaba haciendo. Le valía una mierda si podía salvarse él. Se puso de pie y volvió a emprender su carrera por el bosque.

 

El azabache se estaba cansando, por más que intentó balancearse y que su otra mano tocara la orilla, lo sentía imposible. La herida no había sido tan superficial como lo había creído y el cansancio estaba haciendo mella en él. No podía seguir sosteniéndose, no cuando no tenía la fuerza para lograrlo. Ese día había cavado su propia muerte.

 

Pensó en que podría subir sin la ayuda del rubio, pero no fue así. A su mente vino la imagen de su madre, pensando que era lo último que quería ver antes de morir. Ella era hermosa en todo el sentido de la palabra, sus cabellos negros como la misma noche, mientras sus ojos eran dos azabaches brillantes. Itachi estaría destrozado, pero podría sobrevivir a su perdida, confiaba en que pudiera sobrellevar sus problemas con Deidara.

 

Soltó su mano sin poderla seguir apresando contra la orilla, ya no quedaba más.

 

Continuará…

 

 

Notas finales:

Después de cinco años esto sigue vivo. La verdad es que este fic ya tiene su final en mi mente y todo eso, los primeros capitulos están mas sencillos, desafortunamente la página no me deja editarlos, así que así quedaran :O

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