Era hace una vez, en un tiempo muy lejano, existió un pequeño pueblo rodeado de un inmenso bosque, en este, oculta entre los arboles había una torre, en ella se encontraba una muchacha de largos cabellos dorados, muy largos...
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¡¡JA!!
-Eso es lo que todos dicen, una linda chica rubia con cabellos largos y bla bla bla... y ¡¡Todo es una mentira!! Primero: ¡¡No soy una chica!! Tal vez parezca una ¡¡Pero no!!...¡¡Y mis cabellos no son dorados!! ¡¡Por favor!! ¿¡Quien cree semejante tontería!? Le cuentas a una persona lo que te pasa y van de chismosa. ¡¡Hasta te cambian el sexo!! Bien les contare MI historia. Yo era un chico cualquiera...la verdad, no toda la historia fue cambiada, a veces exagero un poco...
-¿Un poco?
-¡Tu guarda silencio que estoy hablando!
-¿Te olvidas que yo también a parezco en esta historia? Y mi papel también es importante.
- Si...ya te crees.
-Pues sí, ¿Por eso me amas no?
-...Prosigamos
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Hace mucho tiempo, existió un reino muy poderoso, sus reyes eran soberbios y no se preocupaban de nada más que de sí mismos. Su pueblo era pobre, casi no quedaba alimento, y cada primogénito hombre de familia debía unirse a las tropas del rey. En tiempos de guerra, siempre había sufrimiento. Pero los reyes no se preocupaban por sus aldeanos. Aun así, aquellos fieles sirvientes, nunca los traicionaron, con la esperanza de que algún día, las cosas cambiaran.
La reina era una mujer bellísima, ella y el rey esperaban el día en que pudieran tener un bebe, para que reinara en su ausencia, y un día, sucedió. Estaban tan felices. Las cosas cambiaron para el pueblo gracias a la alegría de sus reyes. Eso, hasta que el bebé nació. Era un hermoso niño de cabellos verdes y brillantes ojos amatista igual a su madre, en todo.
Al pasar los años el rey se dio cuenta de que el pequeño no tenía la actitud de un rey, parecía, muy frágil, un rey no debía ser frágil. El rey no quería que su hijo gobernara, pensando que no sería capaz de cargar tal responsabilidad en sus manos. Pero era una ley, una que el mismo había creado, y una que debía cumplir.
Y sin embargo era egoísta, muchas veces intento matar al pequeño, pero terminaba dándose por vencido. El rey descuidaba a su pueblo, y se ponía adelante de todo, hasta de su misma esposa.
Se volvió un hombre cruel, pues sabía que el príncipe le quitaría su trono, tal es así que ni su esposa lo reconocía. Trataba terrible a sus sirvientes y cobraba impuestos demasiado altos.
Un día de esos una estrella bajo del cielo y, fingiendo ser una humilde anciana, subió hasta el castillo del rey, y le pidió asilo. El rey se negó, y la echo. La estrella fue a refugiarse al pueblo, donde, a pesar de tener poco, los aldeanos le dieron asilo, cama y comida. A la noche siguiente, volvió al castillo, con el mismo propósito, pero el resultado fue el mismo, molesta por la crueldad del rey, la estrella mostro su forma ante él y lo condeno.
"He aquí un rey cruel y soberbio, Un rey que solo quiere poder, Has perdido tu razón y has fallado en la misión que se te encomendó, serás castigado"
El rey asustado rogo el perdón.
-¡Por favor debe haber algo que quieras! Te lo daré, ¡Pero te lo imploro! ¡No me quites mi reino!!
-¿Cualquier cosa? ¿Por poder?
-¡Cualquiera!
-Quiero… ¡A tu hijo!
El rey no lo dudo un segundo, y fue por su hijo. Se lo entregó a la estrella que triste por la actitud del hombre, le dijo.
"Mira lo que has hecho, me has entregado a tu hijo único, y todo por poder"
Al rey no le importaba su pequeño, ya que era el quien se interponía entre su corona.
"Si poder quieres, poder tendrás. ¡Tú reino no terminara nunca! Pero permanecerá como esta, congelado en esta gran pobreza. No veras a tu hijo, hasta que un alma piadosa lo traiga de regreso. Por más que lo busques no lo encontraras. Y el día en que él logre perdonarte, todo regresara a su lugar, y las piezas del rompecabezas estarán completas."
Y la estrella se fue.
Por más que el rey lo pensaba no podía pensar en ello como un castigo, pero al pasar los años se dio cuenta de lo erróneo que eran sus pensamientos, su esposa murió con el paso del tiempo, y su pueblo se hacía más y más pobre, Busco y busco desesperadamente a su hijo, pero nunca lo encontró. Se equivocó, y ahora sufría.
Pero se lo merecía.
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En lo profundo del bosque, a las afueras del reino, había una torre, muy alta. En ella vivía un joven de cabellos verdes largos...
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-¡Pero no exagerado!
-Oye ya cálmate, ellos entienden sin gritos..
-¿No vez que estoy molesto? ¿Qué harías si en vez de príncipe te pusieran princesa?, ¿o en vez de rubio, azabache? O...
-Ok, ok, denigraron tu imagen...
-¬¬... ¿Me dejaras continuar?
-¿o.O? ¿Yo? ¡Pero si tu solito te interrumpiste!
-u.u, me conflictuas...
-T.T, quien te entiende…
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-¿Bien en que estábamos?
Cada semana una muchacha iba a verlo, y él siempre le rogaba, que lo dejase salir. Aun así la muchacha le decía, "No, puesto que tu padre te metió en esto, tu padre lo decidió así, y así se quedara."
Su padre no lo quería, pensaba. Tal era su odio hacia él, que lo había condenado al encierro. Triste por estos pensamientos miro por la ventana, admirando, lo poco que se veía del exterior.
-¿Que hay allá afuera? Dime, ¿Cómo es?
-No todo es como parece, príncipe, hay muchos peligros y personas crueles como...
-Mi padre, si lo sé...siempre me dices lo mismo.
-Es porque es verdad.
Su sueño, era el poder salir al fin al mundo, conocerlo.
Ser libre.
No sabía si lo que le decía la muchacha era cierto, ¿Qué tal si le mentía? tal vez su padre lo estuviese buscando, tal vez y solo tal vez, hubiera una buena razón para salir aquella torre que lo mantenía preso.