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How can I not love you? por angelita_oscura

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Notas del fanfic:

Marthiis: ¡¡Este es un fic dedicado a mi Ane-sama Kawai obito por motivos de navidad!! Gracias ane-sama, por estar siempre a mi lado y por apoyarme. Graacias por brindarme tu amistad y aquí está otro pequeño fic para que lo leas xD

Tamaki: Creo que con este fic si te emocionaste xD Naruto no le pertenece a Marthiis.

Capítulo único


1.-

Akasuna no Sasori era un joven de cabellera rojiza, ojos color miel y piel más o menos blanca. Los estudiantes de la Preparatoria Konoha lo respetaban y lo consideraban un chico de mucha clase, que contaba con una gran dosis de sensibilidad. Aparte de que todas las féminas lo adoraban por el enorme atractivo que cargaba.

Sasori tenía buenos compañeros pero amigo solo había uno y ese era Uchiha Itachi. Joven que en el apellido llevaba la penitencia pues su familia era de las más reconocidas en todo Japón por sus importantes compañías que se hallaban a lo largo del mundo. Por lo tanto, él tenía que cargar con el poder del exitoso imperio.

Al principio ambos eran enemigos pero luego de un tiempo se volvieron inseparables. Itachi y él era diferentes pero eran las diferencias el motivo de su buena amistad. El primero era reservado, serio; mientras que el segundo era menos cerrado y se le hacía más fácil socializar.
—Ne, ¿en qué piensas?— preguntó Itachi, que estaba a su lado. En esos instantes se hallaban en clase de Economía pero el profesor Kakashi al parecer había decidido tener el día libre pues no se apareció en el aula. Por lo tanto algunos alumnos estaba adelantando trabajos, otros jugaban y otros más platicaban.

—Solo pienso en que tú y yo somos diferentes... Por eso somos amigos... ¿no es así?— respondió escuetamente Sasori mirando hacia el infinito.

—No sé a que viene eso ahora, pero sí. Tú y yo somos algo diferentes...— Itachi respiró hondo y con un poco de inseguridad -cosa demasiado rara en él- miro a Sasori — ¿Tienes algo que hacer en tu cumpleños?— susurró de manera indiferente.

—Pensaba que no me preguntarías— admitió Sasori sonriendo— Ya sabes que mi cumpleaños está apartado para tí— en cierta parte era verdad.

Sus padres siempre estaban viajando y aunque contaba con una buena cantidad de gente a su lado, Itachi era el único que parecia sincero. Bueno... Itachi y su otro amigo Deidara. Era un rubio de ojos azules bastante presumido pero que le agradaba demasiado por su manera extraña de ser.

—Muy bien...— Itachi esbozó una pequeña sonrisa. Sasori era la única persona merecedora de eso. —Debo decirte algo muy importante, ¿sí? Pero esperaré a tu cumpleaños para decírtelo...—

Sasori iba a preguntar de que se trataba, pues la curiosidad comenzó a dominarlo, pero el timbre sonó y los alumnos fueron saliendo poco a poco del aula ya que tocaba la hora del almuerzo.

Ambos recogieron sus cosas y partieron rumbo a la cafetería. Itachi suspiró, acercando un poco su mano a la del pelirrojo. De alguna manera había tomado un poco de valor para poder agarrarlo e ir así a su destino pero una melena rubia se interpuso entre ellos.

—¡¡Hola, Sasori!!— exlamó una voz que Itachi conocía bien y también odiaba: Deidara.

—Oh, hola Deidara— El pelirrojo lo saludó un tanto azorado por su presencia. —¿Qué tal?—

—Solo venía a preguntarte si querías venir conmigo a la cafetería— Deidara tomó al menor de la mano y lo llevo casi arrastrando rumbo al lugar antes mencionado. Dejando a un pobre Uchiha parado en medio del pasillo y sin comprender muy bien la situación.

2.-

A pocas semanas de iniciar el curso, Sasori se había dado cuenta de que estaba pasando demasiado tiempo con Deidara. Incluso, en esos instantes estaba con él en el cine viendo una película de terror. Lo consideraba un buen amigo pero no tanto como Itachi. ¿Qué podía decir? A lado del Uchiha se sentía bien y en confianza, algo que el rubio no podía otorgarle.

La película comenzó y pronto sintió como Deidara lo tomaba de la mano. Era un agarre suave pero no le provocaba el mínimo atisbo de felicidad. Sasori lo miró en la oscuridad de la sala y lo siguiente que vino no se lo esperaba. El rubio lo había sujetado de las mejillas y le plantó un beso en los labios.

El pelirrojo se quedó pasmado.

Muchas veces algunas de sus compañeras le hacían comentarios de lo maravilloso que era el primer beso pero el no sentía nada de eso. Cuando hubo terminado aquello ninguno de los dos habló y un terrible silencio se hizo entre ellos, mismo que era opacado por los gritos desesperados del protagonista de la película.

Pero... Sasori lo pensó unos instantes. Deidara le gustaba y bien podría darle  una oportunidad. Así que sin pudor, ahora fue él el que le besó los labios del rubio. No fue un beso suave, al contrario, fue un beso desesperado y doloroso. Sus lenguas se movían frenéticamente por obtener el control.

Cuando se separaron, Sasori no se explicó el  porqué recordó a Itachi en ese momento.


3.-

Itachi era un hombre de pocas palabras, su padre siempre le inculcó que debía dejar a un lado los sentimientos y estar siempre en la búsqueda del poder. Pero el pelinegro no era de esa clase de personas, sin embargo el quería hacerse responsable de todo para que su hermano menor Sasuke pudiera vivir sin la preocupación de ese enorme peso.

De todas maneras, el conocía sus sentimientos pese el esfuerzo de su padre al querer que los olvidara. Sabía que estaba profundamente enamorado de su único y mejor amigo Sasori, el único capaz de hacerlo sonreír, el que siempre lo apoyaba. Lamentablemente el amor no era su fuerte así que flaqueaba mucho en ese aspecto. No obstante, tomó la decisión de declararse.

Aunque, el se daba cuenta desde la aparición de Deidara que todo comenzaba a cambiar. Sasori casi no le dedicaba tiempo, ya no hablaban y la confianza entre ellos había decaído enormemente pero por temor a que él se molestase no había preguntado nada.

Itachi caminó por los pasillos de la escuela sin prestar mucha atención. A lo lejos pudo divisar como Sasori salía del edificio tomado de la mano de Deidara.


4.-

— ¿De repente has decidido olvidarme?— preguntó de repente el Uchiha, escrutando con la mirada al pobre pelirrojo. Ese día estaban paseando por el centro comercial, buscando material para una maqueta, trabajo que debía entregarse la próxima semana.

— ¿A qué viene eso?— replicó Sasori un tanto extrañado.

—Nada, no importa... Continuemos con nuestras compras— Itachi desvió un poco la mirada y sonrió al ver como en un escaparte se hallaba un bonito oso de felpa que sostenía un pequeño letrero donde decía “Me gustas”. A lo mejor era un tanto cursi pero parecía lo indicado para la confesión. Debía prepararlo todo lo más pronto posible, después de todo el cumpleaños de su amigo era dentro de dos semanas.

—Itachi, ¿quieres ir a cenar conmigo?— El ojimiel sonrió al ver como las mejillas de su amigo se tornaban de un leve tono carmesí.

—Ehh...— Antes de que pudiera responder el teléfono del menor comenzó a sonar con una fuerte melodía. Probablemente era un mensaje, de pronto sintió una tremenda curiosidad de saber que era lo que decía.

—Tendrás que disculparme, olvidé que iba a salir con Deidara— dijo Sasori al momento de terminar el mensaje. Su rostro se tornó en una mueca emocionada. — ¿Puedes terminar las compras? ¡Nos vemos mañana!— Y luego de decir eso, salió corriendo.

Itachi simplemente observó con impotencia como Sasori se iba, dejándolo solo.

5.-

— ¿Por qué estás tan enfadado?— preguntó Deidara. En esos momentos Sasori y él se encontraban en clase de Literatura pero el profesor había tenido que salir dándole la oportunidad de platicar a los chicos.

El pelirrojo se mordía el labio inferior sin prestar mucha atención a lo que su amigo decía, simplemente se dedicaba a observar como Itachi y una chica de nombre Hinata platicaban muy animados. Por un instante sintió un repentino odio hacia ella. La manera en que se sonrojaba cuando Itachi decía o hacía algo. Sin embargo, lo que más detestó fue al ver que ese maldito pelinegro sonreía. ¿Acaso no sabía que esas sonrisas le pertenecían? ¿Qué hacía riéndose con esa extraña?

De pronto, Itachi se levantó junto con Hinata y se acercaron a la mesa. Sasori cambió su expresión a una indiferencia.

—Sasori...—

— ¿Qué quieres?— cortó de repente el aludido frunciendo el ceño. Hinata lo observaba sin entender muy bien la situación.

—Pues... venía a presentarte a mi prima— respondión el Uchiha un poco confundido por el comportamiento de su amigo.

— ¿¡Primos!?— exclamó el pelirrojo para luego tranquilizarse un poco— No se parecen en nada... Es más, pensaba que ella era tu...—

— ¿Mi qué?—

—Nada...— Después de muchos años, Akasuna no Sasori comprendió el significado de los celos.

6.-


— ¿¡Te crees mucho por llevar el apellido Uchiha!?— Sasori estaba realmente molesto. Había intentado hacer amistad con el chico nuevo que acaba de llegar pero el tipo simplemente se limitaba a contestar con monosílabos.

—Yo nunca me he jactado de nada y por supuesto, jamás he usado mi apellido para obtener algo— respondió Itachi tranquilamente mientras sorbía un poco de té. Sonrió solo un poco al ver como el pelirrojo se iba ruborizando cuando notó que todos los observaban, vaya que estaban causando problemas en la cafetería.

— ¿Entonces por qué no quieres ser mi amigo?—

—Hmph...— Itachi se puso de pie y caminó hacia la puerta de la cafetería — No acepto mequetrefes como mis amigos...—

—¡¡Maldito!!— Sasori no era de la clase de personas que se dejaban llevar tan fuertemente por las emociones pero ese chico ególatra tenía algo que lo hacía perder los estribos, así que antes de que el pelinegro cruzara la puerta, corrió hacia él pero hubo un pequeño error de cálculo, no tomó en cuenta una cáscara de plátano que se encontraba en el suelo y fue a caer de bruces al piso.

Algunas personas se aguantaban la risa pero otras inevitablemente echaron a reír como si la vida se les fuese en eso. El pelirrojo se levantó lo más digno posible, ignorando toda burla y todo dolor que aquél vergonzoso suceso le había ocasionado. Miró hacia en frente, notando que Itachi lo observaba. Caminó con lentitud, pasando de largo su presencia. Vaya que se le hizo difícil pues un punzante dolor apareció en su pierna izquierda.

Sasori escuchó como Itachi cerraba la puerta de la cafetería.

Intentó caminar más rápido sin embargo la pierna le flaqueó y volvió a caer  pero esta vez unos fuertes brazos lo sujetaron antes de que pudiera tocar el suelo.

—¡¡Suéltame!!— el pelirrojo se movió frenéticamente sin que el Uchiha se separara.

— ¿Quieres que te suelte?—

—¡¡Si!!—

—Bueno...— Itachi lo depositó con suavidad sobre el suelo. —Tenía planeado llevarte a la Enfermería pero en vista de que eres demasiado orgulloso como para aceptar mi ayuda, entonces me voy— Se iba a poner de pie pero Sasori lo tomó de la camisa. El Uchiha sonrió.

Era la segunda vez que lo hacía en tan solo unos minutos.

Sasori lo miró a los ojos y se quedó anonadado... Algo en ellos simplemente lo cautivó.
—Llévame por favor...— susurró.

—Por supuesto...— Itachi lo cargó en su espalda rumbo hacia la enfermería. — ¿Sabes? No me pareces tan desagradable como imaginaba—

—Gracias, supongo. Tú no me pareces tan presumido...— Sasori soltó una carcajada. Fue ahí donde supo que Itachi y él serían grandes amigos.

— ¿Me estás escuchando Sasori?— la suave voz de Deidara lo sacó de sus cavilaciones. —Por un momento pareciste haberte ido a otro mundo—

—Disculpa, últimamente he estado en las nubes— El pelirrojo movió negativamente la cabeza, no podía estar pensando en Itachi... ¿Por qué tenía que recordarlo en esos momentos? Tal vez le preocupaba el hecho de que su amigo no le dirigiera la palabra desde hacía tiempo, solo intercambiaron unas palabras después de entregar el trabajo en equipo y de ahí nada...

Eso le entristecía pues jamás habían peleado e Itachi incluso parecía ignorarlo, o al menos hacía el intento. Vamos, no podía hacerle eso a tres días de su cumpleaños. Aunque no quisiera aceptarlo, le rompería el corazón.

De pronto, su celular comenzó a sonar con la melodía que indicaba que era el Uchiha.

—Disculpa un momento— Le indicó a Deidara que contestaría. Se puso de pie mientras sonreía estúpidamente y fue hacia un rincón apartado. Luego contestó— Funerarias Konoha, ¿qué desea?—

—Muy gracioso... — fue lo único que respondió Itachi al otro lado de la línea. — ¿Quién cumplirá años en tres días?—

—¡Yo!— respondió Sasori emocionado pero luego cambió su voz a una seria— Me alegra que el joven Uchiha se haya acordado de mi cumpleaños, tal vez tenga usted un espacio en su agenda para mí—

—Escucha, debo hacer un viaje a China... Pero antes de que repliques, tengo todo planeado para regresar lo más pronto posible, estaré aquí para nuestra cita—

— ¿Cita? ¿Quién quiere una cita?— Replicó Sasori reprimiendo una risilla nerviosa — Está bien... Solo dime la hora y el lugar, esperaré ansioso. —

— ¿Te parece bien en el restaurante de siempre? A eso de las ocho... Pasaré por ti—

—El restaurante de siempre me parece grandioso, y no te preocupes por el transporte, yo llegaré al restaurante y no... No llegaré tarde—

7.-

— ¿A dónde vas?— preguntó Uchiha Sasuke al ver que su hermano se marchaba tan arreglado, con un fuerte y varonil olor a colonia.

—Hoy es el cumpleaños de Sasori y le tengo organizada una sorpresa— respondió mientras se terminaba de hacer una coleta baja.

—Pero que sorpresa se va a llevar, si hasta te peinaste— mencionó Sasuke con burla. Luego tuvo que mover la cabeza a un lado para esquivar el peine que había salido volando hacia su rostro, cortesía del Uchiha mayor. —Se me olvidaba decirte... Padre quiere que vayas a hablar con él, algo relacionado con el viaje que hiciste a China—

— ¿Tiene que ser en estos momentos?— Itachi no estaba contento de que Uchiha Fugaku quisiera charlar con él tan de repente.

—Recuerda que mañana va a Corea... — el menor sonrió —A lo mejor te felicitará por un buen trabajo... o de plano hiciste que nuestra empresa se quedara en bancarrota—

Itachi bufó con fastidio y haciéndole mala cara a Sasuke, se fue hacia el despacho de su padre. Tocó la puerta un par de veces; luego consultó su reloj, dándose cuenta de que faltaban aún treinta minutos para las ocho. Tomó la decisión de que si Fugaku no recibía en ese momento se marcharía.

Todo se fue al caño cuando la áspera voz de su padre le indicó que podía pasar.

Itachi suspiró, en realidad no quería verlo. Desde que pequeño se había acostumbrado a estar sin su presencia por lo tanto, cada vez que lo veía se le quedaba un agrio sabor en la boca. Sin esperar más, entró en la sobria habitación. Fugaku estaba sentado detrás de su escritorio, revisando unos documentos de la compañía.

— ¿Qué se te ofrece?— preguntó sin rodeos. Deseaba irse de ahí de una vez por todas.

—Pronto cumplirás la mayoría de edad y yo me estoy volviendo cada día más viejo...—

—Todavía faltan siete meses para mi cumpleaños... — musitó como si realmente no quisiera hablar sobre el tema— ¿A qué viene eso ahora?—

—Debemos ser francos... Tu hermano Sasuke aún no está preparado para aceptar las riendas de nuestra familia... Por lo tanto cuando cumplas la mayoría de edad serás el líder de la compañía Uchiha—

—Dudo mucho que me hayas citado solo para decirme eso, tienes un plan que debes comunicarme... Ve al grano por favor...— Itachi comenzaba a impacientarse, de seguro su padre le tenía preparada una sorpresa no muy agradable.

—La próxima semana partirás a Estados Unidos y ahí te educarán como debe de ser para que te conviertas en un provechoso hombre negocios—

— ¡¿Cómo?!— Itachi sintió como si le hubiesen echado un balde con agua fría en la cabeza— ¿Y tomaste la decisión así, sin consultarme? ¡¡Yo también tengo derecho a vivir mi vida como yo lo deseo!!—

—Es lo mejor para ti...—

—Es lo mejor para tu compañía— replicó Itachi. — Siempre me has dicho que un Uchiha obtiene lo que quiere y yo... quiero estar con la persona que amo. Más tarde sabrás si acepto o no y es mi última palabra—

—Eso crees tú... Aunque tengas mil motivos para rehusarte, no me interesan. Eres el más apropiado para tomar el puesto que te pertenece. Y esa, querido hijo, es mi última palabra—

8.-


Itachi estaba sentado en la mesa de siempre. Sasori y él iban a ese restaurante cada vez que podían. Acarició el contorno su vaso con agua para luego consultar su reloj por enésima vez.

Las nueve de la noche y ninguna señal de Sasori.

Le había marcado miles de veces pero en todas, el buzón, entraba automáticamente. El pelirrojo nunca llevaba el celular apagado, lo cual le extrañaba. Sin embargo no podía desesperarse, su amigo no era impuntual y de seguro algo se debió de haber atravesado en su camino.

Miró a los lados, notando como ese pequeño espacio estaba finamente adornado con globos en forma de corazón, otros con letreros que deseaban feliz cumpleaños y debajo de la mesa se hallaba el oso de peluche que había hallado en el centro comercial el otro día. Finalmente se declararía. Sasori sería la pieza clave en su decisión si se marchaba o no a América.

Una hora más. Itachi suspiró. Tal vez su amigo había olvidado la cita que tenía pendiente con él... De repente, su celular sonó. Se emocionó un poco pero todo empeoró al darse cuenta de que era su amigo Kisame.

— ¿Qué ocurre?— preguntó Itachi con tono neutral.

— ¿Estás en el restaurante todavía?— Kisame estaba un poco nervioso. Claro, el Uchiha le había contado todos sus planes de la cita y la declaración.

—Sí, estoy esperando a Sasori— Del otro lado de la línea se podía escuchar música electrónica.

—Pues, acabo de llegar a la casa de Deidara, específicamente a celebrar la fiesta sorpresa de Sasori—

El Uchiha colgó.

 Se recargó en el respaldo de la silla, su respiración se tornó agitada. Aquella noticia le había calado en lo más profundo de su ser.

—Señor, ¿quiere que  recojamos esto?—preguntó un mesero al acercarse un poco pero Itachi arrojó el vaso al piso con furia. Ignoró al pobre hombre que lo miraba con miedo y fue hacia su coche.

Tenía que verlo con sus propios ojos. Tenía que ver que Sasori se encontraba ahí, celebrando, ignorando su promesa. Arrancó hacia la casa de Deidara. No tardó mucho tiempo en localizarla, después de todo afuera se hallaba mucha gente y una música estruendosa resonaba en toda la cuadra.

Su pulso se aceleraba conforme se iba acercando. Estacionó el coche y bajó. Se encontró con Kisame quien le pidió que lo siguiera. Todos los que estaban ahí se hallaban ebrios y perdidos bajo los efectos de alcohol, algo muy desagradable para el Uchiha.

En medio de la sala se hallaba Sasori, bailando muy pegado junto con Deidara. El pelirrojo lo miró y sonrió tontamente. Itachi se dio cuenta de que su amigo estaba alcoholizado. Sasori se acercó a él chocando contra las personas que se atravesaban en su camino.

—Lo olvidaste...— murmuró Itachi.

— ¿Olvidar qué?—

—Hey, niño bonito, aléjate de él— dijo Deidara acercándose— ¿Acaso no ves que es mi pareja?— el rubio sujetó a Sasori del brazo y lo atrajo dándole un profundo beso en los labios.

Itachi sintió como se rompía su corazón al ver como se besaban frente a él.  Sin embargo su expresión se torno fría.

— ¿En serio...?— el pelinegro sonrió—Entonces disfrútalo— dijo para luego marcharse con la frente en alto. Aunque por dentro se estaba muriendo. Dos lágrimas salieron sin embargo las limpió velozmente, no iba a permitir que nadie lo viera en un estado tan deplorable.

Subió a su auto sin escuchar como Kisame le gritaba.

—Un Uchiha jamás debe flaquear...— sonrió un poco partiendo a su hogar, haciéndose una promesa de que nunca sufriría por amor y jamás le entregaría su corazón a alguien.

9.-

— ¿Me estás ignorando?— Sasori se hallaba frente a Itachi. El segundo miraba fijamente hacia la nada, mientras consumía sus alimentos— Ya te pedí perdón por no haber ido a la cena contigo... Es solo que perdí la noción del tiempo—

Había pasado una semana desde el cumpleaños del pelirrojo y Kisame le comentó todo lo que pasó ese día: el incumplimiento de la promesa, la borrachera, el beso con Deidara. Prácticamente todas las estupideces que hizo.

—Lo que hagas o dejes de hacer me da igual— Itachi se levantó de repente tomado su bandeja para irse de ahí. Sin embargo, Sasori lo tomó de la manga de su camisa. —Suéltame—

— ¿Por qué has dejado de hablarme?— Sasori estaba desesperado. Su rostro denotaba confusión y arrepentimiento. A pesar de que Deidara le hacía más agradable ese desconcierto, su mejor amigo no le dirigía la palabra en absoluto. Se volvió frío y menos social. Solo se reservaba a hablar con los profesores y su prima Hinata. Eso le dolía. —¡¡¡Respóndeme!!!—

—Creí haberte dicho que yo no acepto mequetrefes como mis amigos— diciendo esto Itachi apartó a Sasori. Se limpió donde lo había agarrado y salió de la cafetería.

El pelirrojo se levantó y corrió hacia Itachi pero al momento de salir se tropezó con una lata de refresco. Le había dolido un poco el golpe pero más le dolió ver que Itachi no iba a ayudarlo. Su indiferencia lastimaba mucho.

Itachi lo observó y luego se giró para continuar con su camino.

10.-

El día pasó rápidamente y Sasori no volvió a hablar con Itachi, en especial porque no volvió a verlo el resto de la mañana. El timbre de la salida sonó e ignorando la propuesta de Deidara, tomó sus cosas y se fue. Iba un poco distraído así que sin quererlo chocó con una persona. Le iba a pedir perdón pero el otro se le adelantó.

—Disculpa... ¿Tú eres Akasuna no Sasori?—

El pelirrojo volteó y vio una copia reducida de Itachi frente a él. Se parecían mucho pero se notaba la diferencia de edad y las facciones aún infantiles del chico.

—Sí, soy yo... ¿Qué pasa? —

—Soy Uchiha Sasuke, el hermano menor de Itachi...— el menor extrajo de su bolsillo un pequeño sobre— Me pidió que te entregara esto—

—No lo quiero, el dijo que ya no era mi amigo... Así que no quiero leer nada que provenga de él— dijo de manera orgullosa.

—Acéptalo, es lo menos que le debes por romperle el corazón...—

Sasori se quedó confundido por el comentario y cuando tomó la carta, Sasuke se fue de ahí, ocultándose entre los demás alumnos que salían. Un ligero sentimiento de emoción se apoderó de él. A lo mejor ahí estaría el porqué de su extraño comportamiento así que abrió la carta con desesperación.

“Sasori:

Mucho tiempo esperé para decirte estas palabras pero lamentablemente y por el miedo de no saber la respuesta que me darías, nunca las dije. Sin embargo... Es vital para mí que lo entiendas.

No me preguntes como un sentimiento tan poderoso apareció pues es algo que ni yo mismo he podido discernir. Siempre he vivido con una coraza de hielo a mi alrededor, misma que no permite entablar amistades con los demás. Pero contigo todo fue tan diferente, tan especial que me dejó vulnerable y confundido. Es ese el motivo por el cual te quería mantener alejado de mí la primera vez que te vi.

No obstante, fui eliminando esa distancia que nos separaba y ambos pudimos conocer una faceta desconocida para los demás. Me sentí feliz por eso, por ser el único que te conocía verdaderamente: sabía de tus miedos, sueños, tristezas; de la misma manera en que tú empezabas a ver dentro de mí de una manera en que ninguno se había atrevido a hacer.

No se que cosa se ha vuelto más intolerable: la impotencia que siento al tener que verte con otra persona o la certeza de que yo jamás podré estar de esa manera contigo.

 Maldigo mi maldita inseguridad, la que causó el no poder haberte dicho lo que en realidad siento por ti... Todos conocen ese secreto, el secreto que dejó de serlo la primera vez que te ayudé cuando intentaste ser mi amigo: El suceso de la cafetería donde por tu torpeza te lastimaste de la pierna.

Pero... Ese accidente me ayudó a conocer la respuesta a algo que resultó ser menos difícil de comprender:

Te amo

Hoy pago por mi error querido Sasori, un error que me va destruyendo poco a poco. Algo que me quema como brasas calientes que aprisionan a mi corazón. No planeo forzarte a aceptar mis sentimientos, al contrario, solo con saber que los conoces me hace sentir satisfecho de alguna u otra forma.

Sin embargo, el dolor que me produce verte feliz a lado de Deidara no tiene comparación y a pesar de que me está carcomiendo el alma no ser yo el que cause esa dicha... Te dejo libre.

No me busques y tampoco te buscaré. Te deseo lo mejor.

Se feliz Sasori”.

El pelirrojo arrugó la hoja de papel entre sus manos, incapaz de articular palabra alguna ante lo que acababa de leer. Un ligero calorcillo se posó en su pecho mientras trataba de digerir las palabras que venían en la carta.

Itachi estaba enamorado de él.

Y él, por idiota, lo había lastimado. Apretó sus puños con la hoja en medio y se lanzó a correr para buscar a Sasuke. El pequeño estaba a unos cuantos metros de ahí, caminando tranquilamente.

— ¿En dónde está?— Se acercó a él y le sujetó los hombros con fuerza, agitándolo bruscamente.

—En estos momentos... Partiendo hacia América—

— ¿Por qué...?—Sasori aflojó el agarre decepcionado y con un profundo dolor en su corazón.

—Nuestro padre lo obligó... El estaba en desacuerdo con irse pero después de tu cumpleaños llegó con la firme decisión de querer hacerlo— Sasuke suspiró— Su vuelo sale en veinte minutos... Puedes tratar de ir a alcanzarle—

Sasori asintió con la cabeza y salió corriendo velozmente.

11.-

—Serás maldito, Uchiha. Mira que callar por tanto tiempo— El pelirrojo esperó una avenida principal. Levantó el pulgar y un taxi se estacionó frente a él, no tardó en subirse con rapidez— Al aeropuerto, ¡rápido!—

El taxista arrancó. Sasori vio el reloj de la radio y se percató de que el avión de Itachi salía en quince minutos, lo peor de todo era que el aeropuerto estaba muy lejos de donde se encontraba.

Sintió una profunda desesperación. Su corazón latía desbocado ante la posibilidad de que no volvería a ver  a su amigo. Gracias a lo que le había dicho Sasuke, pudo atar los cabos sueltos: Itachi se le iba a declarar el día de su cumpleaños, por eso la insistencia de que debía ir, también el enojo cuando se hubo enterado de que Deidara lo había besado.

Todo se unía perfectamente, también el porqué de su decisión tan repentina de querer marcharse.

— ¿No puede ir más rápido?— preguntó Sasori enojado de que no avanzaban.

—Lo siento pero este es el límite de velocidad—

Más mierda no podía ser su día, todos los semáforos se ponían en rojo y tenía que esperar mucho, para colmo había un maldito tráfico que no aminoraba. Volvió a ver el reloj notando que faltaban cinco minutos. Ya habían avanzado mucho y  la distancia era corta para llegar. Le pagó al taxista y salió corriendo de ahí.

El viento fresco le golpeó la cara, como diciéndole que debía apresurarse o si no, no llegaría a tiempo. Bueno, también consideró que después de tanto problema, aquello comenzaba a afectarle el cerebro. Corrió todo lo que sus piernas le daban.

Sasori se alegró al ver que el aeropuerto ya estaba muy cerca así que acelero un poco más el paso. Sonrió pues era probable que Itachi aún no hubiese abordado.

Cuando entró se dirigió a la sala de espera buscando entre tantas personas al rostro del Uchiha. Pero no lo halló. De pronto sintió morirse cuando se acercó al tablero donde indicaban las salidas y llegadas  notando que el que partía a América ya había despegado.

Fue hacia una ventana y acarició el frío cristal. Gruesas lágrimas salían de sus ojos como muestra del dolor que sentía en su corazón. Lanzó un sollozo al sentir la impotencia de no poder estar más con Itachi.

—¿Sasori?— esa voz lo hizo estremecer, volteó lentamente, pensando que era producto de su imaginación— ¿Qué haces aquí?—

—Itachi...— sonrió, echándose encima del pelinegro— Eres un idiota, mira que llevar de mensajero a tu pobre hermanito— Lo abrazó con fuerza, sintiendo el calor que le transmitía el Uchiha. Cerró los ojos dejándose envolver por el varonil olor que lo rodeaba.

—Sasori, ahora que conoces mis sentimientos... Yo...—Itachi se hallaba ruborizado pero trataba de evitar que lo vieran de esa manera.

—Ya, no hablemos de eso, ¿vale? Ahora solo tienes que venir conmigo— El pelirrojo se separó de él, acariciándole las mejillas con suavidad. Se acercó a él y depositó un delicado beso en los labios. —Fui un tonto al no comprender tus sentimientos por mí... Perdóname...—

El Uchiha se quedó pasmado y sonriendo abrazó con fuerza a Sasori.

—Tengo una duda... ¿Por qué no te fuiste en el avión?— cuestionó el pelirrojo.

—Mi avión sale dentro de una hora— respondio Itachi sonriendo.

—¿Dentro de una hora...?— Se separó nuevamente de Itachi—  P-pero... Tu hermano dijo que...— Se sintió engañado pero no le importó — ¿Nos vamos?— murmuró mientras le extendía la mano al pelinegro.

Itachi asintó y entrelazó sus dedos con los de su amado.

12.-

—Que bueno que lograste convencer a papá para que te quedaras aquí, hermano— dijo Sasuke sonriendo. —Todos extrañaríamos ver tu feo rostro—

—Solo le dije que aceptaría el cargo de presidencia si me dejaba quedarme en esta ciudad— Itachi estaba bebiendo un poco de té. —Gracias por ayudarme la otra vez en el aeropuerto, Sasuke... Se nota que en tu cabeza existe un diminuto cerebro que funciona bien—

—¡¡Estúpido!!— Exclamó el menor cruzádose de brazos. —Oye... ¿Qué pasara con Deidara?—

—Pues... No me importa, Sasori aceptó que me ama a mi— se puso de pie— Además en pago por ayudarme, te conseguiré una cita con ese compañero tuyo que siempre observas...  ¿Cómo es que se llama? ¿Naruto?— le guiñó un ojo y salió de la cocina antes de que una taza imapactara contra su cabeza.

13.-

Sasori se hallaba esperando a Itachi en el restaurant de siempre. Un mesero lo llevó a la mesa donde comían la mayor parte de las veces y se sorprendió al encontrar encima de la silla, un enorme oso de peluche que decía:  “Me gustas”. El pelirrojo se ruborizó un poco.

—¿Te gusta?— preguntó el Uchiha al momento de entrar al lugar.

—Bastante— dijo Sasori sonriendo alegremente.

—Sasori, creo que preguntar esto sobra pero de todo modos lo haré...—tomó un poco de aire, aunque fueran amigos aún resultaba bochornoso— ¿Quieres ser mi novio?—

—Pues...— Sasori sonrió al ver la mueca de susto de Itachi— Sí, si quiero serlo—

Itachi sonnrió y no pudo sentirse más dichoso. Tenía a su lado la persona que lo hizo ver más allá de la coraza helada que lo rodeaba, el chico que lo hizo experimentar los cientos de sentimientos que estuvieron escondidos dentro de él por tanto tiempo y que podían ser tan maravillosos como destructivos; el chico al que le habló por primera vez gracias a una cáscara de plátano.

Notas finales:

Marthiis: ¡¡Gracias por leer!! Ningún mesero ni ningún oso de felpa fue dañado en la realización de este fic. ¡¡Espero que les haya gustado!!

 

Tamaki:n__n


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