Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Si tan solo pudiera pedir un deseo... por Dark_Elric

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

No fue lo mejor que escribí ;w;♥

Notas del capitulo:

Fue la idea más repentina que escribí... owo♥

Pero fue por Navidad :3

 

Así que antes de que se acabe, les dejo un fic... algo bueno uwuU

 

La cursiva... son los pensamientos de cierta persona :3

 

Si tan solo pudiera pedir un deseo...

 

 

 

Otro año más había pasado tan rápido que nadie podía asimilar tal hecho. Todos en medio de una ciudad conmocionada se preparaban de último momento para recibir la tal aclamada fiesta de la Navidad. No importaba si pertenecían a alguna de las diversas religiones que atribuían esa fecha, igualmente, muchos solo tomaban ese día festivo como ocasión de reunión. Ver la felicidad radiante de cada uno, era algo que agradaba a muchos y hacia ese día tan especial. A pesar del clima, la época ya marcaba el inicio del invierno, la nieve no parecía ser oponente para nadie que quería pasar una buena noche. El frío junto con el viento tampoco era obstáculo alguno para muchos con el espíritu navideño...

Eran horas del atardecer y ver como muchos se preparaban para celebrar en aquel momento, daban la iniciativa de poder disfrutar todo como se debía; con familiares y amigo...

 

Hasta el momento... toda la ciudad se colapsaba de esos sentimientos tan puros: Felicidad, alegría, el placer de compartir... Amor...

 

 

 

¿Amor?

 

Eso se preguntaba cierta persona que hacia la diferencia con respecto a los demás. Era el punto negro entre tanta nieve, entre tanto preparativo. No podía sentirse a gusto con esa fecha, con la Navidad. Era desenterrar un doloroso recuerdo que siempre lo atormentaba hasta incluso liberaba las cristalinas lágrimas que solo una persona había visto...

 

 

-Edward...

 

 

Hace tres Navidades pasadas, es decir, tres años atrás; él había perdido a la persona que más amaba en el mundo. Simplemente un accidente le había quitado la oportunidad de celebrar dos ocasiones muy importantes, la ya mencionada navidad y el primer año de compromiso que compartían juntos como pareja.

 

Ese accidente que había consistido en un robo, rehenes, un motín... solo un error por parte de muchos había ocasionado una muerte. Un disparo justo en el pecho había sido la causa de la pérdida que aún no podía superar. Se odiaba a sí mismo por no haber logrado evitar el nacer de ese día. Si pudiera hacer algo para cambiarlo, habría dado todo por impedir que muera... pero no todo se puede...

 

Esa misma noche del accidente, donde pudo sostener su débil cuerpo por última vez, donde pudo ver como el brillo de sus ojos se extinguía como también sus latidos cesaban, se había prometido por su cuenta dejar que todo se desvaneciera con el paso del tiempo. Había prometido guardarse todo ese cariño y amor que le tenía para cuando se volvieran a encontrar. Aunque no fuera creyente "del más allá" y las distintas teorías, así había permanecido. A pesar de lo último que había escuchado de su difunto amor...

 

Desde el día del velatorio, nadie podía reconocer a Roy Mustang, a ese hombre egocéntrico, importante, llamativo... Solo era una sombra que habitaba ese cuerpo. Muchos de sus amigos de toda la vida habían intentado ayudarlo a salir de esa crisis que sufría, no podían soportar verlo así. Sabían lo mucho que sufría y a pesar de tantas charlas y palabras que le dieron de aliento, ninguna había encendido la chispa del fuego apagado. Nadie había podido revivir a esa llama...

 

Oculto entre cuatro paredes sombrías y llenas de polvo, planeaba vivir por el resto de sus días. No le importaba el día que fuese ni la hora, ya todo le daba lo mismo. Su interior yacía muerto desde hace tiempo y el nunca se había dado la oportunidad de poder seguir adelante. Pero ¿cómo hacerlo cuando la persona que más amas y es un pilar de tu vida, se desvanece frente a tus ojos y desaparece de la faz de tu vida... por una causa irreversible como la muerte?

 

 

 

 

 

La misma Navidad había llegado a él y solo se había dedicado a ignorarla. Su casa seguía descuidada y más por dentro. El no poder superar esa muerte lo afectaba en todos los sentidos. Ese día, en una de las tantas habitaciones, se encontraba abatido en un sillón viejo y lleno de polvo.  Sus ojeras y su desarreglado traje dejaba ver en lo que se había convertido... Su mirada dentro de ese lugar se perdía en muchas ocasiones pero se podía deducir que sus ojos ausente de brillo solo se enfocaban a mirar un retrato. Algo muy abandonado por el tiempo pero claramente se podía ver su contenido, una foto.

 

 

-Si te tuviera a mi lado... no me sentiría así... -

 

 

Con lentitud, se levantó de ese enorme sillón y con pasos taciturnos se dirigió hasta esa foto que estaba en el estante de un mueble de iguales condiciones que todo lo demás.

 

 

-¿Por qué me dejaste solo?

 

Cada paso se hacía más pesado y de a poco una sensación fría lo dominaba. El polvo del aire afectaba un poco su respiración por eso debía carraspear para recuperarse pero aún así todo se hacía tan monótono. Los recuerdos de a poco se acumulaban de nuevo en su mente y lo hacían ir cada vez más lento. No podía. A solo un paso de ese retrato, del único retrato que había quedado ileso de los diversos estado emocionales de Mustang, lo miró fijamente esperando alguna reacción o señal de que todo era solo un sueño o un pesadilla que jamás desearía que fuese verdad.

 

 

-Sabes Ed... me haces falta... por qué no te acercas un poco y me das un abrazo que también lo necesito...- nuevamente las lágrimas que habían prometido no salir nunca más, se hicieron presentes en esa sombría y angustiosa escena que no parecía cambiar nunca.

 

 

Alzó su brazo y con algo de torpeza, tomó el retrato y lo siguió mirando a la expectativa de alguna respuesta. Su pulso tembloroso era la prueba evidente de que otro colapso emocional estaba comenzando de nuevo. Con la foto aferrada a su pecho y sus lágrimas humedeciéndola, permaneció en silencio...

 

 

-Aún te amo...

 

 

Sus piernas no pudieron darle el apoyo que necesitaba y cayó arrodillado a la alfombra del piso. Cada vez se hacía más difícil permanecer en ese estado;  sus propios sentimientos se disputaban en su interior a la espera de un ganador...

 

 

 

 

-Yo también... te amo...

 

"Por más que estuviese aquí desde aquel día, no pude cumplir con mi misión... con una responsabilidad que me había dado a mi mismo cuando te conocí...

Puede sonar raro pero desde que nos conocimos y nos dimos a entender, sentí que algo era diferente en ti. No lo puedo explicar del todo, sin embargo, así sucedió. Solo éramos conocidos, luego amigos y después de un par de meses, una sencilla confesión junto con un beso me di cuenta de que te amaba... No podía dudar de mis sentimientos y de lo que tú me dabas a entender de a poco. Desde eso, siempre quise darte todo lo que podía para demostrarte que te amaba...

Quería hacerte feliz y opacar cualquier recuerdo que te afectara en el presente que vivíamos... pero no lo logré. En cambio, formé el peor recuerdo para ti que causó que todo lo que habíamos formado se desvaneciera con mi muerte.

Si solo pudiera remendar todo esto y deshacer todo este sufrimiento que crece cada día...  quitarte las vendas de los ojos y mostrarte el mundo de nuevo... para que te des cuenta de lo mucho que pierdes al estar aferrado a mi simple recuerdo.

Liberarte de las cadenas que te impiden seguir con tu vida... y devolverte todas las esperanzas que perdiste conmigo...

Si tan solo pudiera pedir un deseo... sería que me vieras de nuevo... para poder guiarte de nuevo a la luz que pierdes de esta vida

 

 

-Roy...

 

 

 

 

 

El silencio dormitaba junto con él. Las horas parecían durar eternidades que nunca se acaban... Había permanecido recostado en ese alfombrado rojo con el pesar de todo lo que sentía. No tenía planeado levantarse pero el ruido interminable del teléfono lo perturbaba de sobremanera. Podía asegurar que las llamadas perdidas eran de sus amigos que aún intentaban animarlo.

 

Con pereza se levantó de donde se encontraba y con la foto en la mano, caminó de nuevo al sillón pero algo le llamó la atención.

 

La oscuridad de la noche debería haber ocultado en sombras toda la casa incluyendo esa habitación, sin embargo, velas de distintos colores en cada estante iluminaban y espantaban cualquier sombra. No podía salir del asombro como también de la frustración. Estaba convencido de que había sido Riza la que había preparado todo aquello ya que ella era la única con el valor suficiente como para enfrentarle.

Con la intención de encontrarla lo más antes posible, revisó cada lugar posible o no. Todas las habitaciones, el baño, la cocina, el jardín, la entrada principal, la sala... cada uno de esos lugares los había recorrido pero no había ninguna señal de vida de Riza o de cualquier otra persona.

 

 

"Tal vez solo dejó esto preparado y luego se fue..." - pensaba mientras se quedaba mirando como la llama de una de las velas se apagaba. No era que le importara mucho pero no veía nada más interesante que hacer. Con cuidado, tomó la vela roja que se apagaba y la acercó a otra que ardía esplendorosamente. Era una blanca y con adornos rojos a sus costados, era mucho más hermosa de lo que parecía a la lejanía.

 

 

 

Nuevamente algo le llamó la atención...

 

 

 

La vela no estaba sobre el estante;  estaba siendo sujetada por dos manos.

 

 

 

Su mirada se había quedado paralizada en ese punto. No había nadie más en esa casa y ahora aparecía alguien.

 

 

 

- ... Pero... - susurró lentamente como también  su vista subió lentamente hacia el rostro de aquella persona.

 

 

 

Una piel blanca como la nieve, unos mechones rubios que adornaban su cara, unos labios rosados unidos en una sutil sonrisa y unos ojos dorados que quedaron hipnotizados al encontrarse con la mirada penetrante por parte del otro..., formaban parte de lo que veía Roy. Su semblante había cambiado repentinamente, estaba atónito frente aquella situación, frente esa persona. Sus manos temblaban y la ya apagada vela cayó al suelo ocasionando que se rompiera en diversos trozos que se desparramaron. Su mente daba vueltas intentando encontrar alguna forma de explicar lo que veía. ¿Acaso seguía soñando?

 

Ambas miradas, una dorada y una oscura, no habían dejado ese contacto visual que compartían. Parecía un encuentro que esperaban desde hace tiempo...

 

 

-Roy...

 

El mencionado no reaccionaba ante el llamado a su nombre. Se notaba que se hallaba perdido en alguna parte de su mente. Sus ojos inexpresivos lo demostraban. Incluso la palidez de la piel de su rostro indicaba que no estaba exactamente bien.

 

-Baka... ¡Despierta! - gritó para despabilarlo. No se esperaba que actuara así. Lo que más quería era animarlo y había hecho todo lo posible para poder... aparecer...

 

Notó que no había algún cambió así que dejó la vela que tenía en sus manos en el estante donde estaba antes y siendo algo repentino, alzó su mano y lo golpeó en la mejilla ocasionando que cayera de sentado en el suelo al lado de la vela.

El rubio solo atinó a hincarse hasta él y agarrarlo de los hombros con desesperanza a la busca de alguna respuesta.

 

 

-Baka... reacciona... reacciona... - su semblante duro y de enojo de a poco se esfumaba y daba a lugar a sus lagrimas - ¿No me recuerdas? Soy yo... soy tu Edward...

 

 

 

No entendía porque estaba alucinando con él. No había tomado su habitual whisky ni nada por el estilo. No quería seguir con su propio juego mental. No caería, no lo haría porque sabía que si le hablaba a ese "Edward" solo se lastimaría más al darse cuenta que no era real. Miraba al piso con total seriedad pero al ver como pequeñas gotas humedecían la alfombra, captó su atención.

Lo veía a la cara. Veía como las cristalinas lágrimas que surgían de esas orbes doradas se deslizaban por una sonrojadas mejillas... Sentía pena. No quería ver a esa alucinación llorar. Aunque fuese real o no, sentía como su angustia aumentaba más.

 

-Ya no llores más... - le dijo al secarle con su palma de su mano las lagrimas que aún surgían. Se dejaría llevar. Si era una ilusión ya luego se repondría. Por el momento, se encargaría de estar "vivo" por él. Su mirada se suavizó y dejó ver que no lo ignoraría más.

 

 

Sonrió ante ese gesto y solo se quedó mirándolo. Había estado tanto tiempo sin él... Con algo de la inocencia que poseía, tomó la mano de Roy y junto a la de él, la entrelazó y la llevó hasta su pecho... hasta donde latía suavemente un corazón que había dejado de latir hace tiempo...

 

-Por qué no respondías... Siempre intenté que me vieras pero no podía. Estuve todos estos años a tu lado haciendo lo posible para que no vivas como lo haces ahora. ¿Por qué no puedes ser feliz? ¿Que te lo impide? Dímelo... aún puedo hacer algo...

 

 

Ahora sí que no comprendía nada. ¿De qué hablaba ese Edward? ¿Años? Eso no era posible...
Solo era una ilusión que había tomado vida propia, decía incoherencias como lo hacía Edward, lo veía de la misma forma... solo era una ilusión; se lo repetía tantas veces que sentía como su cabeza iba a explotar con esa idea. Se tensó y la mano que sostenía con cariño la soltó con brusquedad como si quemara. Se levantó con prisa para poder alejarse lo más que podía; estaba en una de las esquinas de esa habitación. La confusión y las dudas estaban presentes presintiendo lo que sucedería. Roy miraba con espanto... a esa ilusión... tan perfecta... ¿Cómo creerle si estaba muerto?

 

Edward solo lo observó. Su mirada se había opacado. Estaba oculta por sus mechones rubios. Se notaba su respiración pero luego nada. Arrodillado en esa alfombra como estaba, suspiró mientras sus dos manos se cerraron formando puños que mostraba claramente la fuerza que retenía y el enojo.

 

 

-Piensas que no soy real... ¿no?

 

 

Había sido directo. No planeaba armar un interrogatorio en ese momento aunque tampoco tenía el tiempo suficiente como para hacerlo. Sus ojos dorados daban a entender que hablaba en serio.

 

-¡Responde Baka! -gritó como también lo tomó por el cuello de la camisa. No se había percatado de sus pasos aunque eso no era de importancia. Lo sujetaba con fuerza incluso podía tocar la piel blanca de su cuello, la diferencia de alturas tampoco influía en aquella escena. Debía hacerle ver la realidad a como diera lugar y no se daría por vencido.

 

 

El aire que recibían sus pulmones cada vez era menos; se estaba asfixiando de verdad. Podía sentir esa sensación. No había trucos ni nada. Entrecerró sus ojos y solo se enfocó en ver como la mirada del rubio solo reflejaba dolor...

 

 

-Ed... lo siento...

 

 

Escuchar esas palabras lo habían detenido. Lo soltó con rapidez y no podía entender porque lo había hecho. Estuvo a minutos de matarlo... Se suponía que lo iba a animar pero había resultado todo lo contrario. Se sentía arrepentido por todo y algo dudoso a lo que debía hacer...

 

-No fue el mejor deseo que pedí... - sonrió triste. Se dejó caer enfrente de un Roy que intentaba recuperar el aire y estabilizarse. Solo le acarició la mejilla en donde lo había golpeado y se levantó nuevamente. En silencio, le dio la espalda y paso por paso se fue alejando de él...

 

 

-Edward... no te vayas de nuevo...

 

No había respuesta por parte del rubio. Nada. Solo una sombra que se perdería para siempre.

 

-Te amo... y sé que no cumplí con tu promesa... - musitó con calma a solo una pequeña distancia que los separaba. Su había parado a una velocidad sorprendente que no se había dejado vencer.

 

El rubio solo ladeó la cabeza débilmente pero fue sorprendido por Roy cuando lo besó. Era una sensación que había quedado olvidada desde hace un tiempo atrás. Otra vez podían compartir uno de sus apasionados besos, llenos de sentimientos que se encontraban y reforzaban todo... La angustia que cargaban desaparecía con el transcurrir de los segundos. Sus labios unidos en medio de ese roce era la muestra de que eso era real. Todo estaba ante sus ojos, Roy no lo podía creer.

 

-Pero... ¿Cómo? - las dudas ya habían marcado su ruta de inexistencia. Lo veía claro...  _(Roy)_

 

-Siempre estuve aquí y no me iba a permitir que no cumplieras nuestra promesa...  

 

 

Edward tomó las dos manos del pelinegro que se hallaba fascinado. No había explicaciones para lo que estaba viviendo pero la fiel muestra de lo que sucedía era que podía sentir de nuevo todos aquellos sentimientos que habían permanecido dormidos en su interior. No había ninguna trampa, aunque fuera algo inusual o creíble, sucedía...

 

-"Se feliz y sigue adelante" - mencionó las últimas palabras del rubio que tanto amaba.

 

-Así es... no deberías estar aquí. Riza y los demás te esperan... Además, no iba a dejar que pases otra navidad así. -lo regañó mientras lo abrazaba raramente...

 

 

Una sonrisa sincera se posó sobre los labios de Roy que aún no salía de la admiración. De pronto, vio como Edward le alcanzaba un abrigo y con solo un aplauso de su parte, todas las velas se apagaban. La penumbra de nuevo volvía pero esta vez estaba agarrando la mano del rubio. Ambos se dirigieron hasta la puerta de entrada de esa casa. Con algo de nerviosismo, la abrieron juntos y dejaron que una sueva brisa llena de copos de nieve los recibiera.

 

 

La nevada era suave. La noche dejaba ver muy pocas de sus estrellas pero la iluminación de todo el entorno de la ciudad deslumbraba a cualquiera. No importaba nada para aquellos dos. El frío no era algo que se sentía en sos momentos....

 

-Debes ir... - dijo con un deje de tristeza, Edward

 

-Aún no... falta tu regalo...

 

-¿Regalo? - preguntó el rubio llevándose la sorpresa y la curiosidad.

 

-Si... - respondió. Del abrigo que llevaba puesto, sacó una cajita de terciopelo rojo y la abrió ante la mirada expectante del rubio.

 

 

Una pequeña cadena plateada junto con un reloj a relieve de una serpiente que dejaba ver su brillo fue lo que estaba guardado. Era algo de mucho valor tanto monetario como significativo.

 

 

-Guárdalo... era un regalo que te debía. - le dijo Roy mientras se encogía de hombros y aparentaba no mostrar interés alguno.

 

-No era necesario. ¿Sabes? Mi regalo fue estar a tu lado y saber que me amas...

 

 

-Ese fue nuestro regalo mutuo... - expresó con alegría. Mirándolo por última vez, le dio un beso corto en los ya fríos labios de Ed. Sin esperar alguna respuesta, se alejó de él y comenzó a caminar con dirección a la ya conocida casa en donde se celebraría la fiesta de ese día.

 

 

 

 

-Adiós... Edward... - murmuró en medio de esa fría noche junto con un recuerdo inolvidable

 

-Pasa la buena navidad que nunca pudimos tener, Roy...

 

 

 

- Te amaré por siempre... - susurraron al mismo tiempo con los sentimientos al aire... Las mismas palabras tenían el mismo significado pero aún así tenían un valor mucho más alto de lo que uno se pudiera imaginar...

 

 

La débil figura del alma de Edward se desvaneció con el ritmo de las brisas heladas y junto con un remolino de nieve que se había formado, la última sonrisa de él quedó impresa en el aire como también su última lágrima...

 

Notas finales:

Se acepta todo...

^^


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).