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No me eh dado cuenta de que te quiero. por Yuinia

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Notas del capitulo:

Gravitation y todos sus personajes le pertenece a Maki Murakami, esta es solo una historia escrita por diversión y no obtengo ningún tipo de remuneración económica.

 

Explicaciones de porque lo subo de nuevo abajo.

No me he dado cuenta de que te quiero.

Capitulo 1

...

Eran las tres de la tarde, se podía observar como un hermoso Mercedes salía del estacionamiento de uno de los tantos edificios de la gran ciudad de Tokio, dentro del mismo se encontraba un rubio de ojos miel, famoso por sus tantas novelas bestseller. Dicho auto recorría las calles camino hacia un restaurante situado en el centro de la ciudad donde había quedado de juntarse con un viejo amigo al cual, de un tiempo acá, veía con bastante frecuencia.

Al llegar a dicho restaurante, le dejó las llaves de su preciado auto a uno de los valet parking para que lo estacionara. Al decir su nombre en la entrada lo guiaron a una de las mesas donde esperaría por la llegada de su compañero, mientras pidió una copa de vino blanco, hoy no tenía ganas de tomar cerveza, y se dedicó a observar la decoración del lugar.

No era un lugar muy grande, contaría con algunas veinte o veinte y cinco mesas, con manteles blancos y negros, paredes color blancas y uno que otro candelabro, bastante discreto y acogedor. A esas horas el lugar no solía estar muy, lleno por lo que se quitó sus gafas con toda seguridad de que no sería acosado por algún lector o lectora.

Su vino llegó y luego de unos minutos también su amigo, un castaño, más o menos de su misma estatura, ojos negros como la noche, piel blanca y una sonrisa que rara vez desaparecía de su rostro, Keitaro Shitsuya era su nombre, de no más de veinte y cinco años, lo había conocido hace un año a través de su odioso cuñado y le había simpatizado.

-No sé porque siempre tienes que llegar tarde-

Dijo con voz monocorde y con su expresión arrogante, no porque el tipo le callera bien significaba que sería simpático con él, además le hartaban las personas impuntuales y esté tenia la manía de siempre llegar cinco o diez minutos después de la hora acordada, un día de estos iba a llegar y no lo encontraría.

-Es que mi reloj está dañado-

Se excusó mientras tomaba asiento delante del rubio, estaba muy consciente de ese defecto suyo pero es que, por algún extraño motivo, se le hacía imposible llegar temprano, lo bueno es que siempre tenía una buena excusa, o al menos él pensaba que eran buenas.

-Más bien tu cerebro es incapaz de ver la hora correcta…-

-Bueno Yuki, deja tu gran “amabilidad” y dime qué era eso que te tenía tan perturbado y querías contarme-

Esa era la verdad, Yuki necesitaba a alguien a quien contarle las cosas sin ninguna atadura y él era ese alguien, aunque pocas veces era el rubio quien le llamaba, generalmente era él el que lo citaba para hablar de cualquier cosa, o desahogarse.

-Es que…me tiene harto, me sofoca, no lo aguanto-

Sabia a quien se refería, no había necesidad de preguntárselo, hablaba del pequeño, lindo e hiperactivo pelirrosa que tenía como pareja, a él le parecía encantadora la forma en la que aquel chico se preocupaba por el rubio y todo el amor que le demostraba, pero el otro, al parecer, difería de su opinión- él te ama, y solo le gusta demostrártelo, deberías estar agradecido de que alguien se preocupe por ti de la manera en la que él lo hace-

-No sabes de lo que hablas Keitaro- negó con la cabeza mientras le hacia una seña al camarero para que le trajera otra copa- no me deja trabajar en paz, no me deja descansar ¡no hay silencio en mi casa desde hace tres años!-

El castaño también pidió una copa de vino mientras suspiraba, aquel rubio era irremediable, sabía que amaba al pelirrosa, estaba consciente de que ese escándalo le era completamente necesario para existir, lo había comprobado cuando el pequeño se fue de gira por tres meses y el ánimo del escritor decayó a cero por ciento.

-¿entonces, si te desespera tanto porqué sigues con él?- pregunta que le dio justo en el blanco, ¿porque seguía con el chiquillo si le desesperaba tanto?, era cierto que lo echaba de la casa a menudo pero siempre iba a buscarlo a casa del tonto pelirrojo que se hacía llamar su mejor amigo.

-lo eh dejado varias veces pero esa molestia siempre vuelve- mentira, era una mentira y Keitaro lo sabía, pero prefirió mejor no decir nada y suspirar, el pequeño también era su amigo y le dolía ver que el ojimiel no lo apreciaba lo suficiente.

-te tengo una propuesta- fue todo lo que dijo, simple y claro mientras lo observaba directamente a los ojos sin siquiera intimidarse por la gatuna mirada del rubio, lo que iba a decir le costaría, pero estaba dispuesto a tomar esta oportunidad.

-habla rápido, que no tengo tu tiempo- esa era la disimulada forma en la que el rubio demostraba su curiosidad e interés en lo que el castaño tenia para decir. No iba a dejar que se notara el hecho de que le intrigaba lo que el otro pudiera proponerle.

-Si tanto te molesta…dámelo- su sonrisa no estaba, lo que demostraba que no bromeaba con respecto a que le dejara al pelirrosa para él, quien no querría, un hermoso y encantador chico, con voz melodiosa y corazón gigante.

El escritor no pudo esconder su cara de sorpresa, no se esperaba una proposición así, algo dentro de él, muy adentro, le decía que se negara, que dijera que amaba al chico sin importar lo mucho que le molestara, pero donde estaba ese algo, allí se quedó, o quizás no, pues solo dijo una palabra antes de levantarse, meter la mano en sus bolsillos y dejar un dinero sobre la mesa pagando su parte.

-¿Qué dices?-

-lo pensaré-

Salió del restaurante, el valet parking le trajo su auto de inmediato y se fue del lugar con eso en mente…dejarle a Shuichi.

En el restaurante, Keitaro sonrió, no sabía muy bien cual podría ser la respuesta del rubio, pero esperaba que no fuera la que se imaginaba, de todos modos se levantó, se bebió el resto de su copa de un trago y dejando un poco de dinero sobre la mesa, salió del lugar.

Ya en su auto, sacó del bolsillo su celular, marcó el numero de cierto amigo suyo de cabello pelirrosa y hermosa sonrisa. Tenía que advertirle en dado caso de que la respuesta del escritor fuera afirmativa.

-¿Hola? ¿Shuichi?...Soy Keitaro, tengo algo que decirte-



Llegó hacia su departamento, parqueó su adorado y hermoso carro y subió por el ascensor hacia su piso, la propuesta del castaño aun rondaba su mente y aun no tenía una respuesta segura. Al abrirse las puertas del ascensor caminó unos segundos por el largo y monocromático pasillo para luego detenerse delante de su puerta, sacar sus llaves y entrar.

De inmediato se percató de que el pelirosa no se encontraba en casa, el ambiente era de paz y una hermosa tranquilidad. Inhaló profundo, el aire parecía tener un olor delicioso, inspirador, por lo que caminó hacia su cuarto, se cambió su ropa formar por un t-shirt y unos jeans y, sin perder tiempo, se dirigió hacia su hermoso estudio donde escribió sin parar por unas dos horas.

-¡la li oh Yuki!-

Se escuchó por todo el departamento, mientras en el estudio, el rubio suspiraba, se quitaba sus lentes y masajeaba sus sienes, adiós tranquilidad, hola desorden. Escuchó como, luego de unos ruidos inmensos y algunos gritos, la puerta de su estudio se abría y un lindo chico de ojos violetas corría hacia él y prácticamente se le tiró sobre las piernas con una gran sonrisa de felicidad.

-Oh Yuki, te extrañé tanto- dijo el pelirrosa mientras restregaba su mejilla contra la del escritor, había tenido un largo y duro día de trabajo y amenazas departe de K-san, todo lo que quería era acurrucarse junto a su amor y darse muchos cariñitos-¿tú no me extrañaste mi querido Yuki?-

-No-

Esa fue la simple y fría respuesta del escritor, mientras lo tomaba de los hombros y lo obligaba a bajarse de su regazo para poder seguir trabajando- ¡Yuki, no seas malo!- medio gritó el cantante mientras un puchero se apoderaba de su rostro y sus ojos se llenaban de lagrimas- Yo que me pasé el día entero anhelando el momento de verte y tú ni caso me haces-

-nadie te lo pidió baka, así que hazme el favor de salir y dejarme en paz-

-Pero Yuki…yo quería pasar tiempo contigo- volvió a sentársele en las piernas y restregó su cuerpo contra el del mayor –vamos, hace mucho que no me tocas- su voz se tornó melosa y con un tinte de ruegue- me haces falta-

El rubio simplemente suspiró, eso era lo que le molestaba, lo sofocaba, no lo dejaba tranquilo, lo hostigaba y no se iba, o al menos así él lo veía- si no quieres que dormir en el sofá, o mejor, donde el pelirrojo amigo tuyo ¡lárgate de aquí!- casi gritó lo último, de verdad que ese chiquillo le molestaba, tenía trabajo que hacer ¡dios!

-moo Yuki, eres muy malo conmigo- salió de la habitación resignado y casi entre sollozos, estaba seguro de que si seguía ahí metido lo echarían del apartamento y perdería el único momento en el que podía estar completa y totalmente acurrucado a Yuki, esas preciadas 5 horas nocturnas que pasaban juntos durmiendo.

Se dirigió a la cocina a preparar algo de comer para ambos mientras dentro del estudio se escuchaba un suspiro de alivio, suspiro que el alcanzo a oír y que le caló en el alma, odiaba pensar que su Yuki sentía alivio cuando se alejaba.



Dos horas más tarde se escuchó unos ligeros golpes en la puerta, supuso que era la bola rosa así que murmuro un “pasa” con cansancio, lo vio entrar con una bandeja sobre la cual había unos platos con lo que sería su cena. Unos espaguetis que se veían, y olían, de manera apetitosa con un jugo de naranja. Un punto bueno era que el tonto aprendió a cocinar y ya no quemaba las cosas.

-¡Yuki, te traje algo para cenar!- se acercó a él con su usual alegría mientras ponía la bandeja sobre el escritorio y le daba un pequeño beso en los labios al rubio.

Murmuro un “gracias” y luego lo miró con una muda orden de que se largara ya, para luego empezar a comer, el pelirrosa hizo como quien no entendió la mirada y se medió sentó en el escritorio para observar a su rubio cenar, feliz de que le gustara su comida, aunque este no le hubiera dicho nada.

Allí estaba de nuevo esa sensación de asfixia que le producía el menor ¡no podía tan solo irse a no sé qué hacer a otro lado! ¿Por qué se le hacía imposible darle su espacio? Arrugó el seño ante sus pensamientos sin poder evitarlo, es que ese chiquillo molestaba.

En aquel estudio habían dos personas, una observando a la otra comer con un infinito amor y una infinita paciencia. El sabía que Yuki lo amaba y también sabía que el rubio simplemente no se daba cuenta de que lo amaba. La otra comía con unas ganas de sacar a patadas a su acompañante, sintiéndose “sofocado” aun que en verdad no fuera así, aunque solo confundía su miedo a una relación seria con aquel sentimiento.

Le dio la bandeja a Shuichi y el menor la tomó y salió con ella hacia la cocina, fregaría las cosas y se iría a dormir, él estaba al tanto de la proposición que había recibido el rubio esa tarde, y también sabía cuál sería la decisión del rubio.

Dentro del estudio Yuki tomaba su celular y marcaba el número de su amigo, luego de unos minutos cerró y volvió a llamar, al segundo se escuchó un “hola” del otro lado del teléfono y el solo dijo una frase.

-acepto-

El rubio no sabía que amaba al pelirrosa, y lo tendría que descubrir de la peor manera.

Notas finales:

 

Para los que leen el fin por primera vez: Gracias por leer :3

 

Para los que lo habían leído y pensaron "ya esta no aparece mas": 

No abandoné este fic, la verdad es que ya lo tengo terminado, el problema fue que mi laptop se dañó y ahi era donde tenia los últimos capt (T-T), no quería re-escribirlos asì que decidí mejor esperar a arreglarla para poder actualizar, pero cometí el gran error de arreglarla con un amigo porque me salia mas barato pero despues de un mes, mi amigo me dijo que no, que el disco duro estaba dañado (tiempo desperdiciado, lo barato sale caro) y pues ni modo, en lo que conseguia el dinero para comprar un disco duro nuevo (y una pantalla pues la mia se rompió) decidi re-escribir los ultimos capt. y darcelos a una amiga para que los transcribiera y me hiciera el favor de subirlos.

Pero dicha amiga cometiò un error (por estar de idiota y no leer) y me borra el fic completo (Mi querido fic T-T) por la fustraciòn lo abandoné todo hasta ahora que por fin arregle mi laptop (n__n), y decidì buscar los capitulos (tambien los tengo subidos en otro lado) pero ni modo...a volver a subirlos uno por uno T-T.

Parte buena: al menos ya està terminado.


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