El paisaje lucia tan desolado, aquellas vísperas siempre traían ese mismo panorama, al parecer a la gente le gustaba estar agrupada en esos momentos.
Se dio la vuelta, aquel cuerpo que estaba compartiendo su lecho ya no se encontraba, como todos los demás se había cansado y se había ido. Aquellas vísperas en vez de dicha eran más de soledad. Aquélla soledad que trataba de llenar con extraños, extraños que al final de cuentas siempre serían extraños. Termino de vestirse después de todo hoy tendría que pasar el primer día del año trabajando, algo irónico.
-¡Feliz año Satoshi!
-Igualmente Shuu
-Te estuvimos esperando en la fiesta- le reprochó
-Lo siento, me quede dormido
-Seguro- sabía que su amigo mentía, pero para que cuestionarlo, así era él
-¡Feliz año Shuu!- corrió a abrazarlo
-Oh igualmente Ryo, anda, anda suéltame
-Si lo siento- sonrió
-Satoshi feliz año
-Igualmente
-¿Y Nii?- volteo a buscarlo
-Solo falta ese idiota
-Habrá que esperarlo
Los tres entraron al estudio, entre pláticas, risas la espera se hizo amena, tal vez era extraño o su mente le jugaba bromas de mal gusto, pero sentía la mirada del menor, tal vez solo eran alucinaciones suyas. Debían de ser eso
-Chicos
-¡Nii!- gritaron
-Lo siento me quede dormido y la cruda, ustedes saben
-Sí, ya pasa tenemos que ensayar
Todos se acomodaron en sus instrumentos correspondientes, la música inundo el cuarto y otra vez esa misma sensación de ser visto, ladeo un poco su cabeza, ahí estaba el menor, observándolo sin reparo, ni siquiera se inmuto cuando se dio cuenta de que Satoshi lo veía.
Era extraño muy extraño, no le debía dinero, no tenía ningún problema con él, entonces porque lo veía de esa manera obsesiva
-¡Necesitamos un descanso Shuu!- se quitó la guitarra
-Todavía que llegas tarde quieres descansar- lo reprendió
-¡Pero quiero vomitar!- arqueo el cuerpo
-¡¡No aquí no!!- dejo el bajo y fue directo a su amigo –Iré con él al baño, tómense un descanso
-Shuu voy a vomitar
-¡No lo hagas!- ambos salieron con rapidez
No quería quedarse con el menor y menos en esos momentos
-Satoshi
Volteo tranquilamente
-¿Me acompañas a fumar?- le mostro la cajetilla de cigarros
-Yo paso, sabes que no me gusta el humo del cigarro- negó con la cabeza
-Cierto, lo olvide bueno te invito un café
-Está bien
Ambos salieron, ninguno cruzo palabra alguna el ambiente estaba extraño, llegaron a la maquina expendedora, Ryo metió las monedas, pidió y saco las latas
-Vamos a la terraza
-Seguro
Caminaron para llegar a dicho lugar, ambos salieron, Satoshi se acerco al borde del barandal no había ningún alma y de seguro eran los únicos que estaban trabajando
-Aquí tienes tu café- le extendió la lata
-Gracias ¿Y qué tal estuvo la fiesta?
-Bien, estuvo bien- vió su lata
-Que bueno- abrió su lata
-Si
Empezaron a tomar el café sin prisa alguno, por primera vez se sentía incomodo con Ryo en ningún momento el menor le había quitado la mirada, eso lo irritaba ¿Qué diablos le pasaba el día de hoy?; El teléfono de Ryo empezó a sonar.
-Oh Shuu si ya vamos para haya- colgó y termino con su lata –Ya oíste vámonos
-Si- hizo lo mismo ambos bajaron
-Satoshi
El mayor se detuvo, volteo a verlo
-¿Qué paso?
-Bueno yo…
-¿Que sucede Ryo?
-Debo decírselo
-Ryo
-Me prometí a mi mismo que lo haría
-¿Ryo?
-Yo, yo quiero decirle
-¿Ryo estás bien?-el menor lucia tan concentrado
-Satoshi
-¿Qué sucede Ryo?
-Yo…
-¿Tú qué?-
-Satoshi me gustas
-¿¡Cómo!?
-Dije que me gustas
-¿¡Qué dices!?- lo miró consternado
-¡¡Que me gustas, Satoshi!!- empezó a jugar con su ropa
-Yo, bueno no sé qué decirte- estaba aturdido
-No digas nada, solo quería decírtelo pensaba hacerlo en la fiesta, pero no fuiste y yo bueno ya no podía aguantar- suspiro
-¿¡Por qué luces tan cansado!?
-Ya llevaba tiempo queriéndote, pero al fin pude decirte lo que siento y eso me alivia- rió
Observo que el menor reía tranquilamente, por una extraña razón él también empezó a reírse. Ambos reían tal vez este era un año que pintaba diferente, después de todo había iniciado extrañamente bien.