Capitulo 11. Confeciones ~ Parte 2
Kenzo Pov
Le había dicho lo que sentía, había sido fácil, ahora solo miraba sus reacciones, solo no quería su rechazo, no lo aguantaría, esto había sido extraño, me estaba enamorando de él, de aquel chico que me tope por primera vez en la compañía, al cual me ayudo y ayude a levantar los papeles que habían caído al piso.
Me enamoraba de aquel chico, con el cual había salido a comer aun si conocer, de aquel chico que se habría convertido en tal vez mi próximo mejor amigo, mi confidente, mi hermano.
Lo noto, lo note al instante, estaba sin palabras, sin habla, solo me miraba sorprendido, shockeado, volví a juntar nuestros labios, pero esta vez sí le besaba, masajeaba sus labios con los míos – Te quiero – susurre entre el beso, y correspondió al instante.
Subió sus manos a mi cuello, rodeándolo, jalándome para pegarse mas a mi cuerpo, baje mi mano, tocando sus muslos, lo cargue, sentándolo en aquella mesa donde lo había acorralado, abrí sus piernas posicionándome entre ellas.
-K-Kenzo… - su voz estaba agitada, el beso lo había dejado sin aliento. – Pa… para… - me seguía abrazando quería mas…
- Maldición, que me has hecho?!! … - muscule sobre sus labios. – me estoy perdiendo por tu culpa. –
-Mi… mi culpa?... – una mirada inocente. – Yo lo siento… - susurro bajito, dejándome de abrazar, poniendo sus manos en medio de sus piernas, agachaba la cabeza.
- No lo sientas… solo quédate conmigo. – me separe un poco para mirarle de frente.
- Yo… yo no lose… - me hice hacia atrás, Yume bajo su mirada nervioso, eso era un rechazo hacia mí?
Me aleje de él, camine hacia atrás aun mirándolo, seguía sentado en el borde de la mesa, no se movía, solo jugaba con la yema de sus dedos, estaba nervioso y yo podía darme cuenta de eso.
-Me… me tengo que ir… - no sabía cómo reaccionar, me había dolido aquello, solo quería irme de ese lugar, no mirarlo más, dejar de sentir lo que comenzaba a agrandarse dentro de mí, dejar de sentir este amor hacia él.
Fin Kenzo Pov
Yume no sabía que contestar, estaba nervioso ante aquella declaración, sus sentimientos estaba más que claros, pero y si después Kenzo se arrepentía, eso le dolería aún más, ahora solo miraba como Kenzo caminaba hacia la recamara y a los pocos segundo se dirigía a la puerta.
Yumehito Pov
Porque había dicho todo aquello, yo estaba seguro de lo que sentía, pero tenía miedo, miedo a que se aburriera de mí, a que me dejara, solo me limitaba a mirar como caminaba por la sala para salir por la puerta, no lo aguante más, me baje de la mesa corriendo… no le dejaría ir.
-KENZO!... – grite ya fuera de la puerta, el comenzaba a abrir la puerta del coche. – E-Espera… -
- …. – no me contesto para nada, no giraba, no me miraba, solo dejo de improvisto entro al carro y arranco.
Me sentí como la peor de las basuras ese día, lo había dejado ir sin que me escuchara, tenía tantas cosas que decirle, tanto que confesarle, pero la oportunidad se había esfumado, Kenzo ahora me odiaría.
Maldición… mil veces maldición!
Comencé a regañarme mentalmente, esto había sido lo más decepcionante, estaba decepcionado de mí mismo, Kenzo se había ido, y yo, yo no lo detuvo.
Fin Yume Pov
La semana se había pasado larga, cada uno arreglando sus asuntos, ahora era Aoi, estaba preocupado por Ryohei, como declarase, como hacer que lo aceptara, se había quedado de ver en la casa del guitarrista, ya había preparado todo.
Toco a la puerta tres veces, y nadie salía, espero unos segundos y volvió a hacerlo, a los pocos segundos la puerta se abrió.
-AOI!... – elevo un poco la voz. – Tardaste mucho!... – inflo sus mejillas mientras lo regañaba.
- Yo… Yo, lo, siento… - que decir, se había quedado embobado con la presencia de Ryohei, vestía igual de elegante, solo que con un toque más femenino, hermoso ante sus ojos.
-Vamos entra. – se abrió paso para el vocal, sentía su mirada recorriendo su cuerpo, se miró a su ropa pensaba que algo estaba mal en ella. – me veo bien? –
- Hermoso… - abrió los ojos con sorpresa, que era lo que su boca había dicho?, se sonrojo por aquello y trato de remediarlo. – Etto… Bueno, si te vez… bien. –
Ryohei sonrió, por un momento había sentido una gran vergüenza, y por otro aun seguía con ese color rosado en sus mejillas, cerró su puerta y camino hacia un nervioso vocalista, él también estaba idiotizado, el vocal se veía bastante bien.
-Gracias… - susurro Ryohei dándole un beso en la mejilla.
- N-No hay… de que… - había desviado su mirada caminando hacia el sillón. Miraba como Ryohei entraba a la cocina, regresaba con la losa y regresaba con la comida, el imaginarse al guitarrista haciendo todos los días eso para él, era magnifico, en cierto modo, ya que la verdadera belleza de su pensamiento era que tendría a Ryohei solo para él.
Pero eso sería posible?...
-Venga Aoi, comamos que tengo hambre… - se quejó mientras se sentaba a la mesa. – tiene hambre?-
- Si… - se acercaba lentamente no podía quitar su rostro de intranquilidad y nerviosismo.
Comieron lo más tranquilos, se dedicaban a sus pláticas de siempre, aquellas que los entretenían mucho, sus sonrisas eran deslumbrantes, se podría decir que estaban felices de que el otro estuviera a su lado.
La cena había terminado, ambos se miraban tratando de decir algo pero ninguno se atrevía, Ryohei opto por comenzar a levantar los trastos he ir a lavarlos, Aoi lo miraba, se mordía el labio con fuerza, si no le decía nada ahora, nunca más lo haría.
-Ryohei-chan… - abrazo al mencionado por la espalda. – Necesito que sepas algo… -
Ryohei se tensó ante aquel abrazo, había dejado caer un plato sobre los demás. – No… no me asustes. –
-Creo que he esperado bastante. – trago saliva, ante aquel abrazo giro a Ryohei obligándolo verle de frente. – Yo… Yo… - los nervios se apoderaron.
- Tu?... –
- Bueno yo… yo te quiero… - se sonrojo.
- Yo también. – contesto al instante, no lo había entendido.
- No de esa manera!… es que en verdad… yo Te amo… -
Ryohei abro los ojos como platos, que era lo que le decía Aoi?, que lo amaba?, había escuchado bien?, por un momento sintió como su corazón daba un vuelco de alegría, y al otro, como imágenes de Yume se hacían presentes, pero ya no de la misma manera, quería a Yume, pero ya no lo amaba, se había rendido bastante fácil, el guitarrista no me aria caso.
Aoi miraba con miedo como Ryohei no decía nada, como estaba en completa sorpresa, fue mucho lo que había dicho, y había sido bastante directo.
-Yo, bueno… solo quería que lo supieras… no tienes por qué contestarme ahora… - trato de hablar sereno y no podía. – yo será me… yo, solo, no diga nada… - bajo su mirada.
Ryohei estaba feliz ahora entendía que alguien en verdad lo quería, que alguien lo amaba, y quien sin más que Aoi, la única persona que lo cuidaba, lo mimaba, lo consentía, y la única que lo comprendía, ahora todo encajaba, todo lo que Aoi hacía por él era por amor.
-Quieres mi respuesta?... – pregunto Ryohei.
- s-si… - susurro, se tensaba, algo le decía que por la seriedad del guitarrista seria rechazado.
- Esta es mi respuesta… -
Ryohei poso sus manos en las mejillas de Aoi, junto sus labios, besándolo dulcemente, Aoi no se movía, estaba sorprendido, que podía hacer en esta situación?... solo dejarse llevar.
Aoi lo abrazo por la cintura mientras que Ryohei se acomodaba más, abrazando su cuello, apegándose a él, compartiendo su calor, Aoi necesitaba más de él, se separó un poco, solo unos segundos mientras lamia el labio inferior del guitarrista, este abrió su boca gustoso, dando paso, juntando y entrelazando sus lenguas.
-E-Eso es un sí?... – pregunto después de cortar el beso, Ryohei asintió.
El guitarrista se daría una oportunidad para amar, y para ser amado, con Aoi estaba seguro que olvidaría todo lo de Yume, lo superaría…
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La noche había sido larga para él, había pensado bastante sobre la tarde anterior, se había dado cuenta que aunque fueran solo unas horas el estar peleado con Kenzo no le ayudaba, necesitaba verlo, necesitaba decirle lo que en realidad era para él.
Unas ojeras bastante notorias le hacían lucir espantoso –eso creía- su pesadez al levantarse y el dolor de cabeza horrible que traía, no le ayudaban, se ducho lo más rápido que se podía, una ropa cómoda , un poco de maquillaje y unos lentes de sol… y salió del su casa.
Yumehito Pov
Era día de ensayo y aún muy temprano, sería la primera vez que llegaría a esas horas de la mañana pero quería tiempo de arreglar las cosas con él.
Entre al estacionamiento percatándome que no había nada en dicho establecimiento, ni el carro de Kenzo se veía, cerro con llave y se encamino rápido a la sala, una vez entro y se dejó caer en el mirando su reloj y dejando sus lentes de lado.
Suspiro, pasaban los minutos y le eran eternos, se acomodó en el sillón acostándose en él, cubriendo sus ojos, por más que se sintiera cansado no podía pegar el ojo, giro la puerta se había abierto.
Y ahí estaba el, enfrente, mirándome con aquellos ojos!...
-Disculpa… esperare a los demás afuera!... – hablo frio, serio, saliendo por aquella puerta.
Corrí hacia él, lo abrase por la espalda hundiendo mi rostro en ella, el tenerlo de esa manera, el que yo mismo le abrazara, me estremecía, me ponía nervioso.
Seguía con aquel abrazo, sintiendo como Kenzo también se estremecía, sin soltarlo lo gire haciendo que me mirara de frente, sus ojos en ese momento eran hermosos, y los míos cristalinos, húmedos.
Le solté lento, y me posicione lo más cerca del, estaba nervioso, sí, pero ahora era mi turno de hablar, le tome de la mano guiándolo dentro de la sala, el me seguía con la mirada gacha, no decía nada, no hablaba, no reprochaba, entramos y cerré la puerta poniendo el seguro.
-Dímelo una vez más, di lo que en realidad sientes… - dije acorralándolo en la puerta. – Dilo… - solté al aire en susurro.
- Tu… tu no sientes nada, no importa ya… - desvió su mirada, y yo rápidamente lo gire por el mentón obligándolo a verme, y lo bese, siendo correspondiendo automáticamente.
- Me di cuenta que te amo… - me miro sorprendido. – que puedes llegar a ser mi vida y que sin ti, podría llegar a morir. –
Mis ojos por inercia se llenaron de lágrimas, sentía un gran alivio al haber dicho todo aquello, me abrazo, comencé a sentir como sus hombros daban pequeños saltitos y como me abrazaba con fuerza hundiendo su rostro en mi cuello.
Kenzo se dejó caer despacio, resbalaba lentamente por la puerta llevándose a Yumehito con él, se sentó sin dejarlo, sin poder mirarle de frente, sin poder besarlo por la alegría que sentía, Yumehito se acomodó a él, sentándose sobre sus piernas, ninguno soltaba el abrazo.
-Ken-chan… que pasa?... – trato de alejarlo para mirle.
- No me veas… - su voz estaba ronca, sollozaba, no quería que Yumehito lo viera de esa manera.
- Que es lo que pasa?... – agacho su cabeza ladeándola, dándose cuenta que efectivamente, unas traviesas lagrimas rodaban por sus mejillas. –Ken-chan… - sonrió, levantando la cara de Kenzo, dando un fugaz beso a sus labios, mientras que con la yema de sus dedos limpiaba aquellas lágrimas.
- Me dirás una vez más lo que te pedí… - seguían en el suelo, ninguno se movía no querían romper esa atmosfera, Yume solo se abrazaba a su cuello.
- Me gusta… te quiero… estoy perdidamente enamorado de ti… - soltó fácil, haciendo expansión entre cada pequeña oración.
- Un, Te amo… eso hubiera sido más sencillo… - sonrió.
- Te amo, Yume… -
- Tan lindo que se escuchada cuando lo dices… - lo beso, un beso con desesperación.
Después de aquella muestra de amor, se levantaron del suelo, dirigiéndose al sillón donde Yumehito no desaprovecho ningún momento, mientras esperaban a los demás, el guitarrista se recostaba en el pecho del baterista, cerrando sus ojos, mientras que sus labios eran apresados una vez más por los de Kenzo