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You are my Distress, I am your Coma por Lovely Paranoid

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Notas del capitulo:

Ay! Estoy feliz pero apresurada T_T me quedan dos minutos de internet ojalá esto alcance a subirse :D Los adoro!

Gracias por los review!

Capítulo XXIV

 

 

 

La voz afligida y la perdida de la mujer

 

 

Con los ojos alicaídos y las piernas aun tiritando caminó por los pasillos blancos y pulcros del hospital. Su cabello se veía opaco, sin vida; mientras que sus ojos, entrecerrados, fríos y temerosos se negaban a dar algo más que pestañeos lentos y apesumbrados, como si sus pestañas pesaran kilos sobre sus ojos, permitiéndole así con dificultad abrir poco a poco los ojos, con pereza y tristeza.

Después de algunos días internada pudo salir a pulso propio de allí caminando del brazo de su mejor amiga la extranjera, la misma que la había acompañado tanto tiempo a pesar de todo lo malo que había hecho, la misma que había estado allí todos los días luego de su padecimiento médico. Desde el primer día hasta ahora, ella le había acompañado…Pensar qué sería de ella sin su buena amiga Reila…

-Deja de tener esa cara-Pidió la rubia andando a paso lento junto a ella, del brazo y con la frente bien en alta-. Que nadie se entere de las heridas que llevas en tu piel.

Chizuru bajó la cabeza y recordó, recordó el llanto del niño que había oído desde el pasillo aquella vez, oyó su llanto, su llamar y sin saber cómo, pudo descifrarlo a la perfección. Él llamaba a su madre, lo supo porque para cuando sintió aquellas náuseas y desfalleció.

El bebé había dejado de gritar. Como si fuera su propio remordimiento cayéndole a pedazos sobre su cuerpo.  

Sonrió y sintió alivió mezclado con dolor para cuando aquello sucedió y el grito que copió salió lacerante de su garganta y su vientre abandonado…

A-B-A-N-D-O-N-A-D-O.

-Chizuru-Insistió su amiga.

La susodicha levantó el mentón y subió la mirada. Sacó la mano de su estómago y caminó algo más recompuesta.

Es tiempo de rehacer su vida, de buscar nuevamente el amor, pero ésta vez, de alguien quien realmente la merezca. No de cualquier…

Yuu…

Su sonrisa; Sus delgados y fuertes brazos; Sus ojos, penetrantes y cautivadores; Su rostro, el que siempre estuvo allí para contemplarlo; la  perfección de sus palabras cálidas y amorosas; la dulzura de su tono de voz y el arrullo de sus dedos por sobre su piel…todo…como efímeros recuerdos. Sólo como eso.

¿Por qué Yuu?

Sintió nuevamente como su cuerpo se deshidrataba. Nuevamente la pronunciación mental de su nombre traía consigo lluvia a su pecho y desdicha entre lo que es su garganta y su boca. ¿Por qué? No verlo nunca más. No sentir su respiración en su cuello, no escucharlo decir aquellas palabras abrumadoras, no amarse…

Qué cruel. Realmente lo odió por ello.

-¡Chizuru!

¡Chizuru! ¡Todo atrás! ¡Cállate de una maldita vez! Se dijo a sí misma. ¿Cómo piensas seguir adelante después de esto? ¿Cómo quieres recomponer tu maldita vida si ni siquiera puedes dejar de pensar por dos segundos en él? Así es. Levantaré mi cabeza. Determinada. Caminaré nuevamente. A paso firme y decidido. No dejaré que estas lágrimas me ahoguen.

No sería la mujerzuela débil que se quedaría a llorar en una esquina por un corazón roto. No sería como un cachorro abandonado rogando por comida. No sería lo que todos esperaban que fuera: No sería la chica frágil y tímida que sólo podría llorar desconsolada. No. Nunca más. Porque Yuu siguió adelante sin preocuparse por ella. Ella debía de hacer lo mismo. Debía de hacer caso a Reila: Empinar el mentón y enterrar los talones en tierra. Debía de endurecer el pecho y respirar con fuerza porque estaba viva.

Estaba viva. Aún tenía la oportunidad de enamorarse nuevamente.  Podría conocer a alguien, incluso mejor que él. Alguien quién…alguien quién…

No…

-Chizuru…

A mitad del pasillo la rubia jaló del codo a la chica y la sentó en una de las sillas de espera. Sus ojos redondos y castaños goteaban lágrimas de desilusión.

Nuevamente él tenía la culpa. Sólo él. Aquel egoísta y despreocupado muchacho que hizo y deshizo con Chizuru hasta convertirla en lo que era. En aquel despojo de…

Y ahora nunca más ella…

-¡No! ¡Por favor Reila no me mires con lástima!-Le pidió-¡Por favor dime que está mal llorar! ¡Dime que levante el rostro y siga adelante! ¡Que soy fuerte y que puedo seguir…! Que estaré bien sin Yuu…que…qué ya podré dejar de amarlo…

Con las tantas palabras en la boca que quiso decir Reila se atragantó y no pudo decir nada. Simplemente la abrazó y cobijó entre sus brazos y cabellos dorados.

Con cada lágrima que ella derramaba, pensó, un miligramo de amor por Yuu se iría evaporando. Con cada lágrima derramada, más cerca estaría de ser feliz. Por ello permitió que su amiga llorara, sin importar que quedara seca, no importaba. Ella estaría allí. Con lo único que podría hacer por ella…

-Chizuru-Susurró-, llora. Llora porque no estás más sola.

 

 

 

 

 

 

Estaba nervioso. MUY NERVIOSO.

Su rostro habitualmente pálido y fresco se veía rojo y algo sudoroso a pesar de que no fuera la estación indicada como para decir “hace  algo de calor…”.

-¡Compórtate Shima!-Pidió Yuu en un susurro a su oído pellizcándole fuertemente el brazo.

Frente a ellos, el hermano mayor de Yuu, Takahiro Shiroyama, traía del brazo a un ejemplar humano femenino de lo más irreal. O eso pensó.

Es lo que todo el mundo podría llamar alguien bonita.

Sus ojos rasgados y limeños quedaban entre las esquinas de su rostro para dar con su perfecta y pequeña nariz respingada, para ir a sus delgados labios rojos como el rubí.

Shao May Fang, Se presentó.

-Un gusto-Dijo la extranjera con un japonés excelente.

Ella le dio la mano a cada uno de ellos y los cuatro fueron a sentarse en la mesa reservada por el hermano mayor para la ocasión.

Shao May se sentó en la esquina izquierda mientras que a su lado, su novio. Frente a ella Shima y como siguiente Yuu.

La espectacular mujer de veinticinco años llevaba un vestido negro y el cabello recogido en una coleta simple pero elegante, comentario que pasó por la boca de su novio quien no dudó  en besarla a vista y presencia de su hermano y su acompañante quienes, más que estar cómodos con ello sólo pudieron enrojecer.

-¡Takahiro!-Reprochó ella al sentir las avergonzadas miradas del resto.

Lo hacía con su qué, pensó Aoi, sólo lo hacía para fastidiarlo, porque bien él sabía su pequeño hermano no podría copiar el gesto con su novio. No podría avergonzarlo más de lo que ya estaba.

Maldito tramposo.

El mozo llegó y todos ordenaron algo en especial.

-Y bien-Dijo ella entregando la carta al mesero-, Takahiro me habla mucho de su hermano pequeño, pero no sé nada respecto a ti-Continuó, refiriéndose a Uruha-, ¿Estudias en la universidad, no?

El castaño copió el gesto de la mujer y entregó la carta luego de haber escogido de beber-la tentación le dijo “alcohol” pero sólo pidió un jugo natural-.

-Estoy estudiando Ciencias Sociales en la Universidad de Tokio.

Ella ladeó el rostro y se mostró satisfecha.

-Bueno, algo distinto a Yuu-Coincidió el hermano.

-No tiene nada que ver-Se defendió.

-¿Coinciden en algunas clases?-Preguntó ella.

-Sí, en un par-Siguió el castaño-, ¿Y qué hay de ti, Shao May-san?

-Yo egresé de la Universidad de Música tres años y ahora me dedico a dar conciertos…-Se rió.

Yuu carraspeó. ¿¡Acaso no la había reconocido!? Shao May Feng…hola, la famosa pianista de conservatorio…en fin, era Shima después de todo.

-Oh… ¡Es cierto! ¡Tú eres Shao May Feng! Rayos, cómo pude no reconocerte.

Así que los Shiroyama tenían siempre aspiraciones a parejas famosas…Mala suerte con Yuu.

La conversación se volvió amena con el pasar del tiempo y concluyó bastante bien a diferencia de lo que creyó todo el tiempo el pobre de Shima. Mas el noventa por ciento de las veces, Takahiro se dedicó a fastidiarles con indirectas respecto a su situación amorosa…en fin, ambos evadieron los comentarios con naturalidad debido a la experiencia en el tema. No era la primera ni sería la última vez que tendrían que esconder sus preferencias sexuales ni les apenaba hacerlo tampoco. Era más que nada, un tema de respeto. Aunque claro, poco iban a poder imaginarse que Shao May Feng hace harto rato ya que sabía que ellos dos eran pareja…Takahiro se había ido de lengua desde el momento en el que la recibió en el taxi y evidentemente a ella no le había molestado. Pero para seguirle el juego a Takahiro, le había ayudado con su fastidio un poco. Se le veía feliz después de todo al ver hacer rabiar a su hermano pequeño quien, al parecer era una buena persona con convicciones muy claras y con un sentido-sobreprotector hacia Shima-de valores bien resguardado. Realmente quiso volver a verlos en una segunda oportunidad.

-Bien-Dijo Takahiro abriendo la puerta del restaurante-, les dejaré la casa a ustedes, yo me iré con May un rato más. Por favor-Pidió-, no hagan demasiados destrozos y hagan lo que hagan-Los miró con precaución-, está prohibido en la cocina, en el living y en mi habitación.

La pareja mayor rió y se despidieron con un ademán mientras caminaban. Takahiro se había quitado su chaqueta y se la había puesto sobre los hombros a su novia conforme se alejaban de ellos…

-Maldito Takahiro…-Gruñó enrojecido Aoi.

Shima sólo pudo reír.

El hermano de Yuu sí que era un encanto de persona. Lo recordaría y traería algo para él la próxima vez.

-Bueno-Suspiró el moreno-, vamos. Tenemos que aprovechar que no hay nadie más en casa.

-¿Eh? ¿Qué quieres decir con eso?

Yuu sonrió.

-No tenemos permiso ni en la cocina ni en el living ni en su habitación pero nos queda todo el resto de la casa por estrenar.

Fue el turno del más alto por brillar como la luz de un semáforo en detención.

-¡¡Aoi!!

El pelinegro rió. Con que ese carácter había sido heredado…

Ambos sonrieron y de la mano comenzaron a caminar en medio de las calles oscuras y frías de Mie. Ya se veía el ambiente del festival que se realizaría al día siguiente. Shima estaba impaciente por verlo.

-¡Yuu!-Tú teléfono.

Nunca sentía su teléfono en el bolcillo, por más veces en las que él le digiera que quitara el modo de silencio, siempre olvidaba hacerlo -¿Acaso Kai le estaba pegando su síndrome?-. 

-Ah… ¿Quién será? No me digas que es Takahiro que…

Vio en el remitente.

¿Sería acaso…?

-¿Sí?

-¡¡PAR DE HOMOSEXUALES!!

Del otro lado de la línea, las voces de Reita, Kai y Ruki se escuchaban a carcajadas. Evidentemente habían estado tomando… ¿Cómo lo supo? Sólo hay que seguir leyendo el dialogo.

-¿Qué pasa con la piña colada?-Se escuchó lo que podría decirse era la voz de Reita-¡No me gustan esa clase de bebidas afrodisiacas! ¡Sake! ¡Saaaaaaaaaaaaaaake!

Un par de carcajadas.

-¡Uruha! ¡Uruha! ¡Te amo!-Se escuchaba, pero no supieron distinguir quién era.

-¡Entonces Aoi es mío!-Ese evidentemente era Kai.

Aoi y Uruha explotaron en risas y tras un rápido “IDIOTAS” el mayor les cortó. Evidentemente se la estaban pasando fenomenal sin ellos en las mini vacaciones de Halloween. Qué bien por ellos.

-No terminemos como ellos, por favor-Pidió Uruha mientras caminaba abrazado de su novio-. Es en lo último que me quiero convertir.

-Ni que lo digas-Aceptó entre sonrisitas a su lado su novio-. Y bien…Caminemos. No tengo intención de gastar en ti un taxi.

-Maldito tacaño.

Se besaron.

Qué alivio, se dijo Shima a sí mismo, por una fracción de segundo creyó sería Chizuru quien llamaba.

Chizuru… ¿Qué será de ella?

Sin saber porque, presintió que la volvería a ver tan pronto volvieran a casa. Pero no debía de estar preocupado. Ya sabía que ella nunca más resultaría una amenaza en su contra. Nunca más.

Y eso fue de lo único que estuvo seguro y acertó realmente.

 

 

 

 

-¡¿Qué harás?!-Preguntó preocupada la rubia.

-¡Tiene que saberlo! ¡Para poder quedarme tranquila, tiene que saberlo!-Vociferó.

-No es la mejor fo…

-¡Lo siento, Reila!-Dijo la castaña tomando su bolso con algunas pertenencias-. Me voy a Mie. Si es necesario iré a su propia casa para que me escuche.

-Supéralo-Pidió ella-, por favor supera a Yuu…

Ella sonrió.

-¿Qué crees que estoy haciendo justo ahora?

Salió de su casa a paso veloz y ninguna de las indicaciones de su amiga fueron lo suficientemente contundentes como para hacerla retroceder. Se veía decidida y aferrada a su determinado deseo de actuar por sí misma ésta vez pues, no era justo que Yuu saltara en un pie de felicidad mientras ella se sentaba marchitada a morir sola en una silla. No. Si aún quería emprender rumbo a una nueva vida tenía que finalizar aquel doloroso capítulo en su vida.  Sellaría el amor de Yuu por siempre. No volvería a verlo, pensó mientras tomaba el  vuelo más próximo a Mie. Ésa sería la última vez. La última, juró. Después de esto, saldría y conocería muchos más hombres y se regodearía por su felicidad. No cometería el mismo error.

No.

-Bien, pues no voy contigo-Recordó había dicho la rubia-. No apruebo la forma en la que según tú estás superando a Yuu. Simplemente estás canalizando tu tristeza como rabia. Algo que no es bueno.

-Prefiero sentirme enojada con él que triste conmigo misma-Le había respondido antes de subir al avión.

Suspiró y así aguantó las tantas horas que separaban a Tokio del pequeño poblado de Mie en donde ni Shima ni Yuu se esperaban lo que iría a suceder. ¿Cómo esperarlo de todos modos?

Chizuru abordó a Mie a eso de las nueve de la mañana y con la memoria fresca como una lechuga, recordó la dirección de la casa de su ex novio. Tomó un taxi y allí llegó.

-¿Eh? ¿Chizuru?

La anciana vecina de Yuu la reconoció al acto sin necesidad de traer consigo sus lentes.

-¡Sí es Chizuru! ¿Cómo estás? ¿Esta es una clase de sorpresa para Yuu-chan?

Ella sonrió adorablemente y saludó a la anciana mujer con cariño.

-Algo así-Reconoció-¿Estará el en casa? Supe vino con Takashima-san.

-Ah…si con eso te refieres al tímido chico amigo de Yuu-chan pues sí.

Amigo…pensó.

Chizuru subió con cuidado los peldaños de la casa luego de empujar la rejita de la entrada hasta llegar a la puerta principal. Tocó el timbre, nerviosa. ¿Qué cara pondría él? De pronto toda la fuerza se le evaporó con el sol matutino y sus piernas comenzaron a temblar de la misma forma en la que lo hicieron cuando entró al hospital para ser intervenida quirúrgicamente hace poco más de una semana y media. ¿Qué diría él? ¿Le creería? ¿Afectaría mucho la noticia? O simplemente ni les importará… Negó con la cabeza. No era esa su determinación. No necesitaba las palabras de Reila para afirmarse, podría hacerlo ella sola. Debía de ser capaz de salir adelante sola y sin nadie.

De pronto la cabeza de Yuu se asomó desde la ventana del segundo piso.

Sus ojos se encontraron y ambos pusieron rostro de espanto. Tanto ella como él perdieron toda clase de fuerza que pudieron haber tenido. Después de no haberse visto durante todo ese tiempo parecían estar iguales…Yuu parecía ser el mismo de siempre, no parecía ni un poco más cambiado…algo que no supo sería bueno o malo.

Quiso llorar pero se contuvo.

-¡Yuu!-Gritó-¡Vístete y baja!-Su voz sonó más determinada de lo que esperó y sus puños se endurecieron-¿Quieres saber…? ¿¡Quieres saber lo que me pasó por tu culpa realmente!?

Yuu no supo que responder.

-¿Quieres saber lo que perdí como mujer por tú culpa?

Las palabras quedaron al aire. Shima a las espaldas de Aoi se paralizó de la misma manera en la que su novio lo hizo… ¿Chizuru?

¿Quieres saber lo que perdí como mujer por tú culpa?

No…

-¿Chizuru-chan?

Bajándose de un radiotaxi, el hermano mayor de Aoi se detuvo detrás de ella. ¿Por qué todos reunidos de una forma tan caótica?

-Takahiro-san…

¿Cómo se suponía que las vacaciones terminaran?

Evidentemente, no bien.

 

 

 

Notas finales:

¿Y bien? Opiniones y todo lo que piensen y eso en un review :D


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