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You are my Distress, I am your Coma por Lovely Paranoid

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Notas del capitulo:

¡No me odien tanto ;A;!

Lo siento mucho, mucho. La verdad es que lo escribí a tiempo tal cual hice siempre con los demás pero ocurrieron algunos percanses y como no tengo internet idefinido al vivir en el campo u.ú no pude subirlo y luego me fui de vacaciones a otra ciudad y no cargué bien el archivo -no me leyó el archivo de word D:- u.ú así que gomen! Quería subir el original...

Bueno, no las molesto más espero les guste n_n

 

 

Capítulo V

 

 

Beso con sabor a Navidad.

 

 

Parte II

 

 

No supo que pensar…

Una jaqueca horrorosa surcó su cabeza de extremo a extremo cuando intentó recordar exactamente qué fue lo que hizo de noche con Uruha.

Botellas de alcohol…

Nada…

Cálido y abrazado por algo…

Cómodo…

Nada…

¡Maldición!

Revisó el lugar con  la mirada en busca de respuestas y tocó la piel desnuda de su cuerpo para sentir un escalofrío que logró remecerlo más de lo debido.

¿Ah?

Creyó ver en su cabeza, el rostro de su pato sonriéndole, con los ojos entrecerrados y los labios estirados en su dirección, para luego mentalizar, las manos blancas y pulcras del castaño por sobre en su rostro…con el tacto suave y movimientos sedosos, para luego sentir nuevamente la húmeda textura de sus labios dulces sobre los suyos.

Una sensación indescriptiblemente placentera, jugosa.

¿¡Y esa mierda de dónde diablos salió!?

El tacto de su piel le resultó tan real…jamás pensó tener una imaginación tan vívida.

Pudo ver sus ojos color avellana, salvajes y como clavos enterrados a su piel.

El corazón le saltó de un susto y se obligó a regresar a la realidad.

¿Acaso acababa de imaginarse a Uruha…?

¿¡BESANDOLO y, y, y…!?

Y es más…con comentarios lujuriosos incluidos.

Negó con la cabeza lo más fuerte que pudo, tanto así que esta le comenzó a doler.

Imposible.

No, no, no, no…

Nada había pasado entre ellos ahora que él estuvo borracho, imposible, el beso que Shima le dio esa vez-hace dos semanas y tres días exactamente- fue meramente por haber estado tomado ¿no-es-así?

Imposible…Es imposible que conscientemente lo haya hecho, porque, estaba más que seguro que Shima esta vez no había tomado. Lo conocía, se lo había prometido y él no rompería algo tan importante como una promesa.

Suspiró y dejó de revolverse las entrañas.

Seguro el alcohol aún estaba afectando su estúpida cabeza. Sí, eso era, nada más que eso. Y si iba a estar así cada vez que tomara a morir, no volvería a hacerlo por seguridad, porque…

-Yuu, yo te amo…-Escuchó en su cabeza como un retumbar de tambores.

¡Basta!

-Te amo de una manera en la cual tú no te imaginas.

¡Mentira! Eso jamás sucedió ¡Basta!

-Yo te amo y no sé qué más hacer.

Sujetó su cabeza con ambas manos intentando hacer presión a los costados de esta, a la altura de las sienes, mientras, la voz de Uruha seguía repitiéndose en su cabeza.

No quería abrir los ojos, pero también temía cerrarlo…cada vez era peor…como si recordara una pesadilla.

Sus manos, su tacto, su respiración entrecortada contra la suya…

Imposible. Habría estado soñando…él no podía amarlo, imposible, ellos son hombres, jamás podrían tener algo más que amistad, imposible…no…Uruha para él es como su hermano menor, su mejor amigo, su compañero de tragos, no su amante, además ya estaba con alguien; Chizuru, su novia, su chica, ella era quien llenaba su vida justo ahora, a ella era a quien quería, Uruha sólo es su mejor amigo, no su amante ni nada por el estilo…además…

¡Son hombres maldita sea! ¿Cómo podría pensar en algo tan disfuncional? ¡Por supuesto que Uruha no lo amaba de esa forma! Es decir, él también tuvo una novia, ha estado con mujeres, por lo cual es imposible que él sea…gay.

Gay…

¡Qué horrible suena esa palabra!

Debía dejar de tomar…Porque entre él y Uruha nunca nada pasaría.

De pronto, sintió como a su lado, su amigo se movía y se sintió culpable por haber pensado ese tipo de cosas de él, pero lo primero que le llegó a la cabeza al verse en una cama, sin camisa, durmiendo con otro hombre luego de no recordar nada fue…fue…

De pronto se sonrojó y asqueó con la sola idea.

¿Cómo es posible que dos emociones tan diferentes pudieran mezclarse en él como una sola?

Se levantó de la cama y estiró su cuerpo para luego sentarse al borde. Torció el cuello y observó, de una forma divertida, cómo dormitaba el castaño. Con las piernas enroscadas y las manos juntas frente a su rostro de perfil.

Sus labios gruesos y entrecerrados desprendían pequeños ronquidos apenas audibles por el ruido del tráfico de la gran ciudad.

El cabello le caía desordenado por sobre los ojos cerrados pero aun así podía verle el rostro casi por completo.

Sonrió. El idiota se veía tierno durmiendo, por lo que, fue y sacó su móvil-el cual encontró en el velador justo frente a él-y le tomó una fotografía para mandársela a Reita. Él se encargaría de molestarlo luego.

Al hacerlo, se quedó contemplando su teléfono unos segundos para luego cerrarlo.

No le despertaría. Le dejaría allí durmiendo pues seguro que para Shima lidiar con alguien tan fastidioso como él cuando estaba ebrio debió de ser un trabajo difícil, y le perdonaba el hecho de haber dormido juntos en la cama porque seguro estaba cansado…

De pronto, a su cabeza llegó  no una imagen ni un ruido, sino más bien una sensación extraña.

Su corazón se aceleró y en su cuello sintió la respiración de alguien quien le besaba.

A su cabeza nuevamente había llegado otra indecorosa escena.

Su rostro ardía de vergüenza pensando en cómo diablos se habría infiltrado algo semejante a su cabeza…

¿Por qué tenía imágenes de Uruha en su cabeza?

¿De verdad habían…hecho algo?

Imposible.

Negó con la cabeza y se fue directo a una ducha de agua fría ignorando el pleno invierno.

Seguro eso limpiaría su cabeza de ideas estúpidas.

 

 

 

 

Al despertar, se encontró completamente sólo en la cama.

Sólo como una amante abandonada, pensó mientras palmeaba el lugar vacío en su cama.

Pero no importa…Había sido la mejor noche de toda su vida y no se arrepentía de haber confesado sus sentimientos a su mejor amigo, quien, por lo ebrio que estaba, simplemente decidió seguirle el juego.

Existían dos simples opciones:

O se acuerda de lo sucedido y lo odia por el resto de su vida, o simplemente no lo recuerda por lo tanto aún tiene otra oportunidad.

PorfavorporfavorDiosporloquemásquierasquesealoprimeroquesealoprimero…

Suspiró.

Se levantó de la cama y estiró los brazos.

No  conseguiría nada quedándose allí atabillado en la cama. Lo mejor sería levantarse y comenzar a hacer algo antes de que…antes de que…

Maldición, demasiado tarde…

No podría evitar recordarlo:

Su rostro, blanco con tintes sonrosados, como si a un lienzo limpio hubiese salpicado una líquida y aguada mota roja de color, junto con sus labios, gruesos y apetitosos, de los cuales podía ver el vaho de respiración por la baja temperatura del ambiente.

No lo pudo soportar. Lo besó.

Lo besó con locura y la parte más rara fue cuando él, quizás, en lo tomado que estaba, no opuso resistencia, porque, si bien, no devolvió el beso al acto, tampoco lo empujó como la última vez.

Aquello significó mucho para él.

Y una mierda si estaba tomado…Lo estaba besando, al fin, después de tantos años, al fin podía saborear sus labios, tocar su rostro y abrazar su cuerpo más allá de lo que la regla moral lo permite.

Pasó indefinidamente sus manos por sobre su cuerpo, deseándolo cada vez más, dejándose llevar, olvidando el frío-ya que en ese entonces frío fue lo último que sintió-para así, amarlo…amarlo de la única forma que sabía…

Pasaron unos cuantos minutos hasta cuando Aoi le devolvió el beso, porque antes de eso, se había limitado a dejar la boca semiabierta, para que así, este pudiera juguetear todo lo que quisiese con él, como si le estuviese provocando, dándole la oportunidad a llegar más allá.

Y así, de la nada, el moreno, levantó sus manos de sus costados y las junto con las del castaño, para luego impulsarse desde abajo-ya que Uruha había terminado sobre Aoi-, y sentarse a su lado, y abrir los ojos y mirarlo.

Aquella sin duda, sería la mejor parte de todas. Cuando sus ojos se encontraron en una ínfima fracción de segundo, cuando él lo miró como si de verdad el alcohol en su sangre no existiese, como si de verdad fuesen amantes que jugueteaban tal y como siempre lo hacían, como si lo hiciesen desde siempre…

Uruha fue muy feliz.

Pasó sus manos por las hendiduras que se formaban entre los huesos de sus hombros y la clavícula y los dobló para abrazarlo con fuerza.

Aoi sólo se dejó besar y abrazar en todo momento, mientras que una que otra vez él tomaba la iniciativa para tocarlo, pero fueron muy pocas las veces en aquella corta y hermosa noche.

No habían tenido relaciones ya que así lo había decidido el castaño en todo momento, pero, definitivamente, si él lo hubiera permitido, para allá hubiera ido todo, porque, sin saber cómo, ambos habían terminado semidesnudos en su cama, con Aoi sobre él besando su delgado y blanco cuerpo, repitiendo lo mucho que amaba a su novia en cada momento.

Cómo una amante, pensó al acto el castaño, ya que, el nombre de su novia, salía cada vez que el suyo debería de brotar como suspiro de sus labios.

No se sintió mal para su sorpresa. No sintió pena por la pobre Chizuru, simplemente pensó en que sería mejor dejar las cosas tal cual, no podía estar velando por la felicidad ajena siempre.

Chizuru…Había gemido él incontables veces.

Suspiró…

Se derrumbó en la cama vacía.

Cómo una amante abandonada…

¿Por qué amarlo resultaba tan difícil?

Enterró la cabeza entre sus manos y la escondió a la altura de su pecho.

Escuchó el sonar de su teléfono. Lo tomó de su velador.

Until your Distress sleeps, Fill me up with your grief.

Era Aoi. Era él y su tonta canción favorita.

Arrojó el teléfono celular y se dejó caer en la cama.

Quizás quedarse allí sin hacer nada no sería tan mala idea…

Continuará.

 

 

 
Notas finales:

¿Y? Sé que no valió la pena esperar xddd pero no iba a dejarlas colgadas con la historia. No sería justo.

Nos leemos :D


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