Capítulo IX
Compromiso.
Pisoteando lo más fuerte posible con las manos en los bolsillos y el rostro cabizbajo, el malhumorado y desmoralizado pelinegro caminaba sin dirección alguna por las concurridas calles de Tokio.
Aun podía sentir la vergüenza de aquel desesperado beso…
Podía sentir los labios tersos y delicados de Shima dejándose llevar sobre los suyos, con amabilidad, amor y gracia.
Jamás pensó que cada día sería peor que el anterior…
¿Cuándo se le iría a ocurrir a él que su mejor amigo estaba enamorado de él?
Pudo escuchar repetidas veces en su cabeza su voz en su oído, como si estuviese abrazado a él nuevamente, como si aún estuviesen frente a su apartamento, con el frío entre ellos y la gente en las pasarelas a los costados…Uno frente al otro, mientras que él, con el cuerpo paralizado por la impresión, aun procesando lentamente la información del momento.
-¿Qué te está diciendo esto?-Había dicho el castaño un segundo luego de separarse de él.
Quizás fueron sus palabras-esas palabras- lo que le alteraron y le hicieron golpearle, debido a que en ese instante-cuando le besó-, se encontraba demasiado paralizado como para analizarlo completamente como es debido.
La imagen de los ojos de Uruha se quedó en su mente grabada con fuego y le pareció por una fracción de segundo estar rememorando el recuerdo hasta el punto de sentirlo en el presente.
Vio frente a él el rostro quebrado de Shima. Resignado.
Se detuvo. Y con ello el hilar de sus pensamientos también.
Antes de siquiera llegar a pensar en molestarse con él, debía de intentar comprender el porqué de la situación.
Se conocían ya hace cinco años ¿¡Cómo diablos pudo enamorarse de él!? ¿O acaso todo el tiempo en el cual compartieron amistad fue una farsa? ¿Siempre fue un maldito homosexual? ¿Un mentiroso? ¿O simplemente recién ahora se daba cuenta de que estaba enamorado de él?
No podía odiar a Uruha…aunque tratase con todas sus fuerzas, seguía sin entender por qué no era capaz de sentir odio ni repugnancia.
¿Qué sucedía con él?
Siguió caminando sin dirección hasta encontrarse completamente perdido y gris.
Lo primero en lo que pensó fue en refugiarse en su novia. Llamar a Chizuru y abrazarla, besarla y amarla, pero ¿Por qué cada vez que pensaba en hacerlo simplemente no lo hacía? Es decir, allí, con el teléfono en mano, perfectamente podría marcar su número. Ella correría a él.
¿Por qué no lo hace?
De pronto, comenzó a nevar.
Lo mejor sería regresar a su apartamento pero tampoco tenía deseos de estar solo, y no se le hizo tentadora la idea de llamar a los chicos puesto que, de seguro alguno ya estaba con Uruha, y de ser así, ya todos lo sabían.
Con lo llorón que es…seguro ya le fue a lloriquear a alguien sus penas, quizás a Ruki o Reita…
Decidido tomó el teléfono y marcó el número de Kai.
-¿Aló?-Dijo el moreno después de escuchar el clic del teléfono luego de unos segundos de espera.
-¿Aoi?-Replicó Kai desde la otra línea.
-Sí.
-¿¿Aoi??-Reiteró nuevamente como si fuese lo más insólito del mundo.
-Sí idiota, soy yo-Masculló rodando los ojos.
-¿Y…ese milagro? Es decir, desde que tienes mi número me has llamado sólo…
-¿Quieres que te corte? Porque si así lo deseas yo…
-No imbécil-Se rió-. Dime, qué sucede.
De pronto aquella nerviosa risa le hizo dudar.
-No creo que sea digerible si te lo cuento por teléfono…
-¿Sucedió algo con Chizuru?-Interrogó al instante.
-No…
-¿Entonces?
Un silencio se tragó sus palabras enredándose entremedio de sus dientes.
Un escalofrío le sacudió al recordar fugazmente el apasionado beso que había recibido por parte del castaño hace poco.
-Se trata de Uruha-Susurró melancólico.
Los ojos de Kai se abrieron como plato; miró a su alrededor y le hizo a Uruha un ademán con la mano, indicándole guardar silencio.
-¿Qué sucedió con él?-Dijo mientras subía el volumen de su teléfono para que el resto de los copuchentos escuchara la conversación.
Al final, Ruki había llamado a Reita para hacer causa común en la situación de Uruha, puesto que jamás fue un secreto para nadie el hecho de que Shima estuviese profundamente enamorado de Aoi…bueno, todos lo sabían menos el implicado principal…
-Me besó-Soltó con cierta reticencia.
-¿Otra vez?-Dijo éste intentando sonar sorprendido.
-Sí-Aceptó, neutralmente, aunque las palabras de Kai le hicieron recordar los sucesos anteriores... ¿Cómo no pudo darse cuenta antes? ¿Cómo no pensar…?
¿Cómo iba a saberlo de igual manera?
-Pero… ¿Se han peleado? ¿Qué pasó?
El corazón de Uruha saltó inconscientemente.
-No quiero verlo ahora mismo-Confesó-. Me siento demasiado…Confundido.
¿Confundido? ¿Había oído bien? ¿No había dicho “Odio a Uruha y no quiero verlo nunca más”?
-No sé…no sé qué pensar de él ahora que sé su condición sexual-Continuó-. Quizás sea capaz de aceptarla, pero…no sé si seré capaz de corresponder sus sentimientos ahora.
-¿Ahora?-Repitió Kai impresionado.
Un extraño ruido y la tierra se tragó en vergüenza a Yuu.
¿Acababa de decir “ahora”? ¿Eso da expectativas?
-Acabas de decir…-Prosiguió Kai.
-¡Sé lo que dije!-Gritó enfadado-Ni se te ocurra repetirlo. Esto queda entre los dos. No me fuiste de ayuda-Gruñó.
Kai se rió desde la otra línea.
-¿Te puedo decir lo que pienso?
-No.
-Bueno, te lo diré de igual forma-Sonrió a Uruha-. Yo creo que, a pesar de todo, tú no quieres a Uruha.
-¿A no?-Preguntó confundido el pelinegro.
-Tú lo amas.
-¡ESTÚPIDO!-Vociferó y colgó.
Un silencio enigmático se apoderó de la sala de estar del desordenado departamento de Uruha; se podían ver las latas de cervezas vacías y papeles y bolsas regados por todos lados. Evidentemente parecía estar intentando olvidar sus penas-nuevamente- en el alcohol.
Todos se miraron.
Uruha bajó el rostro, sin saber cuan emocionado estar.
-¿Eso significa que oficialmente serán pareja?-Cortó el silencio Reita y Ruki decidió golpearlo fuertemente en las costillas con su codo.
Shima rió estrepitosamente.
Él no lo odiaba, es más, dijo no poder aceptarle ahora ¿Eso no quería decir que aún había alguna efímera oportunidad para su amor? Sonrió contento y Kai se acercó para felicitarle con una gentil y amistosa palmada en la espalda.
Todos parecían estar contentos por el hecho de que, justo ahora, Aoi se encontrase en un infernal debate mental respecto a qué hacer con su mejor amigo.
-¿Lo ves? Debiste de decirlo antes-Le apoyó Reita acercándose para pasar un brazo por sobre su hombro, quedando colgando debido a la diferencia de estatura.
-Tú también-Soltó sin querer entre las risas Uruha.
De la nada, un silencio sofocó la habitación.
El castaño elevó sus manos a su rostro al darse cuenta de su indebido comentario.
Reita hizo como que no entendía y Kai prefirió darse la vuelta, pero la mirada intranquila de Ruki les hizo saber a todos que sería imposible hacer como que nada había pasado.
-¿También qué?-Preguntó Ruki seriamente.
-También eso-Dijo Reita restándole importancia-; “Eso” cuando estuvimos juntos. Cuando estuvimos juntos y tú me dejaste por tu amor hacia Uruha.
-¿Qué?-Saltó Kai frunciendo las cejas-¿Desde cuándo todos mis amigos son una manada de homosexuales y no lo sé?
El comentario de Kai no fue lo suficientemente fuerte como para intentar desviar el tema principal de la conversación.
-¿Alguien dirá algo? O simplemente debemos de dejarlos solos…-Siguió Uruha al ver la evidente incomodidad entre la dupla de rubios.
-No hay nada de qué hablar-Siguió el peque, con una voz seria y neutra-, pero como soy tonto, simplemente me iré y haré como que ése comentario, indebido, no fue…
-¿Huiras?-Saltó Reita.
De pronto, sonó el timbre del apartamento del castaño.
El rubio más bajo escapó tal y como afirmó el segundo rubio y mientras se iba, aprovechaba de abrir la puerta del departamento de su amigo.
Reita nuevamente hablaba de más.
-No estoy enamorado de Uruha-Dijo antes de irse abriendo la puerta al hacerlo-. Simplemente dije eso para deshacerme de ti.
Desvió la mirada hacia la entrada y chocó.
El rostro de Aoi se mostraba más que confundido y afectado.
Ruki pasó de él aun con el corazón palpitando a mil por hora.
Mientras la nieve caía sobre los techos en Tokio, el sonar de la muchedumbre y los autos interrumpió el hilo de pensamiento del pequeño rubio.
Él nunca estuvo enamorado de Uruha. Nunca. Así como tampoco, nunca, pudo estar enamorado de Reita.
Nunca…
¿Verdad?
Todo siempre fue por compromiso, por los años de amistad que tuvieron. Por los lindos momentos en los que pasaron juntos.
Él hizo lo mismo que Aoi estaría por hacer justo ahora.
Todo lo que estuviera por decir, tal y como él lo hizo, sería por compromiso.
Nada más que eso.
Qué triste.