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UN AMOR VERDADERO por CarminSakumaDeUesugi

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Notas del fanfic:

los personajes no son mios si no son obra de maki murakami

Notas del capitulo:

este fic, esta basado en una historia real, de un amor,
porque este si fue amor verdadero, de ese que sientes
dentro de ti que no habra otro igual.

que ¿como se yo que fue amor real?
simplemente porque me ocurrio a mi

Un amor verdadero

By carmín Sakuma de Uesugi

 

Capitulo 1. Así nos conocimos

 

Era un hermoso atardecer como nunca antes habrá otro, los colores del sol se confundía con las nubes, el ver como este se ocultaba mientras que su corazón palpitaba más y mas con una fuerza descomunal, de vez en cuando un suspiro se le escapaba de los sonrosados labios que venía desde lo más profundo de su alma. Su adorable figura parada frente al balcón, con los brazos recargados en la barandilla, el cabello se mecía con la fuerza del viento vestía un conjunto de pantalón pesquero color beige y una playera blanca sin zapatos, el clima cálido provocaba que se sonrojara haciéndolo más adorable a la vista, - mañana si mañana lo veré- susurro - . Ocho años han transcurrido desde que dirigió su mirada a mi persona por última vez claro en ese entonces solo era un chiquillo y no entendía nada de lo que sentía y me llevo varios años entender ese sentimiento ahora puedo decirlo con toda seguridad yo… LO AMO, ¿se acordara de mi?, eso espero –pensó-, mientras que su hermosa mirada se perdía en el oriente, los recuerdos llegaban a él tan vividos como si el tiempo retrocediera a esa época que si bien le trajo sin sabores le dio como premio a todos estos, esa amistad que sin saberlo llegaría a atesorar mucho y fue precisamente en una tarde la primera vez que intercambiaron palabras.

 

Flash back

 

Tenía ya varios días de haberse mudado no solo de casa sino también de ciudad más que ciudad un pequeño pueblo llamado Tomoeda, anteriormente su pequeña familia y el vivían muy felices en la ciudad de Tokio, este niño estudiaba en una escuela que estaba cerca de su casa se iba caminado con su vecino un chico pelirrojo con quien también compartía salón de clases su nombre Hiroshi Nakano durante los últimos años se había convertido en su mejor amigo, le dolió en lo más profundo de su alma, pues casi podría decirse eran como hermanos por el gran amor fraternal que los unía y además compartían un mismo sueño, sin embargo el trabajo de su padre ameritaba cambiar de residencia su amigo Hiro y el lloraron la separación, juraron seguir siendo amigos no importa lo que ocurriera total un año pasaría rápido y pronto estarían juntos otra vez, ya en este nuevo lugar a  pesar de no conocer a nadie pues la soledad no le disgustaba mucho, podía divertirse jugando con su hermana y subiéndose a los hermosos arboles de su jardín. Una mañana después del desayuno al ver por la ventada de su cuarto lo observo por primera vez sentado bajo un enorme árbol de cerezo vestido completamente de blanco con una libreta y una pluma escribiendo muy concentrado el cabello brillaba mas con los rayos del sol, el canto de los pájaros se escuchaban muy cerca, algo en ese chico lo atraía como la miel a las abejas, desde ese día se apodero de sus pensamientos. ¿Será un ser místico escapado de los cuentos de hadas? Pensó, en  un primer momento creyó estar todavía dormido o alucinando, en verdad esa imagen la atesoraría por siempre más cuando una ráfaga tiro varias flores que caían como si lloviera sobre su persona. Varias chicas lo rodeaban e intentaban sostener una plática con él,  pero no les hacía caso, -deberían dejarlo en paz- murmuro, un sentimiento de enojo lo invadió pero nunca se había sentido tan extraño.

 

Durante varios días lo observo desde su ventana, el hambre lo abandono totalmente sus dulces favoritos seguían en sus empaques, desearía ver sus ojos ya que por la lejanía era casi imposible, -las vacaciones pronto acabaran y las clases empezaran, yo entrare a quinto grado, algo me preocupa aquí solo se estudia hasta sexto grado a partir del séptimo solo se puede estudiar en otra ciudad, esa razón me hace pensar que al terminar las vacaciones él se irá pues lógicamente es mucho mayor que yo-. Se armo  de valor ya empezaba el atardecer todo el entorno se teñía de un naranja,  -me acerque poco a poco con miedo de que me rechazara como a las chicas que lo asediaban día a día, de pie frente a él me encontraba, corazón deja de latir tan rápido o te escuchara-.

 

-       Ho… hola, le dijo tartamudeando e inseguro.

-       ……   el otro solo levanto la vista sin decir nada, pensando que era la primera vez que veía a esa niña pero ¿Por qué le hablaba? Odiaba que perturbaran sus pensamientos, y aunque le agradara el lugar pensaba seriamente que tendría que buscar un nuevo sitio para escribir, bajo otra vez la vista y siguió con lo suyo.

-       ¿me puedo sentar?-  pregunto el menor con temor y es que por un instante su cuerpo se congelo en cuanto sus ojos se encontraron con unos orbes dorados que iluminan su entorno y a la vez tan fríos.

-       Haz lo que quieras- le contesto duramente, quería lastimarla y que se fuera siempre funcionaba con todas las personas que se le acercaban solo por verlo “exótico” por así decirlo, pues aunque es japonés parece extranjero siendo rubio, lo enfurecía que lo asediaran por este simple hecho, y esta niña venia a molestarlo.

-       …… el pequeño no dijo nada, solo acertó a sentarse cerca, pensando que no era como creía, en silencio pasaron cerca de una hora antes que se oscureciera por completo y las luces de la calle empezaran a iluminar pero con una luz tan tenue que las estrellas se veían a lo lejos.

 

El mayor se levanto guardo su libreta por algún motivo que no comprendía volteo a verlo  antes de marcharse, esos ojos amatistas no parecían reales, y lo que lo sorprendió a un mas fue que no había reparado en el color del cabello de la “niña” es rosa nada común, sin decir nada siguió su camino. Y este aunque no logro hablar más de un par de palabras se sentía ¿feliz? De alguna manera, camino lentamente a su casa pues no quedaba más que a unos cuantos metros, entro como si nada directo a su cuarto se metió a la boca sus dulces de fresa, después de un rato se puso la pijama y se recostó a dormir, durmió tan pacíficamente como hace tiempo que no lo hacía.

 

Por otro lado el rubio ingreso a su casa como todos los días sin hablar con nadie, solo pensando en la extraña niña que era “diferente” pues apenas le dijo algo y a su manera, pero solo permaneció en silencio sentada a su lado, ¿de dónde será? En todos estos años nunca la había visto tal vez se acaba de mudar y no tiene amigos, ¡pues que busque en otro lado! No tengo la intención de ser hermanita de la caridad siendo su primer amigo. Se cambio de ropa y lo llamaron a cenar camino lentamente, su padre y su hermana lo esperaban ¿Cuál era esa manía de pasar sus vacaciones siempre en ese pueblo? No lo sabia comió silenciosamente y después se levanto nadie le dijo nada pues la tensión en ese “hogar” se podría cortar con un cuchillo. Ya en su habitación se decía -no voy a ceder ni un ápice ese viejo tonto que se dice mi padre y la controladora de mi hermana que se cree mi madre están locos si creen que voy a aceptar ese compromiso con alguien a quien ni siquiera tolero-.

 

Al día siguiente el menor peli rosa después del desayuno se vistió y se peino quería verse lo mejor posible, con un conjunto sencillo pero a la vez muy lindo, un short azul a media pierna una camiseta blanca pegada a su cuerpo rematando con una camisa a cuadros amarilla que llevaba abierta, un par de tenis blancos con un toque de azul y tines blancos con dibujos en azul, unos audífonos rodeaban su cuello y una libreta pequeña en su mano izquierda, con la oreja derecha sostenía un lapicero, suspiro y empezó a caminar lentamente hacia el lugar donde ya había divisado al rubio sentado como siempre bajo el árbol de cerezo vestido completamente de blanco y escribiendo algo en una libreta como si el mundo a su alrededor no existiera. El pequeño con una sonrisa que llegaba hasta su mirada se sentó a su lado sin decir una palabra se puso sus audífonos y empezó a escribir en una pequeña libreta, lo cual sorprendió al rubio quien no dijo nada. Si no me molesta no me importa, las chicas que siempre lo asediaban miraban con enojo y celos al chico pues nunca nadie en todos los años de conocerlo se atrevió a entrar al mundo del de mirada ambarina, este solo sonrió de algo servía esta “pequeña” asustando a sus acosadoras.

 

Las horas pasaban lentamente y el rubio se preguntaba qué era lo que la “niña” a su lado escribía en su libreta ya que varias veces escucho que no le salía y volvía a empezar, el por su lado seguía con su trabajo nunca en varios años tuvo tanta tranquilidad como ese día pues las chicas lo seguían viendo a lo lejos y no se le acercaron, de pronto una chiquilla de cabello castaño y largo solo sujeto por un pequeño listón rosa que combinaba con el vestido blanco con flores rosas que traía puesto y unas sandalias blancas se acerco a la pequeña que se encontraba a su lado con una canasta en la mano.

 

-       Shu-chan, oka-san dice que como no fuiste a comer aquí te manda tu obento y que invites a comer a tu amigo, bueno ya me voy- dijo la niña en forma melosa.

-       Gracias Maiko, dile a oka-san que no se preocupe, mientras la castaña se iba corriendo.

 

El peli rosa volteo a ver al rubio y le pregunto que si quería almorzar con él, este lo vio un instante con sus ojos fríos sin demostrar ninguna emoción y siguió con lo suyo, no pensaba caer tan fácilmente, -bueno si no tienes hambre ¿Qué tal un pedazo de pastel de fresa?- Dijo inocentemente en ese preciso instante una ráfaga de viento movió los cabellos del menor por lo cual entre cerró los ojos y la camisa que llevaba se alzo, -está bien- contesto el de mirada ambarina pensando que -¡maldita adicción a los dulces! la que lo hizo ceder- pero casi sin notarlo por un momento se había sonrojado pero fue tan fugaz como un parpadeo. Empezaron a comer cuando una chica de cabello largo y negro se acerco molesta y empezó a agredir al pequeño,

 

-       -¿Qué te pasa, quien te dio el derecho de acercársete a mi prometido? El pequeño no sabía que responder y por ende temblaba ya que la chica en cuestión era mucho más grande que él, lo miraba furiosa como queriéndolo exterminar -joven Eiri no debería comer cualquier cosa podría enfermarse- dijo mientras se acercaba melosamente con un pañuelo con el fin de limpiarle la mejilla llena de crema pastelera, en cambio este la miraba con frialdad y si los ojos fueran armas ella ya estaría muerta.

-       Ayaka, por fin hablo el rubio tomándola de  la muñeca y separándola de él ¿Cuántas veces tengo que decirte que yo no soy tu prometido? Dijo en tono molesto, mientras se ponía de pie, no he dado mi consentimiento para eso ni lo pienso hacer, en vez de eso deberías de hacer algo productivo como no salir a la calle y andar molestando a los demás.

-       Pero joven Eiri, nuestros padres ya lo han decidido y estoy segura que llegaras a amarme, así que no se resista mas y deberíamos conocernos, contesto en lo que embozaba una sonrisa -además no me diga que ¿eso es más importante para ti que yo?- Pregunto mientras señalaba al de mirada amatista con el dedo índice de su mano derecha desdeñosamente.

-       Pues sí,  respondió Eiri mientras levantaba y abrazaba al pequeño para luego dejar ver una sonrisa de medio lado en sus hermosos labios, Shu-chan es más importante para mí que tu- y acto seguido le dio un beso en la mejilla haciendo que este instantáneamente se sonrojara y mirara al suelo, la chica humillada dio media vuelta y se fue furiosa jurando para sus adentros que esta se la pagarían. El peli rosa no atinaba a articular palabra, después que la chica estaba lejos lo soltó y fríamente dijo -ni te emociones “niña” no eres mi tipo solo necesitaba librarme de ella-, para luego volver a sentarse y seguir escribiendo.

-       E… etto… dijo tartamudeando -yo no soy una niña soy niño-.

-       Pues mucho peor, no te ilusiones niño yo no le hago a eso, después no volvieron a hablar en todo el día, al atardecer cada uno agarro su camino.

 

Todos los días se les veía juntos sentados bajo el gran árbol de cerezo cada quien en lo suyo, el rubio escribiendo y el peli rosa  con sus audífonos y escribiendo también, las chicas lo veían celosas de que compartieran tanto tiempo, para Eiri ya se había vuelto una costumbre tenerlo al lado y comer pastel que la madre del menor les enviaba al medio día por petición del menor, claro no hablaban mucho pero las palabras sobraban, un día de tantos el menor se atrevió a tratar de entablar una conversación pues una vez logro leer un nombre en la libreta del mayor.

 

-       Oye, ¿te llamas Eiri Yuki? Pregunto mientras veía al piso un poco temeroso. El rubio lo miro y solo contesto secamente.

-       Si así me llamo, no deseaba hablar de mas con el total ese sería su nombre y por cortesía ni el mismo se lo creía siguió la plática con la pregunta usual -¿y tu cómo te llamas? No creo que solo sea Shu-chan ¿verdad?- Mientras seguía comiendo pastel.

-       Pues sí, tienes razón mi nombre es Shuichi Shindou, mientras estaba todo sonrojado pues no creía que este chico estuviera interesado en saber sus nombre, aun así se atrevió a hacerle otra pregunta ¿Qué edad tienes?

-       Tengo 16 y tú debes tener unos 8 años no mocoso, oyó bien le había dicho mocoso.

-       Ya te dije me llamo Shuichi Shindou no “MOCOSO” lo dijo mas fuerte para hacer un énfasis -y no tengo 8 años tengo 10 años- mientras hacia un mohín visiblemente molesto.

-       Esta vez sí le había dado gracia la forma en la que se comportaba este niño, tan dulcemente se contuvo para no burlarse de él, siguieron comiendo y después cada quien siguió escribiendo pero a Eiri Yuki le invadió la duda, se preguntaba ¿Qué tanto escribía ese niño? no es que fuera una persona curiosa pero cada poco volteaba a verlo por lo que decidió preguntarle. –Shuichi-, pronuncio.

-       Si Eiri, contesto mientras se quitaba lo audífonos sus hermosos orbes amatistas brillaban como una piedra preciosa.

-       Me preguntaba ¿qué tanto escribes?, mientras señalaba con una mano la pequeña libreta que tenía entre manos.

-       Mmmm Etto… es, el pequeño se había ruborizado hasta las orejas y movía la libreta de una mano a otra en forma nerviosa, es una canción pero todavía no esta terminada.

-       ¿una canción? Volvió a repetir el rubio

-       Si una canción que estoy escribiendo para Hiro, contesto mientras sus ojos estaban en el piso pues no quería que el mayor lo viera, sentía que de un momento a otro este se reiría de él como lo hacían los demás en su antigua escuela cuando les dijo que sería cantante de grande.

-       ¿Quién es Hiro?  Pregunto el de mirada dorada un tanto molesto y porque no decirlo celoso.

-       Hiro es mi mejor amigo, casi mi hermano lo quiero mucho, pero pronto volveremos a estar juntos y después de eso nada nos separara, mientras pronunciaba estas palabras sus ojos se iluminaban como nunca viendo hacia el cielo a ningún punto especifico y una sonrisa se dibujo en sus labio, por el amor que le profesaba a su amigo a quien el estimaba mucho, sus mejillas sonrojada le daban el toque que lo hacía ver muy tierno y bello. Pero el rubio no entendió en ese momento porque un profundo enojo lo envolvió al escucharlo hablar así de ese tal Hiro, se levanto bastante molesto y se fue sin decir nada.

Notas finales:

espero les haya gustado denme su comentario hacerca de
que les parecio, si creen que esta muy largo
o les gusta de ese tamaño. y gracias a quienes leyeron mi antiguo fic, pensamientos besos


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