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L u v G a m e s por Aki Aki H i k a r i

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Notas del capitulo:

Generalmente yo escribo textos, normalmente pensamientos, que después me sirven de inspiración para escribir una historia, dichos textos son mi introducción. Y “L o v e G a m e s” no es la excepción, si gustan estaría complacida si lo leyeran, quiero destacar que carece de obligación, y carece de sentido con la historia. Como mencioné anteriormente son simplemente pensamientos míos que los ayudarían a adentrarse con los sentimientos demostrados por los personajes en la historia.


 


El texto “Notas de la autora” se encuentra en mi journal, (la dirección está en mi profile.)


 


Con dicho texto, simplemente quise transmitir las diversas emociones que se sienten cuando te rompen el corazón,  honestamente no espero que se sientan identificados, no le desearía estas emociones ni a mi peor enemigo, pero si quisiera que entendieran a los personajes de la siguiente historia; ya que esta se basa en las rupturas sentimentales. En la historia se representan diferentes situaciones, en donde el protagonista son las emociones que se involucran cuando eres adolescente. Hay rupturas, dolor al no ser correspondido, engaños, problemas familiares, adicciones y presiones de tus más allegados.  


 


La historia consta de AU (universo alterno), debido a que a pesar de que se desarrolla en el mundo tal y como lo conocemos, no se basará en el tenis como tal, si lo habrá, pero no será el tema principal. Consta de OC  (personaje original), no estarán en todos los capítulos, pero si serán cruciales para desarrollar a los personajes de la serie. Un poco de OCC, ya que el hecho de desenvolver a los personajes en situaciones en que jamás han estado, crearán cambios en su usual comportamiento.


 


Y finalmente, esta historia contiene lenguaje inapropiado y SLASH, (personas del mismo sexo teniendo un interés romántico… o completamente sexual). Personas a la que no les agrade, simplemente no les recomiendo que lean la historia, y sus comentarios prejuiciosos simplemente serán ignorados.


 


En último lugar, les agradezco de antemano que hayan leído y sin más que decir, espero que disfruten esta humilde historia. 


 

 

El comienzo de la historia se encuentra ubicado cronológicamente, después del segundo año de los superiores, es decir, en las vacaciones de final de curso, entrando al tercer año de chūgakkō (escuela media.)

 

“ABC” Diálogo.

“ABC” Pensamiento.

(ABC) Suplanta a las comillas.

Flashback. Atobe Keigo’s POV.

-4:30 PM.-

“Y pienso, que no estamos destinados a estar juntos.”

 

No pudo contener que sus labios se curvaran en una amarga sonrisa al oír esas palabras… habían sido pronunciadas de una manera tan firme… realmente, no esperaba menos de él.

 

“…”

Aunque el dolor causado por el frío del poste en el que se encontraba recostado era insoportable… se rehusaba a realizar movimiento alguno… a mostrar emoción más allá de la indiferencia. 

 

Ya ha hecho suficiente, no obtendrá nada más de mí.”

 

Con este amargo pensamiento abrió sus ojos… era consciente de la atenta mirada sobre su persona, también era consciente de las reacciones que causaba sobre el poseedor de dicha mirada con su actitud.

 

“…”

Aún no comentaría nada, seguiría recostado en el maldito poste sintiendo como se le congelaba vértebra por vértebra, manteniendo su vista al frente, estaba seguro que sus facciones seguían mostrando esa expresión fastidiada y llena de apatía que tanto enervaba a los demás. Su querido acompañante lo estaba mirando de perfil, sentado en un banco que quedaba frente al poste, lo había invitado a sentarse cuando le vio llegar… obviamente él se rehusó, lo último que quería era tener que soportar más actos de hipocresía.   

 

Sí… porque el respetado capitán Tezuka Kunimitsu no es más que un hipócrita… en su defensa uno muy bueno debía reconocer, incluso ni el mismo lo vio venir… para su desgracia.

 

“…”

 

“…”

 

Giró los ojos con fastidio, esto podría llevarse toda la noche… él no tenía ganas de desarrollar su lado masoquista… sería el colmo que se enfermara por su culpa.

 

 “¿Sinceramente Kunimitsu, no podías ser más patético?” Con estas palabras, finalmente giró un poco el cuello para detallar a su acompañante…  Su cabello pardo se encontraba desordenado, al igual que sus gafas, ambos recibían reflejos de los últimos rayos del Sol… por lo que no podía apreciar sus ojos desde donde estaba. Vestía ropas deportivas, también portaba una gruesa chaqueta caqui y bufanda parda de lana  tejida a mano  para protegerse del frío… ¿lana? Está de más decir que la vista provocó que alzara una ceja.

 

“… ¿A qué te refieres?” Al parecer no se esperaba esa reacción.

 

“¿En serio lo preguntas? Un parque, tus tartamudeos y un no estamos destinados a estar juntos, ¿no te parece patético?... ¡Por Dios Kunimitsu! Sé que no eres la epítome de la originalidad, y no lo digo sólo por esa… oveja desecada que tienes alrededor de tu cuello, pero al menos pudiste cortarme en un café decente con calefacción…”

 

Se ve interrumpido por  una helada brisa que sopló literalmente en su cara, y si no fuera por el… maldito poste, hubiera  retrocedido unos pasos ¡Maldito Karma! Apenas llevaba puesto una camisa clásica de cuadros con tonos azulados, una camiseta negra, unos vaqueros grises, botas negras y como protección… una bufanda gris. Está de más decir que no es la vestimenta adecuada para estar fuera de sus casas a 7 C°… aunque se veía mejor que muchos a los alrededores… tan solo observen al hijo de puta que se encontraba mirándolo con el ceño fruncido.

 

“Pensé que habías dejado ese hábito.” Menciona estoicamente el pelicastaño, mientras se levantaba del banco y se le comenzaba a acercar.

 

¿Por qué lo haría? No es como si te preocuparas por mí… en tres meses no te diste cuenta.”

Piensa con irritación, mientras saca de su bolsillo derecho el encendedor que le regaló Yuushi, y enciende el cigarro que se había colocado entre sus labios… aspira… y libera lentamente… Sonríe con pereza y con los ojos cerrados termina de apoyar todo su peso en el poste, sino fuera porque estaba en un sucio parque público ya habría terminado deslizándose hasta el suelo.

 

Se sentía tan bien, justo lo que necesitaba, y el hecho de que con cada calada acortaba su tiempo de vida, sólo lo hacía más placentero.

 

“Keigo.”

 

Ahora era su turno de fruncir el seño, allí venía ese tono de nuevo, como si él tuviera el derecho de decirle que era lo correcto… maldito bastardo.

 

Dejó que se le escapara una suave risa, mientras se enderezaba de nuevo y abría lentamente los ojos, extrañamente encontró a su… ex mirándolo atentamente y levemente sonrojado, lo más probable era que los pocos rayos que tenía  a sus espaldas y por lo tanto,  le deban de lleno en el rostro al pelicastaño, le daban ese efecto… Tezuka Kunimitsu no se sonroja, a menos que sea por una gripa… o sexo.

 

“…Kei…” El pelicastaño había salido extrañamente de su ensoñación cuando le vio dar otra calada a su cigarro, por lo que trató de empezar de nuevo con su guión de película barata.

“Esto es más que patético…es insoportable.”

 

“Calla y escucha, me has tenido en este parque congelándome por quince minutos y por como sé que mi bienestar te vale… absolutamente nada, te haré un último favor, míralo como un regalo de despedida, te ahorro la parte dulce de esta charada y pasó directamente a la parte donde juego como la novia.. ¡Novio! Que se borra del mapa.” Un leve sonrojo apareció y desapareció en un parpadeo.

 

“Kei…” El pelicastaño suavizó la vista y dio unos pasos para acercársele.

 

“Te dije que calles y escuches… y no te me acerques.” Su voz salió filosa y frívola, no era un problema para él mantener su rostro sin ninguna emoción, no le daría ninguna muestra de debilidad. Simplemente afiló sus ojos como señal de que no quería ser interrumpido.

Ya no hay macha atrás.”

 

“…” Tezuka agrandó levemente los ojos en sorpresa, estudió su rostro unos segundos antes de asentir y mirarlo seriamente, aunque no se alejó, simplemente se quedó quieto observándolo… atento a cualquier muestra de algo que hasta el día de hoy desconoce.

 

“…” Por unos segundos ninguna palabra quería salir de su garganta, entreabrió un par de veces sus labios pero esto nada más ayudó para tomar el aliento que por un momento dejó de sentir… Tenía que admitir que había subestimado la situación, tenerlo allí enfrente de él… tan cerca, observándolo, hacía tanto tiempo que no lo sentía al pendiente de él.

 

Cerró los ojos unos instantes, e inesperadamente vino a su mente la fotografía de ellos besándose en una galería a la que casualmente también había sido invitado.

 

 “Sabes Keigo, no tienes que decir nada si no quieres.”

Suficiente inspiración.

 

Le dio otra calada a su cigarro antes de mirarlo directamente a los ojos. “Apenas iba bajando del Jet, cuando me citas a este lugar, ni siquiera me preguntaste el porqué no te mencioné que me iba a Grecia por un tiempo, ni siquiera por cómo me había ido, es más no hemos hablado en ¿qué?… ¿15 días?... ¿Creías que no iba a saber que me ibas a cortar cuando me citaste?” Mencionó lo más tranquilo posible, su voz estaba algo ronca… pero era por el clima.

 

“Lamento no…”

 

“Te acabo de decir que te ahorré el drama, yo sé que no te importo en lo más mínimo, afortunadamente a mí sí me importa mi persona, lo suficiente como para decirte adiós y alejarme de aquí.” No pudo más… además un poco de hostilidad era lo mínimo que se merecía ese bastardo.

 

“…” El muy imbécil simplemente bajó un poco la mirada.

 

No hizo nada más.

No dijo nada más.

 

“¿Y qué esperabas?”

Con más fuerza de la necesaria, botó la colilla del cigarro a un lado, y aunque algo entumecido por estar en la misma posición por un largo tiempo, empezó a marcharse por el mismo camino en que llegó.

 

“Desearía que hubiera funcionado,”

Al escuchar ese susurro, paró levemente… y pensó por unos instantes sus próximas palabras.

 

“¿Sabes algo Tezuka? Un poco de respeto puede acarrear una  larga distancia. Pero la cantidad de respeto que me diste fue solo suficiente para YO irme, y estar a una larga distancia de ti.”

No esperó a escuchar la contestación… de todas formas, dudaba del coraje de Tezuka Kunimitsu fuera de una cancha de Tenis.

End Flashback. And Atobe Keigo’s POV.

-9:17 PM.-

Bienvenidos a Nerima.

Decía un oxidado letrero que se movió ligeramente, no sólo por la tormenta de la que era víctima, también por un Aston Martin V12 Vantage que pasó a 210 km, a tan solo sesenta centímetros de distancia de donde se encontraba.

En el interior de dicho vehículo no había pasajeros, sólo se encontraba el conductor, el cual no parecía notar el boscoso paisaje a su alrededor, ni las haciendas, fábricas o pequeñas casas rurales que contrastaban con las atrayentes luces de Shijuku a lo lejos, incluso era ignorante de las señales que advertían del paso de animales, y por supuesto la del límite de seguridad.   

Conducía con las luces altas, sin disminuir la velocidad en las curvas, abarcando el carril contrario, y con la música a todo volumen.

 

One night to you, lasted six weeks for me

Just a bitter little pill now, just to try to go to sleep

No more waking up to innocence, say hello to hesitance

To everyone I meet, thanks to you years ago

I guess I’ll never know, what love means to me

 

También le temblaban las manos, y su visión era nublosa, y no precisamente por la lluvia.

“…” No emitía palabra alguna, tan sólo tenía la vista al frente… aunque su mente se encontraba en memorias del día de hoy.

Por lo que no advirtió al pequeño gato negro que huía de la lluvia y rápidamente retrocedía unos pasos, asustado por el rápido objeto que casi le quita la vida.

But, oh, I’ll keep on rolling down this road

But I’ve got a bad, bad feeling

 

Sentía una extraña molestia en los ojos, por lo que rápidamente con la manga trataba de aplacarla.

“Soy un maldito masoquista.”

Susurró con voz ronca.

Flash Back.

-4:48 PM.-

En un frío atardecer de febrero, ubicada en el parque municipal de Taitō, se podía apreciar una tambaleante figura dirigiéndose a un lujoso vehículo negro, la figura correspondía a un joven de catorce años, de piel pálida, contextura delgada, altura promedio, cabello negro azulado con destellos  plata, rostro de refinadas facciones y ojos gris intenso con destellos azul índigo uno de ellos, el derecho, tenía a su lado un pequeño lunar.

 

La tambaleante figura trataba de mantener el calor corporal, soplándole aire caliente a sus pálidas manos desenguantadas; cuando llegó a su destino entró presurosamente al auto y se dejó caer pesadamente en el asiento de cuero del conductor, cerró los ojos cansinamente y respiró profundamente repetidas veces.

 

No vas a llorar, llorar es una muestra de  falta de carácter… no sirve de nada… es una pérdida de tiempo.”

Aún con los ojos cerrados, el joven frunció levemente el ceño mientras murmuraba.

 

“Llorar es sinónimo de debilidad. Llorar es sinónimo de debilidad. Llorar es sinónimo de debilidad. Llorar es sinónimo de debilidad. Llorar es sinónimo de debilidad.” Mientras susurraba, sus facciones se endurecieron y cuando abrió lentamente los ojos, sus reflejos azul índigo resaltaban con más fuerza entre el mar gris.

 

“…”

Después de un minuto de silencio dejó escapar un suspiro y pasó su mano por el sedoso cabello, provocando que graciosamente le cayeran hebras plateadas en el rostro. Lentamente encendió el motor y pisó el acelerador para que se calentara lo suficiente, encendió la calefacción, el ipod touch y lo programó en aleatorio. 

 

Con parsimonia un magnífico Aston Martin V12 Vantage emprendió marcha.  Antes de cruzar la cuadra, el ojigris miró por el retrovisor y pudo distinguir la alta figura de su, desde hace cuatro minutos, 20 segundos y contando, ex oficial.

 

El ojigris iba a seguir su camino pero la llegada de otra figura llamó su atención.

Detuvo por unos instantes su marcha.

Era el lindo chico de la foto.

Acariciando el rostro de su ex. Besándolo. Tomando a su ex del brazo. Llevándoselo en dirección contraria.

Hasta el día de hoy, aún desconoce el porqué esos dos no murieron atropellados esa tarde.

End Flashback.

 

It’s gonna take a long time to love, it’s gonna take a lot to hold on

It’s gonna be a long way to happy

Left in pieces that you broke me into

Torn apart but now I’ve got to, keep on rolling like a stone

‘Cause it’s gonna be a long way to happy  

 

Una sonrisa que distaba bastante de ser de dicha surgió por el rostro del joven conductor.

“Quien diga que la verdad duele es porque nunca ha descubierto una mentira.”

De repente cerró por unos segundos los ojos, manteniéndolos cerrados con fuerza.

Flashback.

-16 días antes.-

 

“¿Qué significa esto?” Resonó una glacial voz por todas las esquinas de una elegante oficina.

 

Un par de ojos grises se encontraban enfocados en un sobre común, corriente y en perfectas condiciones, su simpleza contrarrestaba el imponente escritorio de bronce, escritorio que combinaba la elegante silla del mismo material, en ella se encontraba el Sr. Akihiro Atobe  dirigiendo su atenta mirada hacia un joven ubicado en el medio de su oficina, ese joven era su hijo, y aún más de su interés… su heredero.

 

“Deberías sentarte primero.” Menciona el adulto con voz grave y pausada mientras colocaba su pluma sobre el escritorio, aún sin dejar de estudiar con sus ojos caoba la figura de su heredero.

 

“No será necesario… ¿me llamaste para darme un sobre?... ¿sabes lo que es el correo electrónico?” A pesar que su voz había retomado su usual tono impertinente, al alzar la mirada y encontrarla con la de su padre, este pudo notar en los reflejos azules de sus ojos un brillo de sigilo y falta de confianza hacia su persona, este hecho le hace reír  internamente, al parecer su heredero sabía las consecuencias de tomar las cosas a la ligera cuando se trataba de asuntos relacionados con él.

 

“Ignorando tus insostenibles comentarios, recuerdo haber dicho que nos viéramos en mi despacho de la mansión, después de la cena.”

Al escuchar el tono de reproche y la pregunta de trasfondo el joven tardó unos segundos antes de contestar.  

 

“Me quedaba más cerca verte aquí.”

 

Ante la insinuación de desobediencia a una de sus órdenes directas, con movimientos secos el adulto cerró una carpeta y la deslizó hacia un lado del amplio escritorio, junto con otras dos, y con sólo intensificar la mirada su porte se volvió inquebrantable.

 

“Hoy tengo planes,  y no pienso posponerlos, no te molestes porque yo no esté a tu disposición.” Mientras que el joven con sólo afilar la mirada un gran aura de rebeldía se hacia presente en la sobria oficina.

Sin romper el contacto visual el Sr. Akihiro Atobe escuetamente preguntó. “¿Entre esos planes figura el nombre de Tezuka Kunimitsu?”

 

Decir que la espalda del joven se tensó sería redundante.

“Prefiero su compañía a cenar en la mansión.”

El joven se comenzaba a preguntar seriamente de la condición física de los guardias ubicados a las afueras de la oficina, los cabellos de su nuca estaban totalmente erizados.

 

Con un suspiro de falsa resignación el adulto se levantó de la majestuosa silla… trono sería más adecuado.

 

Facilitando la apreciación de sus  1,82 metros de altura, de su contextura poco maciza, pero firme, de  sus facciones constantemente serias y rígidas,  de su piel blanca pero no pálida, y de su cabello color castaño que da alusión de verde musgo, pulcramente peinado hacia atrás.

 

El sonido de sus pasos al tocar el mármol resonaba por la oficina, con las manos en sus bolsillos dirigió su vista a la figura de su heredero y por unos momentos su mirada no pudo ocultar un brillo de preocupación;  admitía que con sus hijos, el tiempo siempre era limitado y que Keigo… pues era un caso muy especial, y que a causa de ello, tal vez no los conozca tanto como un padre debería conocer a sus hijos, pero por ello, y por tratarse de Keigo, tendría que estar demente para no preocuparse por las reacciones de su hijo, el cual nunca tuvo una figura de autoridad en su vida por lo que no sabe con claridad lo que está bien o mal.

 

Al sentir la constante mirada de su padre a sus espaldas, el joven dirigió su mirada al culpable de toda esta situación… el sobre.

“¿Qué hay en ese estúpido sobre?

“Como ya sabes que tengo planes, me imagino que la única forma de terminar con mi visita es ver lo que me quieres mostrar.” Y sin más el joven tomó el sobre, lo abrió y extrajo el contenido, el cual era una foto de tamaño carta… bastante nítida.

 

“Keigo espe…” Akihiro Atobe paró en seco al ver como otra vez su hijo lo desobedecía, aunque esta vez no le importó.

“…”

 

El joven en sus manos tenía la foto de dos jóvenes besándose en los labios, el más bajo tenía el cabello castaño claro, lo tenía sedoso y las puntas le tocaban los hombros, su rostro era bastante delicado, el chico era… lindo, tenía su blanca mano tocando el rostro del otro, el cual era mucho más alto, con el cabello pardo, algo revuelto, con gafas y facciones largas… era su novio, Tezuka Kunimitsu, el cual iba a ver en Shibuya esa misma tarde.

“…”

 

Los pasos del adulto resonaron hasta estar al lado del joven, observó como la pálida mano de su hijo temblaba levemente y sus largos dedos creaban cierta presión en la foto, como se mordía el labio con fuerza y como el gris de sus ojos se tornaban azul índigo con pequeños destellos plomo.

 

Fácilmente podía decir que estaba conteniendo su ira, por lo que deducía que este Tezuka no era otro de sus juguetes que usaba para castigarlo y desobedecerlo.

 

Tezuka Kunimitsu tenía sus días contados.

 

“… ¿Quién es?” La voz del joven era el hielo personificado, lo cual provocó que las minúsculas líneas de expresión ubicadas en la  frente de su progenitor se acentuaran, tras pensarlo por unos segundos este contestó.

 

“Syusuke Fuji, estudia en el mismo instituto, estaban en la misma sección, su dirección, rutina diaria, horario… todo está…”

 

Tras detallar nuevamente la fotografía, una imagen vino a su mente.

“Está en el club de tenis.” Susurró con voz ronca el joven.

 

“¿Se conocen?” Una leve insinuación de incredulidad se hizo presente.

Definitivamente ese insecto iba a conocer el infierno en la Tierra.

 

“No realmente.” ¿Y qué precisamente conocía de su (aún) novio? Obviamente no su círculo de amistades, realmente desconocía la cantidad de amigos que este tenía, nunca mencionó la existencia de alguno, y uno fácilmente puede deducir que Tezuka Kunimitsu carece de habilidades para socializar… Innegablemente juzgó mal. “…” Su mente se encontraba en blanco, totalmente hueca, vacía ¿Cómo su mente podría reaccionar a algo que nunca llegó a tan siquiera imaginar? Esta situación, esta… foto. El Tezuka Kunimitsu que él conoció, o pensó que llegó a conocer jamás… jamás. FRUSTRACIÓN su mente no estaba hueca, sino frustrada por no coño saber qué hacer. Irónicamente su cuerpo era un pozo de emociones, y ansiaba liberarse de ellas… su cuerpo se lo pedía a gritos.

 

Lentamente, el adulto guió a su heredero al asiento más cercano, pudo notar que estaba considerablemente pálido, tenía las pupilas dilatadas y estaba comenzando a respirar por la boca, sino se calmaba podría tener un ataque de asma.

 

No veía un ataque de asma de su hijo desde que este tenía ocho años.

Rápidamente fue al lujosamente diseñado minibar y le sirvió en un vaso de cristal agua pura.

“Keigo.”

Este se encontraba aspirando nicotina de un cigarro.

Por supuesto, por un momento se le olvidó con quien estaba tratando.

“Deshazte de eso y tómate el agua.”

 

“…”

Mecánicamente su primogénito tomó el vaso tomó un sorbo y volvió a aspirar del cigarro.     

 

“…” Sin nada que comentar, el adulto dirigió su vista a la endemoniada foto que su hijo se rehusaba a soltar.

Tenía toda la razón al estar altamente intranquilo por las reacciones de su… inestable hijo.

 

“¿Cómo te enteraste?” La voz era más ronca pero el glacial tono seguía allí.

 

“Ayer, cuando salía de una reunión Hayami, del cuerpo de seguridad, me entregó el sobre, al abrirlo inmediatamente le solicité a Hilary que te dejara un recado.” 

 

“¡¿Cuerpo de seguridad?!” El joven se incorporó del asiento rápidamente.

 

Con sobriedad, el  adulto volvió a sentarse detrás del escritorio. “Contrólate Keigo, mis hombres hacían su ronda de vigilancia.”

 

“¡No tienes derecho a vigilar la vida de los demás, debes respetar la privacidad!” Olviden el previo estado de shock, estaba furioso.

 

“Si un completo extraño va a tener  privacidad con mi heredero, este debe ser vigilado.”

 

“¿También me vigilas a mí?”

 

“…” Akihiro Atobe no gasta palabras en lo que es obvio.

 

“Me vine a este país con la condición de no más guardias… ¡Y tú aceptaste!”

 

¡Hoy era el día de hacer quedar a Keigo como un pendejo!

 

“Acepté a que no vivieras en la mansión, no esperarás a que te deje libre por todo Tokio sin protección.”

 

“¿Protección? ¿Quién crees que soy? Sé perfectamente que quieres controlarme a mí y al que esté cerca de mí... así no perjudicaré tu imagen.”

 

“Me parece extraordinario que lo entiendas.”

 

Al terminar la frase el adulto pudo apreciar como en el rostro de su heredero se formaba una sonrisa de la cual desconoce su emoción.

 

“Kei…”

 

“Atobe-sama, disculpe pero tiene una llamada del Sr.Miller, menciona que es de suma urgencia.”  

 

“Continuaremos esta conversación en la mansión.” Y sin más presionó el botón del intercomunicador.

 

“Comuníqueme con él por favor.”

 

“Te equivocas, esta conversación ya terminó.” Susurró el joven antes de salir por la colosal puerta, sostenida por un ignorado guardia.

End Flashback.

 

Left my childhood behind, in a roll away bed

Everything was so damn simple, now I’m losing my head

Trying to cover up the damage and pad out all the bruises

To young to know I had it so it didn’t hurt to lose it

Didn’t hurt to lose it

-9:34 PM.-

“…”

Tenía los labios entreabiertos para así poder respirar… así sea entrecortadamente. Ya había dejado atrás las pequeñas casas rurales y acogedoras cabañas, ahora sólo se apreciaban grandes hectáreas cercadas o simplemente interminables muros que señalaban miles de áreas cuadradas como propiedad privada, a lo lejos, divisó como se erguía un muro de ladrillos, de alrededor cuatro metros de altura… había llegado.

 

-10:05 PM.-

I'll keep on rolling down this road
But I've got a bad, bad feeling

 

La última nevada de la temporada…

El sonido de lentas pisadas contra la maleza era opacado por el sonido de los truenos, mientras que la intermitente luz del rayo no era suficiente para iluminar la borrosa silueta de un joven en mitad de una tormenta, completamente solo en un terreno abandonado.

Los fuertes vientos golpeaban constantemente el cuerpo, al igual que las gruesas gotas de lluvia que caían inclinadamente y con gran fuerza, causando leves espasmos.

 

Sus labios estaban rotos y con sangre coagulada a los alrededores, sus jeans no eran lo suficientemente gruesos para protegerlo de ciertas púas que se adherían cada vez que pasaba por maleza, el granizo comenzaba a golpearle cada vez con más fuerza, sus brazos estaban completamente marcados por cortadas, algunas superficiales, mientras que otras aún tenían pequeñas astillas en la herida, la nieve le llegaba por las rodillas, causándole un efecto adormecedor a sus muslos.

 

Aunque no necesitaba de la temperatura para no sentir… porque él, Atobe Keigo no siente.

Al parecer esa es la perspectiva de todos, hagan con él lo que quieran… el no siente.

El no tiene porque sentir dolor, después de todo es rico… asquerosa y ridículamente rico.

Nadie siente pena hacia alguien que lo tiene todo.

 

La suerte es una maldita perra.

 

It's gonna take a long time to love
It's gonna take a lot to hold on
It's gonna be a long way to happy, yeah
Left in the pieces that you broke me into
Torn apart but now I've got to
Keep on rolling like a stone
Cause it's gonna be a long long way

 

“…”

No se percató del pedazo de granizo que resaltaba entre la nieve, llevándoselo por delante, por lo que cayó en cuatro, la nieve lo cubrió por completo.

“AH!”

Pero esta vez no lo adormeció lo suficiente para no sentir el dolor en su rodilla, podía jurar que sentía como se le congelaba la sangre alrededor de ella.

En ese momento su mente volvió a la realidad y sus ojos se abrieron con sorpresa cuando vislumbró en retrospectiva los sucesos que lo llevaron a este momento.

La serie de sucesos que lo llevaron a estar allí, en medio de una tormenta, en la propiedad abandonada de sus abuelos.

 

Nunca en su vida había sentido lástima… pero ahora era lo único que podía sentir hacia su persona.

Lástima.

Por ser tan patético.

En su rostro, pequeñas gotas se confundían entre otras enormes…

 

… Las pequeñas eran tibias y le devolvían el tacto a su rostro.

… Eran lágrimas.

… Estaba llorando.

 

No recordaba el día en que había llorado por última vez.       

Nadie estuvo presente para observar la hermosa sonrisa formada en el rostro del joven.

Se sentó en la nieve, sus grises ojos observaron sus manos, tenían cortes, astillas, mugre y sangre.

Rió suavemente, tampoco recordaba el día en que había visto sus manos así.

Dejó las lágrimas correr… no estaba llorando por la muerte de su madre, ni por la indiferencia de su padre, del olvido de sus hermanas, ó porque la única persona con la que había tenido una relación seria lo engañó.   

 

Estaba llorando por el mismo.

Porque a pesar de reconocer que era su culpa la de estar en esta situación, aún quería estar con alguien que lo reconfortara.

 

¿Era mucho pedir?

… Al parecer si.

Dolía admitir que aún quería estar con ese imbécil.

Pero sobretodo, le dolía el que este no quisiera. 

Lo contrario al amor no es el odio, es la indiferencia.”(1) Pensó distraídamente mientras sentía la lluvia caer.

“Todo esto es una mierda.”

 

Now I'm numb as hell and I can't feel a thing
But don't worry about regret or guilt cause I never knew your name
I just want to thank you
Thank you
From the bottom of my heart
For all the sleepless nights
And for tearing me apart yeah yeah

 

-01:47 AM.-

Finalmente había llegado.

Al subir lentamente tres escalones, se pudo escuchar el crujir de la madera a sus pies, al girar la oxidada perilla, se escuchó el rechinar de la puerta, se sentía el polvo en el aire, al igual que el olor de lo antiguo dentro del lugar a oscuras, ya habían cesado los relámpagos y los fuertes vientos, sólo quedaba la incesante caída de agua, y por los pequeños pero numerosos sonidos, podía adivinar que el techo estaba repleto de goteras.

 

De su empapado bolsillo, sacó su encendedor el cual sorpresivamente aún se encontraba en uso. La pequeña llama que emitía le fue suficiente para no tropezar y encontrar el interruptor que iluminó el lugar, el cual pasó de ser una tenebrosa choza a una cómoda cabaña antigua.

 

Su gris mirada inspeccionó el lugar. Las paredes de blanco perlado, los marcos de color azul claro, las numerosas alfombras azul marino, jarrones de porcelana con flores muertas, numerosos cuadros paisajistas con marcos de plata, mueblería blanca, el lugar parecía sacado del mismo Rivendel del mundo de J. R. R Tolkien.

 

Todo estaba tal y como lo recordaba.  

Con algo de dificultad, debido a su rodilla, se dirigió a la única habitación y al único baño, abrió la llave de agua caliente de la bañera y al ver que salía agua con tierra decidió esperar.

Decir que quitarse la ropa fue espantosamente doloroso sería ser modesto.

 

Cuando el vapor reinaba el lugar y nublaba su vista entró a la bañera, se sentía increíblemente bien como el agua removía la mugre y algunos rastros de sangre, la sensación de cosquilleo en sus extremidades era indicio que estaban despertando, lamentablemente no había jabón… no uno que no haya expirado. Al sentir su espalda arder cerró la llave.

 

Completamente desnudo, con un millar de gotas cubriendo su cuerpo, recorriendo lentamente sus hombros, brazos, espalda y muslos caminó hacia un antiguo closet, el cual contenía pocas prendas, las mayorías de seda, veraniegas y todas completamente femeninas.   

 

“Cómo si no pudiera humillarme más.” Susurró mientras su nariz se fruncía graciosamente.

No muy contento tomó ariscamente un camisón blanco y unos pantalones holgados que le quedaron… inquietantemente.

Que le quedara la ropa de su difunta madre no es algo de lo que alardearía.

 

Con pesadez se sentó en la pequeña cama, ignoró completamente la nube de polvo y el incesante dolor por todo su cuerpo.

 

“Esto no era lo que esperaba.” Tampoco tomó en cuenta lo ronca y sin vida que sonó su voz.

Por inercia pasó una mano por su húmedo cabello.

 

“Yo no quería que todo terminara así... Supongo que no querrías verme así.” Por la esquina de su ojo observó un bosquejo de grafito, enmarcado por un delicado marco de plata, era el retrato de una joven, con facciones suaves, finas y hermosas, impresionantemente similares a su persona, sólo que a pesar de ser sólo un retrato, este transmitía más jovialidad.

 

“…” Bajó la vista, dando la alusión de un niño que teme ser reprendido.

“Creí haber tomado la decisión correcta… ¡Tomé la decisión correcta!”

“…” A pesar de su justificación, no iba a obtener más que silencio.

 

“Cuando me enteré, en ese día sólo pude pensar en ir a verlo y exigirle respuestas sacárselas a la fuerza de  ser necesario, pero después pensé que eso arruinaría todo… pensé que cambiaría todo.” Su gris mirada volvía a tener insinuación de estar perdida. 

 

“…”

“Yo quería continuar con la relación, pensé que valía la pena el esfuerzo. Por eso decidí darle su espacio e irme a Grecia a visitar a mis abuelos... aún siguen molestos con padre.” Rápidamente dio un vistazo al retrato y volvió a bajar la mirada.

 

“…”

“Pensé que sentiría mi ausencia y así tomaría una decisión, por supuesto mi idea funcionó, tomó su decisión.”

“…”

Su respiración estaba comenzando a ser irregular nuevamente.

“¡PERO NO FUE A MÍ!”

“…”

“Mientras estaba lejos sólo podía pensar en que yo no sería feliz sin él, en que la vida no volvería a ser gentil conmigo.”  

“…”

“Lo más seguro es que él no estaba pensando lo mismo.” Una sonrisa amarga surgió en su rostro.

“…”

“Claro, allá también me divertí un poco… nada personal.” Susurró mientras un ligero rubor aparecía en sus mejillas.

 

“…”

“Incluso a pesar de que no me envió ni un e-mail, cuando me bajé del Jet muy dentro tenía la muy pequeña ilusión de que me citaba porque de verdad ansiaba verme… ¿dime si no soy un total pendejo?”

“…”

De repente su nariz hizo un mohín y se levantó impulsivamente.

“¡¿EN QUÉ ESTABA PENSANDO CUANDO LE DIJE ESA MIERDA DEL RESPETO?!”

“…”

“Con eso el muy bastardo va a saber que sé lo que el piensa que no sé… va a pensar que soy un cabrón.”    

“…”

 

Ante la realización de sus palabras, sus ojos se agrandaron con sorpresa y se volvió a dejar caer en la cama… pero esta vez su cara mostró dolor por la situación de sus extremidades.

“Aún cuando le dije toda esa mierda… a pesar de saber que yo sabía de que me estaba engañando el muy maldito se fue corriendo con ese imbécil.”

“…”

“Ni siquiera tuvo un poco de clase.”

“…”

 

Esta vez se dejó caer completamente, quedando semi-acostado en la pequeña cama… mirando al techo.

Había ido a esa cabaña para alejarse y encontrar reposo. No había paraíso terrenal en todo el mundo en el que encontrara esa sensación de seguridad que sentía ahora.

-04:09 AM.-

 

A pesar de que su cuerpo le pedía a gritos dejarse caer en los brazos de Morfeo…

Necesitó de seis cigarros, 250 mg de PROZAC y dos gotas de aceite puro de Hachís en una taza de té para conciliar el sueño.

 

It’s gonna take a long time to love, it’s gonna take a lot to hold on

It’s gonna be a long way to happy

Left in pieces that you broke me into

Torn apart but now I’ve got to, keep on rolling like a stone

‘Cause it’s gonna be a long way to happy

 

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(1) Escrito por: Elie Wiesel.

 

Notas finales:

h t t p : / / i 8 4 8 . p h o t o b u c k e t . c o m / a l b u m s / a b 4 6 / l i t t e l i g h t / L o v e G a m e s . p n g 

 

¿Qué mejor comienzo que un final?

 

Para los que piensen que la mentalidad del personaje de  Atobe Keigo no es estable, por lo menos en mi historia, están en lo correcto. No tengo pensado escribir la historia completamente angst, ni tampoco hacerla completamente desde el punto de vista de Keigo.

 

Canción: Long way to happy. I’m not dead. Pink.

 

Comentarios, inquietudes y/o sugerencias serán bienvenidos.

 

Gracias por leer.

 

Hikari 

 


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