Discleimer: Como siempre tengo que decirlo ¬¬, los personajes no son de mi propiedad, sino de Kishimoto-san, yo sólo los manejo a mi conveniencia para hacer mucho SasuNaru XD
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By RiSaNa_Ho
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Sasuke saltaba de árbol en árbol hacia la villa de Konoha. Encontrándose en la Cuarta Guerra Ninja, no desaprovecharía la oportunidad de hacerles pagar el daño que sufrió su hermano. Apenas se recuperaban del ataque de Pein, pero no le importaba, él sólo quería sacar el odio que tenía en su corazón. Posiblemente encontraría a Naruto, y la sola idea oprimía su pecho. Aunque poco le importaba, sería la oportunidad perfecta de acabar con el lazo que lo volvía más débil y lo unía a él. Aquel sentimiento aprisionado en su interior no era bueno para sus planes de venganza. Eliminaría a Uzumaki sin importar nada. Aún si perdía la vida en ello no había vuelta atrás.
Apresuró su paso. Su decisión estaba elegida y nadie lo haría cambiar de opinión.
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S&N
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Uchiha llegó a un punto del bosque bastante cerrado. Entre tantos arboles pudo percibir el chakra de una persona. No lo conocía, era bastante extraño. Colocándose en pose defensiva previno un posible ataque, miró hacía todos lados en busca de su agresor, pero sólo identificó a Zetsu -quien lo vigilaba por órdenes de Madara, y el chakra no era de él-. Atenuó más sus sentidos, encontrando a la persona intrusa en la copa de un árbol.
—¡Sal de ahí! —exigió Sasuke en voz autoritaria.
De entre las ramas salió un hombre un poco mayor que Sasuke, de unos 20 años. Cabellos castaños, ojos ámbar y piel clara. Su rostro mostraba determinación, portando una bandana conocida para Uchiha. Un kanji; el nuevo símbolo de las Naciones Unidas. Aquel muchacho castaño lo miró de arriba a abajo sin perder detalle de sus movimientos.
—¿Quién eres tú? —preguntó de manera severa el moreno.
—Soy tu enemigo —respondió en el mismo tono.
Sendoh Hisoka le sostuvo la mirada por un momento. Sabía que enfrentarse a Uchiha Sasuke no sería fácil, pero debía hacerlo por el bien de las Naciones. Había entrenado muy duro, y no desaprovecharía esa oportunidad. Reafirmó su pose de ataque lanzándose contra Sasuke, éste respondió con rapidez esquivándolo. Ambos se enfrascaron en una batalla. La desventaja era grande y Sendoh lo sabía.
Si quería tener una oportunidad de vencer al traidor, necesitaba realizar su última técnica. De inmediato realizó una serie de sellos. No era lo suficientemente fuerte, pero si hábil con los Jutsus. Utilizaría el mejor. Terminó los sellos y pronunció el nombre de la técnica, aprovechando una abertura en la defensa de Uchiha.
—¡Jikan Tenso No Jutsu! (técnica de traslado del tiempo).
Si no podía vencerlo, lo mandaría a otro lugar.
Desconcertándose un instante, Sasuke cerró los ojos por el destello, escuchando a lo lejos el llamado de su nombre.
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S&N
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Naruto llegó jadeante al lugar donde sintió el chakra de Uchiha. Sin embargo, al ver que desaparecía frente a sus ojos no dudó en gritarle.
—¡¿Qué le hiciste-ttebayo?! —cuestionó enojado al castaño.
—Sólo hice mi trabajo, era muy peligroso.
—No tenías derecho. ¡¿En dónde está?!
El muchacho sintió una punzada de culpabilidad ante la mueca afligida del rubio. Podía sentir la desesperación en su voz. Bajó la mirada, limitándose a contestar.
—Lo mandé a otra época en el tiempo.
Uzumaki parpadeó incrédulo.
—¡¿Cómo?!
—Es una técnica de mi aldea, requiere de mucho chakra y es prohibida —respondió—. Es muy efectiva, pero no sé exactamente a qué fecha fue a dar.
El menor sintió su corazón contraerse nuevamente, pero negó de inmediato. No se daría por vencido hasta encontrarlo y regresarlo a la aldea. Se lo prometió a sí mismo y lo cumpliría.
—¿Lo puedes regresar? —preguntó con esperanza en sus azules ojos.
—No lo sé, nunca lo he intentado —admitió Sendoh con sinceridad. Al ver los ojos opacos de Uzumaki intentó darle ánimos—. Pero buscaré la forma de traerlo. Sólo con una condición.
—¿Cual-ttebayo?
—Que te hagas responsable de él, es alguien muy peligroso. Y creo que tú eres la única persona que puede hacerlo.
Naruto no dudó en asentir. Al menos existía una oportunidad.
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S&N
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Sintió una gran onda de aire pegar contra su cuerpo. Apretó sus parpados con fuerza, ocupó sus brazos para cubrirse, e intentó reunir chakra en sus pies para no salir volando del lugar. Pero no lo logró, por alguna razón parecía bastante débil. Y sin fuerzas salió volando, estrellándose contra un par de árboles. El estruendo llamó la atención de dos personas que pasaban por ahí; un grupo de ANBU´S.
—¿Escuchaste eso? —inquirió un joven, mirando a todos lados.
—Sí, capitán. Hay que averiguar —respondió su acompañante.
El otro asintió, dirigiéndose al punto del sonido.
…o…
Permanecía mareado, el golpe recibido lo aturdió bastante. Trató de incorporarse con ayuda de un tronco. Observó su alrededor, comprobando que seguía en el bosque de Konoha, aquel tipo lo había tomado desprevenido y le haría pagar el insulto con su vida. Sólo esperaba que no llegara Naruto a empeorar las cosas -reconoció su voz instantes atrás-.
Intentó dar un paso, pero su cuerpo le falló por una sensación extraña. Ignoró el malestar, continuando a paso lento sosteniéndose de cualquier cosa. Siguió así hasta percibir dos chakras acercándose a él. Al observar sus mascaras, maldijo su suerte por verse rodeado de un par de ANBU´S. Quiso ponerse en defensa, sin lograrlo. Cayó al suelo perdiendo un poco de lucidez, escuchó los pasos acercándose, y una frase sinsentido para él.
«¡Otou-san!»
Fue lo último asimilado antes de perderse en su subconsciente. Un ANBU corrió a sostenerlo evitando golpearlo contra el suelo.
—¿Está bien, Capitán?
—Sí, sólo perdió la consciencia. Aunque no sé que hace aquí, se suponía que llegaría dentro de una semana. Esta vez me sorprendió.
—Al parecer no se encuentra muy bien.
Su compañero asintió.
—Tienes razón, debemos llevarlo al hospital.
—De acuerdo.
El joven con la máscara de lobo tomó a Sasuke, cargándolo sobre su hombro. A una gran velocidad se dirigieron al hospital de la aldea.
…o…
En la habitación del hospital, Suzaku caminaba de un lado a otro, bastante inquieto. Miró de reojo el durmiente rostro Sasuke y negó varias veces. ¿Qué hacía él ahí? No debería estar postrado en esa cama, sino en una misión de rango S de una semana. Suspiró, recargándose en la pared. Esperó unos minutos, notando el parpadeo en el cuerpo sobre la cama.
Sasuke abrió los ojos por completo, notando una habitación blanca y no el bosque. Identificó el olor del antiséptico, pensando en un hospital -posiblemente de Konoha-. Comprendiendo la situación, levantó la sabana que lo cubría para verificar algún sello o una atadura, pero se extrañó al no encontrar nada. Intentó levantarse pero una voz lo detuvo.
—No es buena idea que haga eso —escuchó a un lado. ¿El mismo ANBU del bosque?
Al girar su cabeza casi cae de la cama. Le sorprendió ver al muchacho recargado en la pared con los brazos cruzados. Sin la máscara de ANBU dejaba notar sus cabellos negros y su piel blanca. Y sobre todo, unos expresivos ojos azules. Sin embargo no fue la razón de su asombro, sino su parecido con él.
—¿Quién eres tú? —cuestionó con frialdad entrecerrando los ojos.
El menor sonrió, acercándose a la cama.
—¿Acaso no te acuerdas de mí, Otou-san? —preguntó un poco confundido.
Sasuke parpadeó incrédulo, disimulándolo al instante. ¿Por qué insistía en llamarlo de esa manera?
—No te reconozco, yo no tengo hijos —habló de manera tajante.
Suzaku suspiró resignado.
—Obaa-chan dijo que probablemente sufriste un ataque en la misión. Piensa que perdiste la memoria temporalmente por algún Jutsu —explicó, encogiéndose de hombros.
Uchiha frunció el ceño. Él no había perdido nada, estaba muy cuerdo en cuanto a sus recuerdos y no lo conocía. No tenía hijos -mucho menos con alguien de Konoha-. Parecía una broma pesada y mataría al responsable. Quiso cuestionarlo, pero la puerta se abrió dejando pasar a dos personas más. Al verlo sobre la cama, se lanzaron contra él, abrazándolo en el proceso. Sasuke abrió ligeramente los ojos. ¿Quien se atrevía a abrazarlo de esa forma?
No obstante su pregunta mental fue resuelta al escuchar sus voces.
—¡Otou-san, me tenías muy preocupada! —pronunció la joven.
—A mi también, Otou-san. Venimos en cuanto Suzaku-nii nos avisó —fue el turno del otro niño.
Tardó en regresar de su asombro, separándolos de él. Eran sólo unos niños de bonitos ojos azules y cabellos negros. La joven con reflejos azulados y el más pequeño de reflejos rojizos.
—No me toquen. ¿Quién rayos son ustedes? —cuestionó de mala gana. A cada minuto entendía menos.
Ambos niños parpadearon incrédulos.
—¡Pero qué dices, Otou-san! Soy Natsu. ¿No te acuerdas de mí? —habló con tristeza la niña.
—Y yo, soy Tsuzuki —se señaló a sí mismo el más pequeño.
Suzaku intervino. No le gustaba verlos tristes.
—No se preocupen, es una amnesia temporal. Pronto será el mismo de siempre —les sonrió—. Mejor lo llevamos a casa para que descanse —trató de animarlos.
Ambos asintieron. Natsu volvió a hablar.
—Pero, Nii-san, recuerda lo que pasó —susurró un tanto nerviosa.
Suzaku lo meditó un momento.
—Tienes razón, entonces no lo podemos llevar a casa. Lo mejor será ir al apartamento del centro.
Uchiha sólo los observaba, parecían ignorarlo mientras hablaban de no sé qué cosa. No sabía porque, pero quiso estar molesto con ellos, sin lograrlo. Había algo raro en ellos que no podía descifrar.
—¿Tú qué dices, Otou-san? —preguntó contento Tsuzuki, provocando que saliera de sus pensamientos.
—Les dije que no me llamen así —no estaba realmente molesto, pero debía mantener su pose fría. Él era un genio y debía analizar la situación para sacarle provecho. Lo mejor seria seguirles el juego. No parecía que fueran a encerrarlo. Si los acompañaba, podría salir de la aldea sin ser notado. Le costaría tratarlos de manera amable, pero su objetivo lo ameritaba—. Está bien, vamos a donde ustedes digan —concordó con voz tranquila.
Escuchando el tono tranquilo, les animó. Su padre estaba enfermo y ellos tratarían que pronto fuera él mismo de siempre.
—¡Vamos! —gritó Tsuzuki.
—Pero antes quiero que me demuestren algo… —los menores asistieron. Una duda en su mente desde que escuchó la palabra "papá". Podría ser una broma, o de lo contrario, se relacionaba con la rara técnica que lo afectó. De igual forma debía comprobar la veracidad de sus palabras—. Dicen que son mis hijos. ¿Cierto? —afirmaron con un movimiento de cabeza—. Eso significa que son Uchiha… ¿Pueden mostrarme el Sharingan?
Y ahí la cuestión. Determinar si lo que decían era verdad o no.
Los tres se miraron confundidos pero accedieron, después de todo él fue quien los entrenó en su kekegenkai.
—Por supuesto.
Ante los ojos incrédulos de Sasuke, los tres sacaron el sharingan en su máximo esplendor. No tenía duda, aquel sitio estaba relacionado con la extraña técnica utilizada por el tipo castaño. Aunque la pregunta más importante era otra: ¿Cómo saldría de ahí?
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S&N
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Caminando entre las calles -de lo que suponía era Konoha- miraba los diferentes edificios. ¿Tanto cambió la aldea desde su huida? No, eso no parecía el avance de tres años, sino de una década. Y corroboró su teoría; ese lugar se relacionaba con la técnica temporal de la que fue víctima. Significaba que… ¿Ese era su futuro?
Dejó su pregunta a un lado cuando pasó por el aparador de una tienda. No evitó observar su reflejo. Todo el tiempo se sintió raro, pero no esperó esa imagen. Desde que llegó ahí no se había observado en un espejo. Ahora comprendía el porqué esos niños le llamaban papá. En el reflejo se detallaba, no a un joven de diecisiete años, sino a un Sasuke bastante "madurito" con más de treinta años. ¿Cómo no se dio cuenta antes? ¿Por la impresión del momento? Observaba con determinación sus facciones, no un adolescente, un adulto. No tan viejo, pero tampoco parecía un muchacho joven.
Natsu se percató del escaneo de su padre hacia su persona.
—No te preocupes, Otou-san, tú siempre serás muy guapo —le sonrió.
Sasuke no supo porque, pero esa sonrisa le pareció bastante familiar. Y a todo eso, si ellos "eran sus hijos". ¿En dónde estaba la madre de los tres?
No lo sabía y no quería saberlo. Suficiente tenía con su problema para aumentarle una loca más a su lista. Sin embargo, lo más confuso era el hecho de haberse casado con una mujer de la aldea que juró eliminar. No quiso pensar y siguió caminando siguiendo a sus "hijos". Lo tenía que averiguar tarde o temprano. ¿No? ¿Para qué atormentarse? Tal vez ni siquiera la quería y sólo la había utilizado para renacer su Clan.
¿Qué malo podría suceder?
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Continuara…
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