Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Y pretendes que te olvide. por BeMyDoll

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Esto pasa cuando uno acomoda frases "random" que se le vienen a la cabeza mientras mira una foto de Toshiya... (?)

 

Advertencia: Es MUY marica y eso me disgusta. Lo subo con cierta vergüenza, porque yo no soy así, y mis Kaorus (?) tampoco. Pero en fin, sólo pido que sean sinceros con los reviews :/, los agradeceré de todos modos.

Y pretendes que te olvide.


Te veo cada mañana en la sala de ensayos a la que, a pesar de todo lo acontecido, ninguno de los dos hemos dejado de asistir. En verdad me cuesta creer que sigamos trabajando juntos, que seamos parte de la misma banda de música, del mismo "equipo" que desde hace largos años yo lidero, aún después de todo lo que nos hemos hecho el uno al otro. Recuerdo en una ocasión haber pensado en marcharme, en abandonar de una vez el sueño. Porque el sueño no era nada si tú no estabas conmigo, y temía que no fuera a funcionar. Muchas veces he estado a punto de ahogarme en mis propias lágrimas, de caer en mi propia trampa, de perder mi propio juego. Sin embargo, con el tiempo, me di cuenta de que este sueño es lo único por lo que, sin ti, yo me mantengo vivo. Y aunque sea sólo eso, un mero sueño de cinco jóvenes en cierta forma entusiastas y optimistas, que siempre buscan ante todo la evolución y el progreso, me alegro mucho de poder compartirlo contigo. Es una de las cosas que, más allá de nuestro tiempo juntos, continuamos teniendo en común. Es una de las cosas que, por suerte o por desgracia, nos retiene dolorosamente unidos...
Me acuerdo del principio del final, del momento y del lugar exactos, del cielo plomizo que goteaba, bajo el cual por fin nos derrumbamos, tras largo y arduo lapso que pasamos tambaleando peligrosamente en una cuerda muy fina y débil compuesta por mis propios celos, mi posesividad, mi egoísmo, tu incomodidad, tu anhelo de buscar el cariño en otra persona, y todo aquello que, eventualmente, llevó a desarrollar un sentimiento cada vez más turbio y exiguo.
Aquel fue un día muy sombrío en el que yo empecé a girar y a girar sin parar en una suerte de ruleta. Y hasta el día de hoy, siento que estoy aún girando y, sin importar mis náuseas, mis mareos o mi angustia, sin importar cuanto clame yo por auxilio, esta cruel ruleta nunca frena.
Aquella vez nos miramos a los ojos y simplemente lo supimos todo. Estábamos acabados. Yo estaba acabado. Nos miramos a los ojos y, sin más, confesaste la verdad. "Ya no siento por ti lo que antes sentía".  Fue como un puñal directo en el corazón, el cual lo penetró para sacar todo lo que había dentro y, finalmente, lo dejó marchito, podrido, y sobre todo, vacío: ahora ya no hay nada allí más que un sinsabor constante, perpetuo, no hay más nada allí que yo a alguien más pueda ofrecer.
Nos miramos a los ojos y nos morimos en vida. Yo me morí en vida. En una vida de la cual, por cobardía, no me puedo deshacer.
En cambio, soy capaz de describir a la perfección el curso de mis días. Me levanto por las mañanas, te veo en los ensayos, regreso en mi automóvil, me acuesto en mi cama fría -fría y vacua sin tu presencia-, cierro los ojos y te sueño. Luego, reúno voluntad y me levanto una vez más al rayar el alba del día siguiente. Es como un círculo que nunca culmina, a pesar de todo el dolor que causa. Aún no puedo creer cómo todavía soy capaz de sostener una existencia tan vana - tan vana y tan absurda sin tu compañía.
Siempre pienso en ti, pienso en ti y en tus cálidas sonrisas. En ti y en tu gracia natural. En ti, en tus ojos infinitos, en tu rostro expresivo y angelical, y en ese cuerpo esbelto que alguna vez fue mío. Pienso en ti y en todo lo que acarreas dentro tuyo, lo cual, sin duda alguna, es algo maravilloso. Cualquiera estaría encantado de explorarte y conocerte, a ti, el ser más sencillo del mundo, y a la vez el más complejo; la luz que ilumina las vivencias más oscuras; la cura para todo y a la vez la enfermedad. ¿Cómo no adorarte, cómo no extrañarte, cómo no llorarte? He de admitir que lo mío no ha sido enfado. He de aceptar que no te culpo de sentir lo que sentiste y que después, con el correr del tiempo, dejaste de sentir. Ni siquiera te culpo si nunca lo sentiste y simplemente creíste que así fue. Sin importar lo que haya sido, yo te lo dejo pasar, como siempre lo he hecho...
Te veo a la distancia y sonrío, porque veo, a la distancia, que tú estás sonriendo. Yo, por mi parte, avanzo con lentitud hacia el lado opuesto. Y sonrío, porque sé que, a la distancia, tú estás sonriendo aún, y no hay nada que yo anhele más que verte feliz; no hay nada que me ponga más feliz que saber que tú lo estás, que vuelves a estarlo, aún después de nuestro pésimo final que, por lo menos a mí, me hizo sentir completamente derrotado. En realidad, esto no me sorprende: yo siempre supe que eras fuerte. Pero incluso has resultado ser más fuerte que yo, y es por eso que creo que nunca dejas de sorprenderme.
Te veo en mis sueños, esta noche y cualquier otra, con esa ropa holgada que solías usar para andar por la casa. La camisa abierta, descubriendo tu pecho liso, y los pantalones desabrochados, a punto de caer hacia tus rodillas. El colgante que te he regalado todavía pende de tu hermoso cuello, y caminas con los pies descalzos por el suelo de madera. Todo es perfecto hasta que despierto. Despierto y me doy cuenta de que todo ha sido un sueño. Volteo el rostro hacia un costado y hacia el otro. Estoy solo en la cama. No hay ruido de pasos en el suelo de madera. No hay ropa holgada a la vista, sólo escondida en el placard - todavía estoy esperando que la vengas a buscar, desde aquella vez en que la olvidaste.
Te veo y cuando no te veo, te imagino, con aquella elegancia que tienes al caminar y el cabello bruno que parece flotar en el viento y cae delicadamente sobre tus párpados cuando te ríes. Por favor, es demasiado...
Hoy es lunes nuevamente. Ya he soñado contigo y ya me he decepcionado al despertar. Ya he desayunado en soledad y me he obligado a ir hacia la sala de ensayos, donde sé que estarás. Y te veo, a la distancia, esta vez me saludas con apenas un gesto. Luego nos vemos adentro, pero no me vuelves a saludar, por supuesto. Siempre creíste que si era más rápido, dolía menos. No es cierto, Toshimasa.
Te veo y te extraño, de la peor forma posible, te extraño a pesar de que estés a mi lado, haciendo lo que mejor sabes hacer, lo que más te gusta hacer, que es tocar el bajo.
Te conozco como a la palma de mi mano. Te conozco como conozco esta canción que tocamos. Sé cuántas notas has errado por estar mirándome. Sé cuántas notas he errado yo por estar devolviendo esa mirada. Los chicos interrumpen el ensayo en cuanto ven que la situación no da para más. Pido perdón y empezamos de nuevo, de cero; asumiendo toda la responsabilidad por ti.
Al acabar el ensayo, te veo. Te veo cómo te vas por el pasillo y directo hacia la puerta principal del edificio. No traes nada encima, simplemente dejas el bajo en su funda, en su sitio, y te vas.  Te veo cómo caminas, con serenidad, hacia la salida. Una vez fuera, miras hacia el cielo unos momentos. Es otra vez plomizo, y deduces que está a punto de llover, pero no te importa. Siempre te ha gustado caminar bajo la lluvia. Te conozco como a la palma de mi mano, ¿recuerdas? Y sonrío sólo cuando tú estás sonriendo. Y pienso en ti en todo momento. Y te veo cada mañana, te veo a la distancia, te veo en mis sueños, te veo y te extraño, cada día de mi vida.

Y pretendes que te olvide...

Notas finales:

Oh sí, estaba muy metido en el personaje. Me dejé llevar. Es algo, diría yo, improvisado. Apenas he efectuado correcciones y/o modificaciones después de terminar y antes de subir. Me vino una inspiración demasiado espontánea que, por suerte, supe aprovechar.

Espero que les haya gustado.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).