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Sentimientos en partituras por dei_angel

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¿En dónde estoy? –Preguntaba un joven de cabellos negros como la noche, no, ni siquiera la noche con el más lúgubre tinte de la tristeza llegaría a tanto.

Sus lágrimas salían, quería llorar, se tropezó en su búsqueda de algo que había perdido desde hacía tanto tiempo, su vida.

¡Responde! – Gritó sin ningún valor, pues tenía miedo, lo sabía, su corazón latía al desespero del agua que por sus ojos brillaba, su cuerpo ya desgarrado en el mar de las desilusiones desaparecía, mientras que un golpe violento se llevó en la cabeza.

Nunca en su vida se sintió tan humillado, tan desolado tan solo.

La verdad hubiese el preferido que la vida fuera una bola de cristal que a que un pañuelo, su alma volaría sentí que moría, su cuerpo de carne no le pesaba, la suya alma volaba por los espacios de algo que llaman camino a la luz, en su caso las sombras, puesto que lo que siempre vió fue eso. No era que sus ojos estaban ciegos, sino su alma era laque se cegó por completo, maldijo cada segundo por estar inconsciente, sintiendo algo cálido en su cabello, pero a la vez frío.

La canción del viento expresada en gotas de lluvia lo alejó de sus pensamientos suicidas, lo relajó, al fin alguien lloraba por él, su mamá, su papá, tal vez, en ese entonces, se hallaba confundido.

Las horas de inconsciencia en gotas de agua se fueron pausando, ya antes llovió sobre él, ¿Porque esperar? Necesitaba parase de ese lugar y afrontar las cosas. Lo hizo. No huyó. Pero su humanidad pudo más que él, y un simple NO, no lo dejaría, puesto que las rosas no lloran hasta que se marchitan en el más hermoso invierno, en el cual las almas se marchitan y mueren congeladas.

Sus ojos se abrieron a la par que se fijaban en el piso, olvidó momentáneamente lo que pensaba, el dolor volvió y se refugió en una de sus piernas, lo recordó, se lastimó al chocar con un árbol, se rió por ese acto tan impropio de él, ni pensar que se la tildaba de inteligente y un error tan bruto le fracturó. Pero como la necesidad de su alma es más grande que el dolor carnal, se levantó con un esfuerzo sobrehumano y caminó, vagó por horas, también llegó a preguntarse, ¿Por qué la noche no se acaba? Era en ese momento la noche más larga de su vida.

Recordó una música que soñó en días anteriores, un piano, re mi fa sol, después un acorde, con las notas de sí y re, sonó natural a su oído, esas notas no eran alteradas. Se cayó. Remembró la melodía de nuevo, fa sol la sib, un acorde, cuyas notas sonaban fa y sib, esas notas, precisamente le daban un toque eclesiástico por no decir casi divino.

Se levantó lo más rápido que el dolor le permitía, recordó la pieza el piano, pero no le halló final, su alma y sus ojos se concentraban en sus manos, las vió con el brillo de la luna, concentró las mismas en el suelo, se imaginó las notas del piano y la  dulce pero triste melodía, sus dedos se deslizaban por la tierra húmeda, unos gritos salieron de su garganta ronca.

¡¿Por qué me traicionaste?! – Con gran rabia salió, no tanta, aún faltaba más.

¡¿Por qué responde?! –No tocaba ese instrumento, pero se identificaba con él.

¿Por qué? – Abrió los ojos, se dio cuenta qué, sus manos llenas de tierras, él sucio y la melodía rota por los gritos amargos que lanzaba hacia el exterior.

Se mareó por el esfuerzo realizado, no se encontraba bien de salud, aunque, su cerebro se hallaba perfectamente.

Caminó aún más, se extrañó del porque delo sucedido, no quiso indagar, el efecto de la medicina pasaría.

Debía llegar a un sitio cómodo, en donde descansar, pero para su mala suerte, la herida que tenía en el pecho sangraba en exceso, recostó las rodillas en el césped, la lluvia reapareció triunfal, la melodía en andante que tocó se tornaba en un triste crescendo, la pero tonada de su vida, sin duda era esa.

Se levantó con la fuerza del amor, el ruido estruendoso a sus finos oídos se transformaba en las más hermosas de las sinfonías, su genialidad radicaba en ese aspecto, sin embargo ahora, eso no le servía.

Sacó del bolsillo de su pantalón un pedazo de partitura, un concierto de violín y oboe.

Vivaldi.

No sabía que decir, alzó la vista, vió una cabaña abandonada a lo lejos, se acercó lo suficiente, muriendo en la entrada, muriendo en esa melodía que extrañamente recordó, muriendo su luz, muriendo en las más bajas de las sombras...su genialidad…

 

 

Notas finales:

Envien Rw ^^


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