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Luz En Mi Oscuridad por Darko Princess

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Notas del capitulo:

Welllllllllllllll hoy no me pasó la SOPA encima sino que algo peor pero bueno, trato de ya no darle importancia, así que para no parlotear mucho, pues ya les dejo el capítulo, aunque antes les dejo un par de cosillas para empezar, primero...

La canción del capítulo, que ya verán porque parte ponerse a escucharla n.n

Butterfly de 12012

http://www.youtube.com/watch?v=fT1Vl96djN0

Y las anexiones a la galería de imágenes:

Franny con carita Cute y sus dos hermanos mayores XDDDD

http://s753.photobucket.com/albums/xx179/Hanna_Darko/Luz%20En%20Mi%20Oscuridad/

XVI

Fastidioso Srito. Perfección

 

 

No tengo ni la más mínima ni remota idea de cómo hemos llegado a la cama, de hecho, no recuerdo prácticamente nada de lo que sucedió después de que nos quedáramos abrazados, quietos y satisfechos dentro de la tina. La verdad es que mucho no me importa, no cuando lo tengo así dormido entre mis brazos. Acarició con parsimonia su suave cabello lavanda, mirando su pacífico rostro al dormir, es como una droga, es mi marca preferida y ante tal pensamiento, me sonrío, arropándolo mejor con las sábanas y cerrando los ojos, dispuesto a volver a dormirme.

-“Hey gatitos, no es por molestar pero ya es hora de la cena”- o esa era la idea hasta que la voz de Tristan suena cual disco rayado y me arruina la fantasía.

El muy imbécil ni toca la puerta, entra cual amo y señor de la casa y se queda mirando hacia donde estamos, por acto reflejo tapo más a Natsuhi que ni se da por enterado de la presencia del idiota ese, lo cual me molesta todavía más. Pero Tristan si que lo nota porque en seguida se ríe, de mí, claro está, con lo cual solo lo miro feo, muy feo, queriendo matarlo.

-“Oye, no te enojes, tampoco quiero mirar, el gatito es como un sobrino para mí”- y además se burla de mis actos posesivos y egoístas, ya se cree que me voy a tragar semejante estupidez, gruño, queriendo gritarle alguna grosería pero aguantándome porque no quiero despertar de tan brusca manera a mi Natsuhi.

-“Largo, ya bajamos”- mascullo lo más controlado que puedo, queriendo arrojarle algo cuando otra vez se ríe.

-“Aw, cuando te veo así hasta pareciera que estoy ante Romeo”- suelta como si nada, dándose la vuelta y saliendo por fin, haciéndome suspirar muy hondamente, ojala no se quede mucho tiempo más, porque si no, adiós cordura para mí y adiós a su cabeza, más si se le ocurre volver a compararme con mi maldito padre.

-

-

Mientras bajamos las escaleras, Natsuhi bosteza suavemente, aun cuando recién ha tomado una ducha sigue adormilado, la verdad lo comprendo a la perfección, después de tanta actividad, hasta yo sigo medio grogui, pero trato de mantenerme lo más despierto posible por cualquier movimiento in falso que el irritante Tristan pudiera llegar a hacer. Más al llegar al comedor nos sorprendemos al encontrar la mesa puesta y a un sonriente Tristan sentado frente a ella, quien al vernos llegar se para de inmediato, caminando hacia nosotros, dedicándome una sonrisita por demás divertida antes de pasarme de largo y tomar la mano de Natsuhi, dejando un beso en el níveo dorso de su mano, haciéndolo sonrojarse.

-“Kiryuu Tristan, es un gusto conocerte joven Príncipe”- se presenta, sonriendo galante, demorando demasiado en soltar la mano de MI esposo y consiguiendo hacer que una vez más quiera cortarle la cabeza.

-“Eh, el gusto es mío, creo…”- ganas que incrementan del solo verlo dudar así, me muerdo el labio, en serio, quiero no solo matarlo sino también patearlo muy lejos.

En lugar de hacer cualquiera de esas dos cosas, termino por tomar la mano de Natsuhi y jalarlo para que ambos nos sentemos frente a la maldita mesa de una buena vez para terminar con el mentado asunto de la cena.

Que aunque sepa demasiado bien, no ayuda a que me baje el mal humor en lo absoluto, así que no hay más que silencio, Tristan hasta parece divertirse de lo lindo por conseguir cabrearme a tal nivel, Natsuhi en cambio, se muestra nervioso al estar entre los dos, más porque está más que obvio el hecho de que nota el aura de furia que traigo alrededor mientras que el imbécil de Tristan se ve todo sonriente al grado de que casi, casi, solo le faltan las estrellitas y la purpurina flotando a su alrededor. Como siga así, de un momento a otro fijo que termino volteando la mesa y gruñendo como fierecilla rabiosa, por eso, en lugar de hacer aquello solo me esmero por tragar y tragar, hasta me doy el lujo de cortar con saña la carne a pesar de que sé que en unas horas mi atrevimiento muy caro me va a costar, así que, a lo último, me bebo de un tirón la copa de vino y aparto el plato antes de que se me ocurra arrojarlo contra la pared.

Natsuhi se ríe bajito, mirándome de reojo antes de que yo sienta su mano tomar la mía por debajo del mantel, apretándola con cariño y consiguiendo hacerme suspirar del mismo modo en que el coraje parece disminuir, solo por un acto tan sencillo.

-“¿Por qué no van a la sala mientras traigo algo de postre?”- interrumpe Tristan, haciendo que otra vez me muerda el labio. Pero ni contesto, más bien, me levanto aun sujetando la mano de Natsuhi para ir a la sala de estar, no porque la sanguijuela esa lo haya dicho, sino porque quiero –“De verdad eres igualito a Romeo”- se ríe, haciéndome gruñir irritado y que el resto del trayecto lo haga prácticamente dando de zancadas.

Me desplomo tal cual sobre el sofá, suspirando ruidosamente por la molestia, Natsuhi en cambio, me sonríe con suavidad, sentándose a mi lado una vez que se ha hecho con el control remoto de la TV. Lo jalo por la cintura, acomodándolo entre mis brazos mientras enredo las piernas con las suyas, escuchándolo reír levemente mientras se acomoda para mirarme.

-“Así todo celoso pareces un niño, eres tan lindo”- se burla, besándome una mejilla y consiguiendo hacer que la cara se me ponga roja y que suspire rodando la mirada, demostrando que su comentario no me hizo nada de gracia, a lo que él solo se ríe.

Con tal de callarlo lo pego más a mí, haciendo un ágil movimiento con el cual termino rozando los labios contra su cuello. Natsuhi no se opone, parece recordar con total claridad nuestro acuerdo porque incluso expone más la piel de su cuello mientras enciende la TV igual que si no le importara en lo más mínimo el hecho de que estoy a nada de morderlo.

-“Supongo que para ti eso es el postre”- murmura con suavidad, hago un leve asentimiento, lamiendo con suavidad la nívea piel de su cuello antes de clavar lentamente los colmillos, permitiéndome degustar casi de inmediato la deliciosa dulzura de su sangre al mismo tiempo que lo escucho suspirar extasiado mientras que con una calma bastante alarmante, pasa los canales en la TV hasta dejarlo en uno que sé perfectamente es de música, no me quejo, sigo bebiendo con parsimonia.

Y hasta pienso en que no hay nada que pueda perturbarme mientras disfruto de mi pequeña golosina personal, pero me equivoco, porque seguido a un cartelito con la leyenda “New Video” en la TV, le sigue otro con el nombre de la canción y la banda interprete: Butterfly, de Butterfly’s Black Wings. Es el colmo que ni en mi luna de miel me logre librar de él, hasta pareciera que me persigue, pero trato de evitar ese pensamiento para intentar concentrarme en el afamado nuevo video.

Y antes de que inicie la canción, puede verse la que es claramente la pantalla de una PC con un mail bastante sencillo: “Esta noche”, que seguidamente es enviado y abierto desde otra PC. ¿Por qué presiento que ya sé de qué va la cosa? Mis sospechas se ven cada vez más confirmadas, sobre todo cuando la melodía inicia con la voz del fastidioso Srito. Perfección metido una vez más en uno de esos sus disfraces con antifaz incluido que hacen que las fulanas lo persigan, aunque la verdad, lo único que le puedo alabar de sus videos son las historias que crean en ellos, como ahora que parece tratarse de amores imposibles, amores prohibidos.

Sobre todo después de escuchar los primeros dos versos y de ver más de esa historia, muy al estilo Romeo y Julietta, o tal vez, sería mejor decir, ¿Romeo y Paris? Si, tendría que ser Romeo y Paris, en un baile donde claramente el heredero de los Montesco parece obligado a estar con una mujer, aun cuando su mirada parezca perdida en el rostro cubierto por un blanco antifaz perteneciente a Paris al mismo tiempo que desde un balcón no muy lejano, el propio Romeo canta, igual que si en realidad no estuviese viviendo ese momento, sino recordándolo.

Recordando no solo ese instante mágico, sino muchos otros, donde entre las sombras él y Paris se encontraron, primero conociéndose, luego amándose, siempre entre las sombras, alejados de la vista de los demás. Y así como ellos se perdieron en la mirada del otro, así un joven caballero cedió al hechizo en la mirada azul de un pequeño mendigo mientras que alguien más posó la mirada en Julietta, empezando así un vicioso círculo de romances prohibidos y turbios siempre cantados por la voz de Romeo, siempre expresados con la música de los otros 4 atrapados.

Los siguientes versos muestran a Romeo, en su habitación, preparándose para lo que obviamente será un escape, un disimulado escape que emprende mientras con lentitud recorre su morada, mirando hacia cada rincón, recordando todo aquello que las paredes de esa casa resguardan, no solo son sus memorias, también son las de Paris, las del mendigo y las del caballero por él atrapado, las del verdadero amor de Julietta, memorias que se suceden una tras otra y que atrapan a Romeo solo unos instantes, instantes insuficientes como para frenar su partida.

Huye Romeo, no solo huye de la luz del ocaso sino también de aquellos hombres que le persiguen tratando de frenar su escape, huye perdiéndose entre las calles iluminadas por farolas de la nocturna Verona, corre hasta llegar a la estación del subterráneo, brincando incluso el barandal con tal de lograr escapar, entrando al tren con las puertas justo cerrándose detrás, huye mientras ese otro Romeo, aquel que nos cuenta la historia, desgarra su voz y la música se vuelve intensa, atrapándome, robando mi atención.

Y mientras Romeo permanece de pie en el tren, desde la ventana observa en un pequeño callejón al caballero y al mendigo, ocultos, también tratando de escapar, porque los amores prohibidos obligan precisamente a eso, a huir, a escapar, a marchar lejos con tal de hacerlos reales, con tal de no perderlos jamás.

Por eso, cuando el tren se detiene, Romeo vuelve a correr, pero esta vez no solo es él, por las calles de Verona también corren el caballero y el mendigo, también corren Julietta y su secreto enamorado…

Mientras tanto, Paris, desde su hogar, observa la noche pasar, sus  esperanzas parecen perderse y las lágrimas se forman en sus ojos verde esmeralda cubiertos tras el blanco antifaz, aun aguarda por Romeo, aun espera verlo aparecer por el balcón, por eso, con su bolso acuestas, sale a esperarle, a mirar la noche, a recordar todos sus momentos juntos mientras las lágrimas parecen no demorar más, se deja caer, ocultándose tras el barandal del balcón, llorando al fin, sufriendo por la espera y por sus esperanzas ya casi rotas al completo, las mismas esperanzas que se reflejan en el rostro del otro Paris, ese que también es un narrador y que se encuentra sentado en la baranda sosteniendo una eléctrica y blanca guitarra mientras la mirada se le pierde por instantes en la luna, luego sus ojos se cierran, los dedos se deslizan ágiles sobre las cuerdas, casi elevando un himno solemne en un vibrante solo que termina justo cuando su mirada se sitúa en su compañero de narración, el otro Romeo que desde la barda canta, anunciando que su yo del pasado acaba de llegar, que Romeo acaba de saltar esa misma barda y corre por el jardín en busca de Paris, tomando su mano para por fin completar la huída.

Ambos corren, ambos se alejan de las rejas que los aprisionan, pero no solo son ellos, también son el caballero y el mendigo, también está el amor de Julietta, los cinco huyendo hasta perderse dentro de un edificio, corriendo escaleras arriba, en silencio, hasta llegar a una puerta y empujarla, todo se pone blanco y al volver, ahí están los cinco, cada uno ocupando un lugar, Romeo frente al micrófono, Paris con su guitarra, el mendigo tras la batería y su caballero en el teclado mientras quien cierra el círculo, el amor de Julietta, sostiene un bajo, deslizándose en los últimos acordes de la melodía, mostrando ya no recuerdos, sino fragmentos de un futuro feliz.

Suspiro hondo, sintiendo que el alma me vuelve al cuerpo, ¿Por qué tiene que ser tan estúpidamente perfecto? Es hasta chocante, porque claro, Romeo, no es otro que mi estúpido y fastidioso hermano mayor Yeidher, mejor conocido como Tsubasa, mientras que Paris, su Paris, es mi empalagosamente dulce cuñado Alexis, o Usagi para los medios, así como el mendigo y el caballero no son otros que un par de miembros de la Guardia Imperial, uno de la Nocturna, Roul, o Ro para los músicos y uno de la de Celes, Fernand, o Nand y, cerrando el quinteto, esta Christopher, Pher como se ha hecho llamar, un integrante de la Corte Nocturna.

-“Vaya, el Príncipe Yeidher es todo un genio”- alaba divertido Tristan, haciéndome gruñir malhumorado, al menos agradezco que el tonto video ya haya terminado porque así no tengo que seguir mirando la odiosa figura del mentado Srito. Perfección.

-“Puede ser, pero encuentro más hermosa y placentera la música de Elliot”- Natsuhi replica con suavidad, haciéndome amarlo todavía más, porque en efecto, él me ha preferido, él me ha escogido por encima de Yeidher a pesar de lo genio que es.

-“Ya lo creo, aunque, ahora que lo has visto, ¿No te hace pensar que ellos son realmente parecidos?”- la sanguijuela parece no querer dar su brazo a torcer, yo en cambio, aun no consigo pensar en algo para intervenir, tan solo abrazo más fuerte a mi gatito, aspirando su aroma, amándolo.

-“No en lo absoluto, Elliot es un alma libre, persigue sus deseos y cede a sus impulsos, su hermano en cambio, parece estar atado, reprimiendo todo aquello que lo haría ser él mismo”- el tono calmo con el que lo dice, incluso la sencillez, es como si nos conociera de toda la vida, aun cuando nunca haya estado frente a frente con el Srito. Perfección, aun cuando apenas llevemos unos días de conocernos.

Tristan se ríe, parece no solo altamente divertido sino complacido por entero ante cada una de las reacciones de Natsuhi, yo sigo callado, una vez más pienso en la suerte que he tenido de encontrarlo, en todo aquello que estoy dispuesto a hacer por retenerlo a mi lado, en todo lo que él significa para mí.

-“Creo que no podré hacerte cambiar de parecer”- admite al fin, sonriendo despreocupado y pasando la mirada de mi a Natsuhi un par de veces antes de sentarse cerca de donde nosotros estamos –“Pero eso es bueno, demuestra que has tomado ya una decisión, la mejor quiero pensar”- entonces su mirada se detiene sobre mí, probablemente aguardando a que diga algo, por unos momentos solo me muerdo los labios, tratando de buscar las palabras apropiadas, las palabras perfectas.

-“Es la mejor, yo no fallaré”- ni lo pienso más, solo digo aquello que siento, aunque claro, no esperaba que la sanguijuela prepotente me sonriera todo feliz. De nuevo me está fastidiando, que se largue ya, por favor…

-

-

¡Pero no se larga! Se ha quedado toda la maldita semana, lo que por supuesto, me ha echado por tierra mi intento de luna de miel, aunque al menos agradezco que no se pegara como lapa a Natsuhi, no, sospechosamente, se la pasó el resto de los días atosigando al pobre Franny que tenía una expresión de que tenerlo ahí no era sino una pesadilla, y de hecho, en más de una ocasión lo vi escapándose del acecho de Tristan, cosa que no resultaba del todo porque a los cinco minutos este ya lo había hallado y de nuevo lo atosigaba.

Y Digo atosigar porque eso era lo que la cara de tormento de Franny mostraba, y es que Tristan no dejó de seguirlo desde el momento en que despertó habiendo ya superado lo del veneno por la mordida que el idiota le dio, pero probablemente Tristan no se daba por enterado o solo lo hacía por fastidiarlo porque lo seguía a todos lados y le hacía todas sus labores aun cuando Franny se resistiera a ello y se quejara. Yo no sabía si reírme de él o sentir pena, Natsuhi en cambio, se limitaba a sonreír y mirarlos de reojo, ocupando su tiempo entre charlar conmigo y seguir dibujando, siempre a mi lado, siempre tratando de no perderse del show de aquel par.

-“Creo que a Tristan le gusta François”- me detengo a medio camino, mirándolo como si hubiese dicho una locura, pero Natsuhi solo sonríe, volviéndose para mirarlos.

Es que Tristan ya hasta parece el perro de Franny, solo le falta mover la colita mientras carga con el equipaje de todos. Yo suspiro hondo, muy hondo, no queriendo admitir semejante tontería, aunque la duda se queda clavada ahí, y sigue estando presente incluso cuando para mi desgracia, abordamos el maldito Jet. Ojala que nuestra luna de miel no hubiese sido tan atropellada, aunque al menos espero que al llegar al departamento por fin podamos estar solos.

Durante el vuelo de regreso, Natsuhi y yo nos quedamos tomados de la mano, dormitando apenas porque el par ese hace algún escándalo de rato a rato por alguna minucia sin sentido, consiguiendo que a cada tanto quiera gritarles que se callen, o incluso empujarlos fuera del avión, pero cada que gruño Natsuhi aferra más fuerte mi mano y otra vez la calma vuelve a mí, y es así como pasamos las horas del vuelo, horas que casi, casi, se me hicieron eternas.

Y seguro que a Franny igual se le hicieron eternas porque nada más la escalera de desembarque es puesta, echa a correr una vez más para escaparse, esta vez si me río, se ha visto tan gracioso corriendo así, tan tierno, que hace que la sonrisa se me quede en el rostro mientras camino igual hacia la puerta tomando de la mano a Natsuhi.

-“Bienvenido a casa François”- me detengo, reconociendo la voz que ha recibido a Franny, y si solo fuese esa persona no sería tan malo pero, sé que no puede ser tan bueno, no en lo absoluto.

-“¡Hermano!”- chilla Franny por su parte, de lo más feliz por en efecto, tener a su hermano mayor aguardando por él.

-“Será mejor que aguardes aquí un momento, probablemente ir a casa no sea tan fácil después de todo”- suspiro, mirando hacia Natsuhi con algo de fastidio, porque lo último que quiero es dejarlo atrás, pero tengo la leve sospecha de que al bajar otra vez terminaré estando de malas.

-“Esta bien, esperaré”- murmura Natsuhi, aun cuando en su mirada pueda verse un leve dejo de tristeza. No quiero dejarlo atrás, pero tampoco quiero exponerlo ante ellos, por eso solo suspiro, besando con cariño su frente y sonriéndole antes de soltar su mano y caminar escaleras abajo.

-“Príncipe Elliot”- el recibimiento me hace rodar la mirada, al menos no vino con reverencia incluida, y eso gracias a Franny, que esta prendido cual Koala a su enorme, si, enorme, hermano mayor, y es que si yo mido más de 1.75 y Yeidher cerca de 1.80, entonces el hermano de Franny debe medir unos buenos 1.90 metros porque es obviamente más alto que yo y que el odioso Srito. Perfección.

-“Wyatt”- correspondo al saludo, haciendo que incline la cabeza y se acomode mejor a Franny.

-“Hermano… ¿Qué haces aquí?”- pregunta de repente Franny, haciendo que ambos lo miremos, si, ¿Qué hace precisamente Wyatt Hawkmore aguardando por nosotros?

-“Soren, Hitori y yo sentimos que te había pasado algo, queríamos asegurarnos de que estabas bien”- contesta, apartando con cariño los suaves cabellos grises del rostro de Franny.

-“Claro, pero parece que estas perfectamente”- alguien interviene, haciéndome volverme en esa dirección y toparme con el trío infernal, porque si Haylley y Alexandra juntas son de temer, Haylley, Alexandra y Hitori, son una total pesadilla salida del mismísimo abismo.

-“¡Tori Nee~ también viniste!”- chilla Franny, todavía más emocionado y feliz, más cuando la aludida se le acerca para acariciarle la mejilla aun cuando se tenga que parar sobre las puntas de sus pies para poder alcanzarlo.

-“Sip, quería ver si conseguiste crecer algo, pero veo que nada”- comenta con una sonrisita maliciosa, haciendo que Franny se sonroje e hinche las mejillas en claro berrinche.

-“¡Tori Nee~!”- se queja, logrando que todos los presentes nos riamos de él, cosa que solo hace que sus mejillas se tornen más rojas y que las infle todavía más, haciéndolo lucir por demás adorable y niño, tengo que admitirlo, es que Franny pese a todo, es lindo, adorable, como un hermanito o un cachorrito.

Y el solo verlos así me hace sentir cierta punzada de envidia, porque ellos si se comportan como hermanos, ellos si se tratan con cariño y sin temor a demostrarlo, aun cuando se supone que no deban hacerlo por su posición como Guardias Imperiales, ellos simplemente lo hacen. Suspiro hondo, queriendo apartar la mirada, más antes de que pueda hacerlo, siento a alguien abrazarse a mí, haciéndome ver a Haylley, sonriendo con suavidad y mirando hacia tres de los cuatro  hermanos Hawkmore ahora reunidos.

-“Nosotros solíamos ser así, cuando niños”- admite con cierto pesar, abrazándome más fuerte. La rodeo con un brazo, pegándola más a mí y asintiendo lentamente.

-“Lo sé, fue antes de que Yeidher se volviera un pesado”- suspiro hondo, si, fue antes de que el Srito. Perfección se volviera un fastidio, incluso antes de que Haylley empezara con su mentira como Guardiana de la Oscuridad.

-“¿Quién es un pesado?”- y hablando de la peste, me soplo un mechón de cabello, rodando la mirada con tedio, ¡Genial! Tenía que venir él también.

-“Pues tu”- contesto sonriendo ladino, disfrutando de verlo enarcar una ceja y cruzarse de brazos, con el ceño fruncido por la ofensa.

-“Ya, por lo menos yo tengo más cuidado con François, conmigo nadie nunca lo había mordido”- suelta sonriendo arrogante, ahora es él quien disfruta de mi expresión de enojo mientras los demás me miran como si hubiese cometido una terrible falta.

-“Eso ha sido culpa mía, el Príncipe Elliot no tiene nada que ver en el asunto”- y casi como caído del cielo, Tristan interviene, bajando lenta y elegantemente del Jet. Si no me causara tanta molestia, hasta le daría las gracias.

-“¿Quién…?”- duda Yeidher, entrecerrando los ojos, con duda y algo a la defensiva debo decir.

-“Kiryuu Tristan, es un placer conocer por fin a la futura Emperatriz y a los dos Príncipes mayores, aunque también es un placer conocer a la Guardiana de la Naturaleza y por supuesto, a tres importantes miembros de la Guardia Imperial”- ahora todos lo andan mirando entre sorprendidos y como si estuviesen ante una cosa muy rara, supongo que debe serlo, después de todo creo que nadie nunca había estado cerca de alguien como Tristan, que obviamente es incluso más viejo que mi abuelo, y eso ya es mucho decir.

-“¿Un antiguo? Elliot, ¿Qué haces tu con un antiguo?”- ah perfecto, ahora hasta parece que es mi culpa que Tristan este de fresco entre nosotros, miro ofendido hacia Yeidher, ni cinco minutos y ya quiero pegarle, en serio.

-“En realidad, fui yo quien encontró al Príncipe Elliot, salí de mi refugio porque sentí que mi gente estaba en peligro, pero cuando me reuní con ellos nos emboscaron y tuve que huir, de algún modo terminé precisamente en la misma playa que en la que su Alteza estaba descansando, y aprovechando que estaba fuera de casa, utilicé al pequeño François para saciar mi sed”- se excusa como si nada ¿Este idiota se da cuenta de lo que dice acaso? Porque está más que claro que a Wyatt y a Hitori no les ha caído nada en gracia saber que este monstruito descarado se ha cebado a su pobre hermanito.

Y en efecto, no les cae nada en gracia, puesto que ambos parecen a nada de atacar, de hecho, estoy tan convencido de que lo van a hacer que por eso tardo en reaccionar cuando Yeidher pasa tras de mí y de Tristan no solo demasiado rápido sino que tan a la defensiva que termino por soltar a Haylley e interponerme en su camino, protegiendo a Natsuhi de él.

-“¿Algo que me quieras decir, hermanito?”- recalca lo último, haciéndome apretar los dientes antes de enseñarle los colmillos en clara amenaza.

-“Si, no te acerques a él, ni siquiera pienses en ponerle las garras encima a mi novio”- quiero darme de topes por lo que acabo de decir, debí haber dicho esposo, porque eso es lo que es, Natsuhi es mi esposo, pero no lo hice, dije novio porque sé que de decir lo otro habría sido peor, mucho peor que ahora, que sucede lo obvio, ambos empezamos a medirnos el uno al otro, aguardando el momento para atacar, mirándonos fijamente, aguardando…

-“¡Hola! Soy Alexandra Héderváry, Guardiana de la Naturaleza, es todo un gusto conocer al fin a quien logró domar al gato”- el grito de Alexandra logra hacernos bajar la guardia, solo para volvernos hacia ella y mirarla como lo que es, un total y completo bicho raro.

-“Ah… esto… yo… yo soy…”- Natsuhi balbucea nervioso, probablemente algo asustado también, todo por culpa del estúpido Srito. Perfección que casi le salta encima.

-“Natsuhi Darko Kazuma, lo sé, Haylley y yo estábamos muy ansiosas por conocerte”- corta la bruja loca, haciendo que la miremos todavía más como bicho raro, sobre todo por la forma tan encantada en la que sonríe, toda feliz como si nada hubiese estado a punto de pasar.

-“Si, si, hola, soy Hanna Haylley Darko, hermana menor de Elliot, es un gusto conocer a mi querido nuevo cuñadito”- y la enana lo remata, corriendo hacia nosotros y guiñando el ojo antes de que tanto ella como Alexandra jalen a Natsuhi y lo empiecen a llevar lejos de mí.

-“¡Hey!, oigan, esperen, ¡¿A dónde se lo llevan?!”- salto, corriendo tras ellas con Yeidher siguiéndonos de cerca.

-“¿Qué no es obvio?”- se detiene Haylley, mirando cómplice a Alexandra y sonriendo con malicia ambas.

-“Queremos saber la receta que usó para domarte”- completa la bruja esa de lo más divertida, haciendo que el rojo se me suba a la mejillas y que haga un mohín disgustado.

-“A mí nadie me ha domado”- replico cruzándome de brazos y apartando el rostro.

-“No es así como nosotras lo vemos, te ves tan manso como un gatito bebé después de la siesta”- ataja Hitori, sonriendo con burla y uniéndose al par de enanas malcriadas y endemoniadas para formar el trío maligno.

-“Pues a mí me parece que aun es bastante capaz de sacar las zarpas”- debate Yeidher, llegando hacia dónde estamos y mirando penetrantemente hacia Natsuhi, inspeccionándolo, analizándolo a detalle e intimidándolo de paso ¿Es que tiene que ser tan odioso?

-“Es porque eres un maldito fastidio, una patada en el hígado y el riñón, una total peste”- escupo mirándolo con desdén.

-“No lo sería si te comportaras como es debido”- se me olvidaba que incluso discutir con él es imposible, siempre tratando de tener la última palabra, pero esta vez no.

-“Un mentiroso como tu no tiene derecho a exigirme nada”- sonrío ladino, ¡zaz! Lo he logrado, por primera vez le he ganado la pelea, porque solo suspira cansado y enreda los dedos en su cabello con cierto desgano.

-“Haz como quieras, pero ten por seguro algo, te estaré vigilando”- y con la misma, luego de amenazarme y mirar por última vez a Natsuhi, se da la vuelta para largarse, ¡por fin!

-“Como si eso fuera a detenerme, si te metes en mi camino, te mataré”- si, yo también puedo amenazar, claro que puedo, aunque no resulta tal como quería porque lo único que hace es agitar su mano desinteresado y alejarse más.

-“Elliot”- la voz de Natsuhi me llama, haciendo que lo mire atrapado entre las tres locas esas, las aparto a medias, solo para poder abrazarlo contra mí y besar su cabello, tratando de tranquilizarlo.

-“No pasa nada, por hoy la hemos librado”- susurro cerca de su oído, pegándolo más a mí, acariciando con cuidado su cabello.

-“Lo sé, pero tenías razón, es muy molesto, un fastidio”- murmura con hastío, claramente refiriéndose a Yeidher, asiento con la cabeza, sin lugar a dudas, este es el comienzo de una gran enemistad, mejor así, prefiero que se detesten a que el maldito Srito. Perfección se lo lleve de su lado.

-“Ya, ya, es que Yeidher es muy sobreprotector, eso es todo”- replica Haylley, disculpando al idiota por sus actitudes de imbécil.

Hitori la mira con algo de pena, rodando sus ojos verdes grisáceos, muy parecidos a los de Franny, al igual que su cabello, solo que el de ella es de un gris más oscuro por atrás mientras que adelante, llega a ser albino en ciertas secciones. Y digo que la mira con pena porque tanto ella como Alexandra y Haylley, e incluso Soren, llevan años soportando que las persiga como plaga, es un exagerado, incluso supera a Wyatt, y eso que Wyatt es muy protector tanto con Soren, como con Hitori y con François; con sus ojos amatistas siempre al acecho y el cabello prácticamente albino, largo, atado en una sencilla coleta que cae sobre su hombro y que resalta su mirada seria, la misma que nos dirige mientras camina hacia donde estamos, aun haciéndole el canguro a Franny.

-“En realidad su Alteza está molesto y preocupado porque la Princesa Haylley le ha mentido sobre la situación y sobre la partida de mi hermano pequeño”- excusa Wyatt, suspirando cansado, si cansado, supongo que debe de ser muy cansado lidiar con nosotros.

-“Pe-pero todos estamos bien”- replica Franny, abrazándose más a su hermano, muy cierto, aunque no por ello la mirada de Wyatt parece ablandarse en lo más mínimo, de hecho, ha mirado de reojo a Tristan, como si quisiera matarlo.

-“Si, pero no sabemos por cuánto tiempo más”- musita lento, casi en un susurro, otra vez es cierto, no sabemos por cuánto tiempo estaremos a salvo mientras aquellos que persiguen a los Pure Blood no sean detenidos.

-“Entonces… ¿No te quedarás conmigo? ¿Te irás con la Princesa Kohaku?”- pregunta el enano melindroso, aferrándose más fuerte a su hermano, no queriendo dejarlo ir.

-“Me voy a quedar contigo, la Princesa Kohaku está con el Príncipe Risu y ambos están bien vigilados por Soren, así que por unos días iremos a casa, los tres”- contesta, revolviendo con cariño el cabello de Franny, a lo que este sonríe ampliamente, feliz por completo al poder estar con su familia.

-“Ojala mi familia hubiera sido así”- murmura suavemente Natsuhi, tanto que apenas puedo escucharlo, lo abrazo más, reconfortándolo.

-“Tu y yo somos una familia ahora, y mis hermanos también son los tuyos, aunque sean una molestia, te prometo que dentro de poco, no tendrás que volver a pensar en el pasado”- le susurro, sintiéndolo asentir lentamente.

Porque si, somos una familia, una nueva familia que supongo yo, con el paso del tiempo logrará unirse y estrechar los lazos correctamente, con el tiempo, todos estaremos bien, muy bien, o al menos eso quiero creer…

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-

BACKSTAGE 

Hanna: Y tenemos una ganadora absoluta!!!

Elliot: Pero te dije que no lo voy a hacer!!!!

Hanna: Felicidades Tsubaki-chan!!! -ignorando a Elliot-

Elliot: ¿Por qué demonios no me escuchas?!!!

Hanna: Ahora, Tsuba-chan, tu decides, si quieres reclamar el beso como la ganadora que eres, lo quieres canjearlo por otro premio de tu agrado nOn

Elliot: De preferencia uno que no implique nada entre tu y yo 9.9

Hanna: Pero no se me achicopalen los demás, porque... todos y cada uno de los que participaron se van a llevar su beso!!!

Elliot: No! Oye no! Uno esta bien pero... pero... 3!!!!! ese no fue el trato!!!

Hanna: Ni modo, yo mando nOn

Elliot: Quién dice??? Papá???? Pues me vale, no lo voy a hacer, me oyes???!!! NO LO HARÉ!!!!

Hanna: lo haces o torturo a Natsu nya~ n.n

Elliot: Eres vil!!!!!!!!!!!!!

Hanna: Lo soy, y me encanta nOn

Elliot: Sos muy cruel!!!!!!!!!!! -se va corriendo haciendo pucheros-

Hanna: Jajajajajajaja bueno, yo iré a convencerlo, así que, ustedes, esperen a cobrar ese beso la próxima semana, nos vemos nOn 

Notas finales:

Estoy cansada y con flojera jajajajajajajaja así que no comentaré mucho sobre el capítulo, más que lo del video es mi pequeño regalo de bodas para Darko Prince y Usagi Darko, espero que les guste chicos ^^

 

Agradezco enormemente a todos por seguirme hasta acá semana a semana, pero agradezco mucho más a las hermosas personas que usan valiosos minutos de su tiempo para dejarme reviews, como son: mi querida Princess Natsu, Tsunade Hime-chan, Tsubaki-chan, Artemis-chan y Pucca-chan, ya que Tsuki-chan y Alvasa-chan están perdidas jajajajajajajaja

 

Muchas gracias por todo gente, nos leemos en dos semanas nOn

 

Au Revoir


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