Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Luz En Mi Oscuridad por Darko Princess

[Reviews - 342]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola gente!!!!!!!!!!!! Yo acá, cumpliendo con mi amado deber para con ustedes. Estas dos últimas semanas me ha pasado de todo!!! Para empezar, mi situación en la universidad parece estar mejorando, pero, lo malo, muy malo, es que cogí semejante resfriado que estuve botada toda esta última semana por la fiebre y porque no podía ni respirar y... por último, por fin mi servicio profesional ha iniciado, buaaaaaaaaaaa no me gusta estar ahí TT^TT


Como sea, al menos el capítulo ya estaba terminado así que, acá estoy ya. Mi recomendación es la misma de siempre, la discografía de Three Days Grace para acompañar XDDDD


Nos leemos abajo nOn

XVII

Nuevos Comienzos

 

 

En silencio miro el camino por la ventana, aferrando con suavidad la mano de Natsuhi con la mía, Haylley mientras tanto nos mira una y otra vez, sonriendo levemente, probablemente grabando mentalmente el momento, suspiro hondo, tal vez no fue del todo buena idea permitir que Wyatt nos llevara a casa, menos cuando él tampoco parece seguro del todo y no deja de mirar de tanto en tanto hacia su auto, ese que tuvo que dejar a cargo de Tristan al igual que a Alexandra y a Hitori.

-“Es cierto…”- la vocecita de Haylley irrumpe en el silencio, haciendo que Natsuhi y yo le miremos del mismo modo que hace Wyatt por el espejo retrovisor, ella mientras tanto, parece rebuscar por algo en su bolso, sacando varias carpetas y paquetes –“Dime Natsuhi, que prefieres, ¿Moreno o Pelirrojo? Pregunta enseñando un par de fotos, ambas de Natsuhi, solo que en cada una tiene el cabello de diferente color, haciéndome sospechar de qué va el asunto.

-“Emm… moreno, creo”- contesta él, frunciendo levemente el ceño, confundido.

-“Oh, perfecto, así será más fácil mantener la treta”- sigue ella, es tal y como lo pensé, se trata de aquello que le pedí que hiciera.

-“Eh… no entiendo”- replica Natsuhi, mirándola primero y luego hacia mí.

-“Es que Elliot me pidió antes de que ustedes se fueran, que te creara una nueva identidad, por eso Alex incluso te llamó Darko Kazuma, pensé que sería más sencillo hacerte pasar por un familiar, en este caso, como medio hermano de nuestros primos Alice y Roul, así que tomando eso en cuenta sacamos toda tu documentación, actas de nacimiento, certificados escolares, pasaporte, visa y demás documentos, pero no sabía que apariencia ibas a preferir así que sacamos todo para ambas opciones”- explica tranquilamente, mientras pasa papeles a una sola carpeta, metiendo otros tantos aparte –“Listo, toma, en una está todo lo de hasta ahora y en la otra están los papeles para la universidad, los tienes que llevar el primer día junto con tu portafolio”- agrega, Natsuhi la mira todavía más confundido, aun así sujeta ambas carpetas, frunciendo cada vez más el ceño.

-“¿Universidad? ¡Pero nunca hice el examen! ¡No puedo ir así nada más!”- replica alzando la voz, debí suponerlo, que no lo aceptaría tan fácilmente, debí suponer eso y que, además, se enojaría conmigo, lo puedo ver claramente en su mirada –“¡Elliot!”- me llama con reproche y algo de enojo, me encojo de hombros y suspiro hondo, apartándome el cabello de la cara.

-“No quería que perdieras el año”- me excuso con sencillez –“Además, no es como si realmente estuvieras haciendo trampa, estoy bastante seguro de que habrías entrado de tener la oportunidad”- agrego calmado, consiguiendo que me mire aun más con reproche.

-“¡Pero no la tuve, no hice el examen, no puedo ir y ya!”- insiste en replicar, consiguiendo hacerme suspirar de nuevo.

-“Claro que puedes, otras personas entran con trampa, si ellos pueden, tu que tienes el talento, la capacidad, y sobre todo, que tenías la disposición de entrar a lo legal, no tienes porque quedarte fuera”- debato pacientemente, es que no pienso pelear, no por algo como esto.

-“Pero es que…”- sigue, me muerdo los labios antes de volverme hacia él y tomar su rostro por el mentón, obligándolo a mirarme directo a los ojos.

-“Si tanto de molesta, el primer día puedo hacer que presentes el examen, sino apruebas entonces nos esperamos al próximo año, solo quiero que comprendas una cosa, lo he hecho por ti, porque el que ese día no te presentaras a hacer la prueba, no fue culpa tuya, fue culpa de esa estúpida mujer de pacotilla y no pienso permitir que por ella sacrifiques más todo aquello que es importante para ti”- esta vez ya no me muestro calmado, es más bien que estoy serio, porque tenía que decirle las cosas tal cual son, tenía que hacerlo para que él comprendiera, y parece que lo logro porque lentamente asiente con la cabeza y suspira, casi admitiendo su derrota.

-“Bien, pero no creo que lo logre, no soy tan bueno como dices”- aparta la mirada, suspirando otra vez, y si, en efecto, es mi victoria.

-“Lo eres, ya verás que si”- replico, soltando su mentón solo para abrazarlo fuerte, notando como Haylley nos mira sonriendo ampliamente y casi con estrellitas en los ojos.

Cosa que hace el resto del camino, tan así que cuando por fin el auto esta parqueado en el edificio donde está el departamento, suspiro realmente aliviado al poder bajarme con la clara intención de irme ya a un sitio más privado, agradeciendo con un leve asentimiento cuando Wyatt me entrega las llaves de mi auto para luego ir a sacar en brazos a Franny que otra vez está bien dormido, supongo que porque ahora que Tristan está lejos de él, por fin puede tomarse un descanso de sus acosos.

-“Cuídense mucho, aunque de todas formas un Guardia va a estar vigilando la zona”- se despide Haylley, haciéndome bufar con lo último, ya hasta creía que me había zafado de eso, pero resulta que no.

-“Si, si, ahora ándate, que tu también tienes que prepararte para la escuela”- contesto, revolviéndole el cabello y viéndola mirarme de mal modo porque se lo dejo todo alborotado, cosa que me hace reír mientras que ella pone cara de berrinche.

Sonrío mientras los veo marcharse, notando al último que Tristan no está con ellos, lo que tal vez signifique que tiene la intención de irse a su refugio a dormir otra vez o, que planea emprender su propia investigación con respecto al problema de los vampiros. No importa, por ahora eso es lo último en lo que quiero pensar, por eso, jalando tanto mi valija como la de Natsuhi es que camino junto con él al ascensor, bostezando mientras la puerta se cierra y usando parte de mis poderes para presionar el botón con el piso indicado sin tener que soltar el equipaje.

Vaya día cansado, es todo lo que puedo pensar cuando bajamos y caminamos por el largo pasillo hasta llegar a la puerta, misma que abro otra vez con mis poderes para que luego entremos en silencio, me siento tan cansado que probablemente duerma todo el día, o al menos esa es mi idea hasta que escucho ruido en la cocina, ruido que no puede ser hecho por mi gata.

Coloco a Natsuhi tras de mi antes de ir hacia allá, mirando boquiabierto precisamente a Kyo comiéndose un emparedado y acariciando a Celeste, o eso antes de que levante la mirada para vernos, su ceño se frunce apenas, luego suspira y aparta la mirada.

-“No he vuelto por ti, Ichiru no me dejaba en paz, eso es todo”- anuncia en tono serio, muy serio, como nunca antes me había hablado.

-“Claro, además que no tienes a donde ir”- me siento estúpido luego de que dije eso, pero ya no hay marcha atrás, o eso supongo.

-“Pasé los últimos días en el ático de la Mansión Mizuhara y nadie me notó, puedo vivir ahí si quiero”- replica con frialdad, mirándome del mismo modo, y aun así, todo lo que atino a pensar es que ¿Es idiota? ¿Cómo se le ocurre ir a meterse a la casa de los que antes fueran sus padres adoptivos? ¿Y si lo descubrían? No es como si ellos fueran a pensarse que es un fantasma o que deliran, porque estoy seguro que el muy tonto les habría dicho la verdad.

-“Eres estúpido, ¿Tu te crees que ellos van a aceptar como si nada si les dices que eres un ángel caído y que no te puedes morir?”- alzo la voz, en cualquier otra ocasión sé que lo habría visto retroceder, pero esta vez no, me enfrenta con la mirada, sin miedo alguno, solo con dureza y frialdad, tan diferente a quien yo considero mi mejor amigo.

-“Ya lo dije, ni siquiera lo notaron”- y de encima tiene que parecer tan calmado –“De todas formas ¿A ti que te puede importar un idiota egoísta como yo?”- golpe bajo, parece que por fin logré aquello que creía imposible, que Kyo odie.

-“Me importa cuando el idiota egoísta es mi mejor amigo, más cuando está en mal plan por mi culpa”- oh si, he admitido mi metida de pata, cosa que creí que no haría, y eso porque creí que Kyo me perdonaría todo como siempre, sin que le pidiera disculpas ni nada.

-“Vaya, eso es nuevo, muestras arrepentimiento, es una lástima que yo no sienta nada”- sonríe con cinismo, es casi como si me golpeara, es… es hasta doloroso verlo así, muy doloroso, más porque es mi culpa.

-“Deberías hacerlo, a su muy patosa manera, te está pidiendo disculpas, sino las aceptas es porque de verdad eres egoísta”- interviene Natsuhi, mirando de mal modo a Kyo, pero él solo sonríe divertido, maliciosamente divertido con todo lo que pasa a nuestro alrededor.

-“Ya lo dije, no me importa, yo no… ¡Hyaweh!”- y sigue portándose todo extraño, sigue, hasta que nombra al idiota chupasangre que causó el problema en primer lugar, el mismo idiota que acaba de entrar al cocina todo sucio y desalineado, el mismo idiota sobre el que se lanza sin siquiera dudarlo.

-“Perdón, te dije que no iba a abandonarte y no lo hice, mientras dormías salí a una junta con los otros y nos emboscaron, tuve que huir, no quería atraerlos hacia ti”- se disculpa, abrazándolo igual, entonces me pregunto si es suficiente con tenerlo de vuelta como para que Kyo sea el de siempre.

-“El idiota de Elliot fue cruel conmigo y me echó”- me acusa, con lo que obviamente sé que no va a volver a ser el de antes, no al menos conmigo.

-“Ya, haz lo que quieras entonces”- alego, suspirando malhumorado y dando de zancadas hasta mi cuarto, con Natsuhi siguiéndome.

Hogar, dulce hogar, nótese el sarcasmo…

-

-

Y de hecho, la situación no mejora en nada, ni siquiera a la hora de cenar, porque Kyo me sigue viendo con molestia mientras Natsuhi lo mira del mismo modo, Hyaweh sonríe como si nada ahora que ya está fresco, Celeste maúlla feliz mientras come y yo juego con la comida. Ni siquiera me da las buenas noches, no como antes, Hyaweh me mira algo culpable y se despide con la mano mientras entra tras él a su habitación, cerrando la puerta.

Yo suspiro, después de semejante día, luego de ponerme el pijama y arreglarme para dormir, lo único que quiero es meterme a la cama, cosa que hago sin siquiera demorarme, permitiendo que Natsuhi se acomode entre mis brazos mientras ambos cerramos los ojos y bostezamos quedito.

-“Se está portando como tonto, sé que dijiste que siempre tiendes a tratarlo mal, pero esta vez te haz disculpado, no debería ponerse así”- murmura Natsuhi adormilado, obviamente refiriéndose a Kyo. Asiento apenas, más dormido que despierto.

-“Lo sé, pero es Kyo, nunca se sabe que esperar de él”- contesto, bostezando otra vez y acomodándome mejor entre las sábanas y contra el cálido cuerpecito de mi esposo –“Buenas noches gatito, te amo”- murmuro prácticamente dormido, sonriendo casi entre sueños y escuchando la suave risita que Natsuhi suelta.

-“Buenas noches Elli, también te amo”- susurra, entrelazando su mano con una de las mías y apretándola con cariño.

Después de eso no sé más nada, porque sin oponerme, cedo al sueño por completo, después de todo, mañana nos espera un muy largo día.

-

-

A mitad del primer día en la universidad, me doy cuenta de que mis esperanzas y ruegos no fueron escuchados, porque mis compañeros son una total basura y no dejan de mirarme con todo tipo de intenciones al estar plenamente consciente de quien soy para ellos, un típico niño riquillo hijo de mami y papi, lo que ciertamente es por demás molesto y que no ayuda a que disfrute el hecho de que tal y como sospechaba, Natsuhi aprobó con una nota excelente el tonto examen y el decano al igual que todos los maestros de la sección de artes parecían soñados al ver su portafolio, y eso que solo eran trabajos que hizo durante nuestra luna de miel. Al menos espero que a él le este yendo mejor que a mí que tengo que soportar las nada discretas e insinuantes miradas de mis compañeras mientras que mis compañeros me miran como si quisieran arrojarme a un pozo con tal de que desaparezca.

Miro por la ventana, tal vez sea más interesante que seguir escuchando lo que es ley natural según no sé que autor. Aunque para mi desgracia no solo no es interesante sino que también es molesto, molesto porque puedo ver a Natsuhi siendo rodeado por un grupo de fulanos que lo observan con afán de molestar.

Me levanto de presto, no voy a permitir que lo fastidien, eso si que no, así que me dirijo con pasos decididos hacia la salida del aula, lugar algo lejano ya que inteligentemente y en un vago intento por escapar de las miradas, me fui a sentar hasta el fondo.

-“¿A dónde cree que va joven… Darko?”- interrumpe el viejo al que debo llamar maestro, giro sobre mis talones para observarlo con una ceja enarcada y expresión nada amigable.

-“Fuera”- y eso es todo, ni me esmero por decirle algo más, claro que no, ni falta que hace, más cuando todo lo que está en mi pensamiento es evitarle un mal momento a Natsuhi.

Cosa que no conseguiré del todo, no cuando lo primero que escucho es a los humanos esos reprochándole a Natsuhi sobre el hecho de que este en la universidad, achacándole que ha conseguido entrar solo porque supuestamente es un Darko.

-“Vaya, y aquí viene el querido primito a defenderte”- masculla con burla uno de esos estúpidos humanos, sonrío ladino, si supiera el muy inútil.

-“Él no es mi primo, es mi esposo”- suelto como si nada, sin borrar la sonrisa de mi rostro y haciendo que Natsuhi se vuelva hacia mí, observándome sorprendido y algo escandalizado.

-“¡Elliot! ¿Pero qué estás diciendo? ¡Cállate!”- se ve tan vulnerable y a la vez a la defensiva, que no puedo resistirlo, lo jalo por un brazo, besándolo ahí, frente a todos, dejándolos boquiabiertos mientras que él al principio lucha un poco por zafarse, luego simplemente me corresponde, y así nos quedamos por unos momentos, yo besándolo y mirando altivo a esos estúpidos y él con los ojos cerrados, correspondiendo, aferrándose a mí.

-“Creo que con eso basta”- me aparto lentamente, enfrentando al resto con la mirada –“No quiero saber que lo están molestando de nuevo porque la pagarán cara, yo no soy nada benévolo, y de todas formas, no tienen porque fastidiarlo cuando obviamente no es su culpa tener más cerebro y talento que todos ustedes”- agrego mientras rodeo su cintura con un brazo y lo hago caminar solo para largarnos de una buena vez de tan molesto lugar, y eso que solo es el primer día.

-“¿Elliot?”- me llama Natsuhi, aun cuando siga caminando conmigo.

-“Supongo que así es como el primer día se termina”- me limito a decir mientras entramos al estacionamiento y caminamos hacia mi auto. Realmente no sé como creí que sería diferente si es algo que vengo arrastrando de toda la vida.

-“Ya… pero ¿Y tus cosas?”- pregunta con algo de cansancio mientras le abro la portezuela para que entre.

-“No traje, todo lo apunté en mi agenda y está en mi bolsillo”- contesto, cerrando la puerta para luego ir a ocupar mi lugar tras el volante.

Y solo entonces, cuando por fin ambos estamos encerrados en el auto y ocultos tras la protección de los  vidrios tintados, es que Natsuhi retira la negra peluca con la que se vio obligado a salir esta mañana de casa, para luego peinar distraídamente su cabello lavanda, mirando hacia el frente y suspirando.

-“No fue tan buena idea después de todo”- murmura con cierto pesar, recargándose en el asiento, cerrando los ojos y haciendo una leve mueca de disgusto.

-“No del todo, aunque no es cosa tuya en realidad, es por el apellido, creen que por ser un Darko uno puede hacer lo que quiera y ya”- suspiro, hondo, muy hondo, eso mientras arranco y conduzco directo a la salida.

-“¿Tu no haces lo que quieres?”- pregunta con cierta ironía, sonriendo un tanto divertido además, consiguiendo hacerme sonreír, si, bien, puede que tenga razón, pero no al completo.

-“Nop, no del todo”- admito en tono cantarín.

Aunque sé que muchos desearían poder hacer siempre lo que quieran, en realidad estoy consciente de que no es tan fácil, no al menos para mí, no cuando tengo que esconder la mayor parte de mi naturaleza todo el tiempo, cosa que es tanto divertida como cansada. Pero a veces, solo a veces, me gustaría no tener que ocultarme, poder caminar libremente y sin tener que pensar en las consecuencias, lo cual sencillamente es imposible, ya lo sé y ya lo acepté, no hay más que hacerle.

-“Y pensar que solo quería verte durante el almuerzo, ¡Vaya que los humanos son difíciles!”- se queja haciendo un mohín, aunque tiene razón, son difíciles, más en nuestro caso, que tenemos que pretender ser como ellos y mantenernos controlados aun cuando como yo, se tengan deseos de volarles la cabeza.

-“No hay más que hacerle”- termino por decir, pues si, en efecto, no hay nada más que hacerle, o al menos eso pienso, porque sin importar lo que haga, siempre es lo mismo, los humanos no me van a aceptar y eso es todo.

Nos quedamos callados entonces, Natsuhi mostrándose pensativo y yo meditando sobre el almuerzo, es que una vez más me siento tentado a pedir comida a domicilio, y todo porque comienza a darme dolor de cabeza el solo recordar el mal trago de la mañana en la estúpida universidad.

Por eso, cuando llegamos al departamento, vacío esta vez, por lo menos, vuelvo a suspirar hondo, estirándome un poco. Me pregunto, de estar en casa, con mis verdaderos padres, ¿Tendría que soportar que me fastidien solo por ser yo? Puede que si y puede que no, pero eso nunca lo voy a averiguar, de eso puedo estar seguro.

-“Creo que si podemos hacer algo”- vuelvo la mirada hacia Natsuhi, que claramente tiene una idea pero por alguna razón no parece muy seguro de ella. Enarco una ceja y aguardo, aun cuando estoy casi seguro de que es algo que ya he intentado –“Hay que demostrar que de verdad somos buenos, que de verdad lo merecemos ¿No?”- tengo que admitir que es un pensamiento bastante lógico pero, aun así no creo que funcione del todo –“Y para hacer eso… tenemos que estar muy concentrados…”- agrega, cada vez viéndose más inseguro con su idea, la verdad no entiendo porque.

-“Lo que significa que…”- lo invito a continuar, dándome cuenta demasiado tarde de que ya sé por dónde va la cosa y… ¡No! No me va a hacer eso ¿Verdad?

-“Que no podemos estar haciendo eso, tu necesitas estudiar y yo tengo que mejorar mis trabajos, así que mientras eso sucede y mientras no probemos que de verdad merecemos estar ahí, nosotros no vamos a… ya sabes…”- la cara se le va poniendo roja y aparta la mirada mientras juega nervioso con sus dedos, yo en cambio, estoy entre gritar y seguir haciendo eso que hago, boquear como imbécil tratando de replicar.

-“¡No!”- replico al fin, entrecerrando los ojos y mirándolo de mal modo, haciéndolo suspirar.

-“Sabes que es la única forma y que tengo razón, solo será un tiempo y… y además… ¿Sabes que un matrimonio es algo más que eso, cierto?”- suspiro hondo, bien, tiene razón en ambas cosas y también, no quiero que piense que solo estoy con él por el sexo, porque sería una total equivocación, ya que definitivamente no es así, aunque no voy a negar que amo hacerlo con él.

-“Bien, pero solo será un tiempo y… si vamos a estar así por sepa cuanto, quiero poner ciertas condiciones”- termino por aceptar, aunque en efecto pondré algunas reglas al juego porque de otro modo no voy a sobrevivir –“Primero que nada, no voy a dejar de besarte o abrazarte o de tocarte cuando menos un poco, ni siquiera pienses que vamos a dormir en habitaciones separadas, y, finalmente, al menos por hoy me dejarás despedirme de ello porque estar en abstinencia no me va a resultar nada bonito”- recito acercándome lenta y peligrosamente hacia él, hasta rozar los labios con los suyos.

-“Vale… supongo que es lo más que podemos lograr”- admite, antes de ser justamente él quien me jala por la camisa para besarme.

De inmediato no solo le correspondo sino también, mis manos lo sujetan por la cintura, alzándolo mientras sus piernas encuentran sitio entorno a mis caderas y sus brazos se aferran de mi cuello y mi cabello antes de que camine aprisa hasta la que desde hoy oficialmente será nuestra habitación, donde con cuidado lo bajo, dándole una suave mordida a sus labios antes de apartarme de ellos.

Entonces me le quedo mirando fijamente, admirándolo, comenzando a desvestirlo con lentitud, casi como si estuviera desenvolviendo un valioso regalo, aunque Natsuhi es precisamente eso para mí, un regalo, el mejor de todos, ese que es tan bonito y que aun cuando no sea la primera vez que estamos juntos, me quita cada prenda que visto con un hermoso rubor en sus mejillas mientras me mira cada vez más apenado, haciendo que ceda al hechizo en su mirada, apartando con cuidado el cabello de su rostro, inclinándome solo para de nuevo besarlo y abrazarlo contra mí, depositándolo suavemente sobre la cama, apartándome únicamente lo necesario para poder mirarlo ahí, tendido en su magnífica perfección sobre las sábanas oscuras, con su piel nívea contrastando con ellas.

-“Es la primera vez que lo hacemos en una cama”- murmura, apartándome el flequillo rojizo del rostro, sonriendo con suavidad.

-“No lo sería si Franny no nos hubiese interrumpido aquella vez”- le recuerdo, tomando su mano para besarla. Ambos nos reímos levemente, del solo recordar la cara que el enano puso esa vez.

-“Bueno, hoy no hay nadie así que puedes hacer lo que quieras”- le sonrío divertido, vaya que puedo, solo por eso vuelvo a dejar un beso en su mano, llevándola sobre su cabeza e inclinándome justo a la altura de su cuello.

-“No necesito tu permiso mi amor”- susurro, sonriendo ladino, dejando otro beso más, esta vez sobre la suave piel de su cuello, la misma que recorro con los labios y con la lengua, incluso con los dientes, mordiéndola juguetón, deleitándome con los suspiros que escapan de entre sus labios y con la forma en la que se roza contra mí.

Provocador, bastante provocador creo yo, tanto que solo consigue que lo aferre por la cintura, dejándolo en el sitio justo, ese en el cual mientras más nos rozamos, más suspiros consigo robarle, sobre todo cuando mis labios dejan su cuello y recorren con parsimonia su piel hasta atrapar uno de sus pezones, lamiéndolo y haciendo círculos entorno a él antes de comenzar a devorarlo con gusto y ganas, consiguiendo que Natsuhi se retuerza ansioso y que los primeros dulces gemidos escapen de entre sus labios, gemidos que disfruto enormemente hasta que me dirijo al otro rosado botón en su pecho, con el único propósito de dejarlo duro y sensible como su igual.

Los dedos de Natsuhi se pierden entre mi cabello y me jala, evitando que me aparte, aun cuando es lo último que tengo en mente, de hecho, lo más que pienso es en que quiero recorrer y saborear cada centímetro de su piel, cosa que no dudo en hacer, bajando con lentitud, besando, lamiendo y mordisqueando tan tersa y deliciosa piel, metiendo la lengua en su ombligo solo para disfrutar de verlo arquearse y cerrar los ojos mientras gime sonoramente, gemido que casi se convierte en un grito cuando lamo la punta de su sensible miembro y me deleito con la forma en que abre más las piernas, invitándome a perderme entre ellas, cosa que no rechazo en lo absoluto. De hecho, acepto más que gustoso y encantado.

Tan encantado que se lo demuestro recorriendo con la lengua la entera extensión de tan sensible parte de su anatomía para luego chupar la punta e ir devorándolo poco a poco, solo para que el placer que claramente siente, vaya en crescendo, para que pueda disfrutar de la forma en que sus mejillas se tiñen más y más de rojo mientras a momentos se muerde los labios y en otros gime y suspira, empujando las caderas con tal de sentir más mientras sus manos se aferran con fuerza a las sábanas, estrujándolas, demostrando cuanto lo disfruta. Y parece disfrutarlo tanto que hasta me da un poco de culpa el apartarme sin siquiera avisar, sonriendo con culpa al escucharlo quejarse, pero no me disculpo, más bien, beso sus muslos suaves y tersos, mordiéndolos apenas.

-“Eres tan cruel”- me río de su acusación, negando con la cabeza, hasta parece un crío al que le quitan su dulce, con lo cual se ve todavía más encantador, sobretodo así con la respiración agitada, con su pecho subiendo y bajando velozmente tratando de jalar aire, junto con esa expresión tan adorable en su rostro.

-“Lo sé, muy cruel”- admito, sacando la lengua divertido antes de inclinarme a besar y mordisquear su ombligo.

-“¿Vas a seguir torturándome?”- pregunta, haciendo un pucherito de lo más lindo, tan lindo que me dan ganas de darle lo que quiere pero, las resisto, es que en efecto, quiero torturarlo un poco.

-“Sip, tu me vas a torturar por sepa cuanto tiempo así que deja que me divierta hoy”- sonrío inocentemente, poniendo cara de niño bueno, a lo que él solo se ríe de que intente hacerme al que no rompe ni un plato.

-“Vale, pero si te pasas, el castigo comienza desde hoy”- ¿El qué? ¿Y yo desde cuándo estoy castigado? Me pregunto mentalmente, enarcando una ceja –“No me mires así, es castigo por liarme con la cosa de la universidad sin decirme nada”- se excusa rodando la mirada con inocencia, esta vez quien se ríe soy yo, en serio, una vez más pienso que me saqué la lotería por haberlo conocido y tomado como esposo.

-“Ah, con que esas tenemos ¿No?”- finjo tono indignado, aunque en realidad estoy sonriendo por demás ladino –“Pues yo también puedo castigarte”- digo en tono cantarín, ampliando la sonrisa en mi rostro, y antes de permitirle replicar nada, sin siquiera avisarle, le doy la vuelta, yendo a enterrar la lengua en su delicioso agujerito, ese que esta lindamente oculto entre sus esponjositas nalgas.

-“¡Elliot!”- y el grito escandalizado y extasiado es instantáneo, tan instantáneo que sonrío así sin más, jugueteando y hundiendo la lengua una y otra vez, sintiéndolo retorcerse y deshacerse de placer.

Así que ni siquiera se le puede llamar castigo, porque lo está disfrutando cada vez más, tanto así, que incluso cuando comienzo a introducir los dedos ahí, en lugar de quejarse, solo gime más y más, empujando sus caderas, disfrutando el ser penetrado por mis dedos mientras que estos de vez en cuando tocan su punto mágico, consiguiendo casi hacerlo llorar por todas las sensaciones alucinantes que seguro recorren cada fibra de su ser.

Hasta me da algo de envidia, y es que, él está ahí, retorciéndose, gimoteando y suspirando mientras que yo solo lo miro, razón suficiente como para que con la mano libre lo sujete por la cintura, jalándolo para dejarlo apoyado sobre sus rodillas y sus antebrazos, colocándome sobre él y sacando los dedos de tan cómodo lugar y cálido lugar, escuchándolo quejarse de inmediato, queja que queda a la mitad en el momento en que mi pene los reemplaza, solo que no lo penetro, rozo su entrada una y otra vez, deleitándome con los suspiros casi desesperados que se escapan de entre sus labios.

-“Por favor… ya…”- su voz suena a ruego un muy excitante ruego, tanto que pienso seriamente en obedecerle, pero en lugar de ello, decido jugar un poco más, apresando mi miembro entre sus nalgas, simulando penetrarlo, aprovechando lo resbaloso que esta por mi saliva y su propia humedad –“Elliot… date prisa…”- sus caderas oscilan, seduciéndome, llamándome a hacer aquello que ambos tanto queremos.

Y esta vez si obedezco, resbalando una última vez antes de encontrar su entrada y comenzar a internarme en su estrecho pasaje, gozando el concierto de gemidos que me regala, mordiéndome suavemente el labio, resistiendo las ganas de entrar de un solo empujón para en cambio deslizarme en su interior con una tortuosa lentitud que solo es recompensada cuando al fin consigo penetrarlo por completo y entonces ambos suspiramos hondamente, casi con alivio, pero son solo unos momentos, un mínimo instante antes de que sea él quien empiece con el delicioso vaivén, primero lento, haciendo que ambos disfrutemos de todas las sensaciones electrizantes y placenteras que el hacer aquello produce.

Luego, luego los movimientos se tornan cada vez más rápidos, desesperados, desenfrenados, dedicados únicamente a conseguir la plena satisfacción de ambos, una que parece cada más y más cercana, más cuando lo sujeto por la cintura, jalándolo para hacerlo quedar de rodillas y seguir penetrándolo mientras que él apoya las manos contra el cabecero de la cama, empujando cada vez más desesperado, soltando deliciosos gemidos y suspiros, agitado en medio del éxtasis que cada embiste le produce.

Cierro los ojos, las sensaciones son cada vez más intensas y todo lo que me queda es ahogar mis gemidos contra su cuello, mordiéndolo con suavidad mientras una de mis manos aun lo sostiene por la cintura y la otra en cambio, comienza a masturbarlo al compás de las embestidas.

-“Ngh… se siente… demasiado… bien”- la voz le sale cortada y temblorosa mientras acelera sus movimientos, logrando hacerme jadear y gemir más mientras asiento con la cabeza apenas, luchando porque la voz me salga.

-“Lo sé… estas tan mojado y caliente… tan estrecho”- consigo decir al fin, acercándolo un poco más, lamiendo su piel húmeda y aspirando el aroma de su cabello, concentrado solo en tocar ese sitio que le encanta y que roba más dulces gemidos de entre sus labios carnosos.

-“Es… es tu culpa… más vale que… lo remedies”- me río un poco ante su acusación, optando por de verdad remediar la situación, acelerando más y más los empujes al mismo tiempo en que mi mano no deja de masturbarlo haciendo que la temperatura de ambos suba y que esta vez ninguno diga más nada.

Y es que es imposible decir algo cuando todo lo que podemos hacer es entregarnos a las sensaciones desbordantes que nos apresan. Apoyo la frente contra su espalda, empujándolo devuelta al colchón tan solo para que el poco control que quedaba se haga inexistente y ambos nos dediquemos únicamente a disfrutar del clímax que se apodera de los dos y que solo hace a Natsuhi gritar mientras que yo termino mordiendo su hombro y suspirando hondo, dejándome caer sobre él, ambos con la respiración por demás agitada, pero satisfechos, muy satisfechos.

-“Eso fue… muy… muy bueno”- murmuro, besando su hombro y su nuca, sonriendo como tonto.

-“Demasiado… bueno”- admite Natsuhi con una suave risita, lo beso otro poco mientras giro sobre la cama, para quedar de costado solo para abrazarlo mejor y acariciar su espalda mientras ambos tratamos de respirar normalmente y nos sonreímos, mirándonos fijamente antes de besarnos lentamente, saboreando los labios ajenos, degustándolos solo unos breves instantes para luego quedarnos abrazados.

-“Tanto que podría quedarme así todo el día”- susurro medio grogui, hasta el hambre se me ha olvidado y eso solo por tenerlo así entre mis brazos, con esa mirada de plena satisfacción de la que yo y solo yo soy y seré responsable.

-“Seguro que si… pervertido”- acusa con una sonrisita de lo más divertida, enarco las cejas ¿En serio? Por cosas así es que me encanta.

-“¿Pervertido yo?”- pregunto haciéndome al indignado aun cuando otra vez sonría ladino, deslizando la mano con lentitud sobre su vientre plano, pegándolo más a mí –“Pero mi amor, eres tu el que me tiene atrapado ahí abajo sin intenciones de dejarme salir”- replico con carita inocente, pucherito incluido.

Natsuhi enarca una ceja, negando suavemente con la cabeza y esa expresión en su rostro que solo dice “No tienes remedio” a lo que yo me río como si nada, de lo más entretenido con la situación, sobre todo tomando en cuenta no me molesta en lo absoluto seguir dentro de él y en realidad solo quiero picarlo un poquito.

-“Oh, pobrecito, estas atrapado”- razón por la cual jamás espero que al cabo de unos segundos me siga el juego. Asiento con la cabeza, poniendo cara de cachorrito a lo que él pone una de sus manos sobre mi mejilla, acercándose más a mi rostro y sonriendo casi maquiavélico, haciéndome ahora si, dudar de mi seguridad –“Eres un necio”- remata, antes de que pueda hacer más nada, se me escapa, de un modo bastante más que hábil tan solo para acorralarme sobre las sábanas y hacer que lo mire desconcertado.

-“¿Qué?”- consigo decir, mirándolo sonreír de ese modo malicioso, que, para qué lo niego, igual lo hace ver sumamente lindo.

-“Nada, solo quería ver que cara ponías”- y se ríe de mí, me siento algo idiota por haber caído, pero solo algo, porque el resto de mi ser piensa en otra cosa: venganza, si, una muy divertida.

Porque yo también sé aprovecharme de la distracción de otros y con la misma, viendo que se sigue riendo, mis manos se mueven raudas hasta su cintura, lanzando mi grandioso ataque de… cosquillas, si, aunque sea infantil, comienzo a hacerle cosquillas con lo que esta vez Natsuhi se ríe, no en son de burla, sino más bien es una risa fluida, melódica y natural, una risa perfecta que me desconcentra solo lo suficiente como para que no pueda prever el contraataque, aunque no por ello mis manos se detienen, entonces rodamos sobre las sábanas, incluso debajo de ellas, sin dejar de atacar, pero esta vez no son solo cosquillas, también son suaves besos, dulces mordidas y alguna que otra lasciva lamida acompañadas por tiernas caricias, hasta que luego de un rato, con la respiración errática, nos detenemos. Natsuhi se acomoda debajo de mí, mirándome fijamente y sonriendo cálidamente aun cuando trate de relajar su respiración, le sonrío del mismo modo, uniendo la frente con la suya, permitiendo que nuestros alientos se mezclen en uno solo mientras nuestros labios se rozan antes de juntarse en un beso dulce, de esos que son solo para demostrar cariño, amor, entrega, el tipo de besos que únicamente quiero compartir con él.

-“Te amo”- esta vez es él el primero en decirlo, en un susurro terso, con esos ojos hermosos y brillantes fijos en mí, haciéndome sonreír aun cuando lo bese otro poco, reteniéndolo entre mis brazos, cobijándolo con el calor de mi cuerpo, totalmente hechizado por él.

-“Y yo a ti”- murmuro con suavidad, disfrutando de que sea él quien inicie un beso esta vez, aun cuando no dure lo suficiente, pero incluso así está bien, mientras pueda seguir con él, está bien.

Entonces nos quedamos abrazados, tan solo mirándonos largamente en medio del silencio, ocultos bajo las sábanas cálidas, sin necesidad de decirnos nada, comprendiendo todo, solo nosotros dos, dejando las horas pasar sin que importe en realidad, no hoy, no ahora, no mientras la poca luz del sol que se cuela por las cortinas se tiña con los colores del atardecer que anuncia la cercanía de noche.

Solo en ese momento, detrás de la puerta cerrada, en el pasillo, es que escuchamos pasos, unos más rápidos que otros, luego una puerta se cierra y ahora solo alguien se acerca hacia nuestro refugio, tocando un par de veces pero sin abrir.

-“Trajimos italiana, por si quieren cenar”- avisa la voz de Hyaweh, alejándose después, haciéndonos saber que nuestro tiempo de solitaria relajación se ha terminado.

Pero no importa, no cuando hemos saboreado cada segundo juntos, por eso es que con cuidado aparto las sábanas, levantándome con algo de pereza para ponerme los pantalones y luego ofrecer la mano a Natsuhi, ayudándolo a levantarse y soltándolo tan solo para mirarlo mientras se pone algo de ropa.

Y no es sino hasta un rato más tarde, luego de una cálida ducha y unos cuantos besos robados, que salimos tomados de la mano rumbo a la cocina, tomando asiento frente a la mesa, aun cuando otra vez sienta la mirada helada de Kyo sobre mí mientras Hyaweh se muestra tan impasible como siempre y Natsuhi simplemente no suelta mi mano, haciendo que la mirada de hielo de Kyo no me importe, no esta vez, por eso solo finjo demencia, finjo que solo estamos Natsuhi y yo, nadie más. Solo los dos.

-

-

-

Notas finales:

Y he cumplido nOn bueno, lo que algunos esperaban ha sucedido por fin, Kyo ha vuelto, y bastante cambiadito al parecer, ya no es el niño lloricas que corría con Elliot a esconderse, nop, ahora el gato por fin consiguió que se le despegara y... Natsuhi al final si consiguió ir a la universidad, aun con todos los líos que esto le trajo al igual que a su amado esposo XDDDDD


Pero ya ven que los chicos saben como matar el tiempo e idear planes a futuro jajajajajajajajajajaja. Sorry que hoy no hubo backstage, es que con mi resfriado mi cerebro esta seco, tan así que no sé si logre terminar el 18 a tiempo, pero lo intentaré, de eso que no les quede duda alguna ^^


Muchas gracias a todos por leer, pero más que nada, gracias a las personas hermosas que dedican parte de su valioso tiempo a dejarme sus palabras de apoyo, esas que me suben los ánimos y que me ponen de súper buen humor, gracias, muchas gracias a Tsubaki-chan, Alvasa-chan, Artemis-chan, a mi linda Natsu Hime-chi y a mi gran amiga Tsunade Hime-chan 


Nos leemos pronto, cuídense y mucho éxito 


Au Revoir nOn


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).