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Luz En Mi Oscuridad por Darko Princess

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XXIV

Quisiera No Despertar de Esta Fantasía

 

 

Las calles nocturnas iluminadas por farolas probablemente sean el único entretenimiento de Natsuhi mientras conduzco hacia nuestro destino, uno secreto para él pero bien conocido para mí, tanto así que es cuestión de escasos minutos como para que lleguemos. Detengo el auto, bajando sin prisa alguna solo para ayudar a Natsuhi a hacer lo propio. Le ofrezco la mano y aun cuando por unos instantes él me mire raro, solo son unos momentos antes de que termine aceptándola y bajando con cuidado, aferrándose después a mi brazo y mirando el edificio frente a nosotros.

-“¿Qué es este lugar?”- su nata curiosidad lo obliga a preguntar, yo solo sonrío, encogiéndome de hombros, guiándolo hasta la entrada, empujando la puerta sin reparo alguno.

-“Le llamamos “La Cueva” y aunque la idea original era que fuese un refugio para huir del mundo humano, termino siendo una especie de club que usamos para divertirnos de vez en cuando”- contesto como si nada, avanzando por entre los pasillos oscuros con la sola intención de llegar hasta el salón principal en donde mi sorpresa para Natsuhi aguarda.

Entonces al llegar no me queda más que sonreír complacido ante la mirada brillante que él me muestra, acompañada por una hermosa sonrisa al contemplar el salón decorado con pequeñas velas y lámparas colgantes, cual estrellas en el cielo nocturno, rodeando una mesa para dos perfectamente dispuesta.

-“Feliz cumpleaños atrasado, mi amor”- murmuro, apretando suavemente su mano, correspondiendo a la hermosa sonrisa que ahora me dedica.

-“Creí que habías dicho que no podías hacerlo todo”- me replica en tono divertido, admirando otra vez el lugar –“Pero incluso sabes cosas que nunca te he dicho”- agrega volviendo a centrar sus bonitos orbes en mí, tan brillantes, tan ilusionados, tan felices.

-“Es que sería un mal esposo sino supiera una fecha tan importante como esa”- me excuso, haciendo un pequeño mohín, escuchándolo reír.

-“Aun sino la supieras, seguirías siendo el esposo perfecto para mí”- me contradice, sorprendiéndome con un dulce y corto beso que me manda directito a las nubes y me deja sonriendo como tonto.

-“No deberías decirme cosas así, harás que deje de esmerarme”- comento con una risilla, guiándolo hasta la mesa, sin atreverme a soltar su mano ni siquiera cuando ya se haya sentado, pero él no se queja, tan solo me sonríe tan hermosamente, como quiero que me sonría siempre.

-“Sé que no lo harías”- si, lo sabe, porque finalmente puedo darme cuenta de que él confía en mí, plenamente, y tan solo por ello es que pienso en que jamás haré algo que lo lastime, nunca jamás, tan solo para verlo así de feliz, para deleitarme con más de esas sonrisas dulces que me dedica.

Entonces todo parece ir de maravilla, la cena, las pequeñas frases que intercambiamos e incluso cuando nos quedamos en silencio, las miradas que nos mostramos el uno al otro. Tanto así, que cuando una melodía comienza a escucharse, por un momento me distraigo, buscando por el responsable de aquello, topándome a Haylley tras una cortina, sonriéndome animadamente. Yo también le sonrío, negando suavemente con la cabeza, tentado a ir y agradecerle por la ayuda.

Pero en lugar de ello, tan solo me pongo de pie, ofreciendo una vez más mi mano hacia Natsuhi y tirando de él apenas su mano toma la mía. Lo aferro por la cintura, guiando su mano hacia mi hombro, comenzando a bailar con él, mirando su rostro sonrojarse por tan sorpresivo gesto de mi parte, más solo es por unos segundos, solo eso y luego lo tengo abrazándome por el cuello, sonriéndome, riendo por mis ocurrencias, incluso cuando lo hago girar para luego atraerlo de vuelta a mis brazos, sin que nuestras miradas puedan apartarse la una de la otra ni por un instante, o no hasta el momento en que nuestros labios se encuentran una vez más, con suavidad y con ternura mientras nos movemos al compás de la melodía, tan solo disfrutando de la compañía del otro.

Mis brazos parecen moverse por si solos, sujetando con firmeza la estrecha cintura de mi bello esposo, levantándolo del suelo mientras que él se aferra a mí con sus lindas y torneadas piernitas, sin apartarse ni por un segundo de mis labios, sino al contrario, dándome espacio para besarlo más profundo, para quitarle el aliento y jugar con su lengua, para morderle con suavidad sus dulces labios y robar tenues suspiros y gemiditos aun sin siquiera parar de moverme con la música, no hasta que finalmente esta acaba, al mismo tiempo en que con lentitud nos apartamos para tomar algo de aire, entonces otra vez nos miramos, sonriéndonos, perdidos en nuestra pequeña nubecita de felicidad.

-“Feliz cumpleaños Natsu Nya~”- no puedo evitar murmurar, besando tiernamente su nariz y sacándole una risita.

-“Gracias… es la mejor celebración de cumpleaños que he tenido”- contesta, sonriendo con tanta dulzura que me hace alucinar.

-“Seguramente la del próximo año será todavía mejor”- replico, lamiendo sus labios con suavidad y sacándole otra bella sonrisa.

-“Tonto… ahora no sé si podré esperar”- se queja, haciendo un lindo mohín que lo hace lucir un tanto más adorable que de costumbre.

-“Seguro que sí, aunque mientras tanto, creo que tu regalo te mantendrá ocupado”- y ni siquiera espero por una respuesta, sino que así, teniéndolo entre mis brazos, aferrándose a mí, es que lo llevo a la parte trasera del salón, dejándolo justo sobre su regalo que luce un gigantesco moño color plata.

Y que, para que lo niego, hace lucir todavía más sexy a mi hermoso gatito, aun así, Natsuhi solo lo mira de reojo, recostándose sobre él y atrayéndome más hacia si mismo, besándome de improvisto una vez más tan solo para luego apartarme un par de mechones de cabello del rostro.

-“Es muy bonito, sin duda muy bonito… pero hay un problema… yo no sé conducir, así que tendremos que darle otro uso”- murmura cerca de mi oído, con un tono por demás inocente que en realidad lo hace lucir altamente provocativo.

-“Oh, tendrás que enseñarme, creo que no sé de qué hablas”- contesto, fingiendo demencia, consiguiendo hacerlo reír otra vez, tan encantador.

-“Pobrecillo… te enseñaré, pero antes, tienes que llevarme adentro”- susurra, mordiendo con suavidad mi labio inferior, como una muy clara invitación que en definitiva no rechazo.

Más bien, mansamente obedezco, levantándolo entre mis brazos de nuevo para luego arreglármelas para abrir la portezuela del conductor y sentarlo ahí, inclinándome sobre un Natsuhi que no hace sino sujetarme por la mejilla y atraerme para besarlo, tan solo unos instantes.

-“Definitivamente tengo ganas de conducir, pero creo que no precisamente un auto”- me río ante semejante indirecta bastante directa, sobre todo por la mirada que me dirige.

Ni siquiera le contesto, tan solo empujo hacia atrás el asiento antes de subir y cerrar la portezuela tras de mí, aprovechando los vidrios tintados para poder disfrutar de tener a un Natsuhi perfectamente acorralado debajo de mí. Aunque él no parece para nada incomodo, sino que más bien me sonríe, invitándome con una seña de sus lindos deditos a que lo bese otra vez.

Y lo hago, claro que lo hago, pero esta vez lo beso apasionadamente, como si fuera la última vez. Natsuhi me corresponde del mismo modo, tirando de los botones de mi camisa con tal de abrirlos para dejarme sentir sus deditos recorriendo mi piel. Yo en cambio, cuelo las manos por debajo de la suya, trazando círculos sobre su piel, tocando por aquí y por allá, solo abriendo el primer par de botones, apartando la prenda lo suficiente como para permitir a mis labios recorrer la piel de su hombro, morderla con suavidad para luego lamerla y subir hasta su cuello y luego hasta su sensible orejita, mordiéndosela, tirando de ella, escuchándolo suspirar o gemir por lo bajo mientras sus manos se aferran a mis hombros y echa la cabeza hacia atrás con tal de darme más espacio.

-“¿Esto también es parte de tu regalo?”- pregunto con una risita. Natsuhi también se ríe, esta vez siendo él quien deje pequeños besos sobre mi piel.

-“Umm si… así que apúrate y dámelo”- murmura entre suspiros, arqueándose y rozándose, haciéndome desearlo más y más.

Otra vez no me niego, sino que más bien, me apresuro a sacarle tanto sus lindos zapatitos como los pantalones y la ropa interior que ya sale sobrando,  para luego dejarlo sobre mí, con cada una de sus hermosas y torneadas piernas a mis costados. Por unos momentos solo nos quedamos mirándonos fijamente, luego, luego nos besamos una vez más mientras que mis manos acarician con parsimonia su piel, queriendo memorizarla a detalle, recorriéndola con lentitud.

Mis dedos se deslizan sobre su espalda, bajando lentamente hasta su lindo trasero que aprieto con cariño, tragándome los deliciosos gemidos que Natsuhi deja escapar de entre sus labios e incluso los suspiros que no puede contener cuando mis dedos comienzan a juguetear con su entrada, internándose en ella apenas, al mismo tiempo en que mi otra mano atiende su necesitado miembro.

Entonces Natsuhi gime sonoramente, apartándose de mis labios y apoyando la frente justo bajo mi mentón, respirando agitado, gimiendo una y otra vez, aferrándose a mis hombros, contoneándose con suavidad, buscando la entera satisfacción que aun no le doy.

-“Te dije que te apuraras… eres un esposo desobediente”- se queja, haciéndome reír, una risa que se corta en cuanto sus pequeñas manitas se tornan atrevidas y me sacan la ropa solo lo suficiente como para dejarle el camino libre hacia lo que quiere.

-“Vaya, y qué harás al respecto”- le reto, sonriendo de lado, mientras mis dedos se internan en su estrecho pasaje.

-“Voy a tener que adelantar la lección de manejo”- contesta, dedicándome una mirada por demás encendida a la que definitivamente no me puedo ni quiero resistir.

Me muerdo el labio, incapaz de captar el momento en que con un solo sencillo movimiento, consigue no solo deshacerse de mis dedos sino también colocarse en el sitio correcto como para comenzar a descender lentamente, dejándome entrar en ese estrecho, cálido y mojado sitio en el cual deseo estar una y otra vez.

Luego ni siquiera me da tiempo para salir de mi placentero aturdimiento antes de que el comience un movimiento suave y delicioso que me hace cerrar los ojos y sujetarle con fuerza por la cintura, ayudándole a subir y bajar mientras le escucho gemir y suspirar de éxtasis, tan sonoramente que mentalmente ruego porque en efecto estemos solos en el lugar.

-“Natsuhi…”- bastante perdido como estoy, no me queda más que murmurar su nombre entre suspiros, recorriendo su espalda con los dedos, atrayéndolo hacia mi justo antes de que la cadencia de nuestros movimientos vaya en aumento.

Él no me responde más que con sus propios gemidos, sujetándose con fuerza de mis hombros, llegando al grado de incluso morder uno de ellos con tal de acallar los eróticos sonidos que de sus labios escapan. Y pareciera que bastara solo eso como para invitarme a morderle también, a empujar con más fuerza en su interior, tocando una y otra vez ese punto mágico que lo hace morderme más y más.

Al instante siguiente y sin saber el cómo, lo tengo debajo de mí, con sus lindas piernitas aferrándose a mí, atrayéndome más hacia su caliente y estrecho pasaje que me recibe tal y como si no quisiera dejarme salir nunca mientras que con las uñas araña mi piel, ahogando los gemidos que más bien parecen gritos, contra mi hombro, moviéndose desesperado, repitiendo mi nombre una y otra vez, del mismo modo en que yo repito el suyo, cual si fuese la única palabra que conocemos.

Aunque más bien, es que hemos llegado al punto sin retorno, ese en el que todo lo que puedo hacer es empujar una y otra vez dentro de él, tan solo incitado por los deliciosos sonidos que escapan de sus labios, por sus manos aferrándose a mí y por la forma en que se revuelve contra mí, tratando de llevarme más profundo, tanto como sea posible ahora que uso sus preciosas piernitas como impulso con tal de llegar más hondo y enterrarme en esa cálida humedad que no hace sino estrecharse, contraerse y succionarme con cada penetración.

Sus uñas se me clavan con fuerza mientras su espalda forma un hermoso arco y siento el instante en que ese sitio en el que me encuentro atrapado, no solo me aprieta al máximo sino que se vuelve más cálido, tan cálido como la dulce muestra de su placer que se derrama entre ambos justo mientras sus labios dejan escapar un último grito de completa satisfacción.

-“¡Elliot!”- y con solo escuchar mi nombre salir de sus labios, de esa manera tan arrebatada, es que con un último empuje, hallo la cima.

Todo parece tornarse blanco… muy blanco, tan así que termino enterrando el rostro en la curvatura de su cuello, suspirando hondamente, tratando de hallar el modo de respirar correctamente a pesar de que no puedo dejar de sonreír y sentirme el cretino más feliz de todos por tenerlo conmigo, por sentir sus dedos suaves acariciar con ternura mi cabello húmedo, perderse entre él, mientras se mueve suavemente, permitiéndome hundirme otra vez. Cierro los ojos con fuerza, comenzando un nuevo vaivén, desenfrenado, acorralándolo debajo de mí, escuchándolo gemir solo para mí.

Hasta perdernos uno en el otro, tan solo buscando la dicha que únicamente conseguimos al estar así unidos. Gruño, sintiéndome extrañamente fuera de control, como no me había sentido desde hace tanto tiempo, tanto, que mi reciente ataque de euforia solo parece ser contenido en el momento en que ambos llegamos una vez más al éxtasis, esta vez juntos. Natsuhi se arquea, grita, y de un momento a otro, mientras me dejo caer sobre él, es que escucho el claxon del auto sonar.

Entonces ambos nos quedamos en silencio, tan solo escuchando la agitada respiración del otro, nos miramos de reojo y sin ninguna razón aparente, nos reímos, o es que más bien, probablemente a ambos se nos hace altamente gracioso el habernos dejado llevar hasta semejante nivel, en el cual incluso ha ocurrido algo como lo de recién.

-“Creo que aprendí bastante bien como se conduce”- logro decir, sin parar de reír, disfrutando también de su risa y del suave golpecito que me da en el pecho.

-“Eso espero”- murmura, besándome luego con suavidad, con dulzura, tanta que solo puedo apartar con delicadeza el cabello húmedo de su rostro con la única idea de poder acariciar mejor su cálida mejilla.

-“Aunque no me importaría si de vez en cuando me das una que otra leccioncita”- agrego, degustando su labio inferior, y como si necesitara ser más claro, empujando suavemente en su interior.

-“Hmn… seguro que si, pero creo que hoy no, me dejaste muy lleno y mañana creo que no voy a poder caminar…”- aparta la mirada, dejando ver un precioso rubor en sus mejillas que me hace sonreír tontamente, si supiera cómo me pone que me diga cosas así…

Pero mejor me callo, tratando de no reírme ante semejante declaración y tan solo estrechándolo entre mis brazos, ansiando en silencio que todos nuestros días sean iguales a este, en el cual solo disfrutamos de tenernos y nada más.

-

-

Por la mañana el sonido de mi teléfono móvil lentamente me saca de mi mundo de sueños, me muevo, tratando de buscarlo y oyendo un muy suave gemido debajo de mí. Por unos instantes me olvido del móvil, buscando la razón de ese excitante sonido, hallando a Natsuhi dormido, conmigo entre sus piernas, justo aun dentro de él.

Los colores se me suben a la cara y parpadeo patidifuso, tardando en recordar que pese a lo que habíamos acordado, nada más llegar a casa, hicimos el amor una y otra vez, creo que hasta que inevitablemente nos quedamos dormidos. Otra vez sonrío cual idiotizado, de tan lindo que se ve Natsuhi así, dormidito y dejando salir esos soniditos placenteros que más bien parecen ronroneos, cada vez que empujo suavecito en su interior.

Por mi mente pasa la idea de despertarlo justo así, a base de penetrarlo con fruición. Me dan ganas de tirar de sus hermosas piernitas, colocarlas sobre mis hombros e inclinarme hasta alcanzar su cuello delicioso, para dejarle marcado a base de mordidas mientras lo penetro una y otra vez… si, es una gran y muy excitante idea, una que se va al carajo en cuanto el móvil me distrae.

Desganado estiro el brazo con tal de alcanzarlo, pensando incluso en simplemente apagarlo, más me basta con ver el nombre en la pantalla como para desistir, frunzo el ceño, teniendo un extraño mal presentimiento. Trago, llevándomelo al oído para finalmente contestar y luego, luego hasta me parece estar viendo todo desde fuera… el cómo el móvil resbala de mi mano y mi expresión cambia a una de pánico tras escuchar palabras que solo ponen a mil todas mis alarmas… “Ven de inmediato, Haylley se encuentra mal”

Ni siquiera parezco consciente de todo lo que hago, y la siguiente vez que consigo hilar mis pensamientos, es justo cuando freno de golpe frente a la casa principal. Mil y un teorías locas pasan por mi cabeza, y una voz repite sin parar “No quiero ver, no quiero ver”, más me obligo a correr al interior de la casa, deteniéndome esta vez en la sala de estar.

Mis ojos captan una escena que jamás esperé ver, mi hermana pequeña sentada en el sofá grande con la expresión más triste que nunca antes le había visto mientras mi hermano pequeño la aferra entre sus brazos, ¿Cuándo ha llegado? No lo sé, siento que el cuerpo no me responde y ni siquiera los gritos de Yeidher consiguen sacarme de mi aturdimiento.

-“¡Déjame ir!, ¡Voy matarlo así que suéltame de una maldita vez, Ozuma!”- por fin consigo reaccionar, ante el último grito de Yeidher. Le busco con la mirada, hallándolo justo sobre la alfombra, sometido por el mayor de nuestros primos quien le sujeta con fuerza,

-“No vas a matar a nadie, así no conseguirás solucionar nada”- lo contradice, clavándolo más contra la alfombra.

-“¡Tengo que! ¡Jamás voy a perdonarlo! ¡Nunca! ¡Por su culpa ella podría haber muerto!”- sus gritos no hacen más que desconcertarme, incluso asustarme, pero todo empeora en el momento en que consigue zafar uno de sus brazos y hace por moverlo con tal de usar la técnica que por años se ha prohibido así mismo.

Pero Ozuma parece adivinarlo porque con un solo movimiento consigue sujetarlo de nueva cuenta. Yeidher gruñe furioso, revolviéndose con fuerza, intentando soltarse de una u otra manera y yo mientras sigo sin entender nada.

Todo lo que hago es llegar hasta donde mis hermanos pequeños están, por unos instantes mi mirada queda suspendida en el menor de los dos, Eydrian solo suspira, dejándome más confuso, pero no me permito dudar más, sino que luego de sentarme, atraigo a Haylley hacia mí, dejándola sobre mi regazo y abrazándola con fuerza, Eydrian igual la abraza y Yeidher no para de gritar, me siento enfermo…

-“Nos vamos a vengar… lo haremos, y entonces todo va a estar bien otra vez”- escucho a Eydrian murmurar hacia Haylley. Busco su mirada, tratando de hallar una explicación coherente, pero él solo suspira, hondo, muy hondo, cubriendo los oídos de Haylley con delicadeza.

-“Lo mataré, juro que lo mataré…”- Yeidher sisea una y otra vez, igual que si fuese una especie de mantra que necesitase grabarse en la cabeza aun cuando no consigue que Ozuma lo suelte.

-“El maldito perro volvió a lastimarla… le ha dicho cosas horribles y ha dejado la banda… Ella… Ella se puso ebria y trató de matarse, creemos que por el alcohol se ha cortado mal y luego se distrajo con la sangre, Ozuma la encontró esta mañana, esta con resaca, probablemente seguirá llorando además”- me murmura Eydrian, haciéndome comprender la razón por la cual le ha tapado los oídos a Haylley, no solo para que no escuche los gritos de Yeidher sino también para explicarme.

Y por primera vez estoy de acuerdo con mi hermano mayor, yo también quiero matarlo, retorcerle el cuello y destazarlo pedazo a pedazo, torturarle hasta que me suplique que termine con su patética existencia. Pero no puedo hacerlo, no puedo hacer nada que lastime más a Haylley.

Por eso todo lo que me queda es suspirar hondamente y abrazarla con más fuerza, tratando de reconfortarla aun cuando no pueda evitar pasar la mirada una y otra vez hacía mi primo Ozuma, quien aun sujeta fuertemente a un Yeidher que no deja de retorcerse haciendo que los cabellos rojizos de ambos se agiten con fuerza. Durante unos instantes la mirada verde clara de Ozuma queda sobre mí, casi como si quisiera decirme que me quede justo donde estoy y no intente hacer lo mismo que Yeidher. Aparto la mirada, mejor centrándola en Eydrian, cuyo cabello parece revolverse con el de Haylley mientras que su mirada rojiza vaga de mí a ella una y otra vez.

Ojala no hubiese despertado hoy… ojala simplemente me hubiera quedado en casa, tan solo durmiendo con mi Natsuhi, sin preocuparme por nada.

-

-

Al atardecer, cabizbajo entro por fin a mi ansiado departamento, suspirando con cansancio y estremeciéndome en cuanto siento un cuerpo cálido y pequeño abrazarse a mí, reconociendo el dulce aroma del que solo Natsuhi es dueño. Me abrazo a él, ocultando el rostro contra su cuello, yo también quiero gritar, porque me siento frustrado e impotente. Pero no lo hago, en cambio, abrazo con más fuerza a Natsuhi, no queriendo dejarlo ir, buscando en él mi salvación y mi redención.

-“¿Dónde estabas?”- me pregunta en un tembloroso murmullo. Lo he asustado, seguro creyó cosas horribles. ¡Que idiota soy!

-“Tuve una emergencia familiar… no quiero hablar de ello ahora… ¿Podemos estar así solo por un rato más?”- contesto, anhelando con fuerza que el solo tenerlo entre mis brazos y aspirar su aroma me haga olvidarme de todo.

-“Esta bien… es solo que… me preocupaste”- lo abrazo más, sintiéndome culpable. En serio lo asusté, tal vez incluso creyó que lo dejaría ¡Nunca podría hacer eso, menos ahora!

-“Perdón…”- me disculpo apenas, otra vez con mil y un cosas en la cabeza. Así que solo cierro los ojos con fuerza, intentando únicamente pensar en él, en más nada, porque tan solo por un momento, quiero volver a ese instante en el que todo estaba bien, en el que todo era simplemente perfecto.

Pero no puedo hacerlo, ojala pudiera, más eso no es posible, entonces solo me queda aferrarme a Natsuhi como mi único sustento, eso y nada más…

-“No sé lo que haya pasado pero… si quieres llorar está bien, no me burlaré”- murmura tenuemente, acariciando con suavidad mi cabello, apegándome más a él.

-“Bleh~… definitivamente no”- niego enseguida, porque en efecto, no quiero llorar, no tiene caso hacerlo y además, simplemente no quiero eso sino otra cosa –“Más bien estoy a nada de entrar a otro de esos episodios en los que solo quiero romper y patear cosas”- suspiro hondo, definitivamente, ganas no me faltan de dejar todo hecho un lío con tal de descargar mi ira y frustración.

-“¿Y por qué no lo haces?”- me pregunta en un leve susurro, guiándome lentamente, aun así abrazados, hasta nuestra alcoba, más precisamente, hasta las suaves sábanas de la cama que desde hace más de medio año compartimos.

-“No quiero asustarte… además, con tenerte así un rato más me basta”- contesto, estrechándolo más fuerte, aspirando el dulce aroma de su piel y enredando los dedos entre su sedoso cabello.

-“Oh, este esposo mío, tan lindo~”- murmura riendo tierna y hermosamente, haciéndome sonreír solo con ese sencillo gesto, así que me aparto solo lo suficiente para contemplar su rostro, para deleitarme con la suave curva que sus carnosos labios forman.

-“Me encanta cuando me llamas así”- logro decir al fin, dejando un par de besos en sus rosadas mejillas, mirándolo sonrojarse apenas mientras sus hermosos orbes se tornan brillantes, tan hermosos, como todo él.

-“Vaya, entonces lo haré más seguido, te lo repetiré una y otra vez hasta hartarte… mi esposo, mi esposo, mi esposo, mi esposo, mi esposo, solo mío…”- basta solo eso, y ver la sonrisa preciosa en su rostro como para que todo sentimiento negativo que albergue se vaya al olvido, entonces lo beso, guiado por el hechizo hipnótico que sus labios me imponen con solo moverse tan divinamente, dejando salir palabras que me dejan totalmente desarmado y que son todo lo que necesito para seguir, porque solo necesito tener a Natsuhi a mi lado, nada más…

-

-

Otro día, otro dolor de cabeza, es lo único que pienso estando sentado yo solo en una de las salas de reuniones de la disquera, o al menos es así hasta que veo entrar a mis primos Connan y Risu, seguidos de cerca por Ozuma y por mis hermanos Yeidher y Haylley. Los miro sentarse en silencio en torno a la mesa y solo suspiro, ¿Qué se supone que hacemos aquí tan temprano en la mañana? Quería quedarme en casa, metido entre las sábanas, abrazado al cuerpo tibiecito de mi Natsuhi cuanto más tiempo fuera posible.

-“¿Y bien?”- pregunto algo fastidiado, soplando mi flequillo que me impide ver bien.

-“Nada, parece que después de todo si se van a poder vengar”- comenta Ozuma, mirando casi ausente por el inmenso ventanal tras él.

Tanto Yeidher como Connan, Risu y yo, nos miramos sin comprender ¿Lo ha dicho en serio? ¿Nos va a dejar patear al perro? No lo creo, simplemente no lo creo, o es que ¿Acaso también hizo algo para molestar a Ozuma? ¡Increíble! Si lo hizo, creo que podré decir que finalmente lo respeto por algo, por conseguir sacar de su absoluta pasividad al más pacífico y noble de los Nocturnos.

-“Claro que no como ustedes creen”- ¡Ah! Ya, ahí está el detalle, no como nosotros creemos, o más bien, queremos –“Arantza me envió esto anoche, parece que lo de ese chico era plan con maña”- suspira hondo, dejando un papel justo en medio de todos.

 Y hasta parece que nos ponemos de acuerdo para mirarlo, luego comenzamos a intercalar entre el papel ese y los presentes, comprendiendo lo del plan con maña… el cretino solo ha usado a Haylley para conseguirse algo más, primero el respeto de los Guardianes, y ahora un contrato para su propia banda, será idiota y la va a pagar.

-“¿Qué se supone hacemos con eso?”- pregunta Connan, cruzándose de brazos, bastante hastiado con el tema, y es que al igual que Yeidher y yo, detesta al chiquillo ese.

-“Lo aplastamos”- esta vez todos nos volvemos hacia Haylley, mirándola totalmente sorprendidos por lo que ha dicho, parece que aunque este deprimida, ella no tolerará que él intente ganarle en su propio juego.

-“Algo así…”- Ozuma suspira, seguro aun sin acostumbrarse a que su dulce primita resultara tener semejante alma combativa y sobre todo, vengativa –“Si mal no recuerdo ustedes dos estaban trabajando en algo ¿No?”- pregunta volviéndose esta vez hacia Connan y Risu.

-“Si pero, para conseguirlo en lo que queda de tiempo, nos va a tocar trabajar entre todos día y noche por los próximos casi dos meses”- es Risu quien contesta, con Connan asintiendo a su lado, dejándome ver de qué va eso de aplastar al perrito.

-“Bien… yo la tengo libre, ya he preparado un sencillo así que supongo que no tenemos que molestar a Sasha con el tema ¿O si?”- por un momento intercambiamos miradas, luego Ozuma finalmente niega, y es que ya sabemos que eso de molestar a mi estimado cuñado está prohibido justo ahora que ya va en su segundo trimestre de embarazo –“Además, seguro que Elliot puede hacer algo por su cuenta bastante rápido”- agrega, a lo que yo solo asiento con la cabeza, porque tampoco me veo por la labor de estarme apartado de Natsuhi mucho tiempo más del necesario.

-“En realidad lo mío ya casi esta e igual lo de Risu, así que más bien solo nos queda hacer los arreglos y las practicas principalmente, eso sería lo que nos tome más tiempo y esfuerzo”- otra vez asentimos, aunque luego involuntariamente las miradas terminan sobre Haylley.

-“Estaré bien, ya estoy pensando en algo, además Alex me ayuda, e incluso hemos conseguido ya a otro guitarrista”- comenta sonriendo apenas, apartando la mirada, demostrando que no esta tan bien como quisiera, menos ahora que Eydrian seguramente ya ha regresado con Danielle.

-“Entonces ya solo quedo yo”- Ozuma murmura, tomándonos por sorpresa, y es que aunque mi primo haya tenido su época como pianista reconocido, eso fue hace ya algunos años y retomarlo ahora, incluso con el agregado de cantar, bueno, va a ser un reto –“Además, quiero proponerles que hagamos algo en conjunto, para rematar el golpe”-  uh, vaya, y luego dice que nosotros somos quienes nos ponemos en el mal plan, pero tal vez sea porque esta vez se ha tratado de Haylley, y todos siempre hemos sabido que Ozuma tiene una fuerte debilidad hacia ella, así que supongo que eso es lo que el perro hizo para conseguir irritarlo tanto, meterse hasta ese nivel con Haylley.

-“Hecho”- ni siquiera lo dudo, porque pienso igual que él, si el chiquillo quiere jugar con mi hermana y además desafiarla, entonces tendrá que enfrentar las consecuencias de lo que significa meterse con un Darko, porque si te metes con uno, te metes con todos y no te la acabas.

Los demás ni responden, al cabo que no hace falta, la decisión está tomada ya y no hay vuelta de hoja, aunque eso signifique sacrificar muchas cosas por casi dos meses, seguro valdrá la pena, además, no tengo porque preocuparme, ya que después de eso, tendré todo el tiempo del mundo para dedicarle a Natsuhi, después de todo, entre nosotros no existe un límite, sino que más bien, tenemos la eternidad para estar juntos, así que al menos por esta vez, no me preocuparé, no por eso.

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Notas finales:

Hoy decidí no dejar notas de entrada porque ando de floja y apurada jajajajajaja, pero bueno, espero les haya gustado el capítulo que me he esmerado en terminarlo pese a la sarta de porquerías que me han pasado en mi primera semana de vacaciones, han sido todo un horror, así que agradezco mucho poder terminar el capítulo y además el que le sigue a este ^^

 

Gracias por leer gente bonita, espero que les haya gustado y no crean que los problemas de Haylley estan de relleno, todo tiene un porqué, incluso eso, solo que tendrán que aguardar para saber, pero bien, espero les haya gustado ^^ 

 

Acá les dejo la canción que usé para inspirarme en la escena de los gatitos bailando:

 

Love Will Take You by Angus & Julia Stone

 

http://www.youtube.com/watch?v=yP4Vhpje7Ck

 

También el regalito que Elliot le dio a Natsu

 

http://s753.photobucket.com/albums/xx179/Hanna_Darko/Luz%20En%20Mi%20Oscuridad/?action=view&current=AlfaRomeo8CSpider2008.jpg

 

Y, finalmente, el mayor de los Príncipes Darko: Ozuma Ioreck Ayora Darko

 

http://s753.photobucket.com/albums/xx179/Hanna_Darko/Luz%20En%20Mi%20Oscuridad/?action=view&current=AlfaRomeo8CSpider2008.jpg#!oZZ2QQcurrentZZhttp%3A%2F%2Fs753.photobucket.com%2Falbums%2Fxx179%2FHanna_Darko%2FLuz%2520En%2520Mi%2520Oscuridad%2F%3Faction%3Dview%26current%3DOzumaIoreckAyoraDarko.jpg

 

Again, ruego que les haya gustado, y sino, no me hagan llorar que el jueves es mi cumpleaños, bueno, mío, de Yeidher y Elliot jajajajajajaja, somos viejos, vamos por los 22 ya TT^TT pero bueno, igual en marzo fue el cumple de Natsu y odiaría no haberselo festejado >x< así que ni modo, además aproveché para ponerles uno más de sus adorados lemmons entre los gatos y vimos que Elliot puede ser bastante pervertido y atrevido jajajajajajajaja mientras que a Yeidher su paciencia simplemente le dijo hasta nunca y esta bastante homicida XDDDD pobres los demás, que tienen que aguantarlo jajajajaja espero les vaya a gustar el concierto de los chicos más adelante y, he decidido que publicaré la entrevista de Yeidher dentro de poco, justo cuando su hijot nazca (solo para molestarlo XDDDDD)

 

Gracias por leer ^^ y más por sus reviews, así que... gracias a Princess Natsu, Dark Vampire, Alvasa, Princesa Tsunade y a Tsubaki-chan ya que Artemis se nos perdió esta semana, ojala aparezca pronto XDDDD

 

Nos vemos, hasta luego y gracias por todo, tengan mucho éxito en todo lo que hagan y más que nada, sean muy felices, les deseo una excelente semana.

 

Au Revoir~


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