Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Luz En Mi Oscuridad por Darko Princess

[Reviews - 342]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola chicos, he vuelto!!!!! Si, yo Hanna Haylley Darko Cavanhalty he vuelto y con las baterías más que recargadas, listas para la acción y más!!! Si, tan así de recargadas que... chicos, ya estoy escribiendo los últimos capítulos de la historia así que... GRACIAS POR SUS BONITAS PALABRAS Y NOS LEEMOS ABAJITO >W<

XXX

Aquello Que Tanto Amo

 

 

Octubre 2009

Dos meses, han pasado más de dos largos meses desde que Jonasis llegó a nuestras vidas, y no es que haya dejado de quererlo, es más bien que me pongo altamente celoso de que últimamente Natsuhi pase más tiempo con él que conmigo, y eso que las horas libres que tengo cada vez son menos, todo porque al Srito. Perfección se le metió la genial idea de tomarse un año libre para poder estar con su pequeña y nueva familia, con lo cual, a los demás en la disquera, nos han estado explotando como esclavos.

-“¡Estoy en casa!”- aviso, dejando mis llaves en el recibidor, sin obtener la usual respuesta, dícese, sin conseguir que mi hermoso esposo me reciba con un beso y un abrazo. Enarco una ceja, mirando la nota que quedó convenientemente a un lado de mis cosas.

Fui donde Ale y Jona, no sé a qué hora vuelva

-“Ah, que bonito, por eso me encanta ser yo”- murmuro para mí mismo, en un tono bastante sarcástico, haciendo bola la notita y arrojándola lejos de mi vista. Es el colmo, un bebé que solo balbucea y hace sonidos raros, tiene más atención de mi esposo que yo.

-“¿Te dejaron botado otra vez?”- pregunta como si nada la vocecita de Kyo, haciéndome levantar la mirada en el acto, ya que hace demasiado tiempo que no lo veo en casa.

-“A mí no me… ¿Qué haces tu aquí?”- termino por preguntar, sin poder evitarlo, notando que al instante, su aparente confianza parece esfumarse, ya que de inmediato me aparta la mirada.

-“Bueno… es que… Hyaweh ha estado raro… creo… creo que va a dejarme”- contesta en un susurro, con la vista fija en el piso –“En verdad no me extraña… ¿Quién… quién querría estar con… con un juguete roto como yo?”- agrega suspirando hondo y triste.

Y con solo verlo así, mi enojo para con él también se esfuma, hace ya demasiado tiempo que no lo veía así, tan frágil, tan decaído. Yo igual suspiro, acercándome a él y levantándole el rostro, mirando esos ojitos verdosos tornarse cristalinos.

-“Tu no eres eso Kyo”- replico con suavidad, inclinándome a su altura y viéndolo negar con suavidad.

-“Él tenía razón… estoy roto y no puedo amar, por eso me dejó, porque no sirvo, seguro los otros ángeles también lo notaron y decidieron castigarme así, porque soy un inútil”- siento  una vez más el deseo de salir y matar a ese maldito humano, por dañar a tal nivel a mi mejor amigo, por herirlo y quitarle sus esperanzas, por conseguir que una vez más, pequeñas lagrimitas escapen de sus ojos y terminen en el piso.

-“No es cierto… Kyo, tu siempre has sido bueno con todos, incluso conmigo, sin importar la cantidad de veces que me comporte como un cretino, y también, quieres a Hyaweh… solo que… tienes miedo, lo sé”- trato de consolarlo, abrazándolo un poco, porque yo también le temo a que después de tanto tiempo de no haber hablado, me rechace, más no lo hace, sino que se aferra a mi abrigo.

-“Es que… no sé lo que siento… cada vez que intento comprenderlo, me aterro, ¿Qué pasa si no logro corresponderle como se merece? Tal vez se haya dado cuenta de que  no puedo amar y por eso va a dejarme”- acaricio con cuidado su cabello, no recuerdo la última vez que lo vi tan vulnerable, no, es más bien que no quiero recordarla, porque hacerlo traerá a mi mente aquello que tanto quiero olvidar, el no haber estado para Kyo esa noche, la noche que se quitó la vida solo por ese maldito humano.

-“Tu puedes amar, quien te haya dicho lo contrario es un mentiroso, eres una de las personitas más puras que he conocido, y aun cuando los otros te lastimen, siempre les has contestado con una sonrisa”- replico, es doloroso verlo así, y no quiero ni imaginarme el cómo pudo haberse sentido esa noche, si tan solo no lo hubiese abandonado, tal vez Kyo no estaría sufriendo tanto, pero le fallé, igual que otras tantas veces, le fallé –“No estás roto ni eres inútil, solo estas asustado, pero no debes temer, estoy seguro de que Hyaweh no va a dejarte, es más bien que al igual que todos, está ocupado y debe sentirse muy frustrado de no poder estar contigo tanto como quisiera, para calmar tus miedos, para mimarte y para adorarte como siempre, además, con tantos años encima, su paciencia ha de ser infinita ¿No crees?”- termino por decirle, escuchando una queda risita suya, seguro por lo último.

Lo aparto con cuidado, enjugando las lágrimas que aún quedan en sus bonitos y enormes ojos, pellizcándole la naricita de paso. Me alegra que ya no este enojado conmigo, aunque al mismo tiempo me pone un tanto nervioso que sea únicamente por el distanciamiento del vampirucho ese. Pero mucho no me debe importar, porque después de todo, con las veces que me ha ayudado, es justo que esta vez me use.

-“¿Me puedo quedar aquí un tiempo? En su casa me siento solo”- murmura bajito, y aunque me toma por sorpresa, de inmediato asiento con la cabeza, revolviendo con cariño su cabello.

-“Debería ir por mi esposo, pero tu mientras, puedes volver a acomodarte, esta siempre será tu casa ¿Vale?”- le sonrío, aun cuando no sienta tantas ganas del solo recordar la ausencia de Natsuhi, yo igual me siento solo, y no me gusta, así que comprendo por lo que Kyo debe estar pasando, pero solo en parte, seguro que él se siente peor.

-“Aha, por lo menos te ayudo con la cena, es que seguro que él la quema”- suelta una risita, y yo igual me río, vaya, sin conocer del todo a Natsuhi, es capaz de adivinar sus pequeños y adorables detallitos.

-“Bien, pero que sea un banquete”- contesto con una sonrisa, revolviendo su cabello otra vez, antes de ir de nuevo hacia la salida, escuchándolo correr tras de mí antes de sentirlo abrazarme por la espalda.

-“Elliot, gracias”- murmura tímidamente. Yo suspiro, hasta ahora no me había dado cuenta de lo mucho que extrañaba a mi mejor amigo.

-“No es nada, aunque vas a tener que recompensarme con mucho chocolate”- bromeo, en cuanto me suelta, sacándole la lengua de paso y viéndolo inflar las mejillas en un muy lindo pucherito, definitivamente, lo extrañé, mucho, más de lo que podría reconocer abiertamente.

Por eso, dedicándole una última sonrisa, es que por fin salgo de la que una vez más, es nuestra casa, tan solo espero que todo esto se resuelva pronto, y que en efecto, Hyaweh no vaya a dejarlo, es solo que no quiero que vuelvan a lastimarlo, no así, no otra vez, porque no sé si esta vez podré contenerme y prefiero no tener que averiguarlo.

-

-

El camino hacia casa de Yeidher me lo hago en silencio, creo que cualquier otra persona podría estar tarareando de felicidad por una buena noticia como la de recién pero, yo no, es que de por si no soy de esos que sonríen exageradamente y brincan y saltan por ahí de pura felicidad, desde luego que no, además, no creo que sea un evento del todo alegre si es a causa de algo serio como la posibilidad de que ese tonto vaya a hacerle daño a mi mejor amigo.

Suspiro, tratando de fingir normalidad en cuanto toco el timbre, aguardando porque me abran y así yo pueda proceder a secuestrar a mi esposo porque cada vez me frustra más eso de que me deje solo. Por eso jamás me espero que sea precisamente él quien me abra la puerta, menos llevando a Jonasis en brazos, quien parece muy entretenido en jugar con las lavandas hebras del cabello de Natsuhi, incluso tratando de chuparlas. Una de mis manos se aprieta en un puño y otra vez me siento celoso, en definitiva, esa cosa balbuceante disfruta más de mi esposo que yo, y el solo pensamiento me irrita.

-“Llegué y no estabas en casa”- ¿Desde cuando me volví un esposo celoso y gruñón? Es que me ha salido tal cual reclamo de marido dominante. ¡No me gusta oírme así! ¡Jonasis devuélveme a mi esposo!

-“Eh… es que tu hermano ha tenido que salir y Ale está estudiando”- se excusa Natsuhi, apartándome la mirada, como si en efecto, se sintiese culpable por mi molestia. Suspiro hondo, tratando de calmarme, lo último que quiero es lastimarlo de alguna forma.

-“Creí que había dejado la universidad”- consigo decir, oyéndome ya un poco más normal mientras lo sigo hasta la sala de estar.

-“Si pero, dice que no quiere perder la práctica para cuando vuelva”- contesta, aun sin mirarme, haciéndome sentir todo un idiota.

-“Natsuhi…”- lo llamo apenas, tomando su rostro entre mis manos para que me mire –“Perdón por lo de recién… yo… es solo que estoy celoso de que “eso” pase más tiempo contigo que yo”- confieso al fin, otra vez suspirando hondo, esperando a que se ría de mí, más, sorprendentemente, no lo hace, sino que más bien, baja la mirada de nuevo.

-“Es que… es tan bonito y… tal vez sea porque es el hijo de tu hermano pero, me da la sensación de que también se parece a ti”- murmura apenas, mordiéndose los labios –“Yo… a… a mi me gustaría darte un hijo pero… pero creo que no puedo”- y en cuanto vuelve a mirarme, puedo ver la tristeza en sus hermosos ojos, vuelvo a suspirar, realmente no había pensado en que él comenzaría a preocuparse tan pronto por eso.

-“Tontito, no sabemos si eso es cierto”- le susurro, sonriéndole apenitas y acariciando una de sus mejillas con suavidad.

-“Nosotros no usamos… protección y… y aun así… yo no…”- puedo ver que se sonroja, consiguiéndome hacer sonreír un tanto más, es tan dulce sin siquiera proponérselo –“A veces creo que estarías mejor con una mujer o con alguien de tu especie”- agrega, suspirando hondo, casi con cansancio y decepción, pero más que nada, con algo de arrepentimiento.

-“Puede ser… pero a quien amo es a ti, yo no podría estar con nadie que no fueras tu, te soy enteramente leal, cual perro con su amo, y no tengo intención alguna de que eso cambie; si quieres hijos, entonces hallaré la forma de dártelos, tantos como quieras, porque tu eres mío, eres mi esposo y no te voy a dejar por nada”- no, no lo haré, no lo voy a dejar ni por nada ni por nadie, y se lo voy a repetir las veces que sean necesarias, hasta que lo comprenda, casi hasta grabárselo sobre su piel y su corazón, incluso sobre su alma.

-“Tristan dijo que dirías algo así, porque eres terco como un gato arrabalero”- comenta con una sonrisita tierna, haciéndome enarcar una ceja, ya verá ese vampirucho la que le haré por hablar así de mí a mis espaldas y justo con mi esposo –“También dijo que… que no podemos saber si yo puedo o no… porque… porque ni siquiera he tenido mi primer celo ni nada que se le parezca, aunque ni siquiera sé si voy a tener uno de esos”- otra vez vuelve a sonrojarse y a hacer ese exquisito gestito suyo de morderse los labios, pero lo que más parece hacer a mi corazón correr, es oírle hablar sobre su “celo” vaya cosa interesante sería verlo así, aun más deseoso y sensible de lo normal, entregado, mucho más apasionado y encantador, del solo pensarlo, siento el calor subirme a la cara.

-“Tiene toda la razón, tu eres diferente y por eso es normal que madures de forma diferente”- logro decir, tratando de oírme normal aun cuando no pueda sacarme de la cabeza las imágenes que mi pervertida mente ya se ha ocupado de elaborar sobre mi lindo esposo estando en pleno celo, muy… muy bonito.

-“Yo ni siquiera sé cómo es eso, pero él dijo que cuando me pasara lo sabría”- agrega sonrojándose un tanto más, se ve tan adorable que no puedo evitar mirarlo totalmente embelesado y encantado por él.

-“Seguro que si… y entonces, más pronto de lo que piensas, este hermoso lugar estará lleno por un lindo bebecito en su interior”- le susurro al oído, colocando mi mano justo sobre su plano vientre, acariciándolo con suavidad y cuidado, escuchando a Natsuhi hacer de nuevo ese sonidito similar a un ronroneo, él es tan bello, tanto como un gatito mimoso, y aun más que eso.

Luego ya no puedo contenerme más, mucho menos contentarme únicamente con jugar con el suave lóbulo de su orejita entre mis dientes, sino que, bajando con cuidado, busco sus labios tiernos, besándolos con pasión y urgencia, la misma que siento cada vez que lo beso y noto la forma en que tiembla bajo mi tacto, me encanta tanto, amo cada parte suya, que incluso si no podemos tener hijos, por mí estará bien, mientras pueda seguir a su lado, incluso algo como eso, perderá importancia.

-“Hey gatitos, ¿No creen que es algo pronto como para corromper a mi hijo así?”- pregunta la voz de Yeidher, mostrando cierto reproche, con algo de reticencia me aparto de los labios de mi hermoso esposo, dejándoles una última mordidita, tal y como siempre hago cuando lo beso, antes de mirar hacia mi odioso hermano mayor, parado frente a nosotros, con los brazos cruzados y expresión un tanto enfurruñada.

-“Tu culpa, no deberías dejarlo cerca de nosotros cuando sabes que no puedo sacarle las manos de encima a mi Natsu”- me excuso sonriendo cínicamente, viéndolo enarcar una ceja y bufar un tanto irritado mientras se acerca para retirar de brazos de Natsuhi a mi pequeño sobrino, que se resiste a ello puesto que al parecer le encanta jugar con el cabello de mi esposo.

-“Ya, como sea, gracias por cuidarlo”- contesta rodando la mirada, es que sin importar el qué, el muy tonto sigue sin aceptar a mi gatito, aun cuando ahora sea el Padrino de su hijo.

-“No-No es nada, Jonasis es un buen niño”- replica Natsuhi, jugando con las manitas del pequeño quien gorgotea encantado por ello.

-“Seguro, pero ahora que este llegó a casa…”- interrumpo, señalando con la mirada a Yeidher y abrazando a Natsuhi por la cintura –“Creo que bien podríamos ir a la nuestra a intentar hacer uno que otro bebé ¿No crees mi amor?”- le murmuro al oído, mordiendo con suavidad su orejita y pegándolo más a mí, sintiéndolo sonrojarse y temblar.

-“Pervertido…”- me susurra, con la voz ligeramente cortada y nerviosa, casi como temblándole, yo solo me sonrío por demás divertido, apegándome más a él y frotándome con intenciones nada buenas contra su hermoso trasero, robándole un suspiro solo con eso.

-“Ya vamos a casa o te lo haré aquí mismo, tal vez así se le quite lo mojigato al estúpido que tengo por hermano”- lo amenazo encantadoramente, casi a nada de morder su cuello, deleitándome con el casi gemido que escapa de sus labios y lo hace sonrojar un poco más, casi a nada de hacerme reír por verlo así de nervioso y dispuesto.

-“Ha-Hasta pronto…”- tartamudea adorablemente, escapándose de entre mis brazos y corriendo directo a la salida, con Yeidher siguiéndolo con la mirada antes de dejarla sobre mí, yo solo me encojo de hombros, sonriendo cual niño bueno y saliendo de su vista casi dando brinquitos, si, tal vez diga que no soy de esos pero, con algo así, siempre puedo cambiar.

-“Compórtate”- escucho a Yeidher reñirme, pero yo solo me río, de lo más dispuesto a alcanzar a mi lindo esposito tan solo con la única idea de hacerlo llorar de éxtasis.

--

--

La figura durmiente de François, acurrucado entre las mantas de mi cama, me hace sonreír sin que intente evitarlo, simplemente no puedo, no cuando se trata de él, y es que cada gesto suyo, cada sonrisa, cada mínimo movimiento, me hacen mirarle de inmediato, me encanta y lo amo, más que a nada ni a nadie en el universo. Él es aquello con lo que ni siquiera había soñado, François es mi razón para existir, y cada suspiro que escapa de entre sus labios pequeños y dulces, me recuerdan el porqué debo seguir despierto, para protegerlo, amarlo y cuidarlo, hasta el punto de la adoración, incluso más allá de eso.

-“Otra vez me estas mirando”- murmura suavecito, con sus ojitos apenas abiertos, sonriendo tan dulcemente, que no puedo sino corresponder a su sonrisa, apartando un par de grisáceos mechones de su rostro perfecto.

-“François, ¿Te casarías conmigo?”- sus bonitos orbes verdes se abren completamente sorprendidos mientras sus mejillas toman un intenso tono carmín y se incorpora en la cama, totalmente estupefacto, haciéndome por primera vez detenerme a pensar en lo que acabo de decir. Me sonrío, no me arrepiento en lo absoluto de haberlo dicho, ni siquiera por lo pronto que es, ni por su juventud.

-“Si… si quiero…”- y esta vez el sorprendido soy yo, pero en lugar de demostrarlo, sonrío ampliamente, con la dicha recorriendo cada parte de mi ser.

Me levanto aprisa, corriendo hacia el armario en mi habitación, abriendo cajones al azar sin poder recordar con exactitud el lugar en donde dejé aquello, es que los nervios no me lo permiten, hasta que finalmente suspiro aliviado, hallando por fin la pequeña cajita de negro terciopelo en donde aquello aguarda, entonces otra vez corro, solo que ahora hacia la cama, tomando la blanca y pequeña manita de mi pequeño François, para deslizar en uno de sus deditos una hermosa sortija con una gema verde, casi tan verde como sus ojitos que se muestran cada vez más sorprendidos y brillantes, felices, y aunque nada es más hermoso que él, me siento feliz al contemplar el anillo en su dedo, le queda perfecto, no hace sino resaltar su dulce belleza, esa que me deja sin habla y sin aliento todo el tiempo, más cuando lo tengo en mi cama, entre mis brazos. Dormido, despierto, quieto o sonriendo, todo de él me hace amarlo cada día más y más.

-“Entonces… ¿Serás mi esposo?”- pregunto, solo para asegurarme, es que cuando se trata de él, no puedo evitar el dudar, y eso solo porque sigo sin creerme el que mi pequeño me corresponda, o es más bien, que después de haber vivido tanto tiempo, la confianza es algo de lo que no disfruto.

-“Sip, pero solo si tu me quieres ¿Por qué me quieres, verdad?”- sonrío, empujándolo con suavidad devuelta a la cama, acariciando sus mejillas sonrosadas y mirándolo fijamente; sus ojitos parecen anegados en dudas y parpadea con cierta ansia, mordiendo apenas su carnoso labio inferior, ahí es cuando me doy cuenta, yo no soy el único que esta dudando.

-“Eres lo más importante para mí”- es todo lo que puedo decir antes de tomar sus labios en un dulce beso, tierno y suave, casi tanto como él.

Siento sus delgados bracitos enredarse entorno a mi cuello, acercándome más, yo no me resisto, sino que dejo que nuestros cuerpos se rocen aun por encima de la ropa. Jamás había disfrutado de algo tanto como lo hago con sus besos; para mí, cualquier cosa, persona o lo que sea, comparada con él, es nada, y ya no consigo recordar si alguna vez antes me sentí así. Creo firmemente que no, y pensando en ello, es que por primera vez no me arrepiento de haber dormido tantos años, no cuando he podido conocerle y… y amarle. Porque lo amo, porque por él podría dejar mil veces y más, todo aquello que alguna vez consideré importante.

Más cuando sus lindas piernitas me rodean, atrayéndome aun más hacia él, el apasionado gemido que se me escapa casi es capaz de tapar el ruido de golpes contra la puerta. Entonces gruño, algo molesto, algo fastidiado y más que nada frustrado por no poder seguir así, sintiéndolo retenerme mientras nos besamos.

Dejando un beso en su frente, por fin, así desganado, me aparto de su lado, levantándome y arropándolo con cuidado entre las sábanas de la cama. Mi pequeño solo me sonríe, descansando esa linda carita de la cual tan enamorado estoy, contra una almohada, mientras cierra sus ojitos y suspira, probablemente, pensando en volver a dormirse.

Por mi parte, resignado, camino hasta la puerta, suspirando hondo antes de abrir, aunque tal vez lo último que espero sea justamente que apenas habiendo abierto solo un pequeño tramo, la liza madera sea empujada con fuerza casi contra mi cara, casi, y eso solo porque mis reflejos me bastan para retroceder y evitar el golpe.

-“¿Dónde está?”- el instinto me obliga a retroceder ante tan contundente cuestionamiento proveniente de quien desde hace unos minutos es oficialmente mi cuñado.

Me muerdo los labios apenas, retrocediendo otro par de pasos, no es como que sea un cobarde pero más bien es que pienso que en estos momentos lo último que debería hacer es interponerme en el camino de Wyatt Hawkmore, sobre todo cuando me mira de ese modo tan fiero y hasta salvaje.

Ni siquiera me atrevo a contestarle, tan solo miro de reojo hacia el final del pasillo, involuntariamente, pues sé perfectamente lo que busca, o más bien, a quién. Su mirada me taladra unos instantes más antes de que reemprenda la marcha con una igualmente furiosa Soren tras él.

Tardo en reaccionar, lo suficiente como para tener que correr tras ellos intentando estúpidamente evitar lo inevitable, pero simplemente no lo logro y entonces no me queda más que contemplar con impotencia la brusca manera en que Wyatt levanta de la cama a su hermano pequeño.

Mi pequeño François se queja, tratando de arrebatar su brazo del duro agarre de Wyatt, pero este no lo suelta sino que más bien parece dispuesto a arrastrarlo hasta la salida. Franny lucha, se resiste y yo aun sigo sin poder moverme, paralizado ante tan terrible escena.

-“Lord Kerberos estuvo esperándote por más de dos horas, faltaste a tus lecciones, ¿Para qué? Para estar con esa maldita sanguijuela”- otra vez la voz de Wyatt se deja oír, más dura y más furiosa que al principio –“¿Esto es lo que haces? ¿Escaparte para revolcarte con ese cobarde inútil como una cualquiera?”- agrega, arrastrándole más aprisa.

Siento que por unos momentos mi respiración se detiene, aun más cuando veo los bonitos orbes verdes de mi François tornarse cristalinos mientras las lágrimas se acumulan en ellos ¿Qué hago? ¡No puedo soportarlo más!

-“El… el Príncipe Elliot me dio el día libre”- replica apenas, otra vez intentando zafarse, pero basta con ver la mirada cada vez más furiosa de su hermano como para que aparte la suya, y es justo cuando por fin me muevo, buscando arrebatárselo, que alguien se me adelanta, acurrucando a mi pequeño entre sus brazos de manera protectora, tal y como yo debería de estar haciendo. Tal vez Wyatt tenga razón, tal vez si soy un inútil.

-“No me parece que esta sea la forma de tratar a tu hermano pequeño, Wyatt”- advierte en tono cauto Lord Arien Hawkmore, acallando contra su pecho el llanto del más pequeño de sus hijos.

-“Vaya, parece que crees que permitiéndole sus deslices vas a reparar todo el tiempo que no estuviste”- le contesta con saña, probablemente porque sabe que con eso conseguirá hacer retroceder a su padre, más este no dice nada, solo calla, mirándolo fijamente –“Pues al menos yo no pienso permitir que arruine su vida al lado de una sanguijuela estúpida”- agrega, esta vez mirándome con odio, aun más odio del que de por si me tiene.

-“No-No lo llames así, él es… él es mi prometido… él… Tristan me pidió matrimonio”- se atreve a decir mi pequeño, consiguiendo que tanto sus hermanos mayores como su padre, lo miren.

-“¿Es así?”- le pregunta con suavidad su padre, pero mi Franny ya no contesta, solo asiente con la cabeza –“Me alegro tanto, estaba muy preocupado por lo que pudiera pasarte en el futuro, pensé que no podría protegerte”- y parece tan sincero, tanto que otra vez me quedo sin poder decir nada mientras sus hijos mayores lo miran estupefactos.

-“¡Estás loco! ¡Tu no puedes siquiera llamarte padre, eres solo un tonto!”- le grita Wyatt, cerrando sus manos en puños, tal vez tragándose las ganas de golpearlo como parece creer que merece.

-“Yo no podía permitir que mi hijo fuese atado a alguien solo por capricho, por utilizarlo como un adorno”- replica, mirando seriamente hacia el mayor de sus hijos. No entiendo lo que dice, por eso de nuevo me quedo callado, sin poder siquiera defenderme o defender mis sentimientos por François.

-“¡Es lo mismo! Ese tipo solo quiere a Ninny porque es un D’Autriche”- replica de inmediato, consiguiendo hacerme fruncir el ceño, yo no quiero a Franny por ser un…

-“¿Un qué?”- por fin consigo que la voz me salga y solo para eso, realmente me siento estúpido.

-“Claro, como si no supieras que nosotros somos los últimos D’Autriche, que convenientemente están delgada y delicadamente emparentados con los Valmontt”- su mueca y su tonito irónico me molestan, tanto que ahora soy yo quien siente deseos de golpear.

-“¡Yo no lo sabía!”- me defiendo enseguida, y es la verdad ¡No lo sabía! O más bien es que en todo este tiempo no había pensando que mi Franny fuese uno de esos D’Autriche –“Y de todas formas, no hagas que esto parezca que únicamente le quiero por eso, ¡Porque no es así! Siempre es la misma maldita cosa, como si creyeran que estoy obsesionado con Nahra o algo así”- agrego, porque estoy seguro de que es así y no es más que una mentira, ¡No lo estoy!

-“¿Y no es así?”- Soren por fin me dirige la palabra, en tono bastante cauto y medido, cruzándose de brazos mientras me mira fija y taladrantemente.

-“Nahra era mi amigo, no merecía morir del modo en que lo hizo y… y Astaroth, él era demasiado bueno también, ninguno de los dos debió morir, no así… por eso me escapé, no quería terminar igual que ellos, no quería que me usaran bajo tontas excusas, por eso incluso ahora me niego a ocupar mi lugar, por ellos… por Nahra y por Astaroth, juré mantenerme con vida”- ni siquiera me importa lo que piensen de mi en estos momentos, podré verme cobarde por querer huir así de mi destino, pero ese es el punto, es MI destino y no planeo permitir que otros lo decidan, no si puedo evitarlo, además, aun si no me comprenden, los ignoraré, porque ellos no vivieron lo que yo viví y nunca sabrán cuan horrible fue.

-“Vaya, y en tan brillante estrategia, ¿En dónde entra mi hermano eh?”- esta vez es Wyatt quien me interroga, yo suspiro, negando levemente con la cabeza, pensando lo más fríamente que puedo, mi respuesta.

-“No planeé conocer a François”- admito al fin, evitando mirar el rostro de mi pequeño –“Solo tenía sed, y aun cuando me arrepienta de haberlo mordido, no me arrepiento del tiempo que he pasado a su lado, de eso nunca, porque con cada instante me siento cada vez más y más atraído, a tal grado de que solo si él lo desea me iré”- tal vez con esto este haciendo que tanto Wyatt como Soren se replanteen que tan fuerte quieren golpearme, pero eso tampoco me importa, no ahora.

-“No quiero…”- susurra apenas la vocecita de mi pequeño, aun pese a su llanto. Cierro los ojos, suspirando hondo, y es que tal vez en un principio se trataba solo de mí y mi deseo de honrar las vidas de todos aquellos a quienes perdí, pero ahora ya no es solo eso, ya no más.

-“Entonces no me iré”- sonrío, esperando la golpiza, total, en algún momento me iban a pegar y de por si no planeaba defenderme mucho, no si con eso consigo que ellos me dejen en paz.

-“¿Qué pretendes realmente?”- pregunta Soren, con un tono por demás serio y un tanto demandante; en cierto modo la comprendo, porque tal vez yo me portaría igual, después de todo, se trata de su hermano menor, ese que ella tuvo que educar casi sola, siendo una niña también.

-“Quiero casarme, con François, tener una familia, un hogar, pasar cada día a su lado, protegerlo, reírme de cada pequeño gesto caprichoso que tenga y cumplírselos todos; quiero irme a la cama cada día y pensar en despertar a su lado al día siguiente, no en volver a quedarme sumido en un profundo sueño, solo; quiero salir a todas partes y caminar de la mano con él, sin que me importen las miradas de los demás, quiero… quiero sentirme vivo y pensar que vale la pena estarlo si con ello consigo hacerle sonreír, si con ello François es feliz, solo eso”- suspiro hondo, esperando al momento en que se ría de mí y de mis obvios caprichos, eso, además de que aun sigo esperando por la golpiza, sé que haga lo que haga, de eso no me voy a salvar, e incluso estoy preparado para que me fastidien por el resto de mis días pero mucho no me va a importar si tan solo me permiten quedarme al lado de François.

-“Si te atreves a  dañar a mi hermanito o a hacerle llorar, te las voy a cobrar muy caras, esa parte tuya que tanto amas, te la voy a cortar y a dársela a las mascotas del Emperador como alimento”- la miro todavía sin creérmelo, pese a tan certeras y amenazadoras palabras e incluso pese a la macabra sonrisita que me dedica, ella… Soren… me está aceptando y yo no puedo sino parpadear confundido mientras intento decir algo pero no lo logro, ella parece notarlo porque incluso se ríe. Me debo ver tan idiota en estos momentos que solo aparto la mirada, sintiéndome avergonzado con todo esto.

-“Lo mismo digo, si escucho una sola queja, te haré llorar”- agrega Wyatt, sonriendo ladino. ¿Eso es todo? ¿Sin golpes? O tengo demasiada buena suerte o más bien es que ellos son demasiado piadosos, ¿Y por qué me estoy dejando que me griten y amenacen si el mayor aquí soy yo? ¡Que tonto! Aunque si con eso me dejan en paz, supongo que lo vale.

-“Al menos de ahora en adelante, podré dormir tranquilo sabiendo que tu no cometerás mis errores, y tal vez así, Soleil igual sea feliz, viendo que no fallé como padre, o no al menos del todo”- esta vez es Lord Arien quien habla, y aun cuando sonría levemente, puedo ver la tristeza en su rostro, es tanta que me hace querer preguntar, pero lo evito, porque al menos por hoy, lo último que quiero es volver a ponerle un punto triste al día.

-“Supongo que Papi estará feliz mientras Ninny no llore”- comenta casi como si nada Wyatt, casi, porque puedo ver que me dedica una sonrisa nada agradable, como recordándome la que se va a armar si le fallo a mi pequeño.

-“¡No lo hará!”- replico en seguida, ya un tanto fastidiado de que duden tanto de mí y estando a nada de cruzarme de brazos y virar el rostro mostrando mi indignación, pero no lo hago, no les daré motivo para que me consideren un inmaduro, irresponsable, cobarde y tonto otra vez.

-“Papá… ¿No me vas a dejar ahora verdad?”- pregunta la vocecita de mi Franny, apenas en un susurro apenado mientras se aferra con fuerza a su padre.

-“Claro que no pequeño, tal vez ahora tendrás un buen esposo que te cuide y te quiera, pero no por eso dejarás de tener un padre, siempre voy a ser tu papá y por eso no me vas a perder nunca, nunca”- me sonrío al escucharlo susurrándole eso con tanto cariño y afecto; me sonrío pero igual siento algo de nostalgia, ojala mis padres hubiesen sido así, pero no lo fueron, a ellos solo les importaba conservar el orgullo y tradición de la familia, al menos… al menos les agradezco permitirme conocer a Astaroth y Nahra, tal vez eso haya sido lo único bueno que hicieron por mí.

-“Y ni creas que te desharás de nosotros tan fácilmente, porque te vamos a estar vigilando por el resto de la eternidad”- advierte Wyatt, sonriendo de forma un tanto burlona y captando así mi atención, otra vez sonrío, comprendiendo por fin la clase de sentimientos que pese al poco tiempo compartido, desarrollé hacia ese par de personas a las que tanto añoro, ellos, Nahra y Astaroth, eran los hermanos que siempre quise, y tal vez es por eso que me aferro tanto a sobrevivir, por ellos y por… por mí, aunque más bien, ahora es por François.

 Si, por François, por ese dulce niño que aunque se sienta dolido por la forma en que su hermano le ha tratado, de todas formas le sonríe, apenitas, mostrando que no le guarda rencor alguno. Entonces yo siento que lo amo aun más, por ser ese niño tan hermoso que sin siquiera proponérselo, con una sola mirada, puso mi mundo de cabeza; pero no me importa, no si puedo estar a su lado, no cuando ahora sé, que dentro de poco, ese precioso niño al que miro con tanto amor y anhelo, será mi esposo, mío por la eternidad, mío hasta que el último suspiro se escape de entre mis labios e incluso mucho más que eso, mío hasta el fin de los tiempos, mío tanto como yo soy suyo, suyo y de nadie más, porque le pertenezco, a él y solo a él, porque con solo mirarlo, sé que todo irá bien, con solo mirarlo me siento vivo, sonrío y el pasado deja de ser pasado para convertirse en una bruma a la que ya ni siquiera me importa mirar, porque François es, François es… mi inicio y mi fin, mis sonrisas y mis silencios, François es… es mi todo…

-

-

-

Notas finales:

Luri, luri, luri, antes de que diga algo más, les dejo la sortija de Franny >w<


http://i753.photobucket.com/albums/xx179/Hanna_Darko/Luz%20En%20Mi%20Oscuridad/FrannyRing.jpg


Chicos, estoy muy feliz de estar de vuelta, feliz y agradecida por todas las palabras bonitas que me dedicaron para darme apoyo, gracias eso me me emociona decirles que además del hecho de que Luz En Mi Oscuridad esta a nada de alcanzar las 14 000 entradas, quiero comentarles que ya estoy trabajando en los últimos capítulos de la historia, lo cual me tiene por demás encantada, aparte, vamos a felicitar a Elliot por que su duro trabajo rindió frutos jajajajajajaja


Elliot: Cállate, me duele todo, creo que me voy a morir -tirado en el suelo sin moverse.


Hanna: Aplausos a Elliot porque ya hizo a Momiji jajajajajajajajajajajaja, no les digo que felicitemos a Natsu porque necesita dormir bien  de ahora en más ^^ y además, qué les hace pensar que el nuero es para por parte de Momiji? Momiji ya tiene su futuro andando dando de tumbos por el mundo, más cerca de lo que creen ohohohohohohohoho y, para los que lo pidieron, les presento al nuero de Elliot


Aishi Raisie Nightfall


http://i753.photobucket.com/albums/xx179/Hanna_Darko/Luz%20En%20Mi%20Oscuridad/AishiRaisieNightfall.jpg


Les dejo de tarea que averiguen que clase de criatura es nuestro pequeño Aishi, pero de una vez, no es demonio, vampiro, licántropo, humano ni no humano, así que... intenten adivinar y...


Muchas gracias a todos por su apoyo y, viendo que muchos autores lo están haciendo, yo igual pregunto, ¿Cuántos chicos hay por acá? Haber, alcen la manita y reporténse aunque sea por una vez >w< 


También, les agradezco por todos sus muy bonitos reviews, espero muchos más, me harán la mar de feliz pero mientras tanto, le doy mis más infinitas gracias a:


Princess Natsu, Darkvampire, Alvasa-chan, Artemis-chan, Rima-chan, Soren Onee-san, Tsubaki-chan y Carmesí-chan (bienvenida al barco) también, disculpen que no a todos les haya contestado el review pero, miren, tuvieron al Príncipe Yeidher en persona contestándoles >w< (Por cierto, gracias hermanito por cubrirme, te quiero)


Eso es todo por ahora gente linda, nos vemos dentro de dos semanas y, tengan mucho éxito en todo lo que hagan, pero más que nada, sean muy felices, diviértanse y vivan al máximo ^^


Au Revoir~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).