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Luz En Mi Oscuridad por Darko Princess

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Notas del capitulo:

Hola gente linda, disculpen por el retresa pero bueno, fue por causas algo de fuerza mayor, pero, les contaré abajo, para que primero disfruten el capítulo y, finalmente, la entrega del premio de la trivia ^^


Nos leemos abajito >w

XXXIII

Detrás De Esos Ojos Has Que Mienta La Verdad

 

 

Abril  2010

Después de colocar el fino plato de porcelana importada y cerrar la pequeña puerta de la alacena, me doy cuenta de que por fin se ha terminado, aquello que tanto había querido postergar, finalmente, luego de más de tres meses que se me han hecho eternos, nuestra mudanza esta completa. Suspiro hondo, dándome la vuelta y apoyándome contra el mesón, evitando a toda costa mirar a la persona frente a mí.

-“Deberías intentar sonreír aunque sea un poco, de ese modo él no se vería obligado a no dejarte solo”- otra vez no me atrevo a mirar, tan solo escucho a Tristan suspirar.

Lo sé, sé que debería fingir que todo está bien pero, simplemente no puedo, cada vez que miro mi mano y veo el anillo en mi dedo, recuerdo esa horrible noche, la que debió haber sido una de las más hermosas en mi vida y que terminó siendo mi ruina. No quiero hablar de eso, no me gusta, pero parece que ese es el tema que a los demás les gusta obligarme a escuchar. Esta vez ya ni me resisto a ello, tan solo termino sentándome frente a él, todavía sin mirarlo.

-“Es mi culpa, mi sola existencia hace daño”- murmuro apenas, sonriendo con tristeza, porque es la verdad, si no fuese por mí, Remi y el Príncipe Connan no estarían sufriendo; si no fuese por mí, Haylley tampoco se estaría presionando tanto con reunir a su Familia; si no fuese por mí, entonces Elliot sería feliz.

-“Eso no es cierto y lo sabes, son ellos los equivocados”- me contradice en seguida, aunque mucha atención no le presto, más bien, estoy pensando igualmente, que de no ser por mí, entonces él no estaría aquí haciéndome el canguro.

-“No importa, yo solo quiero… ya no estorbar, irme… desaparecer con tal de que nadie salga herido, solo yo, como siempre debió ser”- últimamente no he dejado de pensar en lo mismo, en que tal vez todo estaría mejor si yo no estuviera, pero no me puedo escapar, y eso lo sé, tanto como ahora sé que mi unión con Elliot no es ninguna mentira, que si algo llegara a pasarme él… él…

-“¿De verdad quieres eso?”- me pregunta en un muy serio murmullo, yo asiento con la cabeza, sonriendo apesadumbrado porque conozco cual es mi realidad.

-“Si, es lo mejor, pero no hay forma de romper el vínculo que me une a Elliot”- contesto, sintiéndome cada vez más miserable, porque ahora, mi matrimonio, aquello que tanta felicidad me había dado, se ha vuelto mi prisión, una de la que nunca podré escapar.

-“De haberla, ¿Estarías dispuesto a ello?”- esta vez si levanto la mirada, centrándola en la de Tristan, sin poder creer que él justamente me este insinuando algo así, haciéndome dudar terriblemente de sus verdaderas intenciones.

-“¿La hay?”- me atrevo a preguntar, con la voz temblándome y mirándolo casi con desesperación, más él solo asiente con la cabeza, haciendo que mi mundo se paralice por unos instantes –“¿Por qué…?”- trato de saber la razón por la cual él me diría algo así contra toda lógica, pero no logro que las palabras me salgan, no cuando mil y un pensamientos a la vez corren por mi mente.

-“Porque no quiero que seas infeliz ni que mueras triste, igual que Nahra”- es toda la respuesta que necesito. Tristan más que hacerlo por mí, lo hace por mi abuelo, por su lealtad a él y al doloroso recuerdo de su muerte, trágica, casi tanto como lo ha sido mi vida por culpa de los Lee.

-“Dime…”- trato de exigir, aunque más bien me sale como un ruego desesperado, si, estoy desesperado, porque por más que ame a Elliot, o más bien, porque precisamente por eso, tengo que tener la fuerza suficiente como para dejarlo libre de mí.

-“Lo haré, pero en cuanto este hecho, iré contigo”- ¿Qué? No puede hablar en serio, no puede insinuar que solo quiere hacerlo porque le es conveniente, porque con ello conseguirá hacerse conmigo.

-“No, no puedes hacerle eso a François”- casi le grito, a nada de levantarme, y sintiendo la mirada hacérseme agua. Últimamente lloro mucho, y me duele, me duele porque me había jurado no hacerlo más, pero es que ante mi desdicha, hace ya demasiado que no hayo consuelo alguno.

-“Los Vampiros me han exigido que asuma mi lugar, me niego a hacerlo, y más que nada, me niego a permitir que ellos controlen mi vida, además, será lo mejor para François, lo amo, pero mi gente jamás nos dejaría estar juntos”- quiero suspirar con alivio al saber que no es por mí, más no lo consigo, no cuando sé que en realidad él lo hace por proteger a Franny de un destino doloroso, sacrificando su amor con ello.

-“Pero…”- intento replicar. Tristan solo niega con la cabeza, haciéndome callar y morderme los labios con frustración.

-“¿Lo harás o no?”- me corta, probablemente no queriendo retrasar lo ya inevitable, la única solución para tan terrible situación.

-“Si… solo dime”- contesto en un murmullo, una parte de mí se niega a oírlo, la parte que me dice que me quede y pelee, que me quede al lado de Elliot, solo amándolo, sin que me importe más nada, la otra, la otra dice que debo darle su libertad, que tal vez de ese modo él halle a alguien mucho mejor que yo, alguien que pueda darle todo lo que yo no puedo.

-“Rompe su corazón”- ¿Qué? Siento que es el mío el que se congela del solo escucharlo, no puedo hacer eso, ¡No puedo! –“Hazle creer que no lo amas, convéncelo, hiérelo de ser necesario, es la única forma de obtener tu libertad, solo así podrás huir sin temer que él salga lastimado si algo llega a pasarte”- ¡No puedo!, ¡No puedo!, mientras más habla, más me duele, ¡No quiero hacerlo! Lo amo tanto que la sola idea de dañarlo me mata, y no quiero, así como tampoco quiero dejarlo.

-“Es-está bien”- me obligo a decir, porque la razón le ha ganado a mi corazón, porque es lo mejor, ya que cuando ellos me encuentren, al menos en mi último aliento, sabré que Elliot podrá seguir viviendo y eso será suficiente para permitirme morir en paz.

-“Bien, tendré todo listo”- y eso es todo, con ello he sellado mi destino, solo asiento con la cabeza, sin siquiera dignarme a verlo marcharse, seguramente para comenzar a preparar nuestra huída.

Me levanto, sintiendo que cada paso es más difícil que el anterior, obligándome a llegar hasta la habitación que apenas esta mañana he compartido con quien es aun mi esposo. Me muerdo los labios, odiando el momento en que vuelvo a sentir las lágrimas recorrer mi rostro, soy débil, soy tan cobarde que por eso no puedo quedarme y pelear por lo que quiero. Pero más que eso, me odio, odio haberme vuelto la patética criatura incapaz de parar de llorar, que ahora soy.

No quiero oír más mi llanto, por eso todo lo que hago es ocultarme bajo las sábanas de la cama y abrazarme a la almohada que apenas esta mañana mi Elliot ha utilizado, mi Elliot, pronto él ya no será más mío ni yo tampoco suyo. Me duele tanto, me destroza por dentro y termino acallando mis gritos de agonía contra su almohada, sintiéndome morir. No quiero hacerlo, no quiero dejarlo… no quiero olvidarlo, no, peor, no quiero que una vez me haya marchado, él me odie y luego me olvide, no quiero… no…

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Sentado en una banca, miro mis lágrimas caer sobre el asfalto. Hoy iba a decírselo, y entonces los he escuchado, él se irá, Tristan se irá, va a dejarme para marcharse con el Príncipe Natsuhi, para que su gente no lo encadene, para ser libre de ellos y… y de mí.

Trato inútilmente de acallar mi llanto con mis manos pero no puedo, entonces todo lo que hago es abrazar mis piernas contra mi pecho y enterrar el rostro en mis rodillas, sintiendo el dolor de mi alma rota. ¿Qué… qué voy a hacer contigo bebé? Pienso inevitablemente, llevando casi sin querer una de mis manos a mi vientre, presionándolo apenas.

¿Por qué fui tan tonto al pensar que podría tener una vida a su lado? Jamás debí ilusionarme así, jamás debí ser tan descuidado y permitir que algo así me pasara. No, no me arrepiento, porque aun sabiendo que va a dejarme, me queda el pequeño consuelo de que algo suyo se quedará conmigo y de que se irá para no condenarnos a ambos a una vida infeliz bajo la opresión de su gente.

-“Tienes un papá muy valiente pequeño Soleil, solo esperaba que pudieras conocerlo”- murmuro apenas en un hilo de voz, sintiendo el nuevo ataque de llanto que reduce todo lo demás a nada.

Yo también huiré, antes de que él lo haga, para no hacerle dudar, estaré mejor al lado de Assassin, donde ningún peligro pueda dañarnos ni a mí ni a Soleil, será lo mejor para los tres, de ese modo, así, sin que Tristan sepa nada, podrá irse en paz y nosotros seremos libres.

-“Así nadie podrá arrebatarte de mi lado mi pequeño”- si, así los vampiros no sabrán de nuestro bebé y no podrán arrebatármelo, y aun si lo intentan, no lo permitiré, aun cuando tenga que recurrir a mis Padrinos para impedirlo, no permitiré que me lo quiten.

Es todo lo que puedo hacer, y aun así saberlo es tan doloroso, que por eso, mientras consigo calmarme un poco, tan solo lo suficiente como para volver al trabajo, me quedaré aquí, donde nadie pueda encontrarme, donde pueda estar solo con mis pensamientos y con mi bebé.

Un lugar donde pueda convencerme de que dejar ir a Tristan es lo mejor, un lugar donde pueda, o por lo menos intente, sellar mi corazón…

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Cansado, por fin entro al que desde hace unos meses es mi hogar, aun me siento tan ajeno a este nuevo departamento, sin importar que sea idéntico al anterior, tal vez solo porque mi mente no deja de repetirme que no es el mismo, ni el departamento ni nada, no ahora que sé que mi mundo ha sido cortado.

Y por eso, caminando casi sin ganas, dirijo mis pasos hacia la que desde hace tan poco, es mi habitación, no, mía y de Natsuhi. Pero cuando cierro la puerta tras de mí, no puedo sino quedarme quieto al ver a mi esposo sentado sobre nuestra cama, con la cabeza gacha y varias maletas a sus pies. Parpadeo confundido, intentando vagamente comprender o tan siquiera decir algo, pero no lo logro.

-“Esto se terminó”- es él quien habla, centrando su mirada en la mía, yo solo me río, ¡No puede estar hablando en serio! ¡No puede!

-“No intentes jugar conmigo”- contesto, conteniendo mi voz lo más que puedo, escuchándolo suspirar.

-“Perdóname por quedarme tanto tiempo a tu lado, por ilusionarte cuando solo te estaba usando para huir de mi familia”- parece tan serio, tan sincero, que por un momento, por unos breves instantes me obligo a cerrar los ojos y suspirar hondamente, negándome a escucharlo, porque simplemente nada de lo que dice es cierto.

-“Estas mintiendo”- eso es todo lo que digo, volviendo a clavar mi mirada en la suya, enfrentándolo para que no intente escaparse siquiera.

-“No, no lo estoy, lo siento Elliot, no te amo”- por un momento siento que el aire se me va, que todo en mi entorno se paraliza y que ni siquiera puedo respirar, al siguiente, al siguiente solo vuelvo a reírme, esto en serio que no está pasando.

-“¡Mientes!”- grito al fin, mirándolo estremecerse por la furia impresa en mi voz, como una tácita amenaza de todo aquello que puedo hacer.

-“Es la verdad, no te amo, nunca te he amado y nunca lo haré, solo te usé para huir de mi familia, lo hice porque me era conveniente, todo este tiempo no he hecho más que utilizarte y ya no puedo más, por mi culpa, por culpa de mi egoísmo, alguien de tu familia ya ha muerto y los demás están en peligro, así que no puedo quedarme más”- parece tan sincero pero, es eso, me basta solo con eso, para saber que en realidad la mentira es lo de ahora, él no puede engañarme, no a mí, y ahora me río como histérico solo por haber dudado por un momento de él y de sus sentimientos.

-“Nunca te he dicho el lema de mi Familia ¿Verdad mi amor?”- suelto con una sonrisita burlona, deleitándome con su expresión desesperada.

Quieres huir Natsuhi, yo lo sé, quieres herirme porque crees que así te dejaré ir, pero no lo haré, yo no soy tonto, no nací ayer, y aun de haberlo hecho, seguiría siendo Elliot Ewon Darko, 2do Príncipe de la Familia Imperial Nocturna, y también, seguiría siendo Cheshire, el rastreador, y tu, esposo mío, mi presa, una que no tiene escapatoria alguna.

-“No…”- apenas murmura, temblando levemente, probablemente porque mi expresión le asusta.

-“Mi Padre, Romeo, me lo dijo desde antes de que aprendiera a hablar “Detrás de esos ojos, has que mienta la verdad” y yo lo aprendí bastante bien”- contesto con una sonrisita complacida, conmigo mismo, por ser quien soy.

-“No entiendo”- susurra quedo, haciéndome ensanchar mi sonrisa.

-“Significa amor mío, que te casaste con un mentiroso perfecto, uno al que nadie puede engañar, no sino lo desea, y no lo hago, tu no puedes mentirme porque por más que te esmeres, tus ojos me muestran cuanto me amas, en cambio yo, yo puedo hacer lo que quiera, podría mentirle a mi propio Padre y no se daría cuenta, ni por asomo, podría mentir de tal modo que obtendría siempre lo que se me viniera en gana y tu no serías la excepción, así que escúchalo bien, porque esta vez te seré muy sincero, no voy a dejarte ir nunca, eres mío Natsuhi Nori Kazuma Lee, solo mío”- me le acerco en un parpadeo, tomando su mentón con una de mis manos y susurrando lo último a su oído, escuchando su respiración agitarse ante mi cercanía y los latidos desbocados de su corazón, haciéndome sonreír autosuficiente, pagado de mi mismo.

Porque es la verdad, no voy a dejarlo escaparse. Lo empujo sobre la cama, colocándome sobre él, apresando sus muñecas con una mano por sobre su cabeza en cuanto lo siento intentar forcejear. Le sonrío a su rostro aterrorizado antes de tomar sus labios con fiereza, escuchándolo quejarse ante mi fuerza, pero esta vez no me importa, no, desde luego que no, por eso es que fingiendo ignorar sus constantes negativas, fuerzo un espacio entre sus piernas, apartándole la ropa aprisa sin siquiera soltarlo o dejarlo rehusarse ante mis bruscas caricias.

-“No, Elliot… por favor… no…”- me ruega, con la mirada cristalina, y aunque me duela verle así, otra vez lo ignoro mientras me deshago apenas lo suficiente de mi ropa.

-“Tu lo has querido así amor mío, y si esta es la única forma de forzarte a decir la verdad, entonces lo haré”- murmuro contra sus labios hinchados, fijando la mirada en la suya mientras mi única mano libre levanta una de sus piernas, obligándole a rodearme con ella la cadera.

Y aun así, pese a sus constantes forcejeos, y pese a que me duele tener que llegar a esto, sin siquiera apartar la mirada de la suya, me hundo en su interior, escuchando el grito desgarrador que escapa de sus labios y que llena la habitación y me obliga a detenerme en cuanto estoy por completo dentro.

-“Perdóname, por favor, Elliot, perdón, no quería que ellos te lastimaran, esta era la única forma de salvarte, si tan solo me hubieses creído, si hubieses tornando tus sentimientos en odio, entonces los dos hubiéramos sido libres, y yo… yo podría morir sabiendo que hice lo correcto por ti, porque te amo”- por fin suelto sus muñecas, mirando sus ojos cristalizados en lágrimas que corren por sus rosadas mejillas.

Lo abrazo, tratando de acallar su llanto y de no sentirme tan culpable por haber llegado tan lejos con tal de hacerlo razonar, tal vez se me ha ido la mano, pero supongo que fue porque él no me ha dejado más opción que esta, y aun si tengo que soportar cargar con el pecado de haberlo obligado a esto, al menos sabré que valió la pena.

-“Cariño, no podría haberte creído cuando incluso mientras duermes me murmuras que me amas, solo siento haber tenido que lastimarte para que cambiaras de parecer”- susurro contra su oído, suspirando hondo porque por fin el mal momento ha pasado, o al menos eso quiero creer.

-“Si, ya sabía que eras un salvaje, solo que no pensé que tanto”- murmura en tono juguetón, riéndose un poquito pese a su llanto, haciéndome amarlo aun más, si es que eso es posible –“Será mejor que lo remedies haciéndome el amor justo como se debe ¿Eh?”- agrega, lamiéndome el mentón y robándome un muy placentero suspiro y otro más en cuanto con ambas piernas se aferra a mis caderas, arqueándose lo suficiente como para hacerme entrar más en él.

-“Tus deseos son ordenes, mi amor”- termino por susurrarle, sonriendo de lado en cuanto retrocedo solo un poco para iniciar el delicioso vaivén que ha de llevarnos a ambos al más puro y primitivo de los delirios.

Sus manos parecen indecisas sobre si sujetarse a mis hombros o a mis brazos pero eso no puede sino importarme menos porque en todo lo que puedo pensar es en empujarme una vez y otra vez dentro de su exquisito y húmedo interior, sintiéndolo cerrarse entorno a mí, succionándome más y más, y haciendo sonidos que solo me incitan a moverme más aprisa.

Y entre tantos suspiros y gemidos, mi lengua roza sin querer uno de mis colmillos, sintiendo cuan largo es, desatando mi deseo por morderle cuanto más rápido me entierro en él, mis labios buscan desesperados un lugar en el cual cerrarse, dejándome sentir de repente algo aterciopelado y sedoso, terso, suave. Muerdo apenas, los gritos apasionados de Natsuhi no hacen sino crecer, tanto como la intensidad de mis movimientos mientras succiono aquello que muerdo.

-“Elliot… más, muérdeme más”- me ruega y me distraigo cuando algo suave y aterciopelado roza uno de mis brazos, casi enredándose, pero otra vez me pierdo sintiendo la manera en que Natsuhi se mueve, desesperado por tenerme tan dentro que casi me sea imposible salir de él.

Y no lo rechazo, ni eso ni la delirante idea de morder más aquello que tengo entre mis dientes y que mi lengua recorre con tanto esmero de forma tan inconsciente. Abro los ojos, sin siquiera recordar el momento en que los cerré, y mi mirada nublada por la pasión y el deseo que mi esposo despierta en mí, se topa con aquello que tan afanosamente retienen mis colmillos. La blanca, peluda y felina orejita se muestra mojada por mis atenciones y aun cuando me sienta curioso ante ella, el solo sentir a Natsuhi atraparme más en su interior me hace casi gritar de gozo y guiar inconscientemente mis colmillos hacia una nueva víctima, igual de blanca y peculiar que la otra.

Por todos los Demonios del infierno, se siente tan irreal que por ello, respirar se me hace hasta difícil, y no me importa, no cuando mi mano termina jalando una blanca y felina colita. Natsuhi grita más fuerte, empujándome con sus talones con tal de hacerme acelerar las embestidas contra su dulce y tierno cuerpo.

-“Más… por favor más…”- suplica totalmente ido, tanto como yo, que no hago más que obedecer, entrando lo más rápido y fuerte que puedo, hundiéndome hasta el fondo, hasta tocar su punto dulce con cada acometida –“Si… si… así… así… Elliot… te amo… te amo… yo… ¡Elliot!”- y con un último grito suyo siento mi universo paralizarse mientras me dejo ir en su interior, apenas escuchando la respiración agitada de ambos mezclada en una sola.

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Quería huir, y no pude, quise engañarlo, convencerlo de que no lo amo y tampoco pude, y ahora, ahora solo siento el gozo apoderarse de mí en cuanto lo siento llenarme, más aun así, no es suficiente, quiero más, me siento caliente y desesperado porque me tome otra vez, y otra y otra y otra, hasta que todo esto que siento desaparezca de mi cuerpo.

Me quejo en cuanto lo siento salir de mí, y aun cuando trato de respirar lo mejor que puedo, el calor y su aroma nublan todos mis pensamientos. Estando así, debajo de él, me doy la vuelta, casi comenzando a restregarme contra él con tal de que calme mis ansias.

-“Elliot… otra vez… tómame otra vez”- le ruego, mirándolo por sobre mi hombro, viendo sus mejillas rojas y su cabello adherido a su frente por la fina capa de sudor que cubre su cuerpo.

Pero él no me contesta nada, más bien comienza a apartarse y yo quiero llorar al verlo hacer eso, aunque me calmo al ver que solo lo hace para quitarse la ropa por completo. Lo contemplo casi con hambre, quiero que me abrace, que me bese y que me haga suyo hasta que ninguno de los dos pueda respirar más, y me sonrío en cuanto vuelve a estar sobre mí, levantándome mis caderas solo para hundirse en mi interior.

Grito, sintiéndolo duro y caliente en mi interior, y vuelvo a gritar en cuanto me muerde y comienza a embestirme con fuerza, haciéndome sentir casi desfallecer del placer que siento al ser penetrado por él, al sentirlo hacerme el amor tan apasionado como nunca antes lo había sentido.

Las lágrimas caen por mis mejillas, pero esta vez no son de dolor o de tristeza, sino más bien de gozo, el mismo que siento con cada acometida en mi interior. Me aferro a las sábanas y me muevo con tal de sentirle más. Creo que me estoy volviendo loco por solo estar así con él, pero no me importa, no mientras pueda sentirlo así, no mientras me muerda y luego deje besos por todas aquellas partes de mi cuerpo que están a su alcance.

Sus manos sujetan mi cintura y mi propia dureza, haciéndome gemir y gritar todavía más, pero en lugar de pedirle que pare, de suplicar porque me deje, quiero hacer todo lo contrario, rogarle porque me ame más y más, porque me…

-“¡Ahh!”- gimo sin recato alguno, cuando me muerde más fuerte que las veces anteriores, cuando… cuando…

-“Natsuhi…”- me murmura tersamente mientras que yo solo vuelvo a gritar sintiéndolo llenarme con su simiente de nuevo, y aun así, aun así no puedo detenerme.

Quiero más, mucho más. Y esta vez no necesito pedirlo porque él sale de mí solo para darme la vuelta y llevar mis piernas hasta su hombro, penetrándome de nuevo, haciendo que esta vez me aferre a la almohada y me muerda los labios tratando de no gritar más.

Pero me es imposible, no puedo evitarlo al sentirlo penetrarme tan intensa y tan salvajemente, se siente tan bien, tan… tan rico, que mis manos solo intentan encontrar un mejor sitio del cual aferrarse con tal de que pueda empujarme mejor contra él para así sentirlo todavía aun más.

Mis gritos parecen hacer eco en la habitación, y no me importa, no mientras pueda seguir con él, con mi Elliot, mi esposo, el amor de mi vida, el mismo que consigue hacerme ver las estrellas en cuanto vuelve a correrse en mi interior.

Suspiro hondo cuando me deja sobre la cama, pero solo son unos instantes, los mismos que tardo en hallarlo sentado frente a mí, sonriendo y mostrándome una mirada que me deja totalmente desarmado, solo deseando más.

Y con un poco de trabajo, me levanto apenas, gateando hacia él solo para luego incorporarme lo suficiente para sentarme sobre él. Sus manos sujetan mi cintura mientras mis brazos rodean su cuello y nuestras miradas permanecen unidas la una a la otra del mismo modo en que nuestros cuerpos lo hacen en cuanto vuelve a penetrarme.

Esta vez soy yo quien inicia el movimiento, subiendo y bajando, hundiendo en mi interior cada centímetro de su pene, sintiéndome desfallecer por el placer que me causa. Pero no lo hago, solo sigo moviéndome ahora ayudado por sus manos que me impulsan lo suficiente para asegurar aun más el goce de ambos mientras nuestros labios se buscan desesperados, casi mordiéndose en cuanto se encuentran.

Y todo lo que puedo hacer es gemir sin parar, volviendo a gritar cuando Elliot me empuja de vuelta a la cama y toma mis piernas solo para usarlas de impulso y moverse desenfrenadamente, sacándome únicamente sonidos indecentes que revelan cuanto me gusta tenerlo así, cuanto me gusta y adoro que me haga el amor.

Yo no puedo vivir sin él, no sirvo para mentir, menos cuando me somete así, consiguiendo hacerme llorar por todas las sensaciones que despierta en mí. Quiero sentirme suyo, aun más suyo de lo que ya lo soy, y ahora todo pensamiento sobre huir se me antoja absurdo. De todas formas creo que no habría podido hacerlo. No cuando lo necesito tanto, no cuando dependo tanto de él y de su amor, del calor de sus brazos que me confortan en las noches de tormenta y me brindan cobijo durante el invierno.

Ya jamás podré concebir mi vida sin él, sin mi Elliot, mi esposo, el amor de mi vida, y aun si mis hermanos e incluso, si mi madre viene por mí, voy a plantarles cara, ya no voy a llorar ni asustarme ante ellos, no cuando sé que él no quiere eso de mí, y si tengo que volver a entrenar con tal de sentirme seguro de mi mismo y de mi capacidad para sobrevivir, entonces lo haré.

-“No vas a volver a intentar escaparte ¿Verdad?”- me pregunta al oído, con cierta burla impresa en su voz pese a la agitación de la que es presa.

-“No, ya no”- contesto apenas, haciendo un esfuerzo sobre humano porque de mis labios salga algo más que gemidos y gritos por lo exquisito que es sentirlo alojado en mi interior, llenándome tan deliciosamente que solo me queda cerrar los ojos y disfrutarlo, entregarme como nunca antes.

Pero solo porque es él, mi Elliot, mi Príncipe, mi héroe, mi salvador, mi vida, todo lo que quiero, todo lo que amo y todo lo que necesito para ser enteramente feliz y sentirme completo, como nunca podré sentirme con nadie más que con él, no, como solo quiero sentirme con él.

Adoro verlo así de agitado, adoro sentirlo estrecharme entre sus brazos y disfruto enormemente de su presencia en mi interior, de los besos que deja en mis labios, en mis mejillas y en mi cuello, e incluso de la forma en que me muerde, tan exquisitamente que otra vez estoy a nada de ver las estrellas. Maldito sea, por dejarme totalmente a su merced, por conseguir que mi corazón corra como un completo loco sin intenciones de detenerse, y mejor que no lo haga, para que así yo pueda quedarme con mi Elliot, perdido en un mundo de sueños y fantasías, nuestro mundo de sueños y fantasías más bien.

-“Te amo Elliot”- le murmuro al sentirlo venirse una vez más en mi interior, me tiene, al cabo que ya no tengo ni intención de escaparme de él, ya no más, he encontrado mi lugar, justo a su lado, entre sus brazos.

Ya no escaparé, nunca más, no de él, no de Elliot, y con ese último pensamiento me entrego una vez más a él, como siempre desearé hacer, por la eternidad, e incluso más allá…

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Notas finales:

Espero que les haya gustado, con mucho lemmon para los que les encanta XDDD y bueno, paso a excusarme, primero que nada, hasta hace unos día pensé en no actualizar esta semana, porque me dije "¿Para qué, si ni siquiera hay muchos reviews?"  en pocas palabras, me puse muy triste y deprimida porque simplemente los reviews no llegaban.


Y luego decidí que si, que iba a actualizar, pese a que no sé si ustedes simplemente ya se aburrieron de la historia o ya no les gusta, no sé, solo me puse depre, y bueno, como dije, decidí que si iba a actualizar hasta que ayer por la mañana, tuve un accidente, ayer por la mañana choqué mi auto, y no, antes de que se me preocupen, no me pasó nada y pues a Viorel, fueron solo un par de raspones, nada grave tampoco, pero eso no habría pasado si mi madre me escuchara cuando le digo que una y otra vez que NO le de mi auto a mi prima Arantza, digo, después de cinco accidentes ella destruyó su auto y ahora mi mamá le da el mío como premio de consolación, la cosa fue que Arantza metió mal al garage mi auto, y ayer cuando quise salir, por estar chueco, se me fue completamente hacia atrás y me estrellé contra el portón de la casa, pero como dije, no me pasó nada, aunque si me traumé un poco y me la pasé triste por haber rayado a Viorel u.u


Ahora si, hablando del capítulo, no sé que decir, fue... intenso, nuestro Natsuhi una vez más se nos quiso escapar y una vez más su esposo supo como atraparlo, aunque si...


Alcen manita los que quieran golpear a Elliot por practicamente violar a Natsu, a su favor, puedo decir que lo violó con amor jajajajajajajajajaja y bueno, con esto, ya hicieron a Momiji jijijijijijiji y si, para los que se lo estén pensando, Natsu entró en celo y jaló con él a su esposo >w<


En fin... gente CUATRO REVIEWS??? En serio, practicamente me hicieron llorar, pero quitando eso, gracias por leer y por hacernos llegar ya a las 16 000 entradas >w< pero, más que nada, gracias a los que si me dejaron reviewcitos que subieron mucho mis ánimos y me hicieron muy feliz >w<


Gracias a: Princess Natsu, Dark Vampire-chan, Soren Onee-san y a Rima-chan >w<


Hasta dentro de 2 semanas y... espero mis reviews TT^TT cuídense mucho, tengan excelentes días y... ya se acerca navidad >w<!!!!


Au Revoir~


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