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Luz En Mi Oscuridad por Darko Princess

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Notas del capitulo:

Hola, cuarto capítulo, la verdad no creía terminar pero ayer tuve algo así como un semi ataque de inspiración estando en la uni así que escribí y escribí y escribí ^^

 

Bueno, mi recomendación con respecto a la música sigue siendo la misma ^^ las discografías de Three Days Grace y de The Veronikas

 

Además, para quienes les interese y que no hayan leído lágrimas, donde ya había puesto galería de imágenes, pues les dejo la galería exclusiva de esta historia, donde tengo pics representativas de cada personaje ^^

 

Galería de Luz En Mi Oscuridad:

 

http://s753.photobucket.com/albums/xx179/Hanna_Darko/Luz%20En%20Mi%20Oscuridad/

 

IV

Conociéndonos Entre Tozudez y Miedo

 

 

Estoy mirando el atardecer solo, porque el gatito insiste en que no puede salir al sol, yo sigo sin querer preguntar la razón; mientras tanto me sobo un poco el brazo, es que nunca esperé que luego de lo bien que lo habíamos pasado, con tal de que lo soltara, me pellizcó fuerte y en cuanto me aparté, me empujó directo al agua antes de huir a envolverse con mi gabardina y mirarme con odio desde tierra firme. Me río del solo recordarlo, mirando un poco más el cielo, se nota rojizo y los primeros matices violetas de la noche han comenzado a hacer aparición, me recuerda gratamente a sus ojos y pensando en ello me levanto y regreso al interior de la cueva.

Esta sentado entre las mantas abrazando sus piernas y apenas levanta la cabeza al oírme entrar, me mira rabioso, con odio y furia, con cada partícula de su ser claramente enojada conmigo. Sonrío apenas, aun cuando está furioso conmigo no ha tenido de otra más que ponerse mi ropa, así luce todavía más tentador, la camisa le queda enorme y las mangas le están tan largas que apenas si puedo ver sus dedos pequeños y blancos.

-“Deja de mirarme, pareciera que quieres comerme”- dice entre dientes, haciendo de nuevo que su ceño se frunza y arrugando tan solo un poco su nariz.

-“¿Qué si quiero hacer eso?”- pregunto sonriendo de lado.

-“Dijiste que no lo harías”- replica mirándome cada vez más molesto, sonrío otro poco, incluso puede ser tan inocente sin siquiera proponérselo.

-“Nunca dije el modo en que te comería”- contesto, sonriendo descaradamente y dejando que mi mirada se pasee por sus largas y torneadas piernas al descubierto debido a que tan solo lleva los shorts interiores de los cuales apenas si veo los bordes.

-“¡¡¡Pervertido!!!”- me grita de nuevo, aquí vamos otra vez, a que me haga un escándalo que luego probablemente terminara en una situación comprometedora para él y de pleno disfrute para mí.

-“La última vez que me llamaste así nos divertimos mucho ¿verdad?”- le recuerdo, poniendo una expresión inocente, me mira espantado y retrocede entre las mantas para luego bajar la mirada, entonces sonríe levemente, como divertido; lo miro confuso, ¿Y ahora qué le pasa?

-“Lo había olvidado”- dijo luego de unos instantes, sonriendo otro poquito ¿Olvidar el qué? –“Gracias por dejarme usar tus favoritos”- y probablemente intuyendo el hecho de que yo necesitaba de una explicación, se levantó un poco la camisa dejándome ver unos interiores blancos estampados con pequeños ositos sonrientes.

Abrí la boca totalmente escandalizado, sintiéndome como un pez fuera del agua tratando de respirar, al mismo tiempo que notaba como mis mejillas se tornaban calientes, haciéndome saber que seguramente ahora estaban tan rojas como un par de tomates.

¿Por qué aquello estaba pasando? Solo podían haber dos posibles culpables de semejante desgracia, en primer lugar, mi loca hermana mayor, Danielle, con esa estúpida obsesión suya por regalarme cosas que solo hacían a mi cara tornarse roja, como ahora, y, luego esta Kyo, quien obviamente desconoce el significado de la palabra privacidad y por la misma seguramente se le dio la de meter eso entre mis cosas, pero ya vería, en cuanto regresara a casa se las haría pagar caras.

-“¡Esas no son mías!”- replico todavía con la cara enrojecida y sintiéndome estúpido por el leve temblor en mi voz.

-“Ya, todos tenemos algo que nos gusta mucho, lo tuyo son los ositos”- contesta, encogiendo los hombros y sonriéndome ladino; no se ha de salir con la suya, eso sí que no.

-“Te equivocas, lo mío eres tú y solo tu”- lo contradigo, devolviéndole la sonrisa y saltándole encima, derribándolo entre las mantas.

-“Q-Quítate”- tartamudea y ahora quien se encuentra sonrojado es él.

-“No…”- niego, hablándole muy cerca de esa delicada orejita suya, suspirando casi contra su cuello –“Hace unos minutos volviste a llamarme pervertido”- le recuerdo, y estoy a punto de hacer algo aun más atrevido cuando me doy cuenta de algo que debí notar hace mucho.

Me muevo lo más rápido que puedo pero eso no ha sido tan útil esta vez, siento el escozor y ardor en mi brazo, ese mismo que he usado para sostener mi arma y atravesar al enemigo que cae inerte a un par de pasos de donde estamos; bajo la mirada, soltando mi arma y sintiéndome repentinamente mareado, mis ojos se centran en el rostro asustado de Natsuhi, yo fuerzo una sonrisa conciliadora.

-“Estamos bien…”- murmuro, antes de dejarme caer a su lado, respirando algo agitado y sintiendo ese malestar en mi brazo que avanza por todo mi cuerpo, ¿Qué me pasa? Es solo un pequeño corte y no debería de sentirme así a menos que…

-“Elliot…”- me llama, cierro los ojos y respiro hondo, se oye algo preocupado, no quiero que se preocupe por nada, mucho menos por mí.

-“Estaré bien… solo… solo pásame el frasco que está en la bolsa delantera de mi bolso”- le digo, lo miro de reojo, se levanta e incluso tropieza mientras corre en busca de mis cosas, revolviéndolas y arrojando cosas al aire –“Es la bolsa delantera”- trato de recordarle, me mira unos instantes y suspira hondamente mientras que yo tan solo cierro los ojos tratando de ser paciente.

Al cabo de unos instantes más escucho como se acerca aprisa y se sienta junto a mí, abro los ojos y lo miro, sostiene el frasco con el asqueroso menjurje marca “Alexandra Héderváry” y me mira, no entiendo que es lo que está haciendo o más bien qué es lo que aguarda, así que sigo esperando hasta que la comprensión me llega.

-“No te vas a librar de mi, así que dame el maldito frasco”- gruño totalmente malhumorado porque la maldita herida me duele cada vez más y él está pensando en algo tan estúpido como dejarme aquí así.

-“No puedes moverte, tendría que aprovechar para huir ¿no?”- murmura, aunque ni siquiera él está seguro de sus palabras.

Gato tonto, no es que no pueda, es que no quiero forzarme de más, así que tan solo porque soy terco y odio que me subestimen, me doy la vuelta y le arrebato el estúpido menjurje ese para beberme la mitad de un trago y hacer una inevitable mueca de asco. No, si todavía recuerdo la primera vez que probé esa porquería y también recuerdo vívidamente el argumento de Alexandra “Ay querido, pero si no se trata de que te guste sino de que te ayude, además, todavía no logro que tome el sabor a uva jajajajajajajajajaja” maldita bruja loca.

-“Claro que puedo moverme, pero descuida, luego te la cobro”- digo con voz rasposa y asqueada, bien, incluso quiero vomitar pero, tomando en cuenta que eso es algo solo reservado a mi querido hermano mayor Yeidher, prefiero pensar en otra cosa que no sea las ganas que tengo de devolver las tripas.

Reprimo las ganas y en lugar de eso me quito la gabardina y después de embarrar los dedos en la repulsiva mescla de porquería, procedo a untar un poco contra el corte que para colmo, ahora me arde más que antes y solo puedo pensar en maldecir a Alexandra mientras espero a que el malestar se me pase.

-“Ella no me dejará en paz”- dice Natsuhi, como resignado a algo que tardo en captar, otra vez se trata de mi nada querida jefecita, alias su madre, alias mi futura suegrita del demonio.

-“Claro, pero descuida, eso ya me lo tomo como algo personal”- digo en cambio, sé que él no me estaba hablando pero de todas formas expreso mi molestia ante el hecho de que la mujer aquella se sienta en la posición de subestimar mi eficiencia.

-“Disculpa”- ladea la cabeza y me mira sin comprender.

-“Ya, que me patea que se atreva a desconfiar mi trabajo”- contesto de mala gana, y es que sigo irritado, no solo por lo de recién y porque el muy lindo haya pensado en dejarme acá, sino porque mi humor de por si no es de las mil maravillas.

-“Es que no me has matado, seguro que lo sabe”- enarco una ceja, claro, porque seguro la vieja es omnipotente o tiene visiones… ¡Ah no! La que tiene visiones es mi revoltosa hermana menor Haylley y por la misma ese don es esta reservado a los muy pocos de mi tipo que lo tengan desde su nacimiento, así que no, la vieja no es ni omnipotente ni tiene visiones.

-“No, no es que lo sepa, es más bien que ya me tardé en volver”- explico, suspirando hondamente y ya más calmado del reciente descuido que tuve al dejar que alguien me hiriera.

-“De todas formas lo sabrá”- replica, y ahora es él quien suspira hondo y aparta la mirada.

-“Te dije que tengo un plan”- le recuerdo, aprovechando mi mejoría para levantarme y patear al inerte insulso que se atrevió a meterse conmigo –“Mira que era bastardo, le puso veneno a su arma, y del bueno”- doy otra patada, me molesta darme cuenta de cuan cobarde era mi oponente aunque al mismo tiempo me parece brillante que hubiera usado un veneno tan potente.

-“¿Del bueno?”- pregunta Natsuhi medio atontado, mirando al difunto a mis pies.

-“Sip, lo suficiente como para marearme tan rápido, eso tomando en cuenta que entre los de mi tipo soy bastante duro de doblegar”- lo miro de reojo y aunque sus ojos siguen centrados en el cadáver, pareciera molesto de tener que verlo, lo entiendo, eso como que no ayuda a estarse tranquilo y cómodo.

Así que no me queda de otra que arrastrarlo fuera, donde los demás resquicios de mi obra están reunidos. Después regreso a la cueva, él me sigue mirando, esta vez como dudando al verme, supongo que es por la expresión tan apática que tengo.

-“¿No vas a lamer la sangre del piso?”- me pregunta de repente ¿A qué viene eso?

-“No, ya la chupó el diablo”- contesto, sonriendo ligeramente, y entonces solo sucede, se me queda mirando unos instantes más y comienza a reírse, es definitivamente la risa más bonita que he oído, parece incluso música y me deja tan atontado que solo atino a ir y sentarme frente a él, todavía mirándolo reírse, fascinado por ese simple hecho.

-“Vale… lo dices como si el diablo y los demonios fuesen tan distintos”- me dice, antes de volver a reírse, yo asiento tontamente, es que solo quiero seguir mirándolo reír así, es más, tiendo a pensar que me gustaría ser yo el causante de todas sus risas y ya no me siento tan estúpido de estarme volviendo un cursi y tonto enamorado ya que si es por él, lo hago con gusto.

-“Muy distintos, al menos eso decía mi maestra de la escuela secundaria”- digo, sonriendo levemente y preparando mi siguiente broma –“Le gustaba imaginar que seguía en su granja y antes de salir del aula se ponía a decir “vamos cochino, vamos” cada día”- esta vez soy yo quien se ríe cuando se queda callado y me mira confundido unos instantes antes de volver a reírse porque incluso se me ha dado la de imitar el tonito en que la maestra aquella nos hablaba.

-“Estas loco”- apenas si trata de controlar su risa, no me importa, solo vuelvo a asentir con la cabeza, sí, estoy loco y en realidad no me importa que me lo digan, o más bien, depende de quién me lo diga.

-“Ya, pero si no estuviera tan loco entonces no podría hacerte reír así”- señalo lo obvio y entonces se calla.

-“Tu tampoco me vas a dejar en paz ¿verdad?”- pregunta, poniéndose serio de nuevo, suspiro, soplando sin querer uno de los rojizos mechones de mi cabello que me caen en el rostro.

-“No, y mejor no discutamos eso de nuevo, prefiero comer”- contesto, evadiendo la futura pelea que podría armarse si ponemos a su terquedad y a la mía juntas. Entonces voy por mi bolso y busco donde siempre guardo la comida o al menos eso que intenta ser comida porque en realidad son puros dulces, postres y golosinas.

-“Eso no es comida”- si, ya lo veía venir, me encojo de hombros y mejor comienzo a devorar uno de esos panes con relleno de chocolate mientras que él me mira con el ceño fruncido.

-“Vale, puedes tener las galletas integrales”- digo, extendiéndole el paquete antes de volver a perderme con mi pan.

Al menos no vuelve a quejarse, más bien creo que se resigna y por eso no hace más que comer en silencio, mirándome de vez en cuando, no sé si para comprobar que sigo aquí frente a él o por alguna otra cosa, creo que incluso prefiero no saber y por eso optó por seguir perdido comiendo cosas nada nutritivas mientras miro hacia el exterior, notando que la noche ya ha caído y afuera todo es oscuridad mientras que dentro de la cueva apenas si hay algo de luz por la fogata que hice antes de salir a ver el atardecer.

 Terminando de comer me tiro entre las mantas y me estiro cual gato perezoso, aun perdido en mirar  al exterior, buscando entre la oscuridad por algún otro intruso que irrumpa en mi territorio, pero todo parece estar tranquilo y solo los usuales animales nocturnos del bosque se mueven entre las sombras. Dejo caer la cabeza, ocultando el rostro contra las mantas y suspiro, tratando de disimular un bostezo, es que mi cuerpo parece estar recordándome el hecho de que no he dormido nada desde que comencé mi cacería y con las actividades del día de hoy, me está haciendo falta un buen descanso. Cierro los ojos y suspiro de nuevo, trato de conciliar el sueño pero pasan los minutos y simplemente no puedo, siento su mirada clavada en mi nuca mientras el odio vuelve a bullir en su ser, me giro hacia él y lo miro.

-“No voy a dormir contigo”- masculla abrazando sus piernas contra su pecho, ruedo la mirada, ¿Por qué no se me había acordado ese detallito?

-“Y yo no voy a dormir en el suelo”- contesto como si nada.

-“Entonces solo deja que me vaya, es de noche y puedo salir e irme lejos”- dice, cada vez más malhumorado, volviendo al tema de huir de mi y del sol.

-“Mejor te acuestas y te duermes, estoy cansado y al menos por ahora no planeo hacerte nada”- replico, si, en efecto, pelear con Natsuhi es tan divertido y cansado a la vez, más cuando todo en mi está pensando solo en dormir.

-“No confío en ti”- protesta, mirándome altivo, con el mentón en alto y tratando de imponer su voluntad.

-“Claro, y mira que yo no confío en nadie”- le echo en cara, frunciendo el ceño y casi bufando.

-“Ni siquiera puedo ver tu rostro al completo”- dice, fulminando con la mirada el antifaz que llevo, sé que aun si no lo tuviera puesto, él no confiaría en mí, pero de todas maneras me lo quito y lo tiro a un lado.

-“No hay caso, de todas maneras no vas a confiar en mi”- le hago saber que puedo adivinar perfectamente lo que está pensando, pero contrario a cualquier cosa no me replica ni nada, tan solo me observa, como analizándome.

-“Si me tocas te mato”- dice luego de unos minutos más en silencio, luego con cuidado se recuesta a mi lado pero aun así dejando una muy prudente distancia entre ambos.

-“Vale, te dejaré que lo intentes”- contesto sonriendo levemente, otra vez atraído por esa tozudez que muestra tan abiertamente.

-“Tu cara no tiene nada de malo, ¿Por qué ocultarla?”- pregunta, otra vez mostrándose tan inocente, y es que hay tantas razones por las cuales una persona querría ocultar su rostro.

-“Porque sería un gran problema si alguien me reconociera”- contesto, y es la verdad, para mi es mucho más fácil seguir siendo el hermanito humano de la Princesa Oscura Hanna Haylley Darko, es mejor a ser reconocido como Elliot Ewon Darko, un demonio, un asesino como lo soy, por eso me oculto tras la máscara de Cheshire el rastreador y también tras la máscara de Cheshire, el músico de rock, porque simplemente no quiero llamar más la atención a la cara que muestro casi todos los días.

-“¿Lo seria en verdad?”- me pregunta ahora, asiento con la cabeza y vuelvo a acomodarme entre las mantas, cerrando los ojos y totalmente dispuesto a dormirme ahora sí –“Te recuerdo que si me tocas…”-

-“Me matas”- termino por él, moviendo una mano en ademan desinteresado y suspirando cada vez más adormilado, pensando en el hecho de lo fácil que cedí con la cuestión de mi antifaz, no importa, de todas formas tarde o temprano él iba a ver mi rostro, porque estaremos juntos por la eternidad, si, lo estaremos, lo quiera o no, aunque al final cederá, mi intuición y mi terquedad me lo dicen.

-

-

Estoy soñando, sueño con cosas con las que no había soñado en mucho tiempo o más bien, con recuerdos que han estado sepultados en el fondo de mi mente por demasiado tiempo ya; sueño con el rostro de mi madre, su mirada dulce y su tranquila sonrisa, con la forma en que sus ojos profundos y escarlatas miran con adoración a quien es mi padre, ese hombre cuya apariencia no pasa de los 25 años pero que en realidad ya tiene más de 200 al igual que mi madre, quien en mis recuerdos solo se entrega a las tiernas caricias que él deja en sus cabellos largos ondulados y del mismo rojo oscuro que los míos. Inevitablemente pienso en lo mucho que extraño a ambos, en lo mucho que deseo el saber porque a mis hermanos, primos y a mí, nos dejaron abandonados entre humanos. Pero solo tengo las pocas imágenes de ellos que logro recordar, y a veces me molesta tanto, odio tanto el hecho de no tener respuestas y extrañarlos, más cuando en la mente tengo el conocimiento de cuanto nos parecemos Yeidher y yo a papá, aunque por supuesto el no lleva el cabello tan largo y con apariencia despeinada como nosotros, no, el cabello de Romeo Joseph Darko, de color rojo oscuro, apenas le llega hasta las orejas y por la parte trasera lo lleva más corto, aun así, su apariencia es tan imponente, aun cuando mire apacible con sus ojos del mismo rojo escarlata característico de la familia, e incluso sé que con mamá es con la única que ablanda totalmente su mirada, porque él solo tiene ojos para ella, para Farielle Airi Darko y, entonces, yo los odio y extraño a la vez, porque son mis padres y porque los pocos recuerdos de ellos que guardo, me muestran cuanto me querían, no solo a mí sino también a mis hermanos, por eso cuando pienso en ello tiendo a odiarlos, más si pienso en los años que pasé con mi familia humana, triste, solitario, sintiéndome miserable y más que nada, sintiéndome suicida, un deseo que solo terminó cuando supe que ellos no eran realmente mi familia.

-“No me dejes”- murmura alguien muy cerca de mí, apenas si logro escucharlo así dormido como estoy pero fue algo bastante claro.

Me obligo a volver al mundo de los conscientes y lentamente abro los ojos, notando de inmediato la cabellera color lavanda de Natsuhi y como está pegado a mí, abrazándome inconscientemente mientras su ceño se frunce en una mueca de profunda tristeza y dolor, incluso se muerde los labios y suspira intranquilo.

-“No me dejes”- vuelve a decir, sé que no es a mí a quien le habla y debo decir que me siento levemente celoso de la persona a quien tanto parece necesitar, porque no contaba con eso, no contaba con que estuviera enamorado de alguien más, con que tuviera a alguien ya ocupando el espacio que yo quiero robar.

Aun así, sonrío levemente, algo melancólico y me muevo apenas lo suficiente como para dejar suaves caricias en su espalda y su cabello, suspira e incluso se pega más bajo el efecto de mi tacto, pero aun así todavía parece muy intranquilo.

-“No voy a dejarte, nunca, nunca”- le murmuro al oído, aun acariciándolo con suavidad y aguardando por el momento en que se calme. Pero más allá de eso, aprieta los parpados y luego despacio abre los ojos, clavándolos de inmediato en mi rostro.

-“¿Qué estás haciendo?”- pregunta por lo bajo, pero se nota tan indefenso que no creo poder contestarla algo coherente.

No cuando en todo lo que pienso es en demostrarle lo mucho que me importa y cuanto deseo que confíe en mi aunque sea solo un poco, cuanto deseo protegerlo de todo y todos, tanto que estoy dispuesto a correr los riesgos necesarios para mantenerlo a salvo, aun si para ello debo encerrarlo en algún sitio y permitir que me odie por no dejarlo ir.

-“Te miro”- es todo lo que logro decir, teniendo su rostro tan cerca que incluso puedo ver el arco de tonalidades rojizas, violetas y moradas en sus ojos.

Y no puedo resistirlo, es que todo en él me atrae tanto, que por eso, aprovecho el hecho de que estamos tan cerca para inclinarme un poco más y juntar nuestros labios, tiembla levemente pero no se aparta, tan solo puedo ver la confusión en su mirada, el odio nato peleando contra el anhelo de confiar y dejarse querer.

Así que lo beso lento, disfrutando una vez más del sabor de sus labios tersos y carnosos, son tan dulces que siento que llevan mi locura a un nivel un tanto más alto, más cuando suavemente comienza a corresponderme y cierra los ojos, tan solo dejándose o hacer o simplemente dándome lo que quiero para que lo deje en paz, no lo sé.

No lo sé y me da tanto miedo saberlo, porque temo al hecho de que no me acepte nunca y que tenga que forzarlo a estar conmigo, a que me odie por completo por el resto de nuestro tiempo, probablemente no podría soportarlo, no tratándose de él, ya que significa tanto para mí, su sola existencia me parece tan lumínica entre todas las sombras en las que siempre he estado inmerso que simplemente me niego a aceptar que esa luz que tiene se vaya lejos, no quiero volver a las penumbras, no quiero volver a estar solo, no, no quiero volver a estar sin él y tan solo pensarlo me aterra.

Pero evito seguir pensando en los temores que me atormentan y opto por seguir entretenido con sus labios mientras dejo a mis manos sentir eso que tanto anhelan y que no es otra cosa que la tibia calidez de su cuerpo. Lo empujo suavemente pero aun así no se queja ni hace por apartarme, ni siquiera cuando me valgo de tenerlo así tan solo para colocarme encima suyo y seguir besándolo, recorriendo con mis manos sus brazos delgados, dejando caricias que bajan cada vez más hasta zonas que deberían de estar prohibidas tan solo por ser tan perfectas y entonces solo pienso en que soy un maldito por hacer lo que hago, por forzar caricias en su cuerpo sin importarme cuanto me odie, o más bien, fingiendo que no me importa.

-“No importa cuánto me odies, ni tampoco si me crees o no pero, yo no voy a dejarte”- no sé porque le he dicho eso, lo único que sé es que he sido realmente sincero al decirlo porque así es como las cosas son, porque al menos quiero intentar estar con él a pesar del hecho de que seguramente querrá apartarme.

-“Yo no te odio… solo tengo miedo de todo aquello en lo que te estás convirtiendo para mí”- tan solo fue un susurro, me mira fijamente y yo siento perderme en su mirada, en sus palabras que me dan una muy leve esperanza y en la forma en que muy lentamente rodea con los brazos mi cuello tan solo para volver a acercarme y esta vez ser él quien inicie un beso al que sin siquiera pensarlo, cedo.

Tiene miedo, igual que yo, tal vez porque todo está pasando demasiado rápido que incluso pareciera como si estuviéramos en una montaña rusa llena de altibajos, pero quiero creer que como a mí, no le importa y solo está buscando el modo de seguir.

-“Ámame, tan solo ámame como yo te estoy amando”- eso es todo lo que pienso mientras nos besamos y puedo saber que estoy listo para tomarlo, para hacerlo mi compañero eterno y no dar marcha atrás...

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Notas finales:

Y eso fue todo, ya ven, los chicos siguen conviviendo a pesar de sus constantes roces extraños, pero verán que Elliot puede ser muy insistente, tanto como Natsuhi puede ser terco.

 

Además, algunas cosas de las que Elliot menciona, pues me basé en ciertos hechos de mi vida, como lo de su maestra del secundario (Insitituto, Junior School, Secundaria) si, lo crean o no, yo tenía una maestra que hacia eso, y de hecho, ayer la vi mientras iba camino a la uni y pensé "OMG es Aurorita" y de ahí salió esa parte del capítulo.

 

También, cuando habla de la "maldita bruja" Alexandra, bueno, ella esta basada en mi mejor amiga, créanme que es todo un caso, pero me divierto un buen con ella y ya verán luego porque, al menos los que leen "Lágrimas de Jade" lo verán.

 

E igual, la hermana Danielle, de la que Elliot habla, es una amiga que es casi una hermana mayor para mí y mi hermano y si, ella hace cositas para avergonzarnos, pero la queremos tanto porque es tan buena ^^

 

La verdad, me gustó mucho como quedó el capítulo, sobre todo la parte del final, no sé a ustedes, pero espero leer sus opiniones en los reviews. No sé si nos leamos la próxima semana porque aun no empiezo el capítulo, y es uno en cierto modo muy importante así que trataré de no atrasarme pero, ya veremos.

 

En fin, cuídense mucho, gracias por leer y no olviden dejar reviews y, muchas gracias a quienes dejaron reviews esta vez, son tan lindos y me hicieron tan feliz ^^

 

Hasta prontito ^^


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