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Luz En Mi Oscuridad por Darko Princess

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Notas del capitulo:

Bueno, no hay mucho que decir, nada más les recomiendo escuchar mientras leen, la discografía de Three Days Grace o de The Veronikas que es la música que uso para inspirarme y escribir esta historia, nos leemos abajo ^^

II

Cazador Convertido En Presa

 

Mientras camino de regreso a casa una muy ligera llovizna cae, a veces se me da la de pensar que son los ángeles llorando al ver la clase de mundo en la que humanos, otros como ellos, como yo y muchos más, habitamos; lleno de desolación, desesperanza y sufrimiento por todas partes en medidas ya incontrolables. Si pienso de ese modo incluso tiendo a creer que a todos aquellos a los  que he matado les he hecho el favor de salvarlos de esto y es ese tipo de pensamiento el que me impulsa a seguir con eso, pero solo a veces, otras más bien es la sed la que habla por mí.

 

Sigo con esas cavilaciones en mente hasta llegar a casa, abriendo la puerta y notando el apartamento apenas iluminado y ya silencioso, mientras camino por el pasillo rumbo a mi habitación, la puerta de la habitación de Kyo se abre y este sale tan solo vistiendo una de las camisas obviamente de Hyaweh por lo enorme que la prenda le queda, me mira con un semblante bastante adormilado y grogui y hasta me sonríe reflejando toda la inocencia que creí ya le había sido arrebatada hace años por el patán aquel.

 

-“Ne, Hada de los Dientes, ¿puedes decirle a Elliot que no olvide mis rocas?”- pregunta frotándose un ojo, otra vez enarco una ceja y aprovecho ya estar cerca para inclinarme y tocarlo, esta helado y se nota demasiado cansado, lo que me lleva a pensar que en realidad no ha superado sus penas y por la misma solo se entrega al idiota vampiro esperando que lo deje tan exhausto como para que se olvide de todo.

 

-“Claro, vete a dormir enano, que yo le digo”- contesto, abducido por un extraño arranque de ternura al verlo así, no es como que yo sea realmente malo, es más bien que prefiero reservarme mi bondad para quien lo merezca y en el momento que sea realmente necesario, como ahora.

 

-“Deja, ya lo llevo yo”- escucho a la voz de Hyaweh decir, lo miro apenas y reprimo las ganas de gritarle de groserías por tratar a mi mejor amigo como una mascota, pero, si de nuevo centro la mirada en sus ojos, noto que no es eso, tal vez ver eso empeore mi humor, después de todo el muy idiota no se tiene la culpa de lo que a Kyo le pasó y al contrario se esmera demasiado en tenerlo feliz.

 

-“Pero no te pases de listo”- digo, mirándolo muy fijo, amenazándolo con la mirada porque será muy pura sangre y todo lo que quiera pero aun así estoy seguro de que puedo ganarle.

 

Hyaweh solo me sonríe y niega con la cabeza, tomando después la mano pequeña de Kyo antes de jalarlo hacia sí y levantarlo en brazos, el enano no se queja, está acostumbrado a que lo traten de ese modo así que tan solo se acomoda y refugia contra el cuerpo helado del vampiro. Me queda bastante claro ahí quien ama a quien, hasta dan ganas de decirle al peli azul que es un estúpido por perder así su tiempo pero no lo hago porque puede que eso sea lo que se necesita para hacer sanar el corazón roto y mal pegado de Kyo.

 

-“Buenas noches papá Elliot, ten un buen viaje”- murmura como si nada y es en ese momento pierdo todo pensamiento y sentimiento piadoso que pueda tener hacia él.

 

-“Vete al infierno”- contesto, ahora si apurándome en llegar a mi habitación. Fastidiado por sus malditos comentarios con la clara intención de hacerme ver que mi mirada de amenaza más bien fue una de fulano idiota con actitud paternal.

 

-“Todavía no”- le escucho decir, ya cuando estoy entrando a las cuatro paredes que hacen de mi entera privacidad, tengo ganas de azotar la puerta pero me las trago porque no quiero despertar a Kyo, quien seguramente ya se quedó dormido ahí entre los brazos del tonto Hyaweh.

 

Así que una vez encerrado me dispongo a hacer lo que vine a hacer, jalando de debajo de la cama de sábanas oscuras, mi bolso de viaje, moviéndome a prisa por la habitación tan solo ocupándome de meter lo necesario para no pasarla tan mal los días que me toque estar fuera y sin techo; tengo que admitir que en eso resulto bastante mimado porque me gusta estar lo más cómodo que se pueda aun cuando me toque dormir apenas bajo el refugio de un árbol o en una cueva.

 

Y mientras camino a la salida de mi habitación me quedo mirándome unos momentos al espejo, sintiendo esa rara sensación de no reconocer a la persona en el reflejo pero que sin lugar a dudas soy yo, aun así alzo una mano y la paso frente a mí, mirándola reflejarse en el cristal. Suspiro, no tiene caso ponerme a pensar en el cómo vivo mi vida porque me gusta vivirla así o más bien eso es a lo que me he aferrado a creer.

 

Además el dinero que me pagan no está nada mal, y no solo me tiene cómodo y conforme a mí sino que llena los deseos materialistas de mi mejor amigo que opta por perderse en esas y huir constantemente de la realidad, tal y como hace cuando se pone a disfrutar del sistema de cable en la TV.

 

Caminando por el pasillo que guía a la salida, me detengo de nuevo, otra vez frente a la puerta de la habitación de Kyo, empujándola y asomando apenas; Hyaweh tiene encendida una pequeña lámpara de noche junto a la cama mientras sostiene con una mano un libro en el que parece estar concentrado aunque en realidad está más ocupado en hacerle mimos en el cabello a Kyo, quien en efecto ya está más que dormido, soñando con cosas que ninguno de los dos queremos saber pero que como siempre ese deseo se ve mandado a la basura cuando entre sueños Kyo murmura el nombre del humano que lo destruyó seguido de un “Te amo”. Hyaweh tiene una mirada sombría y sonríe melancólico, sabedor de que aun no ha logrado borrar el recuerdo de quien estuvo antes que él.

 

-“Paciencia”- me limito a decir, paciencia para ambos porque cada que Kyo llama al patán ese mis deseos por hacerlo trizas vuelven y estoy casi seguro de que Hyaweh piensa igual. Me le quedo mirando un tiempo más y es como si en silencio pronunciara palabras que en realidad no me atrevo a decir “Cuídalo mucho” pero él lo sabe así que tampoco dice nada.

 

Con la misma me doy la vuelta y ahora si, por fin me apuro en salir de casa, no sé cuánto tiempo me tomará volver, depende de que tan hábil sea mi presa para esconderse aunque algo me dice que esta vez será diferente. Espero que así sea porque cada vez se torna más aburrido tener que matar a seres débiles y patéticos que por lo general con solo verme se echan a llorar y comienzan a suplicar, cosa que ¿Para qué lo niego? Disfruto enormemente.

 

-

 

-

 

Hasta ahora nada es diferente de cualquier otra cacería, me ha tomado menos de una semana hallar a mi presa después de haber tenido una señal de su rastro, sinceramente esperaba mucho más de él pero supongo que no puedo pedir más tomando en cuenta que incluso su apariencia lo muestra como alguien débil. Otro seguramente pudo haberse hecho cargo de un trabajo tan sencillo pero si pienso en mi sed siendo saciada y en el dinero que me espera, puedo estar seguro de que es mejor así.

 

Camino en silencio entre la tierra cubierta de hojas del bosque a las afueras de mi actual ciudad de residencia y que es el sitio que mi presa ha estado usando para esconderse; todo a mi alrededor carece de cualquier sonido que no sea el ocasional cantar de un pájaro o el viento silbando entre las copas de los árboles, hasta pienso en tomarme una siesta porque sé que el chiquillo aquel no irá muy lejos aun si trata de escapar para esconderse en otro sitio, pero justo cuando estoy por detenerme, escucho sonidos de algo cortar el viento y el metal chocando con más metal.

 

Lo cual para mi fastidio solo significa que alguien se ha atrevido a subestimarme y por la misma envió a otros a que hicieran mi trabajo, cosa que considero un total insulto a mi persona y que por la misma me obliga a correr en la dirección en la cual se encuentran esos que intentan suplantarme.

 

Pero al llegar noto que tal vez me equivoqué y es que mi presa a pesar de la numérica desventaja se mueve bastante bien entre sus atacantes, aunque con solo verlo me basta para saber que no tardará mucho. Nadie ha notado mi presencia tal y como siempre pasa y es algo que aprovecho para escurrirme entre las sombras creadas por los arboles y terminar en cosa de instantes con los que se interponen entre mí y mi presa.

 

-“Tu eres mío”- aviso señalándolo con el filo de mi arma, limpiándome con gesto desinteresado las salpicaduras de sangre en mi rostro dejadas por aquellos que intentaron patéticamente hacer algo que no les correspondía, lamiéndolas apático de mis dedos manchados.

 

-“Yo no pertenezco a nadie”- replica casi al instante, retrocediendo justo cuando los rayos del sol comienzan a colarse entre el verdor del bosque, amenazando con tocar esa piel de porcelana ya cubierta de morados por todas partes al igual que de cortes sangrantes. Pero si hay algo que debo admitir es que me ha gustado ese tono orgulloso que empleó para enfrentarme y me gusta mucho más el aroma de su sangre, tan dulce, como nunca antes había tenido la oportunidad de sentir.

 

Quiero matarlo ya y aprovechar cuando este exhalando sus últimos alientos para así disfrutar de ese liquido rojo que parece llamarme a gritos como ningún otro lo había hecho hasta hoy, hasta puedo ponerme a pensar que bien podría ser mi sabor favorito y es una lástima que solo lo vaya a probar una vez. Deshecho de inmediato esos pensamientos y me concentro en lo que tengo que hacer, acortando la distancia y lanzando una certera estocada que para mi sorpresa ha sido bien esquivada y entonces noto que mientras más se cuela el sol en ese bosque, más retrocede, hasta el punto en que luego de mirarme una vez más echa a correr directo a una cueva cercana hasta la cual lo persigo.

 

Está cansado y demasiado débil ya mientras que yo cada vez estoy más fastidiado y deseoso de terminar para poder saciar de una maldita vez la sed que ya me está poniendo algo más irritable que antes, no había tenido esa sensación de querer algo demasiado desesperadamente como ahora que solo quiero tenerlo en suelo quieto para que yo pueda beber. Así que lo intento de nuevo y de nuevo soy repelido.

 

Me mira y después mira hacia la salida, pensando únicamente en escapar a pesar de que puedo ver como las piernas le tiemblan y esta a nada de caer, cosa que sucede luego de escasos segundos más. Avanzo hacia él con la intención de acabarlo mientras me deleito con su ya irresistible aroma y él solo se pega más a la pared rocosa de la cueva, mirándome con odio, con furia y con un gesto tan altivo y hermoso, siseando y gruñendo como haría un gatito arrabalero peleando por su territorio, porque pareciera que es eso lo que muestra su mirada, una clara determinación a no ceder aun estando acorralado como esta.

 

Es tan diferente ver una mirada así, la encuentro más que exquisita, es la primera vez que alguien se me enfrenta de ese modo y me llena de sentimientos que no soy capaz de descifrar pero que una parte de mi me hace pensar que quiero ver esa mirada encendida y brillante por mucho tiempo más.

 

-“Ruega por tu vida”- no tengo ni la más mínima idea de por qué he dicho eso, tal vez porque estoy acostumbrado a que me supliquen y encuentro divertida y por demás llamativa su resistencia.

 

-“Nunca, mejor mátame de una vez”- pero me sorprendo aun más al escucharlo responder con esa voz seria tintada con una leve nota de dulzura y hasta me siento sonreír ante su actuar.

 

-“¿Por qué?”- pregunto, intrigado como nunca, saboreando el saber que mi presentimiento de días atrás se está haciendo realidad y que esta vez en definitiva todo es tan diferente.

 

-“Porque a eso has venido, solo hazlo”- sus respuestas me deleitan casi tanto como esa voz suave que tiene y el dulce aroma de su sangre, quiero seguir oyéndolo, quiero igual que me suplique por su vida aun cuando se que eso rompería la fantasía que me estoy creando sobre cuán disímil es de mis anteriores presas

 

-“Tu nombre”- digo casi sonando como una orden, porque en efecto quiero seguir escuchándolo.

 

-“Ya lo sabes”- me contesta, apoyando las manos en la humedad rocosa de la pared e impulsándose con esfuerzo para de nuevo estar de pie y seguramente tratar de enfrentarme más dignamente aunque eso sigue siendo un tanto imposible por la diferencia de estaturas.

 

-“Dilo tu, quiero oírte decirlo”- insisto, bajando un poco la voz, haciéndola tornar en aterciopeladas notas con las que manipulo a los demás a mi antojo igual que mi mejor amigo hace con sus miradas y caritas.

 

-“No lo haré, date prisa”- pero una vez más soy rechazado y entonces solo frunzo el ceño, comenzando a sentirme frustrado y algo más.

 

-“Tú no quieres morir”- de nuevo no sé porque estoy diciendo cosas como estas cuando debería de, en efecto, darme prisa.

 

-“No, pero es lo único que me queda”- contesta, ahora si puedo admitir que me ha dejado realmente pasmado porque parece tan seguro de lo que dice, me está frustrando cada vez más, que me ruegue ya para que pueda terminar de una maldita vez con esto.

 

-“Entonces no lo haré”- digo entonces, ahora soy yo quien disfruta de su expresión de desconcierto ante mis palabras y del leve titubear en su cuerpo por el trabajo que significa mantenerse en pie.

 

-“¿Por qué?”- me pregunta con voz cansina, está cada vez más agotado y no sé si es porque lo estoy fastidiando o porque en efecto es cuestión de tiempo para que muera.

 

-“No tiene caso cuando estas así”- replico, de nuevo disfruto porque a pesar de que aún conserva esa mirada altiva y orgullosa al mismo tiempo parece cada vez más disgustado con mi presencia y mis pedidos absurdos.

 

-“Quieres que te ruegue, no lo haré, de todas formas solo era cuestión de tiempo, yo nunca debí de haber nacido”- vaya, otra vez me toma por sorpresa, porque ha conseguido leer perfectamente lo que quiero que de él, que llore, que suplique y que chille por su vida para que así yo pueda sentirme el todo poderoso de nuevo y lo acabe ya; pero esa tierna resignación que muestra con sus últimas palabras no son más que puro teatro por parte suya porque no puede engañarme.

 

-“Pero aun así, quieres vivir”- le echo en cara, por unos instantes me mira mortificado al saber que sé perfectamente lo que pasa por su mente, lo que anhela su alma.

 

-“Ya no, he comprendido que no me está permitido”- pero contrario a cualquier cosa que yo espere me contesta así, frustrándome hasta nomás, casi como queriendo decirme que no puedo ganarle la batalla a su terquedad porque la mía no es suficiente. Me frustra, me pone rabioso y más que nada tienta a mi paciencia a irse muy lejos

 

-“Estas mintiendo”- levanto la voz, hasta aquí ha llegado mi resistencia, uno más de sus comentarios y seguro que me sentiré tentado a jalarlo del cabello, obligarlo a arrodillarse y que me suplique como tanto espero que haga.

 

-“Si pero, estoy cansado, solo hazlo”- y eso fue todo, de nuevo me muestra esa expresión resignada y cansada que solo me dice que no me dará lo que quiero, tal y como minutos atrás me lo ha dicho con esa vocecita tierna suya que se esfuerza por mantener dura y seria pero que obviamente no puede lograr.

 

-“Que así sea entonces”- no hay marcha atrás, lo miro unos segundos más y luego todo parece ir en cámara lenta.

 

Mi brazo empujando con saña el filo de la espada a través de ese cuerpo de apariencia frágil y delgada, sus ojos que se abren de par en par y el cómo se muerde los labios negándome incluso el placer de escuchar su voz teñirse en un quejido de dolor y agonía, me frustra todavía más y justo después de enterrar un poco más mi arma, la retiro con velocidad haciendo que pequeñas gotas rojizas vuelen en el aire.

 

Ya todo está por terminar, me mira desde el suelo frío, a través de las finas hebras de su cabello color lavanda que ahora cubren su rostro y todavía tiene esa mirada altiva y determinada que me ha mostrado desde que todo comenzara pero al mismo tiempo, parece resignado, aceptando que ya todo está por concluir pero que aun así se niega a aquello, como aguardando, anhelando aun el escapar muy lejos de todo.

 

No logro comprenderlo, ¿Por qué si quiere vivir entonces me ha permitido hacerle esto? ¿Por qué no ha querido luchar más? he alcanzando un nuevo estado de frustración y confusión a tal grado de que sin tener una razón verdaderamente buena, suelto mi arma y me inclino hacia él, aun me mira mientras sus ojos comienzan a cerrarse lentamente, hasta que sus parpados me impiden ver el bonito color de sus orbes.

 

Las respiración se me torna pesada, cada vez entiendo menos y todo lo que pienso es en lo mucho que quiero que vuelva a mirarme como lo ha hecho, que me hable, e incluso una parte loca de mi me dice que quiero verlo sonreír mucho más de lo que quiero beber su sangre que comienza a formar una charca en el sucio piso, se supone que debería de estar bebiendo y no mirándolo partir. Su aroma inunda todo a su alrededor pero ni siquiera eso parece importarme, debería de estar ya bebiendo como un condenado, no mirándolo como si anhelara cosas que no debo anhelar.

 

Y parezco ajeno a todo lo que sigue porque no creo que sea yo ese que con cuidado le ha dado la vuelta antes de quitarme la gabardina y presionar contra la herida que yo mismo he hecho, ¿Por qué estoy haciendo esto? ¿Por qué pienso que quiero pelearme con él mucho tiempo más? por la eternidad de ser posible y tiene que serlo.

 

Porque después de unos instantes ya no me siento confuso, ya concibo qué es todo ese torbellino de sensaciones, anhelos, y deseos que antes me eran irrazonables: lo quiero para mi, que me pertenezca y ser su dueño absoluto, que viva solo para mi, hasta me siento egoísta, pero en mi mente solo está el conocimiento de que él es aquello que tanto he estado esperando y por eso no lo dejaré ir.

 

Esas son todas las razones que necesito para hacer lo que estoy haciendo, para seguir no solo presionando contra la herida sino también pasándole parte de mi magia y mi energía, hasta agradezco ser raro incluso entre los de mi tipo por poder hacer estas cosas y no me importa si hacen falta horas si con eso consigo hacer que se quede.

 

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Para cuando la noche llega por completo, estoy cansado pero todavía así me sonrío porque he conseguido lo que me he propuesto, está con vida, duerme refugiado en el improvisado lecho que hice solo para él, más de lo que he hecho por muchos debo admitir. Pero no me importa porque me deleito solo con mirarlo suspirar así entregado a Morfeo como esta.

 

Sigo mirándolo, sentado a su lado, ocupándome de analizar cada parte suya a la vista, desde lo pequeño que es, delgado, frágil como si cualquiera pudiese romperlo contrario a lo que me ha demostrado, luego esta esa piel que es casi tan pálida como la mía, y su rostro, delicado y de facciones casi femeninas, con una nariz perfecta, pestañas largas y rizadas, cerrando con una boca pequeña de labios carnosos y rosados, levemente manchados por su sangre, esa que me hace querer clavarle los colmillos al cuello y beber sin descanso pero que al mismo tiempo consigue reprimirme porque es la prueba ineludible de que está vivo.

 

Suspiro y mi aliento le acaricia el rostro tranquilo, fantaseo ahora que está dormido porque sé que cuando despierte querrá matarme apenas se dé cuenta de que he cortado un mechón de su cabello y es que no me cuesta nada el notar que lo tiene demasiado bien cuidado y por la misma ha de significar mucho para él. Para mí en cambio lo cortado es solo aquello que usaré para llevar a cabo los planes que ya mi mente maquina.

 

Pero sigo mirándolo, como si hacer eso me trajera la respuesta al porque he caído cuando juré que nunca lo haría y cuando pasé tanto tiempo empeñado en que nunca encontraría a alguien capaz de hacerme querer tenerlo siempre a mi lado y que dada la ironía resulto ser también un hombre. Ahora me tocará morder mi jodido pulgar por haberme ido con la lengua al decir que lo der ser marica no era para mí, aunque puede que no lo sea sino que todo se trate de que me gusta exclusivamente él. Me gusta tanto que no puedo evitar seguir mirándolo y sintiendo ese aroma que es solo suyo, me gusta tanto que me importa nada el que luego me vaya a gritar que soy un abusador pervertido por andarlo besando sin su permiso y mientras duerme así con la guardia tan baja.

 

Pensaré en eso más tarde, cuando mi cerebro vuelva a ser una cosa fría y deje de pensar en que no quiero solo seguir devorando sus labios suavecitos y dulces a través de los cuales puedo probar su sangre sino también tenerlo sometido debajo de mi chillando por cosas que solo yo le haré sentir y que ya no dudo en llevar a cabo porque de repente, así dormido como esta comienza a corresponder a mis besos mientras ronronea cual gatito sumisamente entregado a las caricias de su amo.

 

Me encanta, y hallo un placer jamás antes sentido cuando acaricio su mejilla cálida mientras tengo los labios entretenidos en saborear los suyos que no me dan tregua alguna y casi intentan morderme cada que intento separarme para tomar un poco de aliento. Pero tenerlo así solo me hace reafirmar mis deseos, él es mío, me pertenece enteramente y… yo le pertenezco.

 

Sí, he caído, porque ha sido Natsuhi Nori Kazuma quien me ha convertido en su presa y yo no me niego, sin vergüenza alguna puedo admitir que yo, Elliot Ewon Darko dejaré solo en esta ocasión mi papel de cazador para ser un buen cautivo y rendirme ante sus deliciosos encantos.

 

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Notas finales:

Y eso fue todo, muchas gracias a los que han llegado hasta acá y agradezco todavía más si es que les ha gustado el capitulo y la historia los está atrayendo un poco más. también le doy infinitas gracias a Princess Natsu por haberme prestado una vez más a su lindo, lindo, lindo gatito Natsuhi para disfrute de mi lindo, lindo, lindo y sexy gato Elliot, hahahahahaha.

 

En un principio creí que me tomaría mucho más tiempo escribir este capítulo pero sincerándome, mi inspiración estaba tan bien que lo terminé en un par de horas, lo cual me hizo enteramente feliz ^^

 

Y bueno, Elliot es sin duda alguien que tiene muchas facetas, me encanta escribir sobre él, es mi eterno consentido y no lo niego, pero si hablo de Kyo, bueno, Kyo es sin duda un reflejo de la inocencia perdida por situaciones nada agradables y que simplemente prefiere escapar de su verdad tal y como muchos tienden a hacer, (Si lo sabré yo) y Hyaweh, él es alguien con una aparente paciencia infinita aunque aún sigue sin saber cómo seguir adelante porque tiende a sentir que nada de lo que hace da resultado.

 

En fin, muchas gracias a las personas que están leyendo esto y más a quienes dejaron reviews, aunque espero que el número aumente pronto porque quiero saber sus opiniones, así que dejen todo tipo de comentarios que serán muy bien recibidos ^^

 

Gracias a Princess Natsu, Tsubaki-chan y Princesa Tsunade

 

Nos leemos pronto, eso espero, cuídense mucho y hasta la próxima ^^


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