Hace días fue mi cumpleaños, y mis “lindos y cariñositos” amigos me prepararon una fiesta sorpresa que no me gustó para nada.
Sé que a muchos les hubiera gustado que sus amigos le prepararan una fiesta sorpresa, claro que eso es grandioso, pero estoy seguro que no les hubiera gustado lo que ellos me hicieron antes de la fiesta.
Yo como buen amigo siempre me acuerdo del cumpleaños de ellos, les compro un lindo regalo y los llamo a la una de la mañana para ser el primero en felicitarlos, les mando un mensaje cuando me despierto y en la compañía los abrazo fuerte para luego entregarles el regalo.
*** Entrevista***
¿Te gusta que te feliciten en tu cumpleaños?
K: Claro que sí ¿A quién no le gusta eso?, ese día te sientes apreciado.
Re: Obvio, sobre todo cuando te dan un regalo.
A: Me agrada que se acuerden de mí, pero no me gusta que me digan que cumplí otro año más; me hacen sentir viejo.
R: Por supuesto, ese día sabes a quien le importas de verdad.
¿Qué piensas de Uruha ese día?
K: Que es un gran amigo, pero lo que no me gusta es que me despierte a la una de la mañana para felicitarme, es un lindo detalle de parte suya pero luego al otro día llega tarde al ensayo con la excusa de que no durmió bien porque se acostó tarde pensando en mí.
Re: Me provoca golpearlo por despertarme, sobre todo cuando tenemos que madrugar, para él es fácil porque siempre llega tarde. Luego lo quiere arreglar con el mensaje “Perdona por despertarte, que pases lindo día” y luego con el abrazo y el regalo en la compañía.
A: Que es un imbécil por no dormir, pero a la vez me gusta que sea así de atento conmigo… perdón, con todos.
*** ***
Yo para mi cumpleaños esperaba algo como eso ya que yo soy así con ellos, bueno, no esperaba mucho, solo un mensaje o una llamada en la mañana. Pero me quedé despierto esperando hasta las 3 de la mañana y nada, ninguno me llamo.
Al ver que no sonaba mi celular me di por vencido y me dediqué a pegar el ojo, y cuando estaba por quedarme dormido me llegó una idea un poco loca a la cabeza, me tenían un regalo y esperarían hasta que yo llegara a la compañía para darme la sorpresa. Me la pasé pensando en las posibilidades de que fuera un videojuego, unas lindas gafas, joyería o hasta un pastel.
-Que buenos amigos que son-sonreí tontamente y así me fui quedando dormido.
No contaba con que se me hubiera olvidado colocar el despertador más temprano para tener tiempo de arreglarme bien, quería estar diferente a todos los días. Pero como se me olvidó cuadrar la alarma me desperté a las 7:20 am, tenía 20 minutos para arreglarme, ni sé como lo haría porque eso es lo que me demoro bañándome-ya ven porque llego tarde-mientras me arreglaba el cabello y me maquillaba un poco se me llegaron las 7:50, se supone que en 10 minutos comienza el ensayo, y de mi apartamento a la compañía son cerca de 20 minutos con sólo un poco de tráfico.
Corrí escaleras abajo porque por el afán que tenía se me olvidó que había ascensor, llevaba una camiseta negra con letras raras en blanco, un jean negro con unas cuantas correas colgando, una manilla de plata un poco rara según mi madre y unos tenis blancos-uno sin amarrar porque no me dio tiempo- y todo lo que dije es nuevo, lo compré la semana pasada cuando acompañé a Ruki de compras.
Dirán que soy muy cañero por decir que mi ropa está nueva, y lo de la manilla también, pero es que sólo una vez al año cumplo años, y no todos los días tus amigos te tienen un regalo, pero lo que ahora pido es que Kai no me vaya a matar y se vaya a convertir en Kain, el que mató a su hermano. ¿Qué? Yo también me vi Kain y Abel en semana santa cuando era pequeño.
Cuando llegué al primer piso ya estaba sudando y me dolían los pies. Corrí al estacionamiento y llegué al auto, busqué en mis bolsillos y no encontré las llaves del carro.
-Maldita sea, esto sólo me ocurre a mí.
Corrí de nuevo al edificio, ahora no iba a ser tan tonto como para subir las escalas ¡No señor! Iba a subir por el ascensor, pero para mi mala suerte estaba en el último piso-15- y mi apartamento queda en el 9, así que por mi salud esperé el ascensor, pero de aquí a que bajara para volver a subir… Kai me va a matar.
Una vez llego el maldito ascensor empujé a toda esa gente y palié con una señora para que primero fuéramos al décimo piso e ir por mis llaves. Me sentía como un pez en un tetero, no podía respirar bien ni podía moverme libremente y al parecer el bebe de la señora que estaba al lado mío llevaba un buen rato sin cambiarse el pañal.
¡Ahh maldita sea! Este ascensor parece cajita de cartón, cada vez lo veo más pequeño, y en cada piso se tiene que subir más gente. Llegamos a mi piso pero para desgracia mía estoy hasta el fondo y no alcancé a bajarme, así que cuando llegamos al 11 salí como pude de la caja andante esa y corrí por las escalas al otro piso y luego a mi apartamento busqué desesperadamente la llave de la puerta, ya que tengo la de la casa de mi madre, la de mi hermana, la de Ruki, la llave del cuarto, la del baño, la del cuarto del desorden, la del armario y en fin, muchas llaves.
Luego de pelear con la chapa y la maldita llave pude entrar, busqué como loco desquiciado las llaves del carro hasta que las encontré metidas en el microondas, sólo no pregunten qué hacían allí porque ni yo mismo lo sé. Miré el reloj, 8:05, el tiempo sí que pasa rápido, tomé un poco de agua ya que estaba más seco que la arena del desierto y me fui con gran rapidez a la puerta para por fin irme a la compañía.
Para desgracia mía sonó el teléfono cuando iba a cerrar la puerta-fuck-, sabía que no era Kai porque él me llama al celular, no al fijo, así que contesté, hasta podría ser una emergencia.
-¿Hola?
-Hola hijo, ¿Cómo estás?
-Mamá que sorpresa, estoy bien ¿Y tú?
-Bien.
Lo sé, que conversación tan interesante, pero que más esperaban, estoy de afán, cansado y mi madre no parece mía sino de Kai cuando está en una entrevista; hablan hasta por los codos.
-Feliz cumpleaños.
-Gracias mami, me alegra escucharte, cuando puedo te visito, así que si no es más adiós.
-Takashima Kouyou, no se te ocurra colgarme porque no vuelves a saber nada de mí en lo que te queda de vida.
Muchos dirían que eso es a favor mío, pero no, ella es mi madre y me aguantó por muchos años, así que puedo aguantarla unos minutos más.
-¿Cómo está el clima por allá?-já, valla pregunta la mía.
-Muy frío, estuve enferma, así que abrígate bien para que no te enfermes, cuídate mucho para que no te vaya a dar gripe, porque sería malo que estuvieras enfermo y con la agenda tan ocupada.
-Claro, tendré cuidado.
-Tus hermanas te mandan saludos, hace un rato hablé con ellas, que más tarde te llaman.
Y así seguimos hablando hasta que por fin decidió colgar.
-Si mamá/yo también te quiero mucho/y quédate tranquila que usaré protección/no pienso tener hijos todavía/si mamá, no dejaré que me contagien una enfermedad venérea.
¿Qué les pareció la charla final? Vergonzosa ¿Vedad? Ninguno de ustedes se despide de sus madres de esa manera ¿o sí? No, creo que no, aunque me gustaría conocer a alguien que si lo hiciera.
Corrí al ascensor de vuelta, fui al estacionamiento, abrí el carro a toda prisa e intenté prender el motor, para mi desgracia-otra vez-el carro estaba varado, intenté casi 5 minutos hasta que lo logré, salí a la compañía y había mucho tráfico porque a las 9 habría un partido de fútbol,
Cuando llevaba casi 5 minutos de camino el carro se varó. Intenté prenderlo, lo empujé pero nada; el maldito hijo de… no quiso prender.
Llamé a varios talleres y ninguno se quiso venir a ayudarme, me decías que no se arriesgarían a quedar en medio del tráfico sólo por mí, ósea, soy Uruha guitarrista de The GazettE y es mi cumpleaños… el peor por cierto.
8:40, ahora si estoy muerto. No pasaba ningún taxi, ningún bus y ningún carro avanzaba, llevaban 10 minutos en el mismo punto, si me voy caminando a la compañía me demoraría más de media hora, me va a tocar enfrentar al diablo… me tocó llamar a Kai.
Un minuto después…
-¡Malditos hijos de puta! ¡Justo ahora me tenían que quitar los minutos! ¡Yo pago para poder llamar, pero es que se me olvido pagar este mes, no me pueden hacer esto!