Mis manos se paralizaron.
Era… imposible.
¡Quería creer que era imposible! ¡Una ridícula broma para fastidiarme!
Pero muy dentro de mi mente sabía que esa era la realidad que tanto quise evitar. A la cual me rehusaba a aceptar.
Al ver el resultado de su confesión se despidió rápidamente, disculpándose por la forma en la que se declaró. Brusco.
¡Por supuesto que fue brusco ese idiota! Me tomó totalmente desprevenido.
Me mantuve quieto, con la mirada fija en el monitor, específicamente en la oración que destruyó mi tranquilidad. Releí la frase muchas veces, perdiendo el sentido de esta.
Seguía sin creerlo, pero extrañamente era consciente de lo que acababa de suceder. No podía guardármelo, era demasiado increíble como para ser capaz de retenerlo solo para mí.
Casi corriendo me dirigí la habitación de mi hermano, no golpeé su puerta ni pedí permiso, ingresé azotando la madera contra la pared. Itachi me observó sin inmutarse, esperando que le hablase.
“Naruto esta enamorado de mí”
Oh, decirlo fue peor. No asimilaba el hecho de haber pronunciado tal verdad. Mi hermano suspiró para volver a mirarme.
“Ya lo sabía”
¿Qué?
“Era muy obvio Sasuke, siempre lo supe, o supuse”
¿Tan obvio que yo, la persona que mejor lo conocía, jamás lo esperó? ¿Cómo es posible que él haya descubierto sus sentimientos y yo no?
“¿Se te confesó?”
Asentí con pesar. Dejó de lado su lectura para concentrar su atención en mi afectado semblante. Cerré la puerta y me senté en su cama, mi mente estaba en blanco.
“¿Qué harás hermano?”
Muy buena pregunta, pero lamentablemente desconocía la respuesta.
“No… lo sé”
Su siguiente pregunta me dejó estupefacto.
“¿Le corresponderás?”
Lo normal es que luego de una declaración de amor, sea cual sea la forma en la que fue dicha, siga la aceptación o el rechazo de los sentimientos en cuestión, en eso consistía. Pero hasta ese momento no había pensado en eso.
¿Corresponder?
¿Aceptar?
¿Enamorarme de Naruto?
“No puedo”
No podía hacerlo.
“¿Nunca lo has visto de otra manera?
Jamás…
“¿Estas seguro de que solo los une la amistad?”
¡Por supuesto que…! No… hablar por ambos ya no existía.
“No Itachi, nunca en mi vida pensé… que esto sucedería y… no tengo idea de que hacer, yo… no estoy enamorado de él, no puedo estar con él pero…”
Con ternura acarició mi cabeza transmitiéndome su apoyo. El único que recibiría.
A la mañana siguiente ambos nos evitamos, la incomodidad abundaba en el ambiente. Sólo dirigiamos disimuladas miradas que al momento de encontrarse las desviábamos.
Y esto siguió igual durante una semana.
Nadie sospechaba de la falsa expresión de alegría que mostraba Naruto. Yo podía ver a través de esta, y lo que veía no era de mi agrado. Mi amigo se encontraba en un estado deplorable, parecía querer llorar, le era dificultoso hablar con normalidad.
Naruto sufría, sufría demasiado en silencio.
Y yo, su mejor amigo lo observaba solamente.
En ese momento me decía… “primero eres su amigo, luego todo lo que podría ser” Sin embargo no era capaz de ejercer lo que pensaba. Quizás ya no podría verlo como el amigo que jamás volveré a encontrar.
Ya nada era igual.
Luego de siete días Naruto se veía entusiasmado, decidido. Por un parte me alegraba ver ese cambio pero sabía que significaba algo a lo que todavía no me sentía preparado. Algo que aun no podía afrontar.
Al final del día prácticamente arranqué de la institución. Estaba nervioso, actuaba con torpeza, deseaba voltear pero no podía ya que confirmaría mis sospechas.
De todas formas sucedería, a pesar de que yo no quisiese.
“¡Sasuke, espera!”
Giré mi cuerpo, Naruto corría hacia mí un tanto agitado.
“¡Tú… te fuiste muy… rápido!”
No podía Naruto…
“Tengo cosas que hacer, nos vemos”
… porque soy un maldito cobarde.
“¡Espera Sasuke! ¡Debemos hablar!”
Sentía la desesperación de sus palabras. El agonizaba y yo no hacía más que aumentar su calvario.
“No puedo ahora”
Creí que me libraría de él con mi negativa pero… que idiota, Naruto es terco. Aunque denegase su petición el insistiría.
“¡De aquí no te vas!”
Mi amigo me abrumaba, no me permitía escapar sin haberme dado su verdadera… ¿declaración? ¿Lo volvería a hacer?
No, no, lo siento Naruto pero no puedo.
“¡No puedes obligarme! No quiero hablar contigo ahora. No me sigas”
Escuché un último grito cargado de angustia. El solo quería aclarar la situación y yo se lo impedía. Todo eso era tan duro, tal vez temía que al no corresponderle nuestra amistad pereciese.
Siempre pensé que haría cualquier cosa por mantenernos unidos… me di cuenta de que algo mucho más fuerte se interponía en nuestra relación siendo capaz de destruir todo lo que forjamos.
Después de aquella tarde impresionantemente Naruto no me buscó. Sabía que el esperaba que yo diese el primer paso, también para demostrarle lo importante que me era.
Otra vez no lo complací.
Nuestros amigos conscientes de nuestro repentino alejamiento intentaron averiguar la causa. De mi boca no salió palabra alguna ya que era problema mío y de Naruto, entre los dos podríamos solucionarlo. Que ridículo que yo dijese tales cosas. Pero Naruto necesitaba el apoyo de alguien, que en cualquier otra ocasión yo se lo hubiese dado.
El no pudo soportar nuestra separación. Y su fortaleza es enriquecida por sus amigos.
El les contó.
Ahora ya no me observaban preocupados, sus miradas demostraban la rabia y molestia que sentían hacía mí.
Me criticaban la supuesta poca importancia que reflejaba hacia el padecimiento de mi amigo, alegando lo insensible que era al no consolarlo o arreglar las cosas. A mis espaldas opinaban que no merecía a Naruto, que era el culpable de su dolor. Y que en el último de los casos le diese una oportunidad, compadecerme.
Pero…
¿Qué mierda sabían ellos?
¿Culpable? ¿Yo, culpable?
¡En el amor no existen tales estupideces! No era mi culpa haber enamorado a Naruto, simplemente sucedió, jamás lo manipule para que sintiese eso por mi. No podían tratarlo como la pobre victima que lloraba por los rincones. No era el único que sufría.
Yo sufría.
Me dolía el pecho cada vez que lo veía.
Deseaba que todo fuese como hace un año.
Quería evitar el daño que se extendía en su alma, ¿pero como evitarlo si era el causante de este?
Y el saber eso me provocaba escozor en mis ojos.
Me permití llorar en esa asfixiante soledad. No albergaba una gran resistencia en mi interior por lo cual en esos momentos me dejaba caer. Debía mantener esa inexpresiva faceta para no hacer sentir responsable a Naruto por mi pésimo estado.
Nadie velaba por la felicidad de Naruto más que yo pero esa vez no podía hacerlo.
No puedo sentir algo que no me nace.
Pero al menos podía reducir el dolor que le producía mi actitud.
Esta vez intente eliminar mis miedos.
Lo esperé en la salida de la escuela. Al encontrarme me siguió a una plaza cercana y despejada.
No sabía que decir realmente, de que manera comenzar la incomoda charla.
“Sasuke… yo…”
Esto no progresaba, así que decidí interrogarlo.
“¿Desde cuando?”
Desanimado me contestó.
“No tengo idea”
“En que momento supiste… eso”
“Hace tres meses creo”
Descontroladamente lo tomé por los hombros y lo zamarreé violentamente.
“¡¿Por qué no me lo dijiste antes?!”
“¡Mira como estás reaccionando imbécil!”
“¡¿Soy tu amigo o no?! ¡Debiste decírmelo apenas te diste cuenta!”
“¡¿Crees que es tan fácil Sasuke?! ¡Ni siquiera tenía planeado decírtelo ese día!”
“¿Pretendías guardártelo por siempre?”
“¡Si! ¡Eso quería y ahora más que nunca. ¡Mírate! ¡De saber que reaccionarías así nunca te lo hubiese dicho! ¡Me has evitado todos estos días! No me dejas decirte todo lo que pienso. ¿Sigues creyendo que es fácil? ¡Eres mi mejor amigo, maldición! ¡No quiero perderte por esto Sasuke, pero ya lo estoy haciendo! Jamás… ¡Jamás planee enamorarte de ti Sasuke, es lo último que hubiese pedido!
Las lágrimas caían apresuradamente desde sus ojos, inútilmente intentaba controlar su desenfrenado llanto.
Que imagen más dolorosa.
“Naruto… yo…”
“Eres mi primer amigo… y por nada del mundo me gustaría perderte”
“Naruto, esto no puede seguir”
Me observó impresionado, con decepción de por medio. Se mordió fuertemente el labio, intentando retener las nuevas lágrimas.
“No podemos ser amigos”
Sentía que en cualquier momento lo acogería entre mis brazos.
“Yo no te amo y jamás lo haré”
Lo único que quería en ese momento era que alguien me matase para detener mi discurso.
“Si queremos ser amigos, debes olvidarte de mi. Jamás podremos tener otra relación que no sea amistad… Naruto no quiero que esto siga así… no sirve de nada que me ames ya que jamás te corresponderé y la única forma es que nos distanciemos. Mi presencia solo hará que este sentimiento crezca, te hará sufrir más”
“¡Sasuke no…!”
“Esto lo hago por ti Naruto”
Murmurando esa frase le sonreí con inhabitual dulzura, volteé y lo abandoné en plena demostración de desgarrador sufrimiento.
Pocas lágrimas empaparon mis mejillas, el caos se encontraba dentro de mi donde mi corazón se rompía en muchos de pedazos. Quizás no tantos como mi amigo pero de igual forma mi alma se destruía.
Sabía que era lo mejor…
Esperaba que fuese lo mejor…
Ya que por su felicidad, yo estaría dispuesto a sufrir.
Comenzando en ese mismo instante, donde mi completo ser lloraba la maldita decisión que había tomado.