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Cuestión de Suerte por Shinigami_Maxwell

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Notas del capitulo:

Capi 2! y eso! ♥ XD

01 - Nada dura para siempre

 

 

Después de un largo llanto, tanto de él como de varios de los niños del orfanato el pequeño Duo termino cayendo dormido, la señora Peacecraft se sentía mal de verlo así, pero al mismo tiempo sabia que era normal la conducta del pequeño niño, después de todo lo estaban alejando de todos sus amigos, pero, era por su propio bien, como un Peacecraft tendría un fututo mucho mejor, además, se imaginaba la alegría de su pequeña Relena al ver a su nuevo hermanito. Por otro lado el señor Peacecraft no estaba nada contento con esto, recoger a un niño de la calle, e integrarlo a su familia como si nada, le parecía ridículo, además era un huérfano, quien sabe que costumbres podía tener. Pero sin lugar a dudas el que menos contento estaba con todo esto era el Padre Maxwell, sentía que adoptaban a Duo como quien compra un perro para sus hijos, pero no quiso decir nada, decidió mantener silencio mientras se auto convencía que todo esto era lo mejor para el pequeño Duo.

Y así fue como el lindo niño de orbes violeta fue llevado a la gran mansión Peacecraft mientras dormía.

Abrió los ojos lentamente acostumbrándose a la iluminada habitación donde estaba, las habitaciones de orfanato tenían pequeñas ventanas, así que no tardo en sentirse extrañado, se sentó sobre la cama en la que estaba y admiro sorprendido el lugar, nunca había estado en una pieza como esa, la cama era enorme, y era la única que había, el estaba acostumbrado a compartir habitación con varios niños, además había un enorme ropero, y dos cajoneras, junto un pequeño escritorio hecho a la medida de un niño, se levanto apresurado y noto que no llevaba puesto su uniforme si no un pijama celeste, la tela era muy suave y el pequeño Duo no pudo evitar pasar la mano para sentir la agradable textura. Se sentía extraño, ese lugar no era para el, estaba en una casa de ricos, no lo dudaba, atravesó la habitación con sus pequeños pasos, y cuando estaba a punto de llegar a la puerta esta se abrió, dejando entrar a la mujer que estaba en la oficina del Padre Maxwell, la mujer que lo había adoptado, Duo le miro con recelo, pero no dijo nada, de todos modos no podría haber hablado porque esta tomo la palabra.

-          Oh querido, me alegra tanto que hayas despertado, tus hermanos están esperando conocerte.

-          ¿Hermanos? – Pregunto dudoso Duo. – Yo no tengo hermanos señora.

-          Vaya que lindo eres niño, ahora ya los tienes, ellos solo quieren verte, y no me digas señora dime ma…

No pudo terminar de hablar porque una pequeña niña, de la estatura de Duo entro corriendo a la habitación, su cabello era largo como el de la mujer adulta, pero su rubio era más oscuro, como el del hombre mayor que estaba en el orfanato.

-          ¿El es mi hermanito nuevo mamá? – Pregunto la niña con voz aguda, demasiado aguda para el gusto de Duo.

-          Relena hija, te pedí que esperaras afuera. – hablo la mujer.

-          Pero quería ver a mi hermanito.

Duo las miraba a ambas en silencio, se sentía raro de que hablaran de el de ese modo, no estaba acostumbrado, además, seria solo un niño, pero nunca le había gustado que decidieran por el, hasta los seis años había vivido completamente solo, y no iba a dejar que unos extraños decidieran por el ahora, solo el Padre Maxwell podía, el era el único adulto al cual respetaba, a el y a la hermana Helen, a nadie mas.

-          Duo. – dijo el niño mirándolas serias, haciendo que ambas callaran y voltearan a verlo de nuevo. – Mi nombre es Duo Maxwell, y no tengo hermanos.

La niña pequeña le miro molesta, no le gustaba el tono que ese niño estaba usando con ella, sin embargo la mujer le miro con ternura y puso una mano sobre la cabeza del pequeño.

-          Si mi niño, eres Duo, el Padre Maxwell nos dijo que así te llamabas y no pretendemos cambiar eso, pero de ahora en adelante serás Duo Peacecraft.

-          No acordamos en darle el apellido. – Dijo el hombre rubio ceniza que entraba a la habitación.

-          Cariño, me pareció claro que no hacia falta hablarlo, es evidente.

-          Hn. – Fue todo lo que dijo el hombre mientras salía molesto de la habitación.

El niño de ojos violetas retrocedió un poco al ver entrar a ese hombre, no le quería, el se daba cuenta, esa mirada la había visto mucho en los adultos, y la reconocía, pero si no lo quería, para que lo había adoptado, siquiera se atrevió a preguntar, al menos con la mujer el se sentía seguro.

-          ¿Mami, por que papi no quiere a mi nuevo hermano? – Pregunto la niña rubia, pero solo recibió una mirada de desaprobación de su madre.

-          No digas esas cosas Relena, harás sentir mal a tu hermanito, ahora preséntate.

La niña rubia se acerco a Duo y cuando iba a hablar una melodía de celular comenzó a sonar.

 -          Niños, bajare a hablar unos asuntos, Relena se buena con tu nuevo hermano, y muéstrale de la casa.

La niña asintió con una sonrisa y miro como su madre se marchaba, luego volteo y comenzó a ver a Duo con curiosidad, el niño de ojos violetas se sentía algo incomodo con esa mirada, pero no quiso decir nada.

-          Soy Relena. – Dijo sonriente al fin la niña rubia

-          Duo. – Fue todo lo que dijo

-          ¿No hablas mucho?

-          No cuando no estoy con ánimos, y no lo estoy ahora. – Dijo serio asustando a la niña.

-          Pues debes tenerlo, papá te trajo para que jugaras conmigo, eres mi regalo de cumpleaños, y quiero que me obedezcas.

-          No hables así Relena!

Una voz seria, pero que aun sonaba de niño se escucho en la puerta de la habitación, y al oírla la niña callo al instante, al mirar ambos Duo vio a un niño, de unos doce años, de cabello a la altura de los hombros, pero platinado como el de la mujer.

-          Anda Relena, discúlpate con la niña. – Hablo con autoridad el chico.

-          Niña!!!??? – Reclamo Duo exaltado, a pesar de que le estaban defendiendo esa equivocación le molesto. – Yo soy un niño igual que tu. – Afirmo molesto.

-          ¿Qué? – Pregunto incrédulo el rubio, pero luego de unos segundos se disculpo. – Lo siento es que tu cabello.

Duo solo se sonrojo por el comentario del otro chico, y cuando miro nuevamente vio como la niña de nombre Relena salía enojada de la habitación, sin antes gritar enojada.

 -          Le diré a papá que lo defendiste a el.

Al salir de la habitación el niño mayor entro con curiosidad haciendo una seña para pedir permiso, y se sentó en la orilla de la cama invitando al niño de ojos violetas a que hiciera lo mismo junto a él, Duo tardo unos segundos, pero finalmente acepto, al menos este chico le agradaba de presencia.

-          Soy Miliardo.

-          Duo.

-          Bienvenido Duo. – Dijo sonriéndole al menor.

-          ¿Es verdad? – Pregunto el niño cabizbajo. - ¿Es verdad que soy un regalo para esa niña?

-          No, nada de eso, Relena es caprichosa y se cree el centro del mundo, pero no es mala, mamá hace mucho quería otro hijo, pero ella no pude tener mas bebes, el problema es que papá se oponía, pero finalmente por Relena acepto.

-          No me gusta.

-          ¿Eh? ¿Qué cosa?

-          Quiero volver con el Padre Maxwell.

      -    Pero que cosas dices pequeño Duo, ya veras que pronto te acostumbras aquí. – Hablo el rubio haciéndole cariño en la cabeza el niño de pelo largo ojos violetas.

Finalmente Duo se resigno y trato de acostumbrarse a su nuevo hogar, su nueva escuela, su nueva vida. En la primaria a la que iba al principio no le iba muy bien, las amigas de Relena siempre le hacían bromas crueles, pero no tardo en hacerse de mucho amigos, y finalmente ganarse el aprecio de casi todos allá, su mejor amigo era un niño rubio de ojos verde agua, se llamaba Quatre, con el pasaba gran parte del tiempo y de todos modos se la pasaba mejor en la escuela que en su casa.

Sin embargo solía tener un problema ahí, y era que a pesar de llevar meses con el apellido Peacecraft, el seguía llamándose a si mismo “Duo Maxwell” razón por la cual había tenido varios problemas con exámenes, y por lo que solían llamar a los señores Peacecraft, lo peor de todo es que cada vez que eso ocurría el señor Peacecraft parecía mas molesto aun, sin embargo Duo se negaba a cambiar eso, la señora Peacecraft solía decir que eran caprichos de niño y que pasaría, pero al parecer no era así.

En la casa Peacecraft las cosas iban de un extremo a otro, Relena se aburrió rápido de su “juguete” y paso a odiarlo pues sentía que le quitaba la atención de su madre, y por otro lado el señor Peacecraft siempre que había problemas le llamaba recogido. Sin embargo tenia que admitirlo quería mucho a la señora Peacecraft, incluso había aprendido a decirle mamá, y Miliardo se había convertido en un verdadero hermano mayor para el.

Y así paso su primer año en la familia Peacecraft, no era bueno, pero tampoco era malo, sin embargo en su corazón el siempre seria un Maxwell, a pesar de que se había acostumbrado a presentarse como Duo Peacecraft en clases.

Duo ya llevaba dos años en la familia Peacecraft, y se había acostumbrado a su nueva vida, a su nueva madre, a que simplemente no lo quisieran su hermana ni su padre, pero a tener el apoyo de Miliardo, Duo en la escuela se había convertido en un niño muy alegre y algo desordenado, pero a pesar de eso querido por todos, la vida no era mala, eso hasta el invierno de su cumpleaños numero diez.

La señora Peacecraft había enfermado gravemente, pasando en cama y en reposo total todo el invierno, y fue en una noche de tormenta que todo acabo.

Relena lloraba amargamente sobre a cama donde yacía el cuerpo de su madre, mientras Duo tomaba la mano de aquella mujer que alguna vez pudo llamar mamá.

-          Suéltala Duo!  Tú no tienes derecho a tocarla.

-          Relena guarda silencio, yo la quería tanto como tu. – Hablo furioso, como podía ser que en un momento así ella quisiera pelear.

-          ¿Quererla? Si quiera tenias derecho a quererla.

-          Tú que sabes Relena.

-          Se lo suficiente como su hija legitima que soy, no como la basura recogida que eres, papá tiene razón cuando lo dice.

-          ¡Cállate Relena! – Grito Duo antes de oír un portazo.

-          No calles a mi hija, no tienes derecho. – Hablo el señor Peacecraft.

-          Pero…

-          Y no interrumpas cuando hablo, de ahora en adelante las cosas van a cambiar y tú vas a tomar el lugar que te corresponde en esta casa, ahora vete a tu habitación.

 

El chico ojos violetas no dijo nada, solo salio corriendo para encerrase en su alcoba, al menos en ese lugar se sentía seguro, y ahí lloro toda la noche por al muerte de la única madre que había conocido.

A la mañana siguiente Miliardo entro y se sentó junto a Duo, acariciando su cabello como siempre lo hacia cuando su pequeño Duo lloraba, extrañado por la caricia Duo abrió los ojos y vio a Miliardo a quien le sonrió, el era lo único que tenia ahora, su único apoyo, sin embargo vio al rubio serio y triste y se preocupo.

-          ¿Qué pasa Mileardo?

-          Me marcho Duo. – Dijo casi en susurro

-          ¿Qué? – Pregunto asustado.

-          Mi padre me había matriculado en una secundaria en el extranjero, yo le dije que no me iría con mamá en ese estado, pero anoche, luego de lo que paso contigo el me informo que ya nada me mantenía aquí, y que hoy en la tarde me marchaba. – Termino de decir mirando el suelo.

-          Me quedare solo… - Fue todo lo que pudo decir.

Miliardo se sintió destrozado al ver a su pequeño Duo así, y solo atino a abrazarlo, el sabia que Duo tenia razón, sin él en la casa Duo estaría mas solo que nunca y en realidad tenia miedo de lo que podía vivir el trenzado, conocía a su padre, y temía por su hermano.

-          ¿Estarás bien?

-          Estuve solo toda mi vida Miliardo, solo tendré que recuperar la practica.

-          No estarás solo, yo siempre te…

 

Pero la puerta se abrió, ahí estaba el señor Peacecraft mirándolo serio, no hizo falta palabras, el tenia que irse, miro a Duo con tristeza y beso su frente, saliendo y cerrando la puerta tras un azote del señor Peaceraft.

Y así pasaron cuatro años, Duo se había prometido a si mismo ser fuerte, había hecho nuevos amigos por quienes procuraba estar alegre, sin embargo su vida en la casa era un verdadero infierno, pero solo un año mas, este año entraba a la secundaria junto con Relena, y aprovecharía para buscar un empleo de medio tiempo, así si ahorraba por todo un año se largaría de esa casa, no le importaba dejar la cómoda vida que llevaba, pues de todos modos el mismo evitaba abusar de algún lujo de la familia, pues temía a la represalias de el señor Peacecraft, pero ahora no importaba, el era fuerte, e iba a lograr salir de ahí, fuera como fuera.

 

 

Continuara...

Notas finales:

Gracias por su tiempo ♥


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