En el país del viento, alejado de cualquier rastro de vegetación, de vida. Existe una aldea, una aldea escondida ente las dunas y arena, protegida por un sol ardiente, por ráfagas de potente aire y ,como si fuera poco, una enorme muralla.
La noche se encontraba en su esplendor, con una luna llena que apenas se podía ver por la ventisca combinada con arena que inundaba el cielo, pero, era seguro que las estrellas titilaban de nuevo y que la negrura del cielo era profunda.
En esta misma aldea, la aldea de la Arena, se había suscitado un tremendo hecho, pues por primera vez había aceptado públicamente un líder, el mayor protector de la aldea, el gran señor Kazekage, Sabaku No Gaara su propia homosexualidad, refutando el hecho para no esconder el tremendo cariño que sentía por su pareja, ese cariño que era sin duda reciproco. Tal chico era uno llamado Rock Lee, un extranjero que venía de otra aldea en exceso lejana.
Esta noche en especial se encontraban juntos, los dos jóvenes de apenas 18 y 19 años, vivían juntos y, para su suerte, ya no había nada que esconder desde entonces.
Se besaban apasionadamente. Adoraban estar juntos, aún seguía siendo algo complejo creer que ellos, precisamente ellos pudieran vivir un sueño así. Gaara se encontraba a medio vestir con solo su pantalón negro apenas desabotonado; estaba arrodillado sobre el colchón, entre sus piernas Lee quien tomaba con el mayor cariño el rostro de su amante pelirrojo para seguir besándole de la misma manera. Este mismo, Lee, se encontraba solo en ropa interior con unos boxers grises cubriendo su intimidad.
La temperatura ya se encontraba bastante elevada, decir que era la primera vez que se encontraban en esa situación era una mentira. Y penas separándose un poco de su querido pelinegro, Gaara se quitó los pantalones sin mucho cuidado, ya sentía un poco de desesperación, se reflejaba en su mirada, y ya sabia lo que vendría... harían el amor, como otras tantas veces, y sentía que no podía esperar más. Sin esperar un segundo y sacado su propia ropa interior junto con los pantalones Gaara se lanzo de nuevo sobre otro beso de Lee, quien extasiado, como siempre, por la belleza de su cuerpo desnudo parecía quererse eternizar solo viéndole, sin respirar, sin parpadear, le encantaba admirarlo; bueno, a Gaara también le gustaba ese gesto, sabia que el chico de Konoha era solo para él. Pero quería más, en estos instantes su cuerpo y mente le pedían más que solo la satisfacción de saberse adorado.
-...Gaara- se escucho al fin, rompiendo con el relativo silencio entre ambos, el aludido solo se separo un poco y enfoco su mirar en el otro que también le miraba directamente- sabes... –dijo incorporándose un poco- amnnnn... –sabia que la respuesta era lógica, pero debía seguir intentando-... ¿no crees de deberíamos usar protección? – dijo sin más, dibujando en su rostro una mínima sonrisa, talvez un poco cohibido por la interrogante.
Gaara le miro por unos segundos, le daba claramente a entender el reproche, es solo que se le figuraba ridículo, además le molestó un poco que de nuevo Lee hubiese roto con el momento por esa petición.
- ¿Tienes relaciones con alguien mas?- inquirió sabiendo por demás la respuesta.
- ¡No!- dijo justamente al instante, ya antes habían tenido problemas por un segundo de tardanza.
-No hay problema entonces- dijo el pelirrojo sin mas volviendo a su labor de deshacerse de esa estorbosa ropa interior de su Lee. Sus manos aún se encontraban el elástico superior de la prenda y Lee con una de sus manos tomó suavemente el brazo del otro; tras un resoplido Gaara dijo: - Lee, esto es ridículo... ¿recuerdas? Somos hombres, no puedo salir embarazado ni nada cercano... deja eso ya por la paz-
Ni siquiera se digno a volver a lo que hacia, sabia que si seguía Lee lo alejaría de nuevo... ¿por qué nunca podía tomarse las cosas mas a la ligera?
-Pero Gaara, no es eso...-
-¿Entonces?- interrumpió cortantemente.
-... Bueno... es que no se trata de haber estado con alguien más, sino que alguna infección por cualquier cosa o un envenenamiento en alguna misión.. no se, es un riesgo, y sabes que lo ultimo que quiero es que te pase algo, o peor, que yo te aya causado eso, así que solo por prevención, es todo. – termino diciendo decidido.
El joven Kage solo se le quedo viendo y poco después le dio un beso en los labios, solo fue un tierno beso.
- Eso no va a pasar... vamos, ya no aguanto- dijo en voz sumamente seductora contra los labios del otro... Lee tampoco quería esperar mucho, tampoco quería volver el ambiente algo incomodo así que soltó el brazo dejando el camino libre para que hiciera lo que se le antojase aprovechando para darle un profundo beso...
Pasó la noche... y otras tantas, pero aunque pasaran los días y las semanas, sentían como si cada día se hiciera más intenso ese amor, como si el tiempo lo inflara más y más. No les molestaba en absoluto el hecho de depender de alguien así.
Esperaban que las cosas siguieran así...
Como en un cuento de hadas...
Había problemas, siempre habían existido... ahí era donde radicaba su fuerza, porque nunca cayeron por nada, por nadie... y sabían que no lo harían.
- - -
Ya se podía divisar la enorme entrada de la aldea de la arena.
Era mediodía y el sol se posaba en lo alto del cielo, golpeando sin piedad a todo lo que se encontrara a su paso, eso incluía la cabeza y cuerpo de un joven pelinegro de traje curiosamente verde.
Corría a toda velocidad, una misión larguísima por fin había terminado y lo único que quería era ver a su Gaara de nuevo. Había sido poco menos de un mes de ausencia y para él era demasiado; pero ya había acabado y lo único que quería era llegar con su pelirrojo y abrazarlo, besarlo, invitarlo a comer, platicar lo que pudiera, contarle todo y dejar que le contara, tocarle, hacerle el amor de nuevo. Había sido mucho tiempo sin él, no era la primera vez que se topaba con una misión de tan larga extensión pero independientemente de cuantas haya hecho siempre deseaba volver.
Entro de prisa a casa, se suponía que el pelirrojo debía estar ahí, mas o menos a esa hora salía a comer. Honestamente dudaba mucho el encontrarlo ahí, generalmente cuando estaba solo prefería quedarse a trabajar en la oficina. Dejando su mochila y la mayoría de su equipamiento en casa se dirigió de inmediato con una radiante sonrisa en su cara hacia el lugar mencionado.
Abrió de golpe la puerta de la oficina del Kage, pero no encontró a nadie, es más, ni siquiera entró.
“¿Dónde estará?” se inquirió.
Sin tardar nada dio media vuelta y comenzó a buscar por el gran edificio principal de la aldea, pero no encontró ni rastro; a unos pocos les pregunto, pero siempre le decían que no tenían idea. Al ver el infructuoso resultado dentro del edifico, el joven de la aldea de la hoja comenzó a buscarle por los lugares en que solían estar juntos como en el viejo parque, o en las afueras; pero también fue en vano.
Rock Lee ya comenzaba a preocuparse. No era normal que Gaara desapareciera así como así. Para su suerte se encontró en el camino con Kankurou, a quien con una exasperación inhumana le pregunto sobre el paradero del chico en cuestión.
-Pensé que estaba contigo... pero, que yo recuerde no ha salido de su oficina, toda la noche la paso trabajando-
-Oh... gracias- dijo Lee sin más para luego dirigirse de nuevo corriendo a la oficina del Kazekage “talvez salió unos momentos y por eso no lo encontré” pensaba.
Llegó al mencionado lugar, y nada... seguía igual, solo, esta vez se adentro a la estancia dirigiéndose mas específicamente al pequeño baño. Tocó la puerta y llamó, pero nadie contesto. Una extraña sensación le invadió, sin contar el escalofrió que recorrió su espina; sin hacerse esperar abrió la puerta rápidamente pero seguía todo sin variar. Con su mirada baja dio media vuelta intentando figurarse donde podría estar Gaara.
Grande fue su sorpresa al notar que justo detrás del escritorio se encontraba el joven Sabaku recostado en el suelo, aparentemente inconsciente. A su lado se encontraba un poco de vomito, se podía ver que era pura bilis. Sin pensarlo se acercó, posó su mano sobre su hombro y lo movió un poco, pero no reaccionaba.
-...Gaara- le llamó, pero tampoco contesto, así que como mero reflejo le tomo en brazos y corrió lo más rápido posible a un hospital.
En verdad estaba asustado, a Gaara nunca le había pasado algo así, esta bien, en batalla talvez alguna vez había desfallecido por el cansancio, pero por el trabajo de oficina nunca.
En una pequeñísima fracción de tiempo ya se encontraban en el hospital siendo atendidos, Lee llegó como loco gritando pidiendo ayuda como si el mundo se estuviera acabado o algo así ... bueno, de cierta manera para él lo hacia. No tardo absolutamente nada en llegar la ayuda medica, sin siquiera mencionarse lo llevaron a una habitación aparte, a Lee lo dejaron fuera...
Solo esperando noticias...
Cualquiera diría que habían sido acciones desesperadas de parte de todos, pero se trataba del gran Kazekage, además que no se podía esperar menos de Lee.
Casi se le salía el corazón por todo lo que paso. Lee notaba como no podía dejar de moverse de un lado a otro, tampoco como su mirada no se despegada de esa puerta verde azulada ... era complicada su situación, sentía que su mente misma le sacaría de quicio. Y todo empeoro cuado uno de los doctores le pidió autorización para hacer unos chequeos y extraer un poco de sangre para los mismos, claro que Lee acepto... pero... tenia miedo, esto acrecentaba su incertidumbre, la desesperación se reflejaba en su mirada y en cada movimiento.
Paso poco más de una hora y por fin le dejaron entrar con Gaara, quien ya se encontraba conciente. La enfermera dijo que pronto vendrían los doctores junto con los resultados. Lee no tardo nada en adentrarse en la habitación y ahí se encontraba solo, recostado en la cama con ojos entrecerrados viendo a la pequeña y redondeada ventana.
-...Gaara...- dijo en lo bajo sin premeditarlo. Al instante el aludido volteo, perecía haberse iluminado el rostro de ambos. Rápidamente el pelinegro se acerco a la cama y agachándose le tomo su mano izquierda; tenia lagrimas encerradas en los ojos – ¿c-como estas? ¿como te sientes? ¿qué paso?... me preocupaste idiota...-
Gaara apenas sonrió un poco, se sentía cansado, de hecho eso había sido la causa por la cual termino ahí, además de mal comer por una semana.
-.. Lee... cálmate, no fue nada...- dijo con voz sumamente baja y pausada. Lee le miraba a los ojos; no estaba conforme con la respuesta.
-No has descansado ¿verdad?- dijo sin más. El pelirrojo cerro los ojos, detestaba que Lee supiera tanto- ¿cuanto tiempo?- decía en un tono bastante serio, parecía mas un regaño que nada.- ¿Cuánto tiempo llevas sin descansar ni comer?
- ... aay, no se, Lee... déjalo... una semana, dos, no estoy seguro- el pelirrojo puso una mano en su cara, le molestaba mucho que pasara eso.
Lee soltó un suspiro, era difícil hacerlo cambiar de ideas... siempre lo había sido. Se sentó en la cama, tomó más fuertemente su mano y le dio un tierno beso en los labios, para después darle otro... y otro. Era lindo estar juntos de nuevo.
- Te extrañe- dijo el joven más pálido apenas tuvo oportunidad.
- Yo también- contestó – te amo-
- ...Te amo- dijo.
Después de unos cuantos minutos la puerta por fin se abrió dejado entrar a un medico, quien, al toparse con la escena solo se detuvo un poco.
-Buenas tardes- dijo sin mas, logrando una reacción bastante cómica en Lee, quien no notó su presencia al entrar y se alejó súbitamente de Gaara con un marcado sonrojo en el rostro. A diferencia, Gaara si había notado su entrada, pero poco le importo y al ver alejado a Lee solo lazó una mirada no muy simpática hacia el hombre de bata blanca.
El joven de la aldea de la hoja intento ponerse de pie, pero fue interrumpido.
- No, ni se moleste, ahí quédese, por favor-
Lee se sentó desconfiado sobre la cama, mirando sumamente extrañado al doctor, siempre que un doctor decía eso no era nada bueno...
Gaara un poco titubeante se incorporo sentándose justo al lado de su novio.
- ¿Qué tengo?- dijo dejándose de rodeos.
- ... – El medico no sabia como comenzar. No estaba hablando con cualquiera, sino con su Kazekage... al parecer molesto Kazekage, pero tenia una obligación.
-¿Qué tengo?- dijo de nuevo el pelirrojo, marcando su falta de paciencia en esos instantes; detestaba estar en hospitales.
-Pasa por un embarazo... –
...
Cantidades descomunales de arena aparecieron de repente en el aire apresando al instante al doctor de pies a cabeza, pero a diferencia de la mayoría del tiempo ahora desde el comienzo comenzó a hacer presión en la totalidad en el cuerpo del hombre. La ira que sentía Gaara corriendo por sus venas se diluía como ácido, hasta podía sentir como sus manos temblaban un poco. Le indignaba el como trataba de burlarse de él ... de ÉL, el Kazekage de la arena... del país del viento... como se atrevía... sabia lo que merecía por esa osadía.
Lee apenas reaccionó, tomo a Gaara del brazo y le dijo muy seriamente que lo dejara en ese instante. Gaara ni siquiera le miro, tampoco le hizo caso.
-¡¡Gaara!!- gritó al fin. En el instante volteo el mismo con una mirada furiosa para encarar al otro, su respiración estaba agitada -... suéltalo- dijo firmemente sin dejar de mirarle a los ojos.
Gaara no movió ni un músculo de su ser, ni alejo la mirada de Lee, pero la arena comenzó a alejarse del doctor, que nomás al sentirse un poco liberado tomo una sonora bocanada de aire, en verdad el Kazekage tenia intenciones de dejarle sin vida.
A diferencia de lo que pudo haberse esperado Lee no se acerco para ver como se encontraba el hombre... también a él se le figuraba un broma de muy mal gusto, de hecho le miraba de manera bastante similar a la del pelirrojo. Ambos ya se encontraban de pie.
EL doctor aún con dificultad para respirar se incorporo de el suelo, sentía como algunas de sus extremidades seguían entumecidas, después de unos instantes les miró a la cara e intento erguirse lo más posible.
-Disculpen, les dije que se sentaran- Dijo intentando recuperar un poco de su dignidad y ambos así lo hicieron, no muy contentos se podría aclarar.
-Usted pasa por un embarazo, por eso pedimos hacer pruebas con su sangre- diciendo esto ultimo mirando al mayor- Ha resultado ser muy desconcertante, pero los resultados no nos han mentido. No sabemos la causa de esto realmente... uno de nuestros doctores después de un chequeo extenuante mientras estaba inconsciente encontró un vientre dentro de usted... señor Kazekage... si nos permitiera... y si quiere seguir con esto, podemos hacer más chequeos, quiero decir, para encontrar la razón....- Dicho lo ultimo estiro su brazo con un sobre donde seguro vendrían los resultados y datos de los análisis realizados.
Ambos jóvenes... sabían que si el doctor apreciaba su vida no estaría jugando, no daba lugar a duda. Prácticamente no respiraban... sus ojos se dirigían al horizonte, pero estaban perdidos, con bocas entreabiertas, un poco más pálidos que momentos atrás.
El medico al ver que no había reacción alguna solo dejo los documentos de casi risible contenido sobre una mesita al lado de la cama.
-Pueden quedarse cuento deseen... con permiso- sin hacer un solo ruido el hombre salió de la pieza.
Siguió sin haber algún cambio en los chicos, uno al lado del otro, en un silencio bastante pesado, seguían sin ver nada, sin siquiera respirar, sin parpadear, ninguna parte de sus seres se movían... de hecho ni siquiera pensaban... esa información había sido devastadora... ambos tenían planes, metas que cumplir, trabajo que hacer... y ahora, ahora todo era difuso, todo pendía de un frágil hilo. Si, tenían que sentirse felices por la noticia... pero no era así... sentían miedo, pánico talvez.
La nada invadía el espacio, parecía que todas las palabras dichas por aquel hombre habían quedado suspendidas. Intentaban encontrar algún error en las palabras, algo que lo delatara, algo... lo que fuera...pero
Nada...
Pasó algo más de tiempo y entonces, ya un poco procesada aquélla información una titubeante y vendada mano se posó sobre la otra pálida e inmóvil. Lee imprimió un poco de fuerza, apenas la perceptible, a lo que Gaara también lo hizo por igual, no se voltearon a ver, sus miradas seguían sin reaccionar, ni que quisieran hacerlo realmente. Ahora unidos de esa manera Lee cerro sus ojos frunciendo un poco el seño, dejando por fin esa cara de asombro aunque todavía su sentimiento no cambiara, apretó un poco sus labios.
Con un ligero movimiento el ninja de la hoja jaló de la mano al de la arena para que se recostara. El pelirrojo extrañamente tardó un poco en reaccionar pero de igual manera lo hizo. Ambos quedaron acostados en la cama, Lee le abrazaba por la espalda y sus manos ya se encontraban entrelazadas con sus dedos.
Así quedaron ambos amantes... con un poco de suerte... y al despertar las cosas estarían mejor.
... Talvez...