El viento frio soplaba en su rostro, podía sentirlo aun debajo de su mascara, silbando tristemente para él. Kakashi había recibido la peor noticia de todas: los chocolates que había enviado su compañera no estaban. De por si era demasiado difícil obtener algo como eso, chocolates de alta calidad y con un efecto arrollador sobre quienes los consumían… o eso le había dicho la ANBU de lentes y cabello rizado.
No entendió bien la situación, el jefe de su compañera fabricaba medicinas y demás, no era fabricante de ese tipo de dulces, pero sin embargo si se los pedía podía hacerlos especialmente para ella. La verdad era que la chica estaba en el País de la plata, lugar en el que pasaba la mayor parte del tiempo, y no tenia forma de avisarle… además de que se ganaría su acostumbrado regaño.
Lo peor era que su koi no tendría su obsequio, las tiendas habían perdido lo mejor de su mercancía y eso era demasiado deprimente. Lo único que podía hacer en ese escaso tiempo era organizar una cena y un paseo. Aunque eso no cambiaba que no podría disfrutar del todo como tenia planeado.
Llego a su casa y se adentro en la misma sin quitarse el calzado, no estaba de humor para nada. Arrojo su chaleco sobre la mesa pequeña que estaba junto a la ventana, sin ver que había caído sobre un pequeño objeto protegido por un envoltorio color plata, y se dirigió directamente a la ducha. Luego de asearse con algo de prisa, se interno debajo de las mantas y se quedo dormido.
Un leve murmullo de aves lo despertó, pero no fue lo único que lo hizo, al abrir los ojos se encontró con su amado delfín que terminaba de depositar un beso en sus labios. Incrédulo ante la visión, ambos ojos estaban abiertos ampliamente.
-Perdona por entrar así…- desvió la mirada con un bello sonrojo- etto… Feliz San Va…-
-Iruka sensei…- lo abrazo repentinamente- Te amo…te amo…te amo…- repetía una y otra vez sin descanso alguno.
-Kakashi sensei…jejeje… también te amo… pero no puedo respirar-
El peliplata se disculpo y beso tierno los labios de su amado castaño. El delfín sonrió con un bello sonrojo, se puso de pie y salió a buscar un paquete pequeño que contenía los chocolates que había recibido y adquirido. Los dejo sobre la mesa pequeña, arriba del chaleco verde del jounin que no quería esperar para tirar al moreno a la cama y agradecerle por tan precioso regalo. Se puso de pie y tomo su chaleco, al hacerlo la variedad de chocolates terminaron desparramados por todas partes.
Iruka suspiro con una gotita en la cabeza y le pidió al mayor que tuviese mas cuidado con lo que hacia. Kakashi sonrió de medio lado y abrazo repentinamente a su novio para terminar comiéndole los labios a besos. Una idea que paso por la cabeza del chuunin fue preparar el chocolate, que era bastante, con leche y untarlo. El peliplata acepto gustoso la idea, además de que un Iruka embarrado en chocolate era mas tentador que cualquier otra cosa.
Revisaron los paquetes para ver aquellos que no estuviesen rellenos de menta o cosas por el estilo que pudiesen modificar el sabor. Abrieron los paquetes y partieron los chocolates para verificarlos, entre ellos había un curioso dulce cuyo relleno era de color bastante fluorescente. Jamas habían visto algo similar.
-Sabe algo extraño…- dijo el peliplata después de lamer un poco del fluido- pero no sabe tan…- se mostro sorprendido- Iruka sensei, sabe raro al principio pero luego es extremadamente dulce-
-…- paso apenas el dedo índice y probo la sustancia- es cierto… ¿Qué hacemos?-
-Ponla con lo demás, no creo que modifique demasiado el sabor-
Con esa idea en mente pusieron el chocolate en un pequeño recipiente y lo pasaron por agua caliente (N/A: se lo conoce como Baño maría ^w^) para fundirlo sin miedo a quemarlo. Una vez terminada la preparación, untaron unas galletas con ella y el resto lo lamieron entre besos y caricias.
Kakashi cumplió su objetivo de salir de paseo con su koi, recorrieron las atestadas calles de Konoha en ese día y se cruzaron un con apresurado Kiba, que se dirigía en dirección a la residencia Aburame, que pareció no verlos.
-¿No te gusta el lugar?- pregunto el jounin que había reservado un sitio en un restaurante en un lugar apartado donde pudiesen estar tranquilos.
-E…Estoy bien- se lo notaba tenso e incomodo.
-¿Seguro? Podemos ir a otro lugar…-
-No hace falta… es…es solo que…- se quedo en silencio- me siento algo mareado-
-Ni siquiera comenzamos a beber… si quieres ir a casa-
-NO- fingió una sonrisa- Se me pasara cuando comencemos a comer-
Kakashi hablaba bastante intentando animar a su novio, en realidad se lo notaba bastante mal y quería estar seguro por si necesitaba llevarlo al hospital. Preocupado estiro una mano y toco la frente de su sonrojada pareja que se estremeció ante el simple contacto.
Después de beber un momento, el peliplata tomo una de las manos de Iruka entre las suyas para tranquilizarlo en cierto modo. Pero se sentía demasiado diferente, el contacto de su piel con la del moreno era tan exquisito que su cuerpo reacciono al instante.
Iruka también fue presa de esas sensaciones que lo llevaron al límite de su propio deseo. Se sentía extraño desde hacia un par de horas, su cuerpo pedía a gritos el contacto con el de su amado y de un movimiento ya estaba tomando sus labios.
-Iruka sensei…- se sorprendió ante lo pasional del gesto.
-Te amo Kakashi y… no soporto mas este calor…- sus ojos cristalinos alumbrados por la baja luz del espacio lo hacían verse exquisito, su voz suave, suplicante, sumisa y sensual.
-Esta bien… déjame aliviarte-
Comenzó por subirlo a sus regazo, sus manos desesperadas se aventuraron debajo de la camiseta ajustada del moreno y acariciaron su pecho, sus pezones estaban casi erectos, solo bastaron unos toques para que se endurecieran por completo. Sus lenguas se encontraban dentro y fuera de sus bocas, se negaban a abandonar el delicioso contacto.
Iruka estaba extasiado solo con sentir las manos del otro deslizarse por su torso y se apresuro a quitarse las prendas superiores, lo cual saco una risilla a su novio. El peliplata seguía con las caricias por la nuca, el cuello, la espalda y descendió adentrándose en la ropa que restaba al menor.
-Kakashi… sens… sei…mmm…- apenas había rozado la línea que dividía sus glúteos, pero necesitaba un contacto mas rudo por parte de su pareja. Pero sus palabras fueron cortadas por los labios de su koi que succionaron los suyos demandantemente.
El jounin también sintió esa oleada de lujuria abordarlo, se apresuro en quitarse las prendas y quedar en las condiciones de su novio. Con un movimiento de caderas logro que la abultada y sensible zona de sus entrepiernas se rozaran sacando un gemido a ambos.
Iruka tomo una porción de la blanca piel del cuello de su amado peliplata y la aprisiono con sus labios dejando una marca que seguramente seria muy vistosa. El contacto de sus miembros a través de la molesta tela no los satisfacía, solo los excitaba aun mas y los hacia desearse con mas fuerzas.
-Por favor…- articulo el castaño en una débil suplica.
Se oyó el sonido de la vajilla chocar contra el suelo en cuanto el mayor jalo el mantel despejando la mesa y dejando el amplio espacio libre para posicionar el cuerpo de su novio. De un jalón desnudo por completo a Iruka que instintivamente abrió sus piernas dejando a la vista del jounin su excitación y su entrada.
Hatake se tomo el tiempo para deleitarse con la imagen, pero la mirada de Iruka lo obligo a hacer lo que debía rápidamente. Se inclino lo suficiente y atrapo el rígido pene de su pareja en su boca succionando con lascivia. con fuerza, las manos del castaño sujetaron el claro cabello del mayor impidiéndole dejar el trabajo a la mitad y aumentando la excitación del peliplata.
-Estas siendo… agresivo- sujeto la parte posterior de las piernas- ¿Quieres que lo haga duro?...- rozo su miembro en la entrada del castaño.
-Lo necesito… ahh… Kakashi… onegai…- de sus ojos se deslizaban pequeñas lagrimas- Hazme el amor…-
Kakashi se relamió y corto el contacto con el encendido cuerpo del chuunin. Mordisqueo sus orejas y le murmuro que quería ser atendido primero. El sensei se bajo de la mesa y se ubico de rodillas frente al jounin que había tomado asiento. El miembro del peliplata era de un tamaño considerable y no podía hacerlo con prisa, pero estaba tan desesperado que necesitaba terminar pronto. Comenzó a chuparlo mientras masturbaba la ardiente pieza que palpitaba en sus manos. No podía esperar mas… lo deseaba con todo su cuerpo.
Antes de que el peliplata pudiese terminar, el delfín dejo libre su semilla solo con la imagen y los sonidos que producían los gemidos de satisfacción del mayor. El ANBU levanto a su amado y lo ubico sobre la mesa nuevamente, lamio su entrada, introdujo su lengua suavemente en su interior y la hizo danzar con lentitud. Los gritos de satisfacción e impaciencia eran elevados.
-No puedo esperarlo mas…- atrajo el cuerpo del menor un poco mas a la orilla de la mesa de forma que pudiese envestir de forma cómoda- Te amo, sensei-
Con cuidado introdujo la punta y el resto ingreso de una estocada firme. Se miraron a los ojos, Iruka abrazo el cuello del otro y movió las caderas buscando mas. El jounin lo envistió firmemente y las manos del castaño pasaron a sus hombros arañándolos.
-Sensei… estas… increíble- envistió mas firme- ¿Qué te ocurre?-
Pero el castaño estaba demasiado hundido en el placer para responder a la duda de su amado. Volvieron a fundirse en la boca del otro, saboreándose mutuamente, un hilillo de saliva había logrado escapar de sus bocas.
Cerca ya del final, Kakashi levanto más las piernas de su koi y envistió fieramente contra su próstata. Los gritos de Iruka fueron aun más elevados, mas pasionales y aumentaban enormemente el ego del mayor.
-Ya no lo resis… ahhhh….ka…kakash…- el nombrado lo atrajo de forma que pudo envestirlo mientras el chuunin se aferraba a su cintura y sentía la dureza de la mesa en su espalda baja y las firmes envestidas en su cuerpo que parecían no tener piedad.
-…- la sonrisa del otro se ensancho- Iruka… dime que… quieres…-
-Onegai… des… destrózame… y… ahhh… toma… todo de mi… ahhhhhh…- en un ultimo grito dejo el tibio liquido entre sus cuerpos antes de que su interior fuese llenado por la esencia de su novio.
-El… mejor san.. Valentín de mi vida… hasta ahora- dijo agitado y con una enorme sonrisa mientras veía a su agotado novio.
-Kakashi sensei…- el castaño pareció recuperado de pronto- ¿Crees que nos oyeron?-
-No, estos lugares son a prueba de sonido- lo calmo besando su mejilla.
Pero en toda la manzana las personas habían dejado de comer o mantenían la porción de comida en el aire con su boca abierta. Escuchar algo así seria lo que llevaría a muchos a tener un estimulo mas a la hora de la pasión.
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-Te noto preocupada…- comento el peliverde con su típica sonrisa y viendo a su custodia- ¿Arruiné algún plan?-
-No, Satoru-sama sabe que debe llamarme en cualquier caso y además no tenia ningún plan. Solo me preguntaba si Kakashi recibió su paquete-
-Te refieres a los dulces que me encargaste…- dejó el libro que se hallaba leyendo sobre su regazo- Creo que debí enviarle una nota con los efectos de cada color, el plata es bastante curioso… es de efecto residual. Los efectos reaparecen 48 y 72 horas después de su primer efecto… jejeje… no quiero recordar lo que pasa si lo expones al calor-
-No creo que sea tan idiota como para calentarlos, solo eran para comerlos-
-Bien- retomó la lectura- Por cierto, tengo otra caja por si quieres hacer algo con ella-
-No gracias, ya no la necesito- y con una sonrisa nerviosa observo a su protegido tenderle otro paquete con cuatro dulces mas.