¿UNA LOCURA? ¡Y PORQUE NO! CAPITULO 1
Por Er_Sharam
Ya estaba terminando las vacaciones de verano y Daniel se sentía como que no había echo nada. Simplemente se había guardado unos días de vacaciones para poder pensar que hacer con esos días. Mañana le tocaba trabajar y muchas ganas no tenía.
Era un chico humilde que lo único que le gustaba era leer y estar con sus amigos, tenía 21 años, era delgado pero con musculatura fibrosa y aunque no había echo mucho deporte, el poco que hizo, fue suficiente para remarcarle todos sus músculos. Media 1.70 de estatura y se veía pequeño a lado de sus otros compañeros, incluso alguna amiga suya era mucho más alta que él, pero tampoco le prestaba mucha importancia aquello. Su pelo era de color castaño oscuro, pero con unas mechas rubias que le hacían muy peculiar. Su piel era morena y fina para ser un hombre de su edad. No había bello y su barba era escasa más bien parecía un chiquillo. Sus ojos, a lo contrario del pelo, eran claros de un gris claro con motitas azules que le daban un toque de melancolía y tristeza, pero a la vez podían reflejar toda la alegría que podría con ello llevar. Iba vestido con unos téjanos y una camiseta blanca y estaba asomado al balcón de su piso que compartía con un amigo, su mejor amigo, Mikel.
Entraba y salía al balcón de vez en cuando. El piso no era muy grande pero si muy acogedor. Tenia dos habitaciones bastante grandes, el baño, la cocina y el comedor con un balcón del cual se divisaba la calle. Para ser un piso de solteros estaba muy recogido. Daniel adoraba el orden, así que no permitía a Mikel, dejara por medio las cosas. En la habitación de Daniel, había una cama, un armario, una mesita y encima de esta unas estanterías con muchos libros. Entremedio de la estantería y la mesa habían pegadas fotos de sus salidas con los amigos, de Mikel y él, de su hermana y sus padres.
Daniel quería mucho a su familia pues así se le veía en todas la fotos, se llevaba bien con sus padres, pero cuando se enteró de que su amigo Mikel se iba de casa, no quiso dejarlo solo, y este habló con sus padres, los cuales no se negaron y dieron su aprobación. Al contrario de la habitación de Daniel, este sólo tenia la cama, el armario, y una mesa con los libros y papeles encima de ella, todos revueltos, y solo tenia una foto en la pared. Era la foto de Daniel y de él cuando habían ido de excursión a la montaña, se les veía muy graciosos, ya que Mikel lo tenia cogido por el cuello, y Daniel levantando las manos, como si estuviera saludando, mirando los dos hacia la cámara con sus mejores sonrisas. Mikel no tenia mas fotos solo quería esa, ni siquiera la de sus padres pues nunca se había llevado bien con ellos, no les apreciaba en absoluto, es mas, fue en la ultima pelea que tuvieron, que decidió irse de casa e instalarse por su cuenta.
La cocina y el baño era lo mas pequeño del piso, pero el comedor era bastante grande, con su sofá de tres plazas, una mesa para comer con las sillas alrededor y haciendo juego con los muebles, algunas plantas puestas en las esquinas, para darle un toque mas alegre y en frente del sofá , un mueble con el televisor, el dvd y la cadena musical. No tenían queja ninguna de ese piso, y se habían instalado muy bien pues no les faltaba de nada.
Daniel seguía entrando y saliendo al balcón, esperaba a su hermana que llegaría como cada semana a verlos, iba tres veces a la semana de visita y se quedaba el máximo tiempo que podía, incluso a veces se quedaba a pasar la noche. Si no estaban en casa, ella los esperaba en la puerta o entraba en el piso a esperarlos que vinieran , pues a veces estaban trabajando hasta muy tarde.
Sonó el timbre de la puerta y una voz dijo.
- Ya voy yo -dijo Mikel que salió del baño, dirigiéndose a la puerta de entrada de la vivienda.
Mikel era mas alto que Daniel se veía la diferencia. 1.80 de estatura y su cuerpo mucho mas robusto que Daniel. …l si había hecho gimnasia y con respecto a Daniel, se le veía mucho mas grande y con diferencia. Al contrario de Daniel era rubio casi tirando a blanco, sus ojos de un color azul como si de un zafiro se tratara, tenia 22 años y era el mejor amigo de Daniel. Llevaba la cabeza mojada y una toalla en la cintura . Era lo único que le tapaba.
- ¿Quien es? -dijo Mikel tras haber llegado a la puerta.
Una voz dulce le respondió.
- Soy Miriam vengo con Silvia a ver a mi querido hermanito.
Mikel abrió la puerta. Se le vino encima la hermana de Daniel como si le persiguiera el diablo, pero simplemente era su manera de saludar sobre todo le encantaba saludar de esa manera a Mikel. Solo tenia ojos para él, le atraía la idea de echársele encima. Miriam era un poco mas pequeña que Daniel, a diferencia de su hermano era mucho mas clara de piel. El color del pelo era mas rubio pero se veían en sus caras fisionomías parecidas, no eran gemelos pero se veía directamente que eran hermanos. Llevaba puesto unos pantalones largos que se terminaban un poco por debajo de la rodilla, de color blanco, con una camiseta estrecha que le marcaba toda la figura, de un color crema con unos dibujitos en el centro.
Daniel y ella se llevaban de maravilla, pues siempre confiaban el uno con el otro. Hasta sus mayores secretos aunque Daniel era mucho mas callado y reservado y muchas veces a su hermana le costaba arrancarle las palabras.
Después de estar un momento en sus brazos, apenas unos breves segundos se dio cuenta que solo le cubría una toalla, eso le hizo soltarlo de inmediato y aparecer en sus mejillas una ligera sonrojez, pero eso le gusto, le deleitó unos instantes con su mirada, observándolo de arriba a bajo, pero de inmediato se dirigió a su hermano lazándose sobre sus brazos y dándole muchos besos como si en un año no lo hubiera visto. Este le respondió de igual manera, le hacia gracia que su hermana le tratara como si fuera él pequeño y no ella.
Entró Silvia por la puerta toda avergonzada por la actitud de su amiga, que la veía como si no tuviera ninguna vergüenza a lanzarse de esa manera a Mikel. Silvia era igual de alta que Miriam, de constitución delgada, pero no demasiado, pelo largo y lacio de color negro azabache recogido con una coleta, sus ojos grandes de un color marrón oscuro. Llevaba unos pantalones ceñidos terminados en campana de color azul oscuro, con una camiseta de tirantes de azul mas claro, pero que dejaba ver el ombligo de esta. Se le acercó a Mikel y le dijo:
- Hola, buenos días. –Dijo Silvia.
- Buenos días. –Respondió Mikel.
Mikel desapareció de nuevo metiéndose en el baño y cerrando la puerta, como si aquello no viniera con él.
Miriam observó que su hermano no estaba muy animado e intento a animarle, pero no consiguió nada. Solo se le ocurrió decir en broma, que creía que su hermano no se lo iba a tomar en serio.
- Podrías coger unas buenas vacaciones con tus amigos y conmigo claro. Fuera del país a otro continente a la aventura. -Sabia que su hermano siempre le había dicho que le gustaría ir a visitar Japón. Porque era un forofo del manga japonés y le gustaba la cultura y costumbres de ese país, además de los paisajes y templos más bellos que nunca había visto. Pero que siempre le decía que era muy caro ir allí, y que nunca cumpliría su sueño. La cual fue sorprendida con la reacción de su hermano que le contesto.
- ¡Y porque no, que diablos!, llevo mucho tiempo ahorrando y por una vez en la vida voy hacer esta locura, Miriam coge los teléfonos de nuestros amigos y llámalos a todos a ver si se apuntan a esta locura.
Miriam quedó sorprendía por la reacción de su hermano, le había gustado la decisión firme que había tomado, fue por la agenda de teléfonos y se dedico a llamar a todos los conocidos, la mayoría de sus amigos ya habían acabado sus vacaciones y no les quedaban ni tiempo ni dinero, pero unos cuantos, los mas allegados, respondieron que porque no, así que quedaron en la cafetería que había bajo su casa para poder charlar sobre el tema. Quedaron en encontrase ese mismo día a las 7 de la tarde.
Una vez realizadas todas las llamadas, Miriam y Silvia se despidieron, dándole una abrazo a su hermano y diciéndole.
- Me voy, luego a las siete nos encontraremos, es que tengo que hacer unas cosillas y quiero terminarlas.
- ¿Tan pronto?, pero si acabas de llegar, además quería hablar contigo del viaje. –Dijo Daniel con un poco de tristeza porque su hermana no se iba a quedar mas tiempo.
- Ya, pero tengo que ir con Silvia a un sitio. Ya nos veremos por la tarde.
Miriam y Silvia salieron del piso y bajaron las escaleras a toda velocidad. Silvia que iba tras ella le pregunto:
- A donde tenemos que ir, pero no me dijiste que íbamos a pasar la tarde con tu hermano.
- Si, te dije eso, pero ahora quiero ir a ver varias agencias de viajes, para cuando lleguemos a la cafetería no pierdan mucho tiempo en buscar las agencias.
- Jajaja, con que era eso, pues venga vamos, no perdamos tiempo.
Salieron del edificio levantando la mano hacia arriba, despidiéndose de Daniel que las observaba desde el balcón. Miraron muchas agencias de viajes y se llevaron los folletos de todas. No podían esperar la ilusión que con ello llevaba, era superior a ellas puesto que la amiga también venia. Ellas dos llevaban mucho tiempo ahorrando porque a diferencia de su hermano si querían ir lo antes posible a ver ese bonito país. Pero no hizo falta esperar. Su hermano se había decidido e iba a ir con él y sus amigos.
Seria estupendo, sabia que sus padres la dejarían irse con su hermano así que no le preocupa, y los padres de Silvia siempre habían confiado en ella y en el criterio de sus padres, así que seguro que tampoco se opondrían a que se fueran de viaje.
Mikel por fin salió del cuarto de baño y vio a Daniel eufórico como si algo sorprendente le hubiera pasado, le agradaba verlo contento, era su mayor ilusión, últimamente lo veía triste y no se alegraba por nada, él quería intentar animarlo pero nunca lo conseguía ¿que era lo que había pasado para ver a su mejor amigo tan alegre?.
Busco a la hermana y a la amiga pero no las vio, algo había pasado con ellas, pero no era nada malo, pues su amigo se le veía muy feliz, seguramente Miriam le habría dado alguna noticia buena de su familia. Siguió observándolo, y se dijo para si mismo.
- Se te ve tan contento, parece que te han dado una buena noticia, me gusta como ríes, se te ilumina el rostro, tu mirada alegre, llena de vida, como hacia tanto tiempo que no la veía.
Mikel siguió parado. No quería interrumpir a su amigo, no quería dejar de verlo sonreír, en sus pensamientos mas profundos se decía a si mismo.
-Si, su mejor amigo, pero por dentro estoy rabiando con locura pues en lo más profundo de mi, quiero que fuéramos algo mas que amigos, pero se que no podría pasar nunca y me resigno a ser tu mejor amigo, me duele no tenerte pero no puedo hacer otra cosa para poder estar a tu lado, se que nunca te percatarás de ello, si algún día lo supieras, te perdería, pues tu nunca lo aceptarías y eso seria lo mas horrible que me pudiera pasar.
Y siguió mirándolo como si de una estrella se tratara apunto de estallar, apunto estuvo de lanzarse en sus brazos, pero no podía, su rabia era inmensa, quería compartir esa alegría que le había echo tan feliz. Alegría. Feliz. ¿Por qué?.
Daniel, se giró y vio a Mikel parado enfrente de él, dio un paso, luego otro hasta tenerlo frente cara a cara, le mostró una sonrisa de lo más alegre y se le lanzo al cuello, riéndose se separo, lo miro de nuevo, viendo a su amigo todo extrañado, pues no comprendía lo que le pasaba y lo abrazo de nuevo, sin poder parar de reír.
Mikel perplejo ante el comportamiento de su amigo, no podía entender que era lo que le pasaba, por tanta felicidad de golpe, y ese abrazo. Daniel no suele abrazar, es más recordaba, que muy pocas veces lo había abrazado, solo recuerda en aquel sitio en la montaña cuando se fueron de excusión y se lo pasaron tan bien.
- ¿Qué es lo que pasa?, ¿ Por qué estás tan contento?. – Dijo Mikel.
- Mikel, tengo una noticia que darte.
- Dime, que pasa, que noticias traes.
Daniel, todo alegre, le contó todo lo planeado, a donde iban a ir, como habían quedado. Una vez contado todo al detalle, Daniel le preguntó a Mikel si iba a venir pero él ya sabia la respuesta sabia que su mejor amigo iba a ir con él, nunca se habían separado, ni siquiera en la infancia pues habían crecido juntos. Eran de pequeños vecinos del mismo edificio.
Mikel no dudo en decir que si, un viaje con su amigo, fuera, a otro continente, tal vez pudiese pasar algo, en su mente le pasaron miles de imágenes, pero enseguida las borró de su cabeza, tenia que intentar pensar que simplemente era su amigo y que no habría nada más, aunque se engañaba a si mismo diciendo eso, pero aunque fuera sólo su amigo lo seguiría a donde quisiera.
Una vez terminado la conversación Daniel fue a ducharse, y Mikel a preparar la comida.
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