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El peor día de mi vida, San Valentín por w_rose

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Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen sino al increible Oda-sama ^^

Lamento la tardanza,  aún asi espero les guste. Es un two-shot ^^

Notas del capitulo:

Después de este terrible día no podía esperar nada bueno, pero las cosas cambiaron drásticamente.

“El peor día de mi vida”

(San Valentín)

Soltó con aburrimiento la revista que tenía entre sus manos. Se la había pasado la mañana revisando qué había de nuevo en la sección de deportes, especialmente en kendo. Y para su decepción, aún no había salido el articulo donde alabarían la destreza de su ejemplo a seguir y tan ansiado rival, Dracule Mihawk.

Lo único que encontró -para su fastidio-  fueron las mil y una páginas ¨rosas¨. Sí, literalmente rosas. Todas esas imágenes de corazoncitos, parejas abrazadas, besándose, recetas de pociones y rituales de amor, tips de cómo hacer pasteles, chocolates, una cena romántica, y ¨útiles¨ consejos para verse sexy…

- ¿Sexy?- fue la única palabra que pronunció, resignado a aquella invasión de zombies rosas.

¿Qué pasa en el mundo para que mi sección favorita, y la única razón por la que compró esa tonta revista, sea reducida a solo dos caras? Se preguntó al caer rendido sobre su cama, deseando con impaciencia que la estúpida semana acabara.

- ¡¿Qué qué?! ¡Pues el día más maravilloso del año, cabeza de marimo! - exclamó con corazoncitos en los ojos y girando de emoción después de haber entrado abruptamente a su cuarto.

El peli verde solo levantó una ceja aún sin tener idea.

- ¿Qué haces aquí? - preguntó con molestia y desgano. Ignorando lo último que dijo su molesto compañero de clases, ya tenía suficiente con el disgusto que le había ocasionado esa editorial, su katana ya tenía un nombre en él. Así que por ahora el de Sanji estaría en espera; eso, si al idiota no se le ocurría hacer o decir algo estúpido.

- ¿Eh? Eso no es importante- levantó la revista del suelo y señaló el titulo con completa emoción. - ¡Esto sí!

- ¿Ah? - dijo sin tomarle importancia, pero se sentó al borde de la cama para poder escapar si era necesario. No porque le interesara lo que aquel cejas raras tuviera que decir.

 - ¡Mañana es San Valentín! - el rubio no obtuvo ninguna clase de reacción de su compañero, solo una mirada adormilada que lo veía con algo de irritación, qué claramente tenía un ¿y qué? escrito sobre todo el rostro. - ¡Todos están ansiosos! Usopp se puso nervioso por la llamada de Caya, y Franky sacó su nuevo speedo, y yo…

- ¿Puedes solo callarte e irte de una buena vez? - interrumpió señalándole la puerta.

-…estoy en un predicamento. ¡¿Qué voy a hacer si Robin- swan y Nami-chawn me piden ser su Valentín?! ¡¿A quién escogeré?! - alzó los brazos al cielo gritando su tan difícil dilema. Si en algún momento esperó que el otro le diera su fiel consejo, pues estaba muy equivocado- ¿Zoro? - Y el sonido de la puerta cerrándose fue una buena indicación de eso.

No pudo oír el su nombre, ni los quejidos del rubio que seguramente seguiría en su cuarto gritando necedades. Caminó por los pasillos del dormitorio masculino, mientras se daba cuenta del significado de las palabras de Sanji. Él tenía razón. Todos estaban actuando de forma extraña.

Veía a los chicos buscando los mejores atuendos, preguntando qué colonia usar, practicando sus agradecimientos, algunos mostrando los regalos que irían a dar… ellos, felices porque tenían a alguien a quien dar todo.

Mientras en las esquinas, veía a chicos nerviosos y cabizbajos rogando a todos los santos obtener algo al día siguiente.

- Yo no le rezo a nadie- dijo con desdén mientras veía cómo el chico que se interpuso en su camino tenía un rosario en mano. El pobre salió despavorido ante la fría mirada.

Suspiró.

- San Valentín, que temible día- susurró mientras seguía su camino por el pasillo, con las manos en los bolsillos y sin ninguna preocupación encima.

-Sí, muy bien, ahora con cuidado vacíalo en el molde- escuchó.

Ya se había alejado lo suficiente del alboroto, y había terminado en la cocina mientras buscaba la salida, suerte la suya que tenía algo de hambre. Pero antes de poder abrir la puerta por completo, se detuvo. Y conteniendo la respiración, se quedó atento a lo que encontró al otro lado de la puerta.

- ¡Wah! ¡Sé derrama! - gritó desesperándose.

- ¡Por eso te dije con cuidado!

- ¡Se cae! ¡Se cae! - gritaba mientras corría de un lado a otro.

- ¡Pero deja de moverte, idiota! - gritó cogiendo sus mano y el recipiente que sostenía, quitándoselo. Ambos respiraban agitados. - ¡¿Qué pasa contigo?! ¡Te dije en el molde! ¡El molde! ¡No toda la cocina!

- Shi shi shi, fue un accidente- respondió divertido con el resultado. Mostrando una gran sonrisa, que hizo suspirar al otro con resignación.

- Ah, bueno. Vale, comencemos de nuevo.

- ¡¿De veras?! ¡Arigatou Ace! - gritó emocionado mientras lo abrazaba, botando lo último que quedaba en el recipiente.

-Jaja, vale, vale- respondió mientras lo alejaba. -No podría abandonar ahora a mi ototo, menos si lo que intenta es hacer algo con chocolate. ¿Quién se haría responsable si todo llega a desaparecer? - le dijo con una sonrisa despeinando su negra cabellera. Ambos se miraron satisfechos y felices, con un gran desbordante cariño.

-Pero yo no voy a limpiar esto- interrumpió el mayor seriamente.

- ¡¿Eh?! ¡Vamos Ace, tienes que ayudarme!

- Ni lo pienses, también tengo otras cosas que hacer.

- Moo~ Ace.

Ahí lo tenía, hasta ese par había sido afectado por el virus del día de San Valentín. Icluso Ace.

Incluso… Luffy.

Chocolate.

-Sí, ¿no lo sabías? Si una chica va y te da un chocolate el día de San Valentín es porque le gustas.

- Así es, Zoro. Sanji tiene razón.

- Okey, okey- dijo casualmente al escuchar el comentario, hasta que se dio cuenta de los tres sujetos sentados en el piso de su cuarto. Frente a su televisor. Viendo uno de sus videos. Ensuciando su piso. Y acabando con su paciencia.

- ¿Puedo saber por qué sigues aquí? - preguntó al rubio mientras entraba y cerraba la puerta -¿y ustedes?

- Pues yo estaba aburrido y vine a buscarte pero solo encontré a Sanji- dijo Usopp sin dejar de ver la pantalla.

- Yo solo vine a mostrarte mi ¡¡Suuuuuuper traje que escogí para mañana! - exclamó mientras se paraba y posaba para el peli verde.

-Ah, yo solo estoy aquí para molestarte- dijo tranquilamente sin molestarse a girar para mirarlo.

- ¡¡Fuera!! - gritó molesto mientras botaba a los tres invasores de su cuarto.

Sí, quizá no debió enfurecerse de ese modo, solo estaban causándole un par de aneurismas más. Algo que no era nuevo. Pero, por alguna razón, el comentario de Sanji sobre los chocolates, había dado inicio a un torbellino de sentimientos que comenzó con una pequeña molestia en el ¨pecho¨.

Ya habiendo hecho las co-relaciones necesarias había llegado a la conclusión, de que Luffy, su kouhai, estaba preparando algo- chocolate- para alguien. Que ahora sabía era para alguien que le gustaba.

Sí, no era algo a lo que debiera tomarle importancia. Total, solo lo conocía porque era amigo de Usopp y era el hermano menor de su senpai, Ace, amigo de Franky, que conoció por Robin, muy buena amiga de Nami, que es acosada constantemente por Sanji, y que lamentablemente es su vecino y su compañero de clase. Que por alguna razón para pegándosele solo para hacerlo rabiar.

Sí, esa era la única relación que tenían, y solo habían intercambiado uno que otro saludo.

Además de que de vez en cuando andaba pegado al rubio, exigiéndole comida. O dando vueltas con Usopp. Y en esos momentos donde podía verlo reír, jugar y actuando egoístamente, era donde llegó a conocerlo realmente. Solo observándolo. Pero nada más.

Quizá él ni siquiera sabía que existía.

Quizá para él era solo el conocido de todos esos mencionados antes, que se sentaba contra la pared a dormir y pasar el tiempo. Y nada más.

Solo eso.

Sin darse cuenta que lo miraba, que lo seguía con la vista, y que de vez en cuando invadía sus pensamientos.

Volvió nuevamente a echarse en su cama, esta vez asegurándose que su puerta estaba con seguro. Miró al techo, ahora completamente despierto y sin ningún rastro de sueño en sus ojos.

- Solo eso-murmuró. - Creo que algo me ha caído mal- dijo interrumpiendo sus pensamientos mientras se tocaba el abdomen, sin tomarle mucha importancia - que molestia- se quejó mientras que sin darse cuenta su mano iba deslizándose hacia arriba. -Que molestia- repitió con el seño fruncido, y poco a poco sus ojos se cerraban cayendo de la nada en un profundo sueño.

- ¿Qué es lo que tiene? - preguntó mientras entraba al salón, mirando fijamente la cabeza peli verde que se hundía entre sus manos y un aura asesina que rodeaba al infeliz de Zoro.

- Hola Usopp. Ya has agarrado la costumbre de venirte por aquí ¿no? - dijo Sanji con molestia mientras quitaba su obento del alcance del moreno.

- ¡Hey! Solo quiero probar un poco.

- ¡Ni lo pienses! - gruño, para luego poner en on el modo ¨corazones¨ o ¨idiota¨ como le dice Zoro. - ¡Este es mi obento de San Valentín para cuando Nami- swan venga a pedirme ser su Valentín!

-Y si es Robin?

- ¿Eh? - El rubio se quedó de piedra mirando el único bento que había preparado, para dos. - ¡Rayos debí prepararlo para tres! - gritó a los cuatro vientos, mientras Usopp solo pasaba de él y fue hacia su otro amigo.

- Oi Zoro, ¿estás bien? - preguntó sentándose en una carpeta cercana

- Solo con verlo se diría que no.

- ¡Nami! - exclamó sorprendido mientras se levantaba del asiento de la pelirroja. - ¡Solo fueron cinco segundos! ¡Nada más!

- Na ah. El tiempo es oro, lo sabes bien Usopp y si redondeamos esos valiosos segundos- pensaba mientras sacó su calculadora -Sería un minuto, redondeándolo a una hora. Por ende serian 100 mil Beris- dijo con una sonrisa inocente en su rostro.

- ¡¿Cómo un minuto quedó redondeado a una hora?! ¡Y ni sueñes que te pagaré! - gritó desconcertado.

Ambos hubieran continuado con la negociación sino hubiera sido por un rostro de los mil demonios que giró hacia ellos. Haciendo que corrieran despavoridos lejos de ahí.

- Wah, ¿qué le sucede a Zoro? - preguntó nervioso por tercera vez Usopp.

- Bueno, muchas cosas; por lo que contó Sanji- respondió la pelirroja, que lo miraba con miedo. -Pero ¿ahora qué le pasa a Sanji- kun? - preguntó con extrañeza al verlo arrastrarse con su bento en el suelo y con tiza en mano haciendo cientos de cálculos.

-Ah… no tengo idea. Y no es importante- cerró el tema Usopp. - Pero, dime. ¿Qué cosas le pasaron a Zoro para que este así?

- Ah. Bueno, Sanji–kun dijo que desde que se levantó Zoro se quejaba de un dolor de estomago. Que en la noche había comenzado leve, pero después de regresar de las duchas se volvió muy molesto. Y que luego de eso estuvo toda la mañana de malhumor. Atrayendo de ese modo todo lo malo que te puedas imaginar-  afirmaba con la cabeza Nami, al tiempo que se lamentaba por su amigo. - No alcanzó al desayuno, ya que por una extraña razón la cerradura de su cuarto se malogró y se quedó desnudo con solo una toalla afuera.

- ¿Qué? ¿no se cambio antes de salir de las duchas?

- No sé cómo. Ni por qué. Pero salió rápido y se olvido su ropa ahí.

- Pero hubiera vuelto a por ellas.

- Ah…- rodó los ojos - Lo intentó… pero con su gran orientación llegó hasta el dormitorio femenino. Fue allí donde causo un gran alboroto y fue sancionado.

- ¡¿Cómo pudo llegar hasta ahí desnudo?! ¡El dormitorio femenino esta casi a un kilometro!

- Ni idea, creo que él toma rutas interdimensionales para perderse. En fin. Luego de eso. Al salir del dormitorio de chicas, vestido, y con el enojo de haber sido resondrado por nuestra directora. En la puerta cientos de chicas lo esperaban con un sinfín de cartas de amor y los inevitables chocolates de San Valentín. Terminando aplastado, golpeado, besado, y semi desnudo nuevamente. Por lo que obtuvo otra sanción.

-Oh… pobre.

-Lo sé. Después de eso, lo encontramos Robin y yo. Intentando matar al pobre jardinero.

- ¡¿Por qué?!

- No quisimos preguntar, después de ver tres arboles en el suelo, arbustos mochados y tres pelos verdes junto a una gran tijera, Robin solo rió llamando su atención. Felizmente Zoro dejó al pobre hombre irse. Con mala gana nos pidió que no dijéramos lo que vimos, ya que de seguro obtendría otra sanción- se detuvo para sonreír satisfecha.

- No. No me digas que tú, Nami- la miró con terror.

- No pude resistirme.

- Pobre de él… Y dime ¿Cuánto te debe por el silencio?-

- Es un cheque en blanco Usopp, un cheque en blanco- dijo con malicia mientras sus ojos tomaban la forma de signos de Beris y brillaban con intensidad.

Todo era cierto, absolutamente todo. Bueno, exceptuando eso de las rutas interdimensiones. Eso era algo que nunca admitiría. Pero, lo de la gran mala suerte, y el peor día de su vida. Era cierto.

Y todo había comenzado con ese pequeño y molesto hincón en el ¨estomago¨.

¿Desde qué momento había comenzado?

Pensó…

Pensó…

¡Cuando entró a su cuarto!

¡Cuando vio a Sanji!

¡Sanji!

Ya estaba, él era el causante de todo. Era tal el odio que le tenía que después de tanto tiempo ya había sido su cuerpo condicionado, y el solo verlo le causaba un terrible cólico. Sí, eso era. Era la explicación más lógica.

- ¡¿Pero qué eres?! ¡¿Estúpido?! - gritó molestó, parado firme y con los puños apretados a los lados. Se había parado instantáneamente del susto al ver a Zoro irrumpir en el comedor gritando su nombre y con Katana en mano. Pero al escuchar su explicación, pues era realmente…- ¡Eres un idiota! - volvió a gritarle.

- Solo quédate quieto-  Dijo sin escuchar lo que decía mientras avanzaba. -Yo me encargaré de solucionar el problema.

- ¡¿Pero qué piensas hacer?!

- La solución más simple- Las pocas personas que habían quedado. Nami, Robin, Usopp y dos chicos que no conseguían abrir la puerta de salida de emergencia- después de que irrumpiera en el comedor, lo miraban con curiosidad y atentos a lo que dijera. -deshacerme de ti.

No supieron si fue por la forma decidida en la que caminaba, la voz gruesa que salió de sus labios, o la forma en que lamio el filo de su katana - sexy- que se dieron cuenta que no estaba bromeando.

- Como si pudieras cabeza de marimo- respondió Sanji ante el reto mientras se ponía en posición de pelea, totalmente serio- Antes pensé que solo eras un idiota sin remedio, pues me equivoqué. Tú estás en un nivel mucho más alto.

- Ja. Vas a ver que puedo, y te tragaras tus palabras.

- ¡Ambos! ¡Paren! - gritó Usopp horrorizado. La pierna levantada del mejor luchador del club de Tae kwon do y la filosa katana de lo mejor que tenía el club de kendo, se alzaban mostrando su furia total, y que iban completamente en serio. Pero ninguno hizo caso.

- ¡Ya verás te daré con esta pierna y caerás destrozado!

- ¡Solo acércate y veras como te corto en dos!

Y comenzó.

- Parece que esto se está saliendo de control-  dijo con calma Robin al ver como una de las sillas se quedaba sin respaldar.

- ¡¿Eso crees?! - gritó espantado Usopp. - ¡Debemos hacer algo!

- Nah, ya verán cómo se las arreglan- dijo Nami sin prestarles atención, ya que estaba más concentrada revisando las mochilas de los que habían huido despavoridos. - ¡¿Pero qué le pasa a esta gente?! ¡Solo diez Beris! ¡Son unos misios!- gritó mientras tiraba la billetera al suelo, y claro aún así guardaba el mísero billete de 10 Beris.

- ¡Deja eso! ¡Demonios! - le gritó Usopp.

- Nami, ¿sabes que cuando vengan los directores y vean lo que ocurre aquí, querrán que paguemos los daños? - explicó calmadamente la morena.

- ¿Qué? - se quedó de piedra. - ¡Pero si yo no estoy haciendo nada! ¡Ellos son los culpables! - gritó desconcertada mientras señalaba cómo el rubio rompía una mesa de una patada.

- Pero parecemos sus cómplices al no intentar detenerlos. ¿No lo crees? - finalizó, con esa típica sonrisa de paz en su rostro.

Quizá antes todo estaba siendo destrozado por dos inmensos monstros, pero ahora, una torbellino de odio gélido cubría los cuerpos de ambos luchadores, tornando su completa atención hacia una pelirroja que los amenazaba con sus puños en alto.

- ¡Alto idiotas! - gritó mientras golpeaba la cabeza de ambos. Cayendo ambos al suelo derrotados.

Fue recién ahí cuando la puerta se abrió de par en par y el director junto a un profesor se asombraron con lo que encontraron, el comedor hecho un desastre, dos alumnos inconscientes – que cayeron por la brusquedad con la que ellos habían entrado- a sus pies, otros dos agachados semi inconscientes sobándose las cabezas mareados, y una pelirroja entre ellos con mirada furiosa y un leve humo saliendo de sus puños, otro alumno escondiéndose debajo de una mesa, mientras a su lado estaba una morena bebiendo el último trago de su café y que levantó la vista para dedicarles una sonrisa.

- Buenos días, director, profesor.

- ¡Tercera sanción del día! - gritó iracundo su tutor al peli verde que solo miraba por la ventana ignorando completamente sus gritos. - ¡Y ustedes! ¡¿En que estaban pensando?! -  De los siete presentes, cuatro de ellos se estremecieron con las palabras.

- ¡Sensei, nosotros no tenemos nada que ver!

- ¡Es cierto! ¡Solo que no lográbamos salir! ¡Ellos son los culpables! - se quejaron el pobre par de chicos que momentos atrás habían sido los infortunados de haberse quedados atrapados en medio del caos.

- ¡Ustedes cállense! - amenazó la pelirroja. Para, en un segundo, cambiar su rostro a uno dulce y de niña buena- Verá sensei, estábamos tranquilos cuando…- inventaba una historia, al tiempo que sin tomarle la mínima atención Zoro se internaba en sus pensamientos.

Hasta que los vio.

Un moreno caminaba rápidamente, llevaba puesto su ropa deportiva, estaba agitado, algo sonrojado, y traía un paquetito rojo en una de sus manos. Le hubiera causado una sonrisa en el rostro al verlo, si no fuera porque este andaba tras alguien. Siguiendo a alguien mayor, que también caminaba apurado, alto, con una característica cicatriz en el rostro. El sensei de educación física. Recordó.

Y al igual que el recuerdo de esa mañana en las duchas, el molesto dolor en el ¨estomago¨ volvió.

Ese recuerdo. Donde entró como todas las mañanas, guiado por la manada de alumnos que le hacían el ¨favor¨ de llevarlo sano y salvo hasta su destino, y donde después de dejar su ropa en una canastilla, pudo oír claramente la conversación entre los hermanos que había visto la noche anterior.

- Así que luego de clase lo vas a ver.

- Sí- afirmó el menor.

- ¿Y el sabe lo que piensas hacer?

- ¡¿Eh?! ¡Aún no! - gritó nervioso.

- Ja ja ja- rió el mayor - ¡Seguro que Shanks se asombra cuando vea el chocolate! ¡Ja ja ja!

- ¡Ace! - gritó pidiéndole que baje la voz con las manos, terminando por taparle la boca con el jabón

- ¡Puajj!

No pudo terminar de ver en qué terminaba la pelea de hermanos, ya que su cuerpo salió inmediatamente de las duchas, y sin que se diera cuenta ya estaba nuevamente frente a su cuarto. Raro. Pero ni la curiosidad por saber cómo llegó bastó para sacar esa conversación de su cabeza.

Y ahora volvía, y con la misma o peor intensidad que antes, ahora que podía ver a ese par juntos.

Sí, al parecer el pequeño Luffy ya tenía elegido su Valentín.

- Este es el peor día de mi vida- irrumpió su voz en la dirección, haciendo que todo el griterío en ella se detuviera y todos lo miraran. Sanji suspiró, al igual que todos los presentes. Usopp se paró y puso su mano en el hombro del peli verde. Llamando su atención.

- Las clases terminaron. Nos dejan libres por ahora- le explicó la situación. Pero estaba completamente adolorido como para siquiera sentirse libre.

Solo se levantó y yendo directamente hacia la puerta, la abrió y salió. Seguido por el resto de sus amigos. El par de chicos inocentes y desconocidos que habían sido involucrados, huyeron y se fueron hacia otro lado. Mientras que, los cinco restantes siguieron apenados al peli verde. Sabían de su día. No podía ser peor para él. Pensaron, excepto la morena, que lo veía con una triste sonrisa. Ella lo sabía todo. Incluso lo que él no, sobre ese dolor en el ¨estomago¨, y quién lo causaba, y sabía que no era ninguno de los presentes.

- ¿Qué tal si salimos a comer algo? - preguntó la pelirroja intentando animar a todos - ¡YO invito!

Eso sí que los sorprendió.

- ¿Cuál es el truco? - preguntó dudoso Usopp

- Nada, cómo creen- dijo riendo inocente, pero ninguno le creía - Bueno, uno que otro billete esta marcado…

- ¡Ah! ¡Deshaciéndote de la evidencia! - gritó acusador

- ¡Cállate! ¡Si no, no te invito nada!

Y la calma y alegría había regresado, excepto para el único que caminaba sintiendo un peso en su espalda, y el continuo dolor en su ¨abdomen¨ o más arriba. Ya no sabía ni siquiera dónde su mano se presionaba.

Los cinco llegaron al paradero, y se quedaron ahí esperando, conversando. Él solo miraba cómo el viento soplaba.

- ¿Eh? ¿Pasa algo? - escuchó levemente que peguntaba Usopp. Y al mismo tiempo los pasos apurados que se detenían y una respiración agitada. - ¿Luffy? - preguntó nuevamente el moreno.

Ese nombre llamó su atención, ¿Luffy? Giró instintivamente. Y lo pudo ver. Agitado, respirando rápidamente, mejillas sonrojadas, y unas cuantas gotas cristalinas de sudor resbalando por su frente. Puños apretados, y en uno de ellos aún conservaba esa bolsita roja. Se quedó de piedra. El dolor permanecía, pero su corazón latía a mil.

Razón: desconocida.

- ¡Roronoa Zoro! - gritó, haciendo que todos le prestaran atención incluido el aludido.

- Soy Monkey D. Luffy-  Robin sonreía, pero el resto no entendía lo que pasaba. Y Luffy al parecer no había ni notado al resto. - Primero de instituto, tu kouhai- su voz se volvía quebrada y nerviosa, mientras alzaba de a poco el brazo donde tenía el paquetito. Hasta que lo levantó frente a él.- ¡Tú me gustas! ¡Por favor sal conmigo! - gritó mientras el color en sus mejillas aumentaba subitamente.

Mágicamente, después de oír esas palabras, el dolor se fue, y fue reemplazado por un latido mucho más rápido, un intenso ardor en el rostro y el instantáneo movimiento de su mano para cubrirse la boca y retroceder un paso. No lo creía.

Ese chocolate, era para él. No para Shanks, solo para él. Y ahora estaba frente a él, a su disposición, siendo ofrecido por Luffy.

Monkey D. Luffy.

Estaba completamente seguro que el sabor de ese chocolate acabaría con cualquier malestar que tuviera. Y ahora podía gritar al mundo.

Que el día de San Valentín quizá no era tan malo, y que ese peor día de su vida. Ya no lo era.

Notas finales:

Espero les haya gustado ^^

Ahora subo el segundo capitulo.

 

Editado 31/05/13


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