Podían escuchar mis propios pasos hacer eco por los pasillos, ambulaba con los ojos cerrados imaginando el sonido de mis pisadas como las de papá, si eran entonces las mismas el recuerdo muy bien. Cuando era chico solía esperar oírlas cada tarde que papa volvía de hablar con los sabios, a veces llegaba corriendo otras lo hacía con mucha calma pero siempre me traía un obsequio, no sé si era culpa o verdadero amor de padre, jamás lo culpe por pasar muchos de mis días en la selva con los pokémon de la región, pero el parecía sentirse culpable. Abro mis ojos decepcionándome al ver el pasillo oscurecido, ya no hay velas que los iluminen como antes, tampoco había murmullos sobre mí, que extraño habría dado las pokeball de reshiram a cambio de volver a esos días.
Al recorrer el castillo termino en aquel sitio que entonces era tan mío de papá el sitio donde solíamos pasar horas luego de que volvía a casa, recuerdo el avioncito pegado en el techo, la pelota de colores que en ese tiempo me parecía tan grande como el mundo pero por sobre todas las cosas, esa res baladilla, suspiro nostálgicamente esa res baladilla como olvidarle, me aproximo a esta para tocarle en toda su extensión tratando de creer que realmente mi cuerpo encajo alguna vez en esa pendiente tan pequeña, podía sentarme ahí a platicar con él y me pregunto ¿aun podría hacerlo? tomo asiento en la despobladilla con la mirada fija en aquella ventana, esa ventana que aquel día me parecía tan interesante y vale la pena recordarlo todo ¿como era que todo empezó?
Esa mañana misma papá antes de irse me dijo que deseaba hablar conmigo después de todo los sabios habían tomado una decisión después de todo ese tiempo que llevaban hablando con él la verdad temía convertirme en rey, ¿ qué tal si los pokémon solo no me estimaban? tenía miedo, no salí de mi cama todo el día me quede parado tapado como un capullo mirando la ventana esperando aquí volviera, ver esa capa de colores que me anunciara que la hora de hablar se aproximaba, pero no fue así, recuerdo a los guardias del equipo plasma de mi padre preocupándose cada 3 horas por que no iba a l comedor y aunque me trajeran la comida no la probaba, moría de nervios pero entonces era solo un niño, con solo 7 años era el más mimado del mundo pero yo no quería nada de eso.
Alfan la capa de papá apareció en el paso al castillo me prepare acomode mis juguetes que había usado la noche anterior tendí mi cama y me arregle ¿que podría ser eso tan importante que papá me había pedido hablar desde la mañana? No tardo mucho desde que entro hasta que oí sus pasos tras mi puerta- ¿N, puedo pasar?- pregunto desde la puerta
termine de arreglar mis cosas y me aproxime a abrir- por favor estaba esperándote geechisu- dije llénenoslo por su nombre si alguien pasaba y no me escuchaba hacer eso seguro que me vería en líos, pero lo hizo, paso sin más y cerré la puerta, para correr luego a sentarme en la res baladilla- ¿de qué se trata papá? - dije ansioso moviendo mis piernas contra la resbaladilla ansioso por oírle
_supongo que ya lo sabes hijo, los sabios me han pedido que te anuncie que ten convertirás en el nuevo rey y por lo tanto que debes buscar una mujer- dijo sentándose en el borde de la cama agachándose para acercarse a mí, no podía creer lo que me decía ¿yo buscando una chica? no tenia ojos para nadie que no tuviese esos ojos verdes que tenia papá ni ese cabello tan bien cuidado que yo mismo haboia heredado
-no! me niego, no lo hare no quiero no buscare a una chica no- me calle no podría decirle que lo quería a el que imprudencia habría sido la mía pero era verdad no quería no conocía cariño más lindo que el de mi padre ni nada mejor que eso solo podía hablar con él, los guardias me daban miedo y los sabios...solo me ignoraban por ser para ellos un tonto. no pude mas era inevitable- no lo hare papa, me quedare contigo no necesito una reina si te tengo a ti- dije bajando de un salto de la res baladilla y acurrucarme contra el aferrarme a ese cuerpo al que me había aferrado en vez de el de una madre desde que tenía memoria, ese que me acogía si me sentía enfermo-Si hace falta yo me convertiré en tu princeso- dije con lagrimas en mis ojos, era un niño caprichoso pero sabía lo que quería aunque no fuese lo que los sabios esperasen, si papa me quería me bastaba.
El se separo de mi - no puede ser así N- dijo tomándome de los hombros - no es tan fácil hijo, tiene que haber alguien más que te guste- agrego insistente pero yo no iba a escucharlo, me separe rodeándome con mis propios brazos negando con la cabeza- me convertiré en princesa para que tu sea rey- insistí quitándome la camiseta naranjada que siempre llevaba puesta, mi cuerpo se estremeció pero no me detuve, aquello lo había visto por parte de unos guardias en la cocina me aseguraron que funcionaba y lo hice continúe sacándome la ropa hasta quedar desnudo frente suyo -conviérteme en una chica, papá, no quiero ser rey si no estás conmigo- no sabía lo que pasaría entonces seguramente me castigaría por mi imprudencia. le escuche levantarse ya cercarse a mí, cerré los ojos con fuerza recibiendo el impacto de su mano con mi mejilla, el golpe fue tal que me hizo caer al suelo, abrí los ojos aterrado tocándome la mejilla, encogí las piernas tenía miedo, papá me miraba de manera extraña ¿le habría hecho enfadar? no se detuvo, me pateo en el abdomen de una patada que me hizo rodar por el piso- no volveré a hacerlo, por favor papá entiéndeme, no quiero a nadie más quiero que estés conmigo -dije desesperado recuperando el aliento, se aproximo y me levanto tirando de mi pelo dejándome a su altura
-oh sí que no lo volverás a hacer- me lanzo hacia la cama y caí inconsciente, no entienda nada de lo que había ocurrido, podría ser que yo lo quisiera pero ¿geechisu me correspondía? era un niño mas no un tonto sabía que no podía querer a alguien que no me quería, podría ser que ese amor que yo veía había terminado ¿esa noche? ¿porque yo no había sido lo que papá quería?