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~~Amber~~ por Uruha - Kyo

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Notas del fanfic:

La canción amber de dir en grey me inspiro para hacer el fic.

Notas del capitulo:

Se que es más serio que el primer fic q colgue pero a ver si les gusta n.n

 


 


El cielo se adornaba de pequeños rayos de sol que pasaban traviesamente al costado de las nubes anunciando un nuevo día. A pesar de haber sido un viaje largo, el rubio no pudo dormir toda la noche, solo pensaba y recordaba…con una cara sin expresión alguna. Mantenía su mirada fija en el paisaje que cada vez se tornaba más lleno de árboles y plantas. De seguro el lugar tendría un diseño rústico llamando a la tranquilidad de la mente a cuyas personas residían ahí. ¿Qué más le quedaba? Toda su vida se terminaría allí, nunca saldría…para felicidad de quienes controlaban sus actos y pensaban con equidad: las personas normales. Si pues, quedaba resignarse a pasar el resto de sus días junto a seres parecidos a él. ¿Eso sería un alivio o le traería más problemas de los que ya había causado? No lo sabía…no había manera de saber con certeza qué pasaría a partir de ahora.


 


 


 


 


- Niimura-san, hemos llegado -


 


 


 


 


Tooru bajo del auto rápidamente sin dar respuesta. El señor que lo había conducido hasta ese lugar no se inmuto a las reacciones de él, siempre le tocaba traer a muchos locos por lo que estaba acostumbrado. Ayudó al rubio con su equipaje hasta llegar a la puerta del gran recinto. Este se había quedado mirando con cara seria todo el lugar. Era vasto y lleno en flores y jardines, había  una serie de columnas adornadas con cintas doradas que sostenían toda la construcción, la puerta era enorme y tenía un tallado de madera genuino; no se esperaba que el sitio fuera así…era toda una casa dispuesta a acoger a seres ahogados en fantasías y pensamientos raros.


 


 


 


 


- Niimura-san, ¿qué hace parado ahí? Venga -


 


 


- Es que…este lugar esta fuera de mis estándares –


 


 


- Que bueno que le guste el recinto. Se sentirá muy a gusto, téngalo por hecho -


 


 


- Si estar a gusto significa vivir con otros depravados como yo, pues creo que estará bien – dice con media sonrisa.


 


 


- No se tome así las cosas Niimura-san…-


 


 


- Como sea, ¿a que hora piensan abrirnos la puerta? -


 


 


 


 


Dicho esto la gran puerta se abre dejando ver a un lindo chico con facciones muy delicadas a lo que Tooru se sobresalta un poco.


 


 


 


 


- ¡Pero que grosero! Escuche todo lo que dijo, Niimura-san – dice el chico inflando las mejillas.


 


 


-  Y de seguro ya tiene una mala impresión de mí -


 


 


- De ninguna manera, solo observo que le falta algo de paciencia – sonríe.


 


 


- Hablas muy suave, ¿de verdad eres hombre? -


 


 


- ¡Niimura-san! -


 


 


- No se preocupe señor, siempre me confunden jeje -


 


 


 


 


Después de esto el chico agarra el equipaje y le dice a Tooru que puede pasar. Al despedirse del señor que lo trajo, se cierra la enorme puerta.


 


 


 


 


- Mi nombre es Hizaki, mucho gusto – dice mientras camina con Tooru por el gran pasillo.


 


 


- A mi no me da tanto gusto -


 


 


- Si se comporta así con sus compañeros, no hará amigos aquí -


 


 


- ¡Ja! Como si hubiera hecho algunos antes de venir a este antro…-


 


 


- Mmmm, tiene un carácter muy amargado…pero ya verá que el Dr.Teru lo ayudará con su mal genio -


 


 


- Todo lo que me esta pasando me hace estar con ese genio -


 


 


- ¿Pero porqué? Puedes contarme – voltea a ver al rubio mientras camina.


 


 


- No es algo que te importe -


 


 


- Jajajaja, me recuerdas a alguien…-


 


 


- ¿A quién? -


 


 


- No es algo que te importe – dijo sonriendo. Tooru solo rodó los ojos.


 


 


 


 


Hizaki era un chico muy amable y gentil por naturaleza. Todos los internos le querían y tenían confianza, excepto uno…y por lo visto aquel rubio iba por el mismo camino. Al pasar por el gran pasillo, salieron a un jardín que parecía sacado de un cuento de hadas. Luego entraron a otra especie de gran construcción parecida al castillo de Versalles. Dentro de esta, había un gran salón adornado con muebles crema, una preciosa alfombra, un gran candelabro de cristal y detalles guinda que iban en perfecta combinación. En ambos extremos había escaleras que llevaban a las habitaciones. Al llegar al segundo piso, Hizaki le enseño su cuarto, el cual estaba al fondo del lado izquierdo. Cuando entró se quedó maravillado con lo lujoso y bien decorado que estaba todo.


 


 


 


 


- Mis respetos a quién haya diseñado todo el recinto…- dice un poco atontado.


 


 


- Todo lo diseño el director Kamijo, el mismo dice ser un loco que se quedó en la era barroca -


 


 


- ¿Tan viejo es? -


 


 


- Claro que no, solo le gusta el estilo rústico – dice divertido.


 


 


- Bueno y…¿Qué se supone que debo hacer ahora? A parte de maravillarme por el cuarto, claro -


 


 


- Eres agradable cuando quieres – dice riendo.


 


 


- Es que esta muy bello todo…-


 


 


- Que bien que te guste. Bueno, yo me tengo que ir por ahora, más tarde vendré para llevarte al gran salón a cenar.¿Esta bien? -


 


 


- Bien -


 


 


 


Cuando Tooru se quedó solo en el cuarto, lo reviso por completo. Cualquier persona se volvería loca con tal de vivir en aquella maravilla. Mientras desempacaba, se estaba relajando mentalmente. Después de todo no sería tan malo estar aquí, el lugar era hermoso y al parecer el servicio bueno (por lo amable que Hizaki fue con él). Tal vez lo único difícil sería congeniar con los demás. De repente tocan a la puerta y el rubio cree que de nuevo es el cara de niña. Pero al abrir, se encontró con un pelirrojo mirándolo con entusiasmo.


 


 


 


- ¡¡Siiiiii!! ¡Tú eres el nuevo! Muchísimo gusto, mi nombre es Ando Daisuke pero puedes llamarme Die – dice todo eufórico estrechándole la mano a un sorprendido Tooru.


 


 


- ¡Die! ¿Por qué cada vez que hay un nuevo, lo molestas? – decía un chico alto de pelo morado.


 


 


- Pe…pero…¡yo soy amigable! No como tú, Kaoru cara de culo -


 


 


- ¡¿Quieres que te mate aquí mismo?! -


 


 


- ¡Adelante! -


 


 


 


Los dos chicos comenzaron a darse golpes enfrente del rubio que tenía gotas en su cabeza. Una mano le tocó el hombro haciendo que se volteará para ver quien era.


 


 


 


- No les hagas caso, siempre pelean - dice un chico también con facciones delicadas y pelo café claro.


 


 


- Y tú eres otro cara de chica al igual que Hizaki…-


 


 


- Me llamo Terachi Shinya, pero llámame Shinya si quieres. Ah, y ellos son los moshimus – señala a un punto vacío arriba de su hombro.


 


 


- Ehm…los moshimus son estos locos de aquí que están peleando o…-


 


 


- ¡Rayos! Tu tampoco los puedes ver…- se cruza de brazos.


 


 


- Pero…no hay nada sobre tu hombro…- dice frunciendo el ceño.


 


 


- Justamente hay un moshimu sobre tu cabeza, ¡baka! -


 


 


- Ok…y ustedes son otros locos de por aquí – los otros dos paran de pelear por el comentario.


 


 


- ¡No estoy loco! ¿Cuándo lo comprenderá el Director Kamijo? – dijo Die haciendo pucheros.


 


 


- Cuando el internet sea inservible…- dijo Kaoru con sarcasmo.


 


 


- Es decir, nunca – dijo muy convencido Shinya.


 


 


- ¡Oh mother fucker! -


 


 


- No te sale para nada el acento gringo -


 


 


- Soy japonés, no me tiene porque salir igual que esos nazis -


 


 


- Los nazis son alemanes, idiota -


 


 


- Ay si tú el gran sabelotodo, en vez de ser una enciclopedia parlante dedícate a ser amistoso -


 


 


- ¿Para tener problemas de bipolaridad? No, gracias -


 


 


 


Die se le quedó mirando fríamente a Kaoru. Tooru estaba sorprendido por el cambio de humor del pelirrojo más el pelimorado no se inmutaba ante esto.


 


 


 


- Si te intriga el cambio de parecer de Die, no te preocupes…es rutina. Mira, hasta los moshi-chan están algo asustados - dijo Shinya mientras hacia la acción de estar acariciando algo en su mano.


 


 


- Shinya-kun ¿no? etto…no hay nada en tu mano… -


 


 


- ¡Si sigues negando la existencia de los moshimus, se van molestar contigo! Y no querrás eso, ya que cuidan de mi, de ti y de los demás – dice mientras hace la acción de estar abrazando algo.


 


 


 


El rubio no entendía esto…¿Bipolaridad? ¿Alucinaciones? ¿Serían los síntomas de los que padecían? El pelirrojo se fue no sin antes dedicarle una mirada de rencor a un sonriente Kaoru que lo despedía agitando su mano.


 


 


 


- Discúlpalo, Die sufre de bipolaridad. La mayoría del tiempo para feliz, solo Dios sabe porque Kao saca su lado malo… vamos Riku, ve y anímalo ¿si?- Shinya le habla a un espacio vacío y hace como si le diera palmaditas a algo.


 


 


- Tal vez suene entrometido pero…¿y Uds. dos de que padecen? -


 


 


- Los doctores creen que veo cosas raras…¡pero de verdad puedo verlos! Los moshimus son reales tanto como ellos y yo - dice fastidiado Shinya.


 


 


- Shin, ve al salón y diles a los chicos que llevaré al nuevo en un rato ¿si? -


 


 


- Claro, me botas. Esta bien…- Shinya se va con las mejillas infladas haciendo como si se cogiera de la mano con alguien y el pelimorado se queda solo con Tooru.


 


 


- Verás…aquí los únicos que estamos más o menos concientes de lo que padecemos son esos dos gays y yo, los demás no tienen ni idea o simplemente no lo creen -


 


 


- Pareces muy normal…-


 


 


- ¿Una persona que recuerda todos los hechos de la historia del mundo con fechas específicas es normal? –


 


 


- Más bien, sería alguien muy inteligente. Si padeces de eso pues creo que no deberías estar aquí… – arquea una ceja.


 


 


- Otro día te contaré de porque es algo muy malo – suspira.


 


 


- Jaja…¿y a que se refería el cara de chica con los moshimus? -


 


 


- Shinya tiene esquizofrenia. Según él los moshimus son criaturas que creó su madre para acompañarlo por el resto de su vida. Lo cuidan a el y a los que están a su alrededor…¿y tú de que padeces? – pregunta con cara cómplice.


 


 


- Algo relacionado con la agresividad debido a un trauma que tengo de niño…- desvía la mirada.


 


 


- Y…¿cuál es ese trauma? – Tooru traga saliva y comienza a rascarse la cabeza nerviosamente. Kaoru se da cuenta de esto.


 


 


- Por ahora no creo poder contártelo… -


 


 


- Oh bueno…mejor vamos yendo para que conozcas a los demás – camina hacia las escaleras – por cierto, soy Nikura Kaoru. Llámame Kaoru -


 


 


- Tooru Niimura, que se te meta bien en la cabeza –


 


 


- Dalo por hecho -


 


 


 


 


Mientras seguía al pelimorado, imágenes de su pasado volvieron fugazmente a su cabeza. Tal vez hubiera podido sobrellevar aquel problema o superar el asunto a medida que creciera…pero su necesidad de tener “una” fue lo que rigió su vida hasta ahora.


 


 


 


Al bajar, Kaoru se dirigió a una puerta que se encontraba entre las escaleras seguido del rubio. Cuando la abrieron, Tooru pudo observar que era un gran cuarto donde predominaban colores como el carmesí y el melón, todos los adornos y muebles eran de esos colores. Se parecía a aquellos cuartos en donde las princesas antiguamente jugaban.


 


 


 


- Oye, no te quedes parado. Te están mirando –


 


 


 


El rubio salió de su trance por las palabras de Kao para encontrarse con miradas curiosas posadas sobre él, otros ni se dieron cuenta de su presencia y otros simplemente parecían no saber nada de este mundo. De pronto uno de ellos que era rubio y tenía una bandita en su nariz se le acerca.


 


 


 


 


- ¡Genial! Tengo una nueva victima para jugar – dice el de la bandita.


 


 


- Cállate Reita – Kao lo empuja llevando a Tooru de la mano.


 


 


- Si serás puta enciclopedia, ¡¿me quieres hinchar las pelotas hoy?! - dice notablemente molesto.


 


 


- Si pues, necesitas que te las hinchen, porque tamaño les falta – dice mientras se sienta en una mesa con el rubio al lado de un chico que tenía juguetes y miraba la escena asustado.


 


 


- ¡¿COMO MIERDA ME HAS DICHO?! – dice con cara rabiosa pero de repente voltea para ver a un pelinegro que lo miraba fijamente.


 


 


- ¡¿Por qué siempre me miras así, Aoi?! Tu miradita de “eres un estúpido” ya me esta llegando a los cojones – el pelinegro no le respondía, solo le miraba tranquilo.


 


 


- ¿Siempre haces esa clase de alboroto? Debería darte vergüenza – dice para sorpresa de todos Tooru.


 


 


- Ja ¿Te crees muy valiente enanín? Me recuerdas al cobarde que esta a tu lado – señala al chico de los juguetes.


 


 


- N…no…no soy…no soy un cobarde, Reita-san…- dice el chico temblando.


 


 


- Si claro, todos saben que aún mojas tu cama Ruki - Tooru se levanta de su silla.


 


 


- Me das asco, y aquí mi amigo Kaoru tiene razón al decir que eres un acomplejado. ¿Por qué usas esa banda? ¿Tu nariz es fea o te crees iguana? – dicho esto algunos que presenciaban todo estallaron en risas. Reita estaba preparado para ir y lanzarle un puñete al rubio pero Aoi se pone delante de él obstruyéndole el paso. Lo miró intensamente, ambas miradas estaban enganchadas. Reita estaba como hipnotizado por el pelinegro. Tooru vio esta escena con algo de rareza, cuando un chico de pelo café oscuro se les acerca.


 


 


- Aoi te lo dijo claro con la mirada. Ahora pide disculpas, Reita -


 


 


- Tsk…¡esta bien! ¡esta bien! ¡Atención, montón de idiotas! – Dice mirando a todos – perdón por haber causado alboroto de nuevo y sobre todo el día en que un nuevo llegaba. En cuanto a ti enano clon de Ruki – dirigiéndose a Tooru – mis sinceras disculpas – dice algo apenado.


 


 


- Jajajajajaja, ay Reita siempre terminas igual. Que sería de ti sin el gran Aoi…-


 


 


- Calladito te ves más bonito, Toshiya – dice inflando una mejilla mientras el pelinegro le sonreía.


 


 


- Bueno, ahora si podemos recibir como se merece al nuevo, ¿verdad señores? – dice el de pelo café oscuro. Claro que no todos los presentes le oyeron, solo unos cuantos se acercan y se ponen en círculo para escuchar a Tooru. Este simplemente veía todo fuera de lugar, estos tipos sí que estaban locos. De pronto siente que una temblorosa mano le jala de la manga, era el chico de los juguetes.


 


 


 


- Muchas gracias por defenderme, señor. De veras muchas gracias…- decía con una tímida sonrisa.


 


 


- No te defendí, lo dije porque esa iguana me hinchó las bolas. A parte, eres muy miedoso – se sienta junto a él.


 


 


- ¿Eh? ¡Lo-lo siento! Etto…me llamo Matsumoto Takanori, pero puede llamarme Ruki, por favor ¡no me odie! – decía nervioso abrazando un oso de peluche.


 


 


- ¿O…diarte? – dice con gotas en su cabeza.


 


 


- Ya Ruki, no quieras acaparar la atención del nuevo tu solito – le decía divertido el chico de pelo café oscuro.


 


 


- ¡¡Gomen nasai!! No era mi intención…- se tapa la cara con su peluche.


 


 


- Ay Rukito asustadizo, es broma – le acaricia la cabeza.


 


 


- Bien, ¿quién comenzará primero? – dijo Die, el rubio notó que ya no estaba molesto.


 


 


- Como soy el más sexy de aquí comenzaré – dijo el chico al lado de Ruki de pelo café oscuro – Mi nombre es Toshimasa Hara, llámame Toshiya – pone cara pícara.


 


 


- Me he dado cuenta que todos uds. se llaman por apodos – dice el rubio.


 


 


- Así es, después de presentarnos pensaremos en un apodo para ti – dice Shinya mientras hacia la acción de estar cargando un bebé.


 


 


- ¡Sigo yo! Ejem, me llamo Takamasa Ishihara, pero en realidad soy un ninja que trabaja para el gobierno y me llaman con el nombre clave Miyavi -


 


 


- Oye ninja, vas a tener que presentar a tu compañero de a lado – dice Kaoru señalando a Aoi.


 


 


- Eso no es necesario, yo lo presentaré. Enanín, él es Shiroyama Yuu alias Aoi. No te esfuerces en hablarle, no te va a responder – dice burlonamente Reita. El pelinegro hace el gesto de “mucho gusto” con la cabeza y le pega levemente en la mejilla a Rei.


 


 


- Jejeje, a mi me puedes llamar Miku, nada más y…amo todo lo que sea colorido como el arco iris – dice infantilmente.


 


 


- ¿Era necesario que lo dijeras? Todos saben que Bou es más gay que tú en ese aspecto, de hecho es marica en todos los aspectos jajajajajaja – ríe Reita. Acto seguido, Aoi le jala fuertemente la mejilla haciéndole doler.


 


 


- No soy gay, tendré pechos pequeños ¡pero soy netamente mujer! – dice un chico de aspecto más femenino que el de Hizaki y Shinya, que usaba minifalda y tacos rojos.


 


 


- Entonces te recomiendo que utilices una falda más larga, porque desde aquí te veo el “trozo” – dicho esto, el chico que se llamaba Bou, bofetea a Tooru y sale del salón.


 


 


- El rubiecito de pelo largo se cree mujer, pero como tú mismo lo viste, es hombre – dice Kaoru.


 


 


- Tsk…no tenía que bofetearme – se soba la mejilla. Mientras los demás se reían, el rubio se sentía incómodo…no se lo quiso decir a Kao pero mientras todos se presentaban, sintió que alguien le observaba con la mirada fija, sensación muy incómoda para él. Decidió pararse para salir del salón.


 


 


 


Sus compañeros le preguntan a donde va, él solo dice que quiere estar un rato a solas. Kaoru se ríe calmadamente diciéndole que tenga cuidado de encontrarse con algún loco peor que ellos. ¿Eso significaba que Kaoru también había sentido aquella mirada? De todas maneras el comentario le dio gracia pero los demás habían puesto una cara seria al escuchar eso, Tooru simplemente salió del salón e ignoró aquello.


 


 


 


Caminando más o menos por una hora sin rumbo, se dio cuenta de que se había perdido. Todo lugar a donde fuera era hermoso con una exquisita decoración y mientras miraba no tomo conciencia del camino por el cual vino. Y lo más gracioso era que…no le importaba en absoluto. Siguió caminando por una serie de celdas amplias, al parecer ahí metían a los que necesitaban camisa de fuerza, ya que todo estaba pintado de blanco. Pero no había nadie dentro de estas, que aburrido...esperaba encontrarse con algún demente que lo hiciera reír con sus alucinaciones como las de Shinya o algo así, pero en todo el recorrido no se topó con nadie.


 


 


 


Sus pensamientos se desvanecieron al encontrar una bella pintura que mostraba a una mujer con un bebé en brazos. Se quedó atónito y sin parpadear admirando tan conmovedora obra. En el rostro de la mujer se demostraba el sentimiento de profundo amor y felicidad mezclado con la ternura maternal de tener a su hijo, el bebé irradiaba una inmensa alegría inocente por el simple hecho de estar con su mamá, la mujer que le había dado la vida. De nuevo volvieron imágenes a su cabeza, los recuerdos de su profundo dolor. Amargas lágrimas comenzaron a caer por el rostro del rubio y cayó al suelo boca arriba. Estuvo llorando ahí por un largo rato hasta que optó por quitarse los pantalones y la ropa interior para masturbarse.


 


 


 


 - oh mamá…me gusta así…aahh…- decía entre gemidos mientras se sonrojaba y agitaba cada vez más. Su mente estaba en trance, en ese ya conocido delirio de estar haciendo el amor con la mujer que más amaba. Se la imaginaba sobre él, disfrutando del cuerpo que ella misma había engendrado. Todo lo que quería era eso…ser el hombre de la única mujer, de hecho, de la única persona que lo quería sobre todas las cosas. Quería satisfacerla y hacerla feliz como se lo merecía…tan extasiado se encontraba en aquella fantasía, que no sintió cierta mirada que horas antes ya lo había incomodado.


 


 


 


- Pero que escena más cachonda…- Tooru abrió los ojos de par en par y dejó de tocarse al escuchar esas palabras. En su mente ya había un montón de lisuras y frases vulgares para él mismo por ser tan estúpido y haberse dejado llevar por un simple delirio. Con una cara de notable rabia alzó la cabeza para ver quién era el mirón más, aquella expresión la cambio por una de sorpresa al ver a tan lindo chico enfrente suyo…


 


 


 


 


 


 

Notas finales:

sorprendidos :D?


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