Mis primeros recuerdos…
Era un niño feliz, que sonreía constantemente, llenando a los mayores de gracia...
Vivía en una mansión en medio del bosque junto con mí renombrada familia…
Todo se volvió negro y ya no hay más…
Son tantos los años que creo llevar aquí escondido, odio este sitio; un cuarto sucio con paredes pintadas de negro, asechado por miles de demonios inferiores y sin forma posible de escapar. Todo era controlado por las sombras y en este lugar era lo que él mejor dominaba.
Él; en años (creo) ha sido la única persona a la cual he visto; ese ser cuyo mayor rasgo son sus ojos rojos, dueños de una maldad insostenible. Aquel ser que me repugna de manera sobrehumana, aunque suene irónico. Sin embargo no puedo hacer absolutamente nada, al solo intentar escapar moriría; ya que su fuerza y astucia son mil veces mayor a la mía.
Otro recuerdo:
Me encontraba en un pequeño riachuelo cerca de mi mansión, una mano me invita, miro a los ojos a aquel individuo; sus ojos me aterran, algo me dice que me aleje pero al mismo solo soy capaz de seguirle. Nuevamente no hay más…
Miro hacia el horizonte, igualmente negro, y las preguntas acerca de en qué año estaremos, como será la humanidad ahora y mil más, se adjuntan en mi mente.
Me desespera saber que estoy prácticamente en la nada. Odio la ignorancia.
Comienzo a sentir la energía de un nuevo día aparecer, por mas mágico e idiota que suene, con todo este tiempo aprendí a que cada vez que ese sentimiento aparecía significaba la salida del sol. Pronto él aparecerá.
Mi pecho comienza a arder, su aparición es cercana.
El cuarto comienza a abrumarse con múltiples tipos de sombras, a la vista humana todo seguirá igual; pero mis ojos no son fáciles de engañas. Entre aquellas sombra se distinguen aquellos ojos traicioneros. Solo soy capaz de mantenerme en mi posición; no encuentro adecuado enfrentar a aquel hombre, a pesar de todo valoro mi vida y en alguna parte de mi aun hay esperanzas para salir de aquí… existiendo.
Hola, Matsumoto ¿Cómo te encuentras hoy? –el dialogo dio inicio, aquel ser tomo vida finalmente de entre las sombras
Eso a usted no le incumbe –dije totalmente frio, a pesar del miedo y asco que me provocaba a la vez aquel ser. Mis ojos tomaron un color rojo intenso (natural) y mi mirada comenzó a traspasar asía el todo mi asco y desprecio, sin embargo no todo es tan perfecto, mucho menos simple, el impacto en mi estomago no aguardo mas.
Mocoso insolente, quince años y aun no aprendes a respetar –dijo en cólera. “Así que quince malditos años he permanecido encerrado aquí“ le mire fulminante, sin importar repertorios.
Yo no tengo por que respetarlo –dije un poco molesto, por más que fuera su supuesta mascota nunca me dejaría hacer (mandar) por él.
No volveré a discutir esto contigo –dijo, dándose por vencido conmigo, que yacía en el suelo, aun con una mano en el estomago, debido a la fuerte patada, cortesía de aquel idiota con aires de grandeza– solo vine a decirte que vas a tener visitas –bastaron aquella palabras para hacerme reaccionar, mi mirada de incógnita no se hizo esperar, ni tampoco su sonrisa maliciosa– y a traerte tu alimento
Ese intento hombre; de cabellos rubios, baja estatura, piel pálida y mirada sanguinaria, arrojo sin cuidado el cuerpo de una joven, no mayor de los veinte años, para que yo tomando la iniciativa de un necesitado y la devorara, sin embargo por mas bestia que sea nunca me comportaría así, además las palabras mencionadas anteriormente me tenían increíblemente interesado, por tanto decidí ignorar el apetitoso olor de la sangre de aquella muchacha y comenzar otro desagradable dialogo con aquel ser.
¿Que visitas? –pregunte con un interés que desgraciadamente no supe ocultar
Pues veraz, resulta que después de todos estos años, estás listo –sonrió con dicha y malicia, para luego enfocar su vista a un lado suyo, donde se comenzaba a manifestar un cuerpo- te arreglaran para que recibas a tu visita y te informo que de esta dependerá tu vida mocoso- volvió a sonreír pero esta vez sus ojos lo acompañaron, mostrándose con un brillo aun mas rojizo- aliméntate ahora –y las sombras se dispersaron finalmente dejando ver a un demonios de baja categoría, comparado con nosotros (en poder) apodado Kaoru, el más fiel perro (sirviente) de Kyo
Odiaba hacerle caso pero, por ilógico que sonase quería aprender a vivir…
El olor comenzaba a desesperarme, me acerque aun mas a la joven, esto si cuidadosamente y fije mi mirada, detenidamente, en su cuello. Saboree mis labios, podía sentir el flujo de su sangre, su respiración era pausada, según parecía ella aun estaba viva, más no era impedimento para que se convirtiera en mi alimento. Pase mis dedos sigilosamente por su cuello, notando la finura de su piel, la joven comenzó a reaccionar y sin darle tiempo de nada enterré despiadadamente mis colmillos en su cuello. Así se marco fin a la vida de la joven Rose... y ahí iba otra que odiaba, al momento de ingerir la sangre de alguna ser, sus últimos pensamientos y sus sentimientos mas preciados pasaban a tu mente… yo siempre pensé que era algún legado que quería dejar la persona de la cual te alimentaste.
¿Y como estuvo su sangre Matsumoto? –me pregunto lleno de orgullo, estaba consiente de que adoraba ver como me convertía realmente en un monstruo, cuando a sus ojos era tan “puro”. Una vez me confesó que gracias a mi supuesta pureza es que estaba ahí y claro a mi supuesto potencial.
No tengo por que responder a eso –otra vez aquella frialdad expresada por mi que dejaba sin palabras a cualquier ser, incluyéndole a él, aunque jamás quisiera admitirlo
Me retiro por ahora –miro a Kai– volveré en una hora para llevar a ese –me señalo- con su invitado, lo quiero listo
El cuerpo de la chica se convirtió en cenizas, al contrario yo recuperaba algo de mis fuerzas, debido a un sello me era imposible recuperar todo mi poder.
Mientras que aquel ser que me producía repugnancia apodado Kyo salía de la habitación, bañado en sus sombras que el mismo construyo.
Como odiaba que me viera alimentarme, detesto la idea de tener que hacerlo de humanos, odiaba matar y aun mas ser lo que era; un vampiro. Pero encontraba patético andar casando animales, es renegar de lo que somos además, como dice Kyo, es solo la cadena alimenticia.
Sin embargo, no era mi culpa, yo no había decido esto simplemente al nacer fue marcado mi destino… Takanori Matsumoto, hijo del clan más poderoso. O más bien eso es lo que supongo, ya que algunos demonios me cuentan historias de quien soy yo, patético ¿no?... otra cosa que realmente odio; no tener memoria.
Me sentía levemente temeroso, no sabia absolutamente nada de nuestro actual paradero, mucho menos donde nos dirigíamos. Kai me sonreí, tratando de hacerme sentir bien e intentando esconder su miedo hacia mí.
Kai-chan no me temas –dije con una voz muy baja, la verdad cada día tenia menos fuerzas, gracias a aquel estúpido sello.
Esta bien, my lord –dijo serio, pero regalándome una de sus hermosas sonrisas
Esa es nueva –reí infantilmente, como acostumbraba a hacerlo cuando me encontraba con él o…
Me encontraba en un lago, con un chico de cabellos azabaches y hermosos ojos azules, discutiendo; mi hermano mayor. Razón; quien era el más adecuado para convertirse en príncipe.
Entonces aquella mujer de rubios cabellos, mi madre, aparece.
Mis niños –nos dijo mientras nos revolvía los cabellos- aún no es momento para que se preocupen por eso –y sonrió como siempre lo hacia, dándole a las personas una razón por la cual vivir, ella decía que nuestras sonrisas era idénticas…
¿My lord? –me dijo preocupado el demonio, debido a que gracias al nuevo recuerdo detuve mi caminar- ¿se encuentra usted bien?
¿Ahh? –fue lo único que fue capaz de pronunciar, no podía continuar así; imágenes, conversiones y momentos en sí, pasándose por mi mente a cada momento, colapsare en cualquier momento.
¿Que si se encuentra bien? –dijo detenidamente, como si le estuviera hablando a un retrasado.
¡Eh! No soy ningún idiota para que me hables así –dije medio enojado, la verdad tengo muy mal carácter- ¿y bien a donde vamos? –dije más calmado, ya que cuando le levante la voz al demonio este comenzó a tiritar levemente. ¿Por qué tanto miedo a mi?
Vamos al vestuario, ahí le mostraran los conjuntos que puede usar o derechamente le eligieran una vestimenta, también maquillaje y peinado –dijo totalmente serio el demonio- Matsumoto-sama ¿de verdad no sabe a lo que se enfrentara? –pregunto con cierto temor en la voz
No y tampoco quiero saber –dije tajante, tanto misterio me colmaba los nervios y por ahora ciertamente prefiero no saber nada- muy bien entonces indícame la ropa, yo eligiere, odio que me traten como maniquí –y sonreí dulcemente, tratando de alivianar la atmosfera que se había formado.
Kaoru me guio por varios pasillos, hasta una puerta roja en la cual se distinguían algunas letras, sin embargo no las supe entender. Al entrar me encontré con dos chicos, los cuales me miraron como bicho raro, o más claramente dicho muy sorprendidos. Detestaba que me miraran así como si no hubiera nada más que ver en el mundo.
¿Y bien Kaoru de donde puedo escoger? –pregunte fuerte al demonio, tratando de hacer reaccionar a los otros dos.
Etto… -dijo sin reaccionar
Hey Aoi, este chico ¿quien demonios es? –pregunto, uno de los chicos; el castaño en un susurro al pelinegro a su lado.
No---
Mi nombre es Takanori Matsumoto –dije interrumpiendo a pelinegro- y odio que hablen de mi a mis espaldas –mis ojos sin notarlo, estaban completamente rojos, provocando automáticamente la reacción del pelinegro, el esconder al otro chico detrás suyo.
Aoi, Uruha –grito Kaoru- él es demasiado importante para Kyo así que no osen ponerle un dedo en sima –les dijo autoritario a los dos- en cuanto a usted –se voltio hacia mi- puedes ponerte lo que quiera, pero por favor, debes verte bien –el sentimiento de miedo paso por sus ojos- yo se que no te intereso, pero de tu presentación depende mi vida -tomo una pausa, lagrimas amenazaban con salir (no sabia que los demonios pudiesen llorar…).
No te preocupes –sonreí con cariño- se que tu vida corre riesgo –me acerque a el por instinto y es que hace mucho que no sentía algún sentimiento de afecto por alguien- no quiero que te maten –le abrase, acción que le sorprendió por completo- no es tu culpa nada de lo que me sucede y para que sepas te veo como alguien digno dentro de toda esta mierda –me separe del abrazo y le sonreí, él finalmente se relajo y se marcho no sin antes volver a advertirle a aquellos dos, que no me “molestaran”
Vaya, vaya así que eres un enano con niñera –me sonrió burlón el castaño
Uru… no digas idioteces –le dijo el pelinegro, creo que era mas consiente de que era alguien “superior” a ellos.
Bahh ¿que nos podría hacer? Es solo un niñito –me dijo burlescamente el peli castaño
Mira pato de quinta, párala conmigo que no te he hecho nada –respondí fríamente hacia sus burlas.
Jajaja –exploto en risas el pelinegro- hace mucho que nadie te contestaba así –volvió a reír frenéticamente
Oye enano –maldición, me calienta que me digan así- ¿Qué no sabes quien soy?
No, no lo se ni me interesa saberlo –le dije de espaldas, mientras continuaba mi búsqueda de ropa
Soy la mano derecha de Akira Suzuki –dijo con superioridad-
Y me interesa demasiado ¿no? –continúe con el mismo sentimiento, que carajo me importara lo que fuera. Mientras caminaba hacia donde el demonio anteriormente me señalo
Entonces todo se volvió negro…
Oka-san –grite, pues venia corriendo con mi hermano del patio
Hola Taka-chan –me sonrío y acaricio mi mejilla
Ohayos –dijo malhumorado Die, como siempre
Niños –dijo mi madre sonriéndole también a Die- tengo que presentarles a alguien
¿A quien mami –pregunte tiernamente, siempre había sido el bebe de mamá
Taka crece por dios –dijo enojado Die, al contrario de mi él era un amargado
El es Kyo… es el hermano de su padre---
Ahh ¿él es el perdedor? –dijo interrumpiendo con burla Die
Todo se volvió borroso, la sangre corría… nii-san…
Maldición –dije sin pensar
¿Vez? –me miro con desprecio- que rápido pierde la gente su voluntad hoy
Pensé que seria mas divertido –dijo el pelinegro
Maldición –deje de tomarle atención a los dos extraño y me tire aun al sillón, ya que por el potente recuerdo no era capaz siquiera de mantenerme en pie… Mis pensamientos comenzaron a ordenarse haciendo que por primera vez quisiese llorar. Cosa que hice, aunque fuese un vampiro, dado a mi clase si lo podía hacer, sin embargo mis lagrimas eran distintas…
Hey Uru ¿no crees que te pasaste? –dijo el pelinegro, acercándose, al verme en aquella posición, sollozando, aun no se percataba de el color de mis lagrimas
Maldito Kyo –grite, sin importarme nada---
Si yo soy –sonrió con malicia.
Mi hermano era mas humano que yo. Lo especial de mi familia era que mi madre era hija de un vampiro de sangre pura y de una humana, mientras que mi padre era un vampiro descendiente del clan más puro y poderoso existente en este mundo.
¡¡¡KYO!!! –grito mi madre, no podía creer que su hijo estuviera tirado en el suelo cubierto de sangre
Die –solo fui capaz de susurrar su nombre
Bueno ya que el chico esta muerto solo queda este –me apunto- así que me lo llevo
NOOO –grito desesperada mi madre
Hime-chan me traicionaste con mi hermano y ahora debes pagar…
La sangre se derramo nuevamente… solo pude correr en buscar de ayuda…
No hay más, nuevamente