Eran las 5:30, You llevaba por lo menos 20 minutos retrasado, pero hizo todo por surfear el tráfico y las condiciones climáticas que tampoco ayudaban. Todo lo que debía hacer por su “jefe”, pero sin las partituras que llevaba consigo, sabía que Gackt no podía trabajar adecuadamente. Y finalmente solo lograría retrasar todo lo que habían estado trabajando durante toda una semana.
Pero si había algo que verdaderamente le preocupaba era el hecho de saber que Gackt no estaría solo en casa…Oh, sí! El vocal de Vamps había ido de visita…y You no se sentía muy cómodo en su presencia…y todo gracias a su última fiesta de cumpleaños. Sacudió su cabeza tratando de borrar “aquel incidente”.
“Sera rápido, no voy, ni pienso demorarme” –Se repetía mentalmente el violinista del Job.
Cuando al fin llego al sitio de Gackt sabía que no tenía que tocar, tan solo entro y comenzó a buscarlo, cuando por fin escucho una voz bastante familiar…
-¡Es tan grande! – exclamaba Hyde.
-No lo es demasiado, pero deja de tocarla – le advertía Gackt.
-Es divertido.
-Es peligroso.
-Gacchan, tú nunca me dejas tocar tus cosas – Hyde hizo un lindo puchero.
-Entiéndelo, podrías lastimarte, y eso no será divertido.
You escuchaba atento la conversación del otro lado de la puerta. ¿Qué rayos era eso? Jamás creyó que se vería envuelto en una situación de ese tipo, o mejor dicho, saber que su amigo estaría envuelto en una situación de ese tipo…
-¡Vamos! Enséñamela…
Gackt no podía resistirse a sus lindos ojos almendrados que le veían curiosos y atentos, como si estuviera a punto de descubrir el santo grial.
-De acuerdo. – al fin terminó cediendo.
Hyde sonreía y observaba a su amigo.
-Tómala con cuidado entre tus dos manos, pero con firmeza.
You seguía sin dar crédito a lo que escuchaba, es más, ¿Por qué seguía de pie escuchando, algo tan… privado?
-¿Así está bien? – le preguntaba el vocal de Laruku.
-Trata de que quede recta.
-¿Cómo lo haces tú?
-Bueno, obsérvame, ¿ves? No es tan difícil.
-Oh! Gacchan eres todo un experto.
-Y aún no has visto nada.
Para You estaba claro que ahí dentro se estaba gestando algo muy, muy raro; pero, ¿Cómo diablos iba a irrumpir?
-Creo que tienes mucha habilidad para manejarla.
-¿Te gustaría verla en acción? – le preguntó en una ronca voz.
-¡Me muero de ganas! – Hyde exhaló feliz.
De acuerdo, ya era suficiente, You entro esperando encontrar la peor de las escenas, cuando su rostro cayó a la vergüenza al notar lo que en realidad estaba pasando.
-¿You?
Tanto Gackt como Hyde lo miraron sorprendidos, sin saber por qué había entrado de esa manera.
-¡Aquí tienes tus benditas partituras! ¡La próxima vez pídeme que te las envíe por correo!
El guitarrista del Job, salió corriendo sin siquiera despedirse y con un gran sonrojo en el rostro.
-¿Y eso que fue?
-Ni idea…
-¿En que estábamos? – Hyde retomó la conversación.
-Te invito a la obra la siguiente semana.
-¿De verdad? ¡Estoy deseoso por verte manejando esa espada!
FIN